Dos mujeres

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POV Poché

Calle y yo llegamos a la cocina, ahí empecé a buscar las servilletas que se encontraban en debajo de las encimeras.

Me agaché con Calle detrás de mi y le regalé una linda vista de mi redondo trasero mientras sacaba dichas cosas.

Pude escuchar como un ligero...¿Gemido? Salió de su boca, por lo que sonreí levantándome con las toallas de papel en la mano.

─¿Te ayudo a limpiarte?─pregunté coqueta mordiendo ligeramente mi labio inferior, Calle tragó saliva y apretó los labios.

─Sssi...Sssi.─contestó nerviosa tartamudeando un poco.─Por favor...─completó de forma educada.

Me coloqué frente a ella, miré sus ojos y después sus labios donde limpiaría dicha zona. Intenté volver a reír por lo linda que se veía, pero me contuve, tenía que ser fuerte para poder provocarla un poquito.

Calle me miraba impaciente, pero yo no tenía prisa de nada, podía sentir como temblaba de nervios por la forma en la que la estaba mirando. Finalmente empecé a limpiar los labios entreabiertos de la diseñadora, pasaba delicadamente la servilleta por su boca, su piel estaba completamente erizada, terminé de limpiar pocos segundos después, intenté alejarme diciéndole un "listo", pero ella reaccionó de inmediato sujetándome con ambas manos por la cintura.

─¿Qué...¿Qué haces?─pregunté intercambiando los papeles de nervios sintiendo como me jalaba más hacia ella cortando más los centímetros entre su cuerpo y el mío. Sus manos estaban aferradas a mi ropa.

─Nada, solo quiero...─respondió casi golpeando su aliento con el mío.─Mirarte más de cerca.─la cercanía que estábamos teniendo, no estaba en mis planes.

Solo quería jugar un poquito con ella, pero no con intenciones de llegar a este punto.

No me esperaba esto.

Su nariz rozaba con la mía, mientras que sus labios se aproximaban a juntarse con los míos.

Nuestros pechos estaban más que acelerados, nuestra respiración era pesada. Sentimos un pequeño roce de nuestros labios, los abrimos ligeramente esperando el impacto, pero antes de que eso sucediera, nos vimos interrumpidas por una persona.

─María José, tenemos que...─dijo aquella chica haciendo una pausa por lo que había visto. Daniela pegó un brinco al igual que yo, me alejé rápidamente y me coloqué frente a lavaplatos.

─¿Qu...Qué pasó Ale?─pregunté desconcertada por lo que estaba a punto de pasar. Mi respiración seguía inestable, ahora más porque me había pillado a punto de besar a Daniela.

─Mmm...¿Se puede saber qué está pasando aquí?─preguntó cruzándose de brazos. La miré de reojo al igual que a Daniela quien tenía las mejillas coloradas y la mirada agachada sobando sus labios con la yema de sus dedos pensativa.

─Nada, voy con Sam.─exclamé dirigiéndome fuera del cuarto de la cocina. Choqué con mi entrenadora sin mirar a la chica y finalmente salí de ahí dejando a ambas solas.

Llegué hasta mi novia, la miré por detrás pensativa y me acerqué lentamente abrazándola por la espalda, mis manos rodearon su cintura y mis labios empezaron a besar su cuello.

─Hola princesita. ¿Encontraste las servilletas?─preguntó con su piel erizada agarrando mi cabeza, pidiendo que siguiera con mis besos en dicha zona. Me tensé un poco por su pregunta, pero preferí omitirlo disimulando un poco.

─Sssi bebé, si las encontré.─contesté abrazándola más fuerte. Calle aun no regresaba de la cocina, ni tampoco Alejandra. Me preocupaba un poco lo que pudieran hablar ese par, puesto que ambas se tenían cierto odio acumulado del pasado.

POR SIEMPRE TUYA (CACHÉ)Where stories live. Discover now