48. ¿Saldrías conmigo por un café?

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Isabelle

3 años después…

- Lessa, vamos tardes, apúrate – dije terminando de colocarme el pendiente –
- Estoy lista – volteé a ver a mi niña y sonreí –
- Estás hermosa – susurré y ella se fue hasta la cocina –
- Pero si es la mujer de mi vida – sonreí y le di un casto beso a Josué – Agradezco tanto a la vida que volviéramos – me dio un abrazo y suspiré suavemente –

Bajé junto a Josué y salimos de casa, hoy era la fiesta de cumpleaños número 9 de Lessa y ahora número 1 de Fran el hijo de Paola, así que lo íbamos a celebrar juntos. Soy tan feliz desde que mis hermanos se vinieron a Barcelona, cuando íbamos en camino me llamaron y como siempre Fiorella, rechacé la llamada y seguí hablando con Josué.

Hace un año volvimos después de todo, es lo mejor que podía hacer, ella no va a volver y yo no puedo quedarme estancada, Alessa fue muy feliz con la noticia y el resto de la familia también, excepto Trini quien me reclamó pero le dije lo que sentía y me abrazó fuerte, no hablamos más del tema.

Llegamos a casa de Paola y ya estaban todos, los Veitia, los Goth y Paulette, desde aquella vez no nos volvimos a hablar ni siquiera como vecinas y decidí no estar más detrás de ella, tenía razón en odiarme y no puedo hacer nada, ya ella no estaba aquí para arreglarlo.

- Pensé que vendría tu amante – susurró Paulette –
- Yo no tengo amante – tomé de mi copa de vino y se reía irónica –
- ¿Así le decías a mi hija? – volteé a verla y fruncí el ceño –
- Ya basta Paulette, sé que me odias pero basta o es que ¿tú no sientes cosas por alguien más que no sea Fernando? Si de amantes hablamos, no eres quien – susurré y se quedó callada – y desde que se fue Alanys – tragué saliva – No quiero estar con más nadie y sí volví con Josué fue porque sé que no puedo tenerla mas nunca – Paulette me miraba seria –
- ¡Joder! Lo más jodido de todo, es que te creo Isabelle – suspiró y tomo de su copa – ¿La extrañas? – preguntó y me terminé la copa –
- Todos los días de mi vida – susurré y fui por Lessa -

Estaba jugando con sus primitos y con Tommy el perro que le regaló Paola a Fran y sonreí, se veían tan tiernos, Trini llegó con el móvil y se lo pasó a Lessa susurrándole algo al oído y mi hija se levantó de golpe, agarró el móvil y gritó, me quedé paralizada cuando oí su nombre, han sido tres años, tres años donde un par de veces oí su nombre y en todas me termina afectando.

- Sí, ya son 9 años – dijo Lessa –
- ¿Todo bien? – preguntó Martín y negué –
- ¿Mi regalo? – preguntó Lessa – voy – dijo y salió corriendo hasta la puerta de entrada –

La seguimos y estaba un conejo en sus brazos, ella gritaba emocionada y sonreí anchamente, Josué llegó sonriendo hasta que supo de quién era el regalo y bufó pero supo disimularlo. Lessa terminó de hablar con Alanys y colgó emocionada, al principio Josué no quería pero terminó accediendo a las peticiones de Lessa, como siempre.

Seguimos la fiesta, algunos amigos de Lessa se fueron y otros amigos de Paola y Danton también, ya eran las 8 de la noche y estaba cansada, nos despedimos de todos y subimos a nuestro coche.

- ¿Hasta cuando ella? – no le presté atención a la pregunta de Josué y seguí viendo por la ventana – ¿Un conejo? – bufó y suspiré suavemente –
- ¿Ya te calmáis? – pregunté cabreada – sabéis que siempre la quiso, déjala quieta – finalicé y volví mi vista a la ventana –
- Siempre defendiendo a tu amor ¿no? – cerré los ojos y decidí ignorar sus quejas -

Llegamos a casa y bajé con lessa en brazos para acostarla en su habitación, dejé al conejo en una camita que hice improvisada, ya mañana iría con mi hija a comprarle algo y llevarlo al veterinario. Fui a mi habitación y Josué estaba acostado viendo al techo, fui hasta el balcón y la luna era llena, sonreí, amaba esa fase de la luna. Miré a casa de los Schuld, definitivamente la extrañaba y maldecía no poder olvidarla como seguro ella hizo.

- ¿Vais a dormir? – preguntó Josué y cerré los ojos –
- Voy – dije y volví a la habitación –

Fui hasta el baño y me eché una ducha, me puse la pijama y volví a la cama, Josué me abrazó y me atrajo a él, esto lo había decidido y así debía seguir, total, ni la iba a ver otra vez, ni yo iba a aparecer en su vida de nuevo. Alanys estaba bien lejos de aquí y yo sabiendo que ella estaba bien, me quedé profundamente dormida.

P.O.V ANDREINA

- ¿Alanys? – grité entrando al departamento –
- Habitación – devolvió y fui a la cocina –
- Esta tía – dije riendo cuando vi la cartera encima de la barra –

Hace tres años que estamos acá, hace dos que Alanys dejo de ser la niña inocente para volverse una adicta al engaño, no soy quien para decirle nada aunque me preocupe su conducta.

Llamada

- Mi amor – dije sonriente –
- ¿Me acompañas a Barcelona y Marsella? – me quedé paralizada –
- ¿Cuándo? – pregunté unos segundos después –
- La próxima semana – dijo Steph y suspiré pesadamente –
- Esta bien amor, acepto – dije y Steph celebraba feliz, me reí y me despedí para colgar –

Finalizada llamada

- Barcelona – susurré y tragué saliva –
- ¿Todo bien? – alcé la mirada y estaba Lanys despidiendo a una de sus profesoras –
- Sí, todo bien – sonreí de lado –
- Venga, contadme ¿qué sucede? – se sentó frente de mí y tragué saliva –
- Me voy de viaje con Steph a Ibiza y tengo clases – mentí y Alanys se reía –
- Bueno disfruta tu viaje tonta – se levantó y me dejó un beso en la sien –

Tocaron la puerta y Alanys fue a abrir, cuando oí aquella voz petulante, Phillip, no lo soporto, subí a mi habitación y me puse a arreglar algunas cosas de la universidad, luego me acosté un rato a dormir. Steph me despertó con besos y me reí, fui a arreglarme y bajé, cuando fui a la cocina estaban Alanys, Spencer, Tiana, Phillip, Fin, y Steph esperándome, llegué sonriendo y saludando a todos.

Salimos a un bar cercano y estuvimos bebiendo un buen rato, todos estaban muy activos pero yo no dejaba de pensar en que le mentí a Alanys y que iré a Barcelona, desde que Paco vino hace dos años no he vuelto a verlo ni hablar con él y ¿si me lo encuentro? Realmente no sé si quiera ir a ese viaje.

- ¿Estás bien amor? – preguntó Steph regresando a casa –
- No sé si quiera ir a ese viaje Steph – se quedó en silencio y entrelazo nuestras manos –

Llegamos a casa y me despedí de él, saludé a Jake el vigilante de turno y fui al ascensor esperando se abrieron las puertas y entré cuando iba a cerrarse los zapatos de alguien no dejaron que cerrará, sonreí y me confundió la presencia de Spencer acá.

- Voy para que mi tía – dijo arreglando su chamarra y asentí –
- Me imaginé – me abracé y ella notó que no llevaba chamarra –
- Toma – me pasó la suya y sonreí –
- Gracias, que caballerosa – nos reímos y me quedé en mi piso – Luego te la devuelvo – le guiñe un ojo y salí del ascensor –

Cuando entré a casa, volvieron a tocar y era Spencer quien veía al suelo y fruncí el ceño, su tía vive arriba y sabe que Alanys no está, pues, estaba con nosotros, esperé a que me hablase pero parecía tener un conflicto existencial.

- ¿Saldrías conmigo por un café? – titubeo y sonreí, se veía tan tierna –
- Claro, después de clase el Lunes vamos – alzó la mirada y sonreía – ¿te doy la chamarra?
- No, quédatela – dijo y se fue hasta el ascensor –

Me reí y entré a casa, Alanys supongo que esta en casa de Phillip, así que fui por un vaso de agua y luego a mi habitación, salí cuando oí la puerta era Alanys cabreada, ni de coña le preguntaba que pasaba, tocaban la puerta y la escuché gritar un “Largo" supuse que peleó con el imbécil así que me fui a su habitación, cuando llegó me sonrió y fue a bañarse, al salir estaba con una pijama y se acostó a mi lado, la abracé y así nos quedamos dormidas.

Mi vecina de al frente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora