Mi vecina de al frente

11. La vecina de al frente

Isabelle

13 de febrero 2014

Un mes desde que he llegado a este bonito lugar y aunque estemos en invierno, el lugar a veces es caluroso, bueno muy pocas veces. Mi hija está feliz de estar acá, dice que ya tiene amiguitos y que no quiere irse de Barcelona.

En cuanto a Josué su vida profesional ha mejorado increíblemente, aunque últimamente vive llegando tarde a casa, incluso ni logro esperarlo despierta, ya que el cansancio me gana. Hasta me tomo unas copas de vino para que no me gane la ira y la molestia de que mi marido prefiere el trabajo que a nosotras, eso en Madrid no sucedía.

Y luego estoy yo, que aunque amo a mi familia como a nada en el mundo, estoy saliendo del colegio cabreada después de ver a la imbécil de Ana Sofía Lorca tan cerca de Alanys y no, no entiendo porqué me cabrea tanto, todo comenzó cuando vi a Greish besándola, cosa que me dio una cólera increíble, pero ¿por las reglas? Ja, venga claro que no. Desde que llegué esa muchachita castaña no sale de mi mente, sus malditos ojos verdes que me admiran sin pena alguna, algo dentro de mí se enciende cada vez que sus ojos se posan en mí. Pero al menos ahorita la odio y no sé porqué, ella sólo es mi vecina, mi alumna e hija de una nueva amiga.

Llamada

-¿Vienes a casa? – pregunto dejando todo atrás mientras llamo a mi marido –
- No creo mi amor, más bien creo que voy a llegar tarde – suspiré pesadamente y cerré los ojos para no insultarlo –
- Como quieras, adiós – colgué sin más

Llamada finalizada

Esto me está hartando, recibí un mensaje de mi mejor amiga donde me decía algo raro, no entendí muy bien, así que decidí prender el coche e irme, sólo que todo empeoró cuando vi a Alanys montarse en el coche de Ana Sofía, no puede empeorar este día o ¿si? Cerré los ojos fuertemente y volví a abrirlos para seguir mi destino y es ir por mi pequeña bebé, últimamente todo en mi vida es un caos que se calma con la risa de Alessa.

Llamada

-¿Sí? – pregunté conectando el bluetooth –
- Joder Isabelle Elize, ven por nosotros al aeropuerto – gritaba Karina desde el otro lado del móvil y me quedé sorprendida –
- ¿Al aeropuerto? – pregunté de nuevo y ella gritaba –
- Sí tía, ven por nosotros – colgó y me quedé en blanco –

Finalizada llamada

Busqué a mi pequeña a la escuela y la subí al coche, para darle un giro al camino e ir por mis colegas, estaba tan feliz, un mes sin ellos no ha sido fácil, más por todo el giro que ha tomado mi vida desde que llegué acá.

- ¡Jo… - abrí los ojos para avisarle que no vengo sola y Karina sonrió al ver a mi pequeña correr hacía ella –
- Tita Karina – gritaba mi hija y me reí mientras caminaba hacía ellos –
- ¡Hey! Y ¿yo? – preguntó Juan ofendido y mi hija se lanzó a sus brazos –

Luego de que todos pelearan por Alessa y la saludarán, se acordaron de mi presencia. Me sentí tan completa en ese momento cuando los tenía a ellos aquí conmigo. Fuimos hasta mi coche y como pudimos subimos todo, no es fácil para un deportivo pero lo logramos, aparte de subirse todos que tampoco fue muy fácil.

- ¿Pizza o Sushi? – pregunté antes de llegar a casa –
- Sushi – gritaron al unísono y me reí –

Me detuve en un restaurante que conocí hace poco muy bueno de sushi, quedé encantada y sé que estos locos también lo estarán. Unos cuarenta minutos después me subí al coche y seguí hasta la casa, por primera vez Alessa no se durmió en el camino y es por la emoción de estar con sus tíos como ella los llama desde siempre, eso sí les agradezco que siempre han amado a mi hija como una sobrina, a pesar de que sé que no se llevan muy bien con Josué,  pero después del nacimiento de Lessa, decidieron hacer las pases y ahora sólo hay respeto. Llegamos a casa y cada uno se bajó como pudo del coche entre risas cuando alcé la mirada, ella estaba afuera con Ana Sofía supongo que despidiéndose y suspiré suavemente, para ponerme los lentes de sol.