26. Seré papá otra vez

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Salí de casa de Isabelle como pude, realmente ni siquiera sé cómo le hice, Josué me felicitó y apenas pude pronunciar un “Gracias" miré una última vez a Isabelle y me fui, sentía vergüenza, pena y eso que horas antes era la mujer más feliz del mundo.

- ¡Hija! – miré a la cocina y salían mis padres –
- ¡Papi! ¡mami! – grité y fui a abrazarlos mientras oía sus risas –
- ¡Feliz cumpleaños mi niña! – susurró mi padre y sonreí feliz –
- Te tenemos un par de regalos – dijo mi madre y la miré curiosa – allá hay una caja – señaló al living y caminé hasta aquella caja con lazo blanco –

La abrí lentamente y me saltó un pequeño cachorro color caramelo que ladraba o eso intentaba, me emocioné y lo agarré para abrazarlo mientras mis padres cada uno colocaba una mano en cada lado de mis hombros y me deseaban “Feliz cumpleaños".

- Te llamarás Gale – el cachorro volvió a chillar –

Es precioso, es color caramelo con orejas y cola largas, según mi padre tiene apenas dos meses y es tan tierno, es un terrier, al bajarlo iba oliendo cada rincón del living y me reí, se veía tan hermoso y pequeño.

- Dijeron dos regalos – volteé a ver a papá y él miraba a mamá –
- Ven – me tapo los ojos con la palma de su mano y me ayudó a caminar –

Fueron un par de pasos y salimos de casa, creo. Hizo un pequeño conteo y me quitó la mano de los ojos para darme permiso de abrirlos. Cuando lo hice quedé boquiabierta ¿Cuándo llegó ese coche que no lo vi? Frente a mí había un Honda cuatro puertas precioso, color plateado, mi padre me susurró las palabras mágicas “es para ti". Y salté emocionada pegando gritos, le di muchos besos a él y a mamá y luego me acerqué al coche, me dieron las llaves y busqué a mi perro, mi identificación y salí corriendo mientras mis padres se reían pidiéndome que me cuidará, por favor, este es el mejor regalo del mundo.

- ¿Quieres un aventón? – le pregunté a mi mejor amiga quien se quedó boquiabierta al verme del lado del piloto –
- ¡Joder! – susurró y luego comenzó a pegar gritos –

Se subió al coche y se enamoró de mi perro también, estuvimos dando vueltas, fuimos por John y Sara, también por Paco y Dani y de último por los Blake, aunque estos últimos al principio se negaron ya que decían “Alanys no estamos seguros que sepas lo que haces, capaz eres un peligro para la sociedad". Terminaron subiendo porque les mostré mi identificación y porque era mi cumpleaños, aparte mando yo en el día de hoy.

El día pasó sumamente rápido y ya estaba en mi habitación arreglándome, no sabía bien que iba a hacer pero mi madre me regaló un vestido rojo bellísimo, con abertura en la pierna izquierda, con detalles de bisutería, mangas largas, abierto en la espalda y escote sencillo, me encanta es precioso, me coloqué unos zapatos altos a juego y me hice una trenza, un maquillaje sencillo muy bonito, labial rojo intenso, me eché perfume y estaba lista. Salí de mi habitación y bajé lentamente las escaleras donde me esperaban papá y mamá. Iban guapísimos ella un vestido con estampado floral precioso y tacones a juegos, mientras tenía un peinado muy bonito sencillo y papá llevaba un traje negro, se veían realmente hermosos, sonreí feliz y los miré a ambos sus ojos brillaban.

- Que grande estáis y ya pronto te irás a estudiar afuera – la voz de papá se quebraba y yo trataba de no llorar – mi pequeña como habéis crecido – me dejó un beso en la frente y lo abracé fuerte –
- Joder que sois la Schuld Sánchez más guapa de todas – dijo mamá, nos reímos y papá afirmaba – que orgullosa estoy de quien eres ahora mi niña ¡Felices 18 bebé! – me abrazó y suspiré pesadamente para no llorar –
- Gracias a ambos son los mejores de todos – susurré, mi voz salió un poco ronca y quebrada –

Papá me agarró de la mano y fuimos hasta el jardín trasero, no entendía mucho, creí que iríamos a cenar o algo, cuando prendió las luces muchos gritaron un “Feliz cumpleaños” incluso mis abuelos, mis tíos, mis primos, todos estaban allí, mis amigos, unos que otros del colegio, Minerva y sus ojos preciosos, hasta profesores y luego estaba ella quien sonreía anchamente y suspiré suavemente, tragué saliva y me acerqué a saludarlos a todos, estaba tan feliz de ver a mis abuelitos, no sabía que podían venir. Luego saludé a mis colegas y terminé con profesores y otros conocidos.

