A. D. D

Capítulo Noventa

Su Yan soltó una carcajada.

Colocó a Xia Tingwan de espaldas en la cama, luego bajó y enterró su cabeza entre las piernas abiertas de Xia Tingwan.

Su Yan besó la parte exterior de los muslos de Xia Tingwan.

Xia Zhongyu la había apuñalado con una botella de cerveza rota, y los fragmentos de vidrio se habían incrustado en la carne y habían vuelto a salir, por lo que habían dañado la textura plana original.

Su Yan besó lenta y suavemente, como si la cicatriz fuera digna de su atención.

Xia Tingwan levantó la cabeza y miró al techo, jadeando fuertemente.

Su Yan levantó la pierna derecha de Xia Tingwan y la apoyó en su hombro.

Esa posición obligó a Xia Tingwan a lanzar sus nalgas hacia arriba, y la parte oculta entre sus piernas quedó completamente expuesta a Su Yan.

Gimoteó de vergüenza, pero su cuerpo temblaba de excitación.

-"¿Tan mojado?"

Su Yan curvó frívolamente sus nudillos y golpeó fuertemente la parte inferior del cuerpo de Xia Tingwan, ya dura y húmeda.

La parte saciada simplemente no podía soportar tal estimulación y el cuerpo de Xia Tingwan se levantó violentamente mientras miraba a Su Yan con un poco de molestia en sus ojos.

-"Mi pequeño pavo real está en celo de nuevo".

Su Yan miró a Xia Tingwan mientras estaba entre sus piernas y dijo lenta y deliberadamente: "¿No, Mundo Animal dijo que los pavos reales azules adultos están en celo entre junio y agosto, así que qué pasa con mi pequeño bebé, que todavía está en celo en otoño?"

Hablaba con seriedad, pero sus dedos tanteaban la rigidez del pilar.

Xia Tingwan se burló tanto de él que estuvo a punto de llorar: "Su Yan, tú..."

-"¿Hmm?" La voz nasal baja de Su Yan parecía particularmente sexy en este momento, sus ojos se entrecerraron mientras todavía se negaba a dejar ir a Xia Tingwan, "¿Qué está pasando? De todas formas, ¿qué especie de pequeño pavo real eres?".

-"Yo, oooh, no soy..."

Xia Tingwan apretó las manos alrededor de las sábanas, tal pregunta hizo que las esquinas de sus ojos se enrojecieran de vergüenza.

El agravante de no tener sus deseos aliviados le hizo querer morder a Su Yan, pero todas sus partes sensibles estaban bajo el control de Su Yan, así que no pudo resistirse en absoluto, incluso sus piernas sólo pudieron colgarse tímidamente de los hombros de Su Yan.

-"¿No qué?"

-"No soy un pavo real azul". Xia Tingwan sacudió la cabeza con lágrimas.

Demasiado acalorado para pensar, y sin saber de qué estaba hablando, inconscientemente se atragantó: "Soy tu... soy tu pequeño pavo real, mi raza, mi raza es el señor pavo real".

-"Tan bueno".

Su Yan sonrió.

Se llevó a la boca la parte erecta de Xia Tingwan.

-"Mmmm ah..."

Xia Tingwan dejó escapar un largo y suave gemido, cuyo final temblaba y se extendía en el aire.

El intenso placer hizo que pareciera que había una bomba peluda en su cuerpo, y el cosquilleo y la satisfacción adormecida se extendieron de nuevo desde su corazón a sus extremidades.