25. Azul

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¡FELIZ DOMINGO!

Este capítulo se viene con fuerza y les aseguro que el siguiente os hará sospechar de todos. 

¿Qué malo podría pasar?

El Soundtrack que os he puesto ha sido fuente de mi inspiración.

¡Pega muy bien con el capítulo!

Intro: The Last Stand - Koda

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Besos ;)

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CAPITULO (25)

AZUL



Como no dejar que algo así ocurra.

Es el mejor recuerdo que he tenido.

Y el mejor regalo que me han podido dar.

Mi cuerpo cubre el suyo por varios minutos. Este lugar ha sido uno de nuestros encontronazos, el lugar perfecto para reconciliarnos. Ella en mi guarida es un sueño hecho realidad. Nos hemos quedado acostados en el sofá el uno sobre el otro. La noche se nos ha ido muy rápido y no tengo idea que hora es. Pero, estoy seguro que ya es de día, aunque lo último que quiero es hacerla despertar. Puedo ver sus largas pestañas tupidas en sus párpados y lo blanca que es su tez. Además, puedo sentir los latidos de su corazón y el fondo azul recorriéndonos.

Me aclaro la garganta y la miro como si un pintor mirara a su musa. A la mujer con la que desea dormir y amanecer en sus brazos. Y para cuando Blake se mueve noto la cercanía de nuestros rostros. Nos miramos tan fijamente y nos sonreímos.

Pasado un tiempo, me pongo de pie y me paso la camiseta por la cabeza. Blake sigue desnuda ante mis propios ojos, pero desde luego, va en busca de su ropa que se lo ha dejado en alguna parte. Y toda vez que lo encuentra, se viste y calza esos tenis que pensé que se les había perdido.

No consigo decir lo maravilloso que fue anoche, pero la expresión en mi cara lo dice todo. Es otra de esas noches que no puedo dejar de pensar. Cuando procuro no volver a caer, retiro la mirada hacia otra parte y suavizo mi tono.

—Es hora de irnos.

—¿A dónde?

Se ve que no sabe nada. Ya había pensado antes en esto. Por no decir que giro solo porque necesitaba hacerlo. Le abro la puerta y salimos encogidos.

—Solo ven conmigo.

Le tomo la mano y la meto en el coche. Sé lo ansioso que estoy por vivir una vida juntos donde podamos empezar de cero.

—¿Y si alguien nos ve?

Veo el temor en sus ojos pero eso podría cambiar. Haré que no vuelva a pasar por lo mismo. La cuidaré tanto que no pienso soltarla. Seré cuidadoso. Su arma letal contra el enemigo. Sus ganas de vivir.

—¿Qué te dije sobre eso? —le doy un beso en la frente—. No lo permitiré.

—Confío en ti.

Nuestros dedos se entrelazan, aún tomados de la mano.

Rhys Mitchell: El sabor del recuerdo [II] +21 ✅Where stories live. Discover now