Rhys Mitchell: El sabor del recuerdo [II] +21 ✅

1. Oscuridad

¡Bienvenidos a la era de Rhys Mitchell!

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Besos ;)

Intro: Imaginary Illness - Call Me Karizma

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Capítulo (1)

OSCURIDAD

El pasado puede volverse en un oscuro pozo con una sensación de dolor.

Lágrimas ardientes terminan en olas de terror.

Y la oscuridad nos muestra que nada volverá a ser lo mismo de antes porque... estoy atado de pies y manos.

Un capítulo se terminó pero otro apenas acaba de empezar.

Continúo con mi plan original pero algo o, mejor dicho, alguien obstaculiza mis vagos intentos.

El olor de su cabello rosa a aceite esencial de jazmín me vuelve loco como si fuera apoderarme de esa muchacha ceñida en un hermoso vestido blanco. Hace juego con su piel lechosa, belleza única del anochecer y los ojos le brillan con intensidad. Observo con atención su delicado movimiento y la forma en la que sus finas piernas se ciernen a mis caderas. Hay un rojo asentado en sus labios mientras nos besamos profundamente y sus uñas caen en mi pelo azabache. Sus tetas rebotan en mis manos, la beso con una sonrisa de pura emoción sumiéndonos en una profunda oscuridad y le froto los pezones con los pulgares. Se retuerce con un intenso deseo y me antoja escuchar sus gemidos flotando en el álgido ambiente. Me necesita tanto como yo a ella. Me deja adorar cada centímetro de su piel, le recorro los dedos entre su estómago y sus caderas. Es agradable empezar a sentir ese relleno y apetitoso dulce entre mis labios.

Me encanta como nuestros cuerpos se unen con caricias placenteras. Mi polla la desea desde ese momento en que estuve dentro de su apretado coño. Es tan adorable cómo sus hermosos ojos se cierran y me excita verla retorcerse. Se llena de mí, los labios le tiemblan y el sonido de sus gemidos es tan suave. Esto es una locura. Lo es y no veo la hora en que lo volvamos hacer.

En el último mes todo ha cambiado, no habido un motivo para celebrar y, cada vez que hablo de mi hermana, siento un aguijonazo en el estómago. No he sabido cuidarla y aún me quedo con su recuerdo. Me gustaría poder decirle las cosas que no le dije antes de marcharme de la mansión Campbell. Fracasé y tardé un poco más de lo normal. Nunca pensé que la extrañaría tanto, que estaría dispuesto a todo con tal de encontrarla y sacarla de donde está.

He vuelto a soñar con ella y, de alguna manera, eso la hace especial. Está allí de nuevo pero luego desaparece. No sé ni cómo he soportado no verla ni escuchar su dulce voz reírse o reclamarme por algo que he hecho. Todo el tiempo ha sido así. La misma rutina, los mismos recuerdos y las horas de encuentro.

La lluvia cae en la noche y todo lo que hago es mirar por la ventana. El trueno azota en el cielo y refulge con su impactante luz. El viento sopla entre las blancas y suaves cortinas al otro lado de la oscura habitación. La perfecta figura de una mujer se desprende y resulta que solo es un espejismo. Una herida interna que aún no se ha cerrado. Pero, quizá, no solo fue eso. Me froto los ojos como si me guiara hacia algún lado. Esas curvas las he visto antes y apenas pierdo el aliento.

Bajo a la primera planta y no me he equivocado. Voy en dirección a ella, mojándonos y las zapatillas dentro del charco. La luz de la flamante naturaleza la alumbra y eso me garantiza que es Blake. Me apresuro al caminar y llevo mi mano a su rostro. Tiene el cabello rosa y una capucha que no me deja ver por completo su semblante. Ella se aleja y eso hace que la siga; sin embargo, no logro alcanzarla. O, a lo mejor, desapareció. Se esfumó. Se hizo polvo.