Capítulo Ciento diecisiete

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Xia Tingwan se puso en contacto con Wen Zichen por WeChat para pedirle una reunión, con mucha cautela, sin decir nada en concreto, sólo que había algo sobre lo que quería preguntar.

Sin embargo, al otro lado del teléfono, Wen Zichen estaba un poco perplejo, como si realmente no quisiera verle, excusándose diciendo que estaba un poco ocupado con el trabajo estos dos días.

Xia Tingwan preguntó sin rodeos: "¿Todavía estás en el departamento de pediatría del Hospital Renai?".

-"Hmm". Wen Zichen inconscientemente respondió: "Sí".

Xia Tingwan terminó entonces la conversación como si nada hubiera pasado.

Pero después de colgar el teléfono, pidió inmediatamente al "amigo" que Zhao Nanshu había encontrado antes y que trabajaba en el Hospital Renai que comprobara el horario de Wen Zichen.

No es tan fácil deshacerse de él. Cuando Wen Zichen lo evita, va a la Pediatría Renai para bloquearlo durante sus horas libres.

No descansará hasta lograr su objetivo.

Xia Tingwan se dio cuenta de repente de que cuando se trataba realmente de este tipo de momento... podía ser muy astuto.

Pero cuando pensó de esa manera, sintió una sutil vergüenza en su corazón.

Después de que Wen Zichen le pidiera que se reuniera con él, pensó que nunca volvería a ver a esta persona, incluso incluyendo los recuerdos no tan buenos de Wen Zichen y la extensión de esta persona, pensó que podría olvidar completamente.

Sin embargo, la realidad no le permitía ser tan arrogante.

Recordó con cariño que Wen Zichen le había hecho una pregunta muy sutil en aquel momento: "¿Has resuelto todos tus problemas?".

Él estaba, en ese momento, tontamente feliz de estar viviendo de vuelta en Xiangshan, regodeándose de haber recuperado el amor de Su Yan.

No sabe nada de los problemas que hay entre ellos.

Y aunque Wen Zichen parezca impotente y tenga que retroceder en una pelea silenciosa, puede que en realidad posea la verdad que ni siquiera él conoce.

¿Le habría mirado entonces Wen Zichen y pensado que también era cómico?

A la mañana siguiente, Lu Xiangnan se dirigió a Xiangshan para ver a Xia Tingwan

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A la mañana siguiente, Lu Xiangnan se dirigió a Xiangshan para ver a Xia Tingwan.

Cuando Xia Tingwan se levantó, sentía que los huesos se le caían a pedazos, le dolían desde los hombros hasta la cintura.

Llevaba dos días seguidos sin poder conciliar el sueño en absoluto, y tenía los ojos tan inyectados en sangre que le ardían a fuego lento. Ayer, a última hora de la noche, sintió de verdad que esto no iba a funcionar, así que se tomó dos somníferos y consiguió dormir un poco con la ayuda

A. D. DМесто, где живут истории. Откройте их для себя