Jade

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POV Poché

No pude decir, ni hacer nada por detener a Daniela.

Mi novia estaba enfurecida y tenía razones para estarlo, yo había provocado todo eso también con mi estúpida nobleza con Alejandra, había aguantado los insultos que le había dicho a Daniela durante la boda y estas eran las consecuencias.

Ale se había desmayado del impacto, el coraje y la adrenalina, pero por fortuna eso le duró cinco minutos; solo que había llamado la atención de la mayoría de la fiesta intentando ayudarla, todos menos mis amigos, todos ellos estaban de parte de Calle quienes se enorgullecieron de ella por haberla golpeado.

─Espero que con todo esto dejes de entrenar con ella.─exclamó mi novia sentándose finalmente, habíamos llegado a la mesa y Alejandra ya se había ido de la boda. Apreté los labios, creo que tenía razón.─Hablo en serio Poché y no lo digo por celos, simplemente me gustaría que respetaras nuestra relación y entiendas que ella no me parece una buena amistad para ti.─asentí con la cabeza. Alejandra había sido muy buena conmigo y Samantha mientras éramos pareja, solo tenía un conflicto mental con Calle.

─Está bien amor, ¿Me disculpas?─me disculpé con ella con un puchero, me miró rodando los ojos para después besar mis labios.─Vamos a bailar, ¿Quieres?─le extendí mi mano, ella gruñendo un poco se levantó y dimos paso al centro de la pista de baile. Nuestros amigos nos acompañaron y así disfrutamos el resto de la noche.

Después de una semana celebrando junto a mi mejor amigo y su ahora esposo Juan, los tortolitos emprendieron su viaje a "Maldivas", un lugar que también me moría por conocer junto a Calle, pero casi al igual que ellos, nosotras emprendimos nuestro viaje a París llegando alrededor de las 11 a.m.

Y se trataba más de un viaje de trabajo por parte de Daniela, quien se había puesto en contacto con un empresario que se encargaba de elaborar maquinaria pesada y transportarla a diferentes países. El empresario tenía diferentes fabricas que hacían la maquinaria en diferentes puntos de Europa, pero ahora si todo salía bien, gracias a los nuevos contactos de Germán, ella junto con Juli iban a ser las creadoras de dichas fábricas.

─¿A qué hora llega Juliana?─pregunté por la hermana de mi novia, estábamos caminando con nuestra maleta por el aeropuerto, ambas traíamos gorra y lentes que cubrieran un poco nuestra identidad, ya que no queríamos ser reconocidas mientras esperábamos a la hermana de Daniela.

Era sorprendente como la película que protagonicé con Sam me llevó a la cima del éxito de forma que se había grabado en diferentes idiomas, llegando a diferentes países incluido Francia.

─En dos o tres horas amor, su vuelo salió hace 13 horas, ya no debe tardar mucho.─avisó mi novia mostrándome su celular con el último mensaje enviado por la mayor de las hermanas, efectivamente su vuelo solo se había retrasado un poco.

Esperamos las tres horas dentro de un restaurante dentro del aeropuerto, las cuales se fueron más rápido de lo que pensé cuando escuchamos la tierna voz de Juli detrás de nosotros.

─Ya era hora.─se quejó Calle poniéndose de pie junto a la mesa, abrazando y dándole un beso a esta misma.─Hola Emiliano, creí que no vendrías.─saludó al esposo de su hermana quien venia junto a ella, copié su acción abrazándolos y besándolos con una sonrisa.

─¿Dónde está Alex?─pregunté curiosa por ver a los padres y no al pequeñín de tan solo tres meses. Juliana se rascó la cabeza mirándonos a ambas, parecía nerviosa.

─Él está...─empezó a contestar Emiliano, cuando se vio interrumpido por la voz más horrible que había escuchado en mi vida.

─¿No iban a ayudarme con mis maletas?─preguntó quejándose la chica llegando con la carriola del pequeño Alex y dos maletas no muy grandes en su otra mano.

POR SIEMPRE TUYA (CACHÉ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora