Rhys Mitchell: El sabor del recuerdo [II] +21 ✅

2. Problemas

¡Feliz fin de semana!

Si te gustó: vota, comenta y comparte. 

Besos ;)

Intro: Wildfire - SYML

★━━━━━━━━━━━━━━━━━━━━★

Capítulo (2)

PROBLEMAS

Soy un cadáver que respira lentamente y vuelvo al mismo lugar de aquella noche. Quizá así podría darme cuenta de algo. Quería que apareciera lo antes posible y eso significaría rescatarla del resto de los «Campbell» y permanecer a mi lado. Quería luchar por única vez.

¡Qué hago!

Y no sé cómo se lo diré.

Quiero pero es inevitable no tener las cosas claras.

Por un lado está Betania y por el otro está Blake.

Vodka con Martini hace que esté en un viaje de ensueño y tengo un reencuentro con el Rhys de antes sentado en una esquina de su casa. Al mismo tiempo, siento una extraña sensación en la garganta y es imposible huir de aquí cuando tengo alguien sosteniéndome.

—¿Te sientes mejor hoy? —me mira moviendo mi cuerpo bajo su hombro y mis pies apenas se arrastran hacia el cuarto de baño.

—¿Tú que crees?

Levanto una ceja con ironía cuando me quita la ropa de encima y, con mucho cuidado de no tropezar, mi cuerpo cae en la superficie de la tina mostrando mis deseos de soñar. Betania me pasa la esponja afrutada por la espalda y siento que la sangre me llega al cerebro mejor que antes. Me apetece tanto que veo estrellas en el cielo o es esa estrecha pared que nos rodea. Trato de evitar que parezca real y podría tener uno de mis pocos momentos inofensivos. Yo mezclándome entre toda esa chorrada de gente ambientada en la pobreza. Caminando con los pies descalzos, y la temporada de invierno llega el día menos esperado. Siento frío, mucho frío que empiezo a congelarme. Y estoy llorando porque nadie quiere jugar conmigo y, sin embargo, esa mujer está ahí con su rostro rebosante de ternura y amabilidad. Me envuelve el cuerpo con una cobija y me trae hacia sus brazos. Puedo sentir lo cálida que es. Mi madre, la mujer que estuvo ahí para mí, cuidándome y llenándome de tanto amor.

—Es obvio que no lo estás —La regadera cae sobre mis hombros y mi cuerpo se estremece como si el frío rompiera aquel momento inolvidable para luego detenerme en algún lugar de la casa, y miro como un cuerpo se mueve ligeramente con la mirada hacia la ventana. La llamo pero lo que menos hace es escucharme. El sonido se ralentiza como disco rayado y apenas pongo un pie adentro. Mi voz se cauteriza y siento que estuve ahí varias veces. Parecía que estuviera luchando contra el recuerdo.

—He hecho todo para encontrarla pero nada.

Gruño en un tono bajo meciéndome un poco.

—Me queda claro que aún sigues amándola —A Betania le cambia la voz—, pero entonces ¿qué hay con nosotros?

Ella no está del todo contenta conmigo y todavía con las cosas que me he atrevido a decir cuando sigo sintiendo el efecto etílico en mi cabeza. Debe estar pensando que no la quiero y que hago esto solo para olvidarme de Blake. Tachar mis recuerdos. Esta decisión fue por el bien de los dos. ¡Puf! Pero qué me está pasando si hago justamente eso para no seguir hiriéndola. No se merece que le haga esto y que me esté echando para atrás cuando lo que duele más es eso.