- ¡Hija baja! – exclamó mi madre y volví a mirarme en el espejo, suspiré suavemente –
Estaba lista, parecía un muñeco mal hecho o bueno una muñeca mal hecha, no sé que es peor si los golpes de Irina o este yeso de la hostia, jodido momento que me frene para verla y estar ahora con esto encima, escucho risas más no le termino de prestar atención, con poca dificultad salgo de mi habitación y ya adaptada bajo las escaleras lentamente.
- Lanys – gritaron desde el living y aquella pequeña pelirroja corrió hacía mí –
- Lessa – le dije sonriendo y agarrándola para abrazarla, mientras se pegaba a mi pierna buena y me reía – ¿Cómo estás mi niña? – le pregunto al estar a su altura, agradecí internamente tener un pantalón y no vestido –
- Ya casi cumplo años – la miro sorprendida –
- ¿Cuándo? – pregunto entusiasmada –
- el 28 de judio Lanys – dijo eufórica y me vuelve a abrazar lo que me hace reír –
- Espero estar invitada a tu cumpleaños pequeña – dije entre risas –
- ¡Si! – gritó feliz y me levanté mientras corría de nuevo al living –Iba caminar hasta donde estaban las risas pero sonó el timbre y me acerqué a abrir, sonreí anchamente al ver a la familia Blake, Pablo me alzó por los aires y me reía mientras lo insultaba, luego me saludó Gin y finalmente el señor Franco y la señora Lucrecia, quien estaba más feliz que cuando nos conocimos, los hice pasar y Pablo me acompañó a llevar el vino que traían para la cena.
- ¿Cómo has estado tía? – me preguntó apoyándose en la barra –
- Jodida – nos reímos y el guapo asentía – estáis muy guapo hoy – me miró ofendido – ¿Qué? – me reí –
- Siempre soy guapo gilipolla – me reí más fuerte –
- Guarro – intenté insultarlo pero me miró pícaro –
- Y con Patrick aún más – hice una mueca de disgusto y negaba –Volvimos al living lentamente y cuando alcé la mirada me quedé petrificada, no sé quien se parecía más a la pelirroja, si su padre o su madre o ella a ambos, definitivamente la hicieron con mucho amor, mi madre me presentó a los padres de mi vecina y finalicé hablando con el señor Gustavo, definitivamente es un hombre que sabe de todo y puede dejar maravillado a quien sea.
- Paulette – mi madre volteó a ver al señor Gustavo – te felicito tienes una hija maravillosa – alzó la copa de vino y sonreí sonrojada, miré a Isabelle y esta me miraba con un brillo que no le veía desde esa noche cuando estuvimos juntas en mi cuarto –
- Gracias Gustavo, es un honor para mí ser la madre de esta bella muchachita – me reí y la puerta volvió a sonar –
- Voy yo – dijo Pablo y todos seguimos en lo nuestro – la buscan señorita maravilla – giré la mirada y estaba Minnie con Arturo su pequeño quien corrió a abrazarme y me reí –
- Lanys no – dijo Alessa llegando hasta mí e interponiéndose entre Arturo y yo –
- Lessa mi amor te presento a un nuevo amiguito – Lessa se cruzó de brazo y le volteaba la mirada – mira ¿no te crees que puedan ser grandes amigos? – susurré en su oído y lo miró de reojo –
- Puede ser – susurró –
- Juega con él, quizá puedan ser grandes amigos – volvió a mirarlo y luego mirarme a mí –
- No me dejarás ¿verdad? – la abracé fuerte y sonreí –
- Tú eres mi pelirroja favorita – le dije y me abrazó más fuerte –
- Y ¿ella? – señaló a Minnie – también tiene el mismo color – me le acerco al oído –
- No, ella no es natural – le guiño un ojo y pone las manos en su boca de asombro y me rio –Vi a Arturo irse a jugar con Alessa y sonreí satisfecha, mientras el señor Gustavo me halagaba por haber convencido a su nieta, algo nunca antes visto y me reí para levantarme con ayuda de Gin y Pablo, me disculpe y me acerqué a saludar a Minnie sólo que por respeto le di sólo un abrazo y un beso en la mejilla y así presentarla con todos.
- ¿Es tu novia? – preguntó la señora María Eugenia y la mire sorprendida, de reojo miré a Isabelle tomarse el vino de un trago –
- Quisiera yo, pero ella ama a alguien más – miré a Minerva quién sonreía sincera y tragué saliva –
- El amor es así, pero hacen linda pareja – dijo Gustavo ahora y miré a Isabelle quien se removió incómoda –
- Esta lista la cena – me salvó mi madre y suspiré aliviada –
- Te salvó la campana – me susurró Minnie y me reí negando –
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Mi vecina de al frente
RomanceNunca me había gustado nadie del vecindario, incluso la mayoría no me cae bien, excepto un par de amigos, con los que me crié, todo era hermoso, hasta que una mañana la vi llegar, tan imponente, tan divina, tan increíble. ¿El problema? es mi vecina...