A. D. D

Capítulo Cincuenta y siete

Xia Tingwan estaba tumbado en la cama sujetando el teléfono, no podía ver la cara de Su Yan, no podía oír la voz de Su Yan, la única alerta que le quedaba era en línea "escritura en curso".

Era como si estuviera en un punto muerto con el aire, el enemigo estaba allí, pero también parecía no estarlo.

Insistió hasta que le dolieron los ojos de tanto mirar, pero la ventana de WeChat seguía sin moverse.

Tal vez había un error en WeChat, pensó Xia Tingwan para sí mismo, no quería esperar más, así que comenzó a borrar la frase "Su Yan, ¿estás bien?" que estaba en el principio, uno por uno, lo primero que hice fue borrar el mensaje, pero quizás porque llevaba mucho tiempo con el teléfono en la mano, mis dedos estaban un poco entumecidos, y accidentalmente pulsé el botón de enviar cuando estaba a medio camino.

En la ventana de conversación de WeChat, aparecieron unas palabras de significado desconocido enviadas desde su parte: "Su Yan, tú"

-"Estoy jodido..." Xia Tingwan aspiró un aliento frío, tan enfadado que golpeó la cama con fuerza.

Se apresuró a retirarlo, pero sonó el pitido de WeChat.

Su Yan respondió en segundos.

-"¿Qué pasa?"

Dos simples palabras.

Xia Tingwan casi podía imaginarse la cara de Su Yan a través de la pantalla del teléfono cuando pronunció esas dos palabras: llevando la camisa de extremo a extremo, con los ojos mirándole con ligereza.

La respuesta de Su Yan le hizo sentir una secreta felicidad, pero acompañada de un sincero sentimiento de vergüenza.

Antes de partir de Tailandia, hablo de manera agresiva von Su Yan. Solo en unos pocos días para tomar suavemente la iniciativa de enviar mensajes de WeChat con Su Yan, si el mundo fuera a votar por la persona más débil hoy, definitivamente sería elegido.

Pero solía ser así de vez en cuando. Su arrogancia y su mal genio iban y venían a su antojo, y Su Yan le entendía, así que durante esos años de matrimonio, a menudo se enfadaba con Su Yan un día, y al día siguiente Su Yan venía a darle la razón, y volvía a estar en los brazos de Su Yan en un instante.

La mente de Xia Tingwan estaba revuelta, pero no sabía cómo responder a Su Yan, era demasiado estúpido preguntar "¿estás bien?" en este momento.

Lo pensó durante medio día, y finalmente se distrajo con ello, así que respondió con sinceridad a lo que tenía en mente: "¿Estás libre? Hay algo de lo que quiero hablarte".

Su Yan volvió a marcar rápidamente el número de WeChat, y después de que Xia Tingwan contestara, ambos no pudieron evitar quedarse en silencio por un momento.

Finalmente fue Su Yan quien preguntó primero: "¿Qué pasa, es algo del trabajo?"

Xia Tingwan escuchó la voz de Su Yan, ese tono familiar y grave que siempre le hizo sentir que podía confiar en él.

-"Hmm. Simplemente... muchas cosas malas"

Se acurrucó bajo las sábanas y susurró.

No se sentía cómodo con los reality shows, y la transformación de Xing Le le afectó aún más.

La naturaleza humana, las cosas que creía que aún se conservaban como buenas en el tiempo, se borraron en vano, lo que le llamó la atención como no podía ver a través de ellas, estaba perdido y desconcertado

Pero comprendió que tenía que enfrentarse a todo esto, este fuerte estado que había mantenido durante varios días, está realmente agotado física y mentalmente. Aunque Ji Zhan y él tuvieran una relación decente, no eran sus personas más cercanas, y sólo al lado de Su Yan podía revelar su cansancio e insostenibilidad de forma tan completa.