A. D. D

Capítulo Ciento trece

Sabiendo que no tenía que esperar una respuesta, Xia Tingwan se arrodilló obedientemente entre las piernas de Su Yan y utilizó sus manos para bajar la ropa interior de Su Yan.

La parte grande y caliente salió de golpe, con aspecto agresivo por la excitación.

El rostro de Xia Tingwan se calentó al instante, y su cuerpo se calentó con él.

Sujetó los muslos de Su Yan y se dejó caer, sin abrir la boca inmediatamente, sino acercando con cuidado la cara, como si pudiera palpitar, el aliento vivamente chisporroteante se mezclaba con su respiración acelerada.

No había tenido tanta intimidad aquí desde el divorcio.

Era vergonzoso admitir en cualquier caso que echaba de menos a Su Yan y las partes gruesas de... Su Yan conquistándolo.

Su Yan alargó la mano y metió los dedos en los suaves mechones de pelo de Xia Tingwan, tirando de ellos hacia arriba con un poco de brusquedad.

Xia Tingwan tuvo que levantar la cabeza vulnerable, con los ojos húmedos.

-"¿Lo harás?" preguntó Su Yan con voz ronca.

Xia Tingwan asintió enérgicamente.

Se recolocó entre las piernas de Su Yan, primero lamió tímidamente toda la punta con la punta de la lengua y luego fue bajando poco a poco, enterrando la cara cada vez más profundamente, para luego frotar íntimamente la punta de la nariz contra la raíz.

Tras unas cuantas repeticiones, por fin sujetó el eje erecto con una mano, respiró suavemente y tragó con los ojos cerrados.

Su Yan emitió un gruñido ahogado involuntario.

Xia Tingwan pudo sentir como el cuerpo de Su Yan se tensaba por la repentina excitación.

Estaba un poco ansioso, pero de nuevo Su Yan no tenía un tamaño que se pudiera abarcar fácilmente, y se quedó un poco sin aliento por un momento cuando el enorme objeto le llenó la boca de repente.

Su Yan extendió la mano y acarició la mejilla de Xia Tingwan, susurrando: "Relájate".

Xia Tingwan frunció las cejas con dificultad.

Quería obedecer, pero aún estaba demasiado crudo, y tan pronto como se relajó, el enorme cuerpo partido de Su Yan se introdujo profundamente en su garganta. La repentina sensación de ahogo le hizo asustarse instintivamente, y no pudo evitar escupir toda la raíz.

Su cuerpo tembló mientras emitía un sonido seco de arcadas desde su garganta y su cara se puso roja por la asfixia, sin poder evitar mirar a Su Yan con impotencia.

Su Yan entrecerró los ojos de forma reprimida, probablemente era bastante desagradable ser escupido justo después de ser tragado en una boca caliente.

Xia Tingwan se odió un poco.

Nunca se había dado cuenta de que era sorprendentemente duro.

Realmente no se le podía considerar un compañero sexual competente, Su Yan se la había chupado innumerables veces y nunca le había pedido nada.

Sólo sabía lo que era disfrutarlo.

No pudo evitar sentir una vaga punzada de tristeza mientras volvía a bajar la cabeza e intentaba asimilar de nuevo aquello un tanto horrible.

Todavía estaba muy tenso.

Las raíces de las pestañas de Xia Tingwan temblaron húmedamente, y los dos delicados huesos de mariposa de su blanca columna se arquearon involuntaria y nerviosamente.