33. No puedo quitarle su madre a mi hija

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- ¿Qué desean pedir? - preguntó el mesero a un costado -
- Yo quiero una media luna y un jugo de naranja, por favor - respondí enseguida -
- Quiero lo mismo, por favor - respondió Pietro y sonreímos - ¿Y el colegio como vas? - preguntó el castaño sonriente mientras se iba el mesero -
- Muy bien, ya casi comienzan los exámenes pero agradezco siempre ser la primera del salón - dije sonriente -
- La nerd del salón - explotamos en risa y asentí -
- Con orgullo - Pietro asintió -
- ¿Piensas estudiar acá? - ¡Boom! La pregunta del millón que odio responder -
- Lo pensaré - respondí amablemente -
- Y ¿tu amor imposible? - preguntó Pietro sonriendo de lado y suspiré -
- Con su nuevo amor - susurré y miré a algún punto fijo de la pared, Pietro acaricio mis manos -
- Lo siento tanto chavala - asentí y volví a mirarlo -

Cuando iba a responderle llegó el mesero con nuestros pedidos y le agradecimos, nos reímos y hablamos de variadas cosas mientras desayunábamos, me contó cómo conoció a Patrick y Marcus, como llevan toda la vida juntos, le conté de mis colegas y luego de comer, peleamos por quién pagaba y gané yo. Salimos del local y fuimos a caminar por el parque.

- Hubieses traído a Gale - opinó Pietro y asentí -
- Sería feliz aquí, para la próxima lo traigo - el castaño paso su brazo por mis hombros y asintió -

Hablamos mientras caminamos y a eso de las 11 de la mañana me trajo a casa, le pregunté ¿si quería pasar? Pero se negó y me despedí de él para entrar a casa. Pietro es el chico ideal que todas quisieran, es guapo, caballeroso, entiende un NO como respuesta, es criado por una verdadera reina, el problema es que llegó tarde, ya me gustaba alguien más y lo odio tanto, ni él ni Minerva merecen estar cerca de mí sintiendo tanto y yo sin sentir todo eso que ellos desearían.

- ¡Llegué! - grité -
- Estamos en la cocina - dijo mamá y fruncí el ceño -
- ¿Estamos? - cuando me acerqué me quedé sorprendida - ¿Gintonic? - susurré -
- Si tu madre no me cayera bien, ya te hubiese matado con este cuchillo - subió un cuchillo que tenía en manos y nos reímos -
- ¿Y Pablo? - pregunté curiosa -
- Con Patrick supongo - Gin alzó los hombros restándole importancia mientras picaba algunos vegetales -
- ¿Viniste por? - alzó la mirada y entrecerró los ojos -
- A visitar a Paulette - ahora era yo la pérdida -
- ¿Vas a almorzar con nosotras? - habló mi madre sonriente y cambiando el tema -
- Sí, me gustaría - asintió y Gin ni se inmutó - me avisan, voy a mi habitación - mi madre asintió y Gin alzó la mirada, luego siguió en lo suyo -

Una hora después mamá me pegó un grito para almorzar, así que me puse unas pantuflas y bajé mientras me arreglaba el cabello en una coleta y unos cabellos rebeldes se escapaban. Me senté junto al lado derecho de mamá y Gin al lado izquierdo.

- Se ve exquisita esta pasta - murmuré y mamá sonrió -
- La hizo Tonic - dijo mi madre y fruncí el ceño -
- ¿Le dijiste tu nombre? - le pregunté a Gin y me miró confusa -
- Conoce a mi familia de casi toda la vida, es de lógica que lo sepa ¿no? - dijo obvia y proseguí a comer en silencio -

Cuando íbamos a mitad de la comida, el timbre sonó apresuradamente, Gin dijo que quizá sea Pablo y mamá se levantó para abrir, no pudimos aguantar las ganas de saber quién era y nos levantamos detrás de mamá cