23. Corazón

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HI GUYS!

Los cambios se vienen. 

El capítulo contiene escenas sensibles, pero sobre todo, es de contenido prohibido. Esta y la siguiente. 

Intro: Never Be The Same - Jessica Mauboy

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Besos ;)

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Capítulo (23)

CORAZÓN



Al cabo de unos instantes procuro acondicionarme dentro de un auto que uno de esos grandulones acaba de concedérmelo. Dejo de montar la moto por un maldito día e intento moverme con más rapidez. Deslizo el techo panorámico y hago de mí un piloto profesional. Me despejo como si volara por todo lo alto. Hago mi primera parada entre los forrajes del campo verdoso que me rodea. Salgo y cojo un cigarro del bolsillo de atrás de mi pantalón. Antes que nada saco un mechero y lo enciendo. Me alojo en alguna parte. Espero a que anochezca y parece que Fred me tiene algo que contar. No ha dejado de marcarme al teléfono. Hace poco que hablamos, pero, ha tenido que irse tan pronto.

Me escucho hablar a mí mismo y veo que no ha sido nada fácil. Hago lo mejor que pueda. Sé en lo que estoy metido y los riesgos que corro. Me amarro el pelo en una coleta y me apresuro con prudencia. Recorro las mismas calles de Melbourne y le suma una sensación inconmensurable a mi vida.

Llego poco después de las nueve y me familiarizo con el ruido del apartamento. Eso influye mucho en mí y se crea un nudo en mi estómago. El chico sale y me ve tal como quería. Me acerco y me veo obligado a verlo a la cara.

—Necesito hablar contigo de algo muy serio —dice Fred mirándome a los ojos.

—Te escucho —levanto una ceja negruzca hacia él.

—Ya veo que no le preguntaste todo lo que querías saber anoche —dice tras no poder conseguir nada de Claire.

—Lo intenté pero no dio su brazo a torcer.

—Rhys la seguí —Suelta aquellas palabras de su boca—. Y, sí, es el mismo lugar.

Todo ello llena de convicción mis sospechas. De hecho, Fred hace su trabajo porque yo se lo he pedido. Por ahora es la única persona en la que puedo confiar; aunque todavía tengo ciertas dudas al respecto.

—Hiciste bien —le digo.

—No te equivocaste —me coloca una mano sobre el hombro.

—Mi hermana estará siempre bajo la protección de la familia —Esto parece haber ido demasiado lejos.

—Eso parece.

—Bien, llámame cuando sabes algo —suspiro con más fuerza.

—De acuerdo.

Me aseguro de que todo salga bien.

Recorro la sala principal y siento las manecillas del reloj taladrar en mi sistema auditivo. Eso hace que todo sea más complicado. Aún así no pienso tirar la toalla. Me mentalizo y hago lo mejor que pueda. Y, justo cuando estoy a punto de salir, Betania aparece en mi camino como por arte de magia con esos pantalones cortos.

Rhys Mitchell: El sabor del recuerdo [II] +21 ✅Where stories live. Discover now