Cuando terminé e hice una vista panorámica, mi familia hablaba con Isabelle y mis colegas hablaban con Ana Sofía y Minnie, me reí de aquello, cuando miré a Gin esta me miraba y me guiñó un ojo, me reí y seguí hasta una barra que había al fondo del jardín, pedí un Martini y me senté para tomármela.

- ¿Feliz? – asentí sonriente –
- Más que feliz – dije para luego tomar de aquel Martini –
- No te he dado mi regalo – dijo volteándome y los ojos grisáceos de Minerva me llevaban a otro universo –
- ¿Cuál será? – pregunté y de repente llegó Andreina con un arreglo floral, empezaron a sonar unos mariachis –
- Feliz cumpleaños mi castaña de origen rubio – me reí y la abracé fuerte, cuando miré al frente Isabelle estaba seria y Ana roja –

Nos acercamos hasta los mariachis, yo con mi gran arreglo y ella a mi lado con un brazo que pasó por mis hombros, estoy tan feliz, un par de canciones y todos cantábamos a todo pulmón. La noche iba de maravilla, bailamos, bebimos, brindamos, nos retamos, gritamos, reímos. Ya eran las 3 de la madrugada y muchos se habían ido o habían subido para dormir, yo necesitaba aire, aunque estamos en el jardín, me siento sofocada de tanta gente, así que caminé hasta el otro lado y salí a la parte delantera de la casa, me senté en las escaleras de esta. Estaba tan pérdida entre mis pensamientos que no sentí cuando se sentaron a mi lado así que me sobresalte cuando me quitaron el cigarrillo de los labios.

- Joder papá, me asustaste – dije con la mano en el pecho y esté se reía –
- Así tendréis la conciencia – me reí y negué – ¿En quién piensas? – preguntó y suspiré –
- En un imposible – susurré y él asintió –
- Lo bueno de los imposibles, es cuando se vuelven posible – dijo mirando a la calle y apoyé mi cabeza en su hombro –
- Ojalá se hiciera posible – susurré en un suspiró –
- Sí lo hace, tarde o temprano y esa pelirroja te quiere – lo miré y fruncí el ceño –
- Minerva no es imposible – papá se reía y negaba –
- No es ella, es la vecina de al frente – me quedé perpleja y papá carraspeo – debo decirte algo – me quedé mirándolo y se tomó sus minutos –
- ¿Qué pasa? – pregunté y terminó de fumar el cigarrillo para apagarlo –
- Seré papá otra vez – me quedé muda y luego sonreí feliz –
- Joder, felicidades papi – lo abracé y papá estaba en shock –
- ¿Te gusta la idea? – preguntó aturdido y asentí –
- ¿Estáis de coña? Siempre quise un hermano – dije feliz y luego papá sonrió aliviado –

Hablamos unos minutos más y volvimos a casa, donde ya quedaba menos gente, Ana Sofía se despidió de mí y le agradecí el venir, luego se fueron los Blake con mi castaña para dejarla en casa, Paco se fue con John, Sara y Dani, este último los dejaría a cada uno en casa, así que me despedí de cada uno. Luego se fue Fernando y mamá se despidió de él, yo sólo le agradecí, papá se fue y estaba tan feliz al recordar que tendré un hermanito. Luego se fueron los Goth y sólo quedaba Minnie quien me invitó a salir y feliz acepté, ella sabe cuanto amo a Isabelle y aún así se empeña en conquistarme, es una preciosa mujer que merece el universo entero al igual que su pequeño.

Cuando subí a mi habitación ya eran las 5 de la madrugada e iba saliendo el sol, me fui al baño y me eché una ducha para luego ponerme un suéter con cuello uve y con un unicornio estampado color gris, un short azul, estaba muy cansada y sólo quería dormir hasta el lunes. Me acosté y me quedé profundamente dormida.

Mi vecina de al frente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora