Rhys Mitchell: El sabor del recuerdo [II] +21 ✅

27. Curiosidad

HI GUYS!

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Besos ;)

Intro: Evil - Hish

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Capítulo (27)

CURIOSIDAD

Su terca melena se desliza entre mis dedos. La veo y no puedo creer que sea ella. Pelo negro cayendo por debajo de su cuello. Su tez aterciopelada está bajo la tenue luz y sus manos reposando debajo de su pequeña cabeza. No me canso de verla. Sus piernas están ligeramente flexionadas. Duerme de costado, destapada, y eso hace que la cubra con una mantita.

Me quedo mirándola durante horas. El sudor le rueda en toda la cara, parece que acaba de tener otra pesadilla, y no es la primera vez que la veo en ese estado. Se me ablanda el corazón, la cuido y lo haré hasta que sea necesario.

Se siente tan bien contemplarla y hacer planes a futuro. Quiero que Blake sea mi soporte. No me lo pienso más y cómo puedo alcanzo para darle un beso en los labios. La suavidad con la que se siente se me derrite el corazón y eso hace que se le abren los ojos. Me aparto pero parece haberse dado cuenta de mis intenciones. Se me ruborizan las mejillas y me tiemblan las manos.

—Te vi y estabas completamente dormida. No quería hacerte despertar —la veo moverse un poco.

—No te vi llegar —esboza una sonrisa.

—¿Tienes hambre?

Le ayudo a sentarse y le pongo las zapatillas. La recorro con los dedos y no puedo evitar verla sonreír. Es única. Su encanto, su afinidad, su amistad, su fraternidad y el amor que me da. Es tan valiosa como un diamante.

—No ¿y tú?

—Un poco.

Le toco los labios con el pulgar.

—¿Qué has estado haciendo?

Es justo de lo que no quería hablar. Me detengo y se me forma un nudo en el estómago, ni yo sé cómo enfrentarme luego de aquel terrible suceso. Sé lo ansiosa que está por saber, pero ya dije que no está bien que lo sepa. Le aprieto la mano y su inquietud me deja sin aliento. Todo se ha puesto gris. Son muy pocas veces que se me ha encogido el corazón y me quema la garganta. La ansiedad es prominente.

—Nada importante —No hago más que echarle otra mentira. Debería sentirme mal por ello, pero lo cierto es que, no puedo dejar que siga llenándola de problemas y más si son míos.

—¿Cómo qué no? —Y para ser exactos, no me cree nada de lo que le digo—. ¿Ha ocurrido algo?

—No tienes nada de qué preocuparte —le digo—. Todo está bien.

—¿No has sabido nada de papá?

Mi mayor error fue irme sin avisar. Sé que de algún modo sospecha y cree que exista alguna alianza o una rebelión que está que arda en el infierno. Tengo todo para hundirlo, pero todavía me falta recabar algunas evidencias. Me ha tomado varios años y eso lo saben los del Grupo de inteligencia. Son sus reglas y yo tengo las mías. Ahora solo tengo una gran acumulación de ideas y pensamientos desastrosos en mi mente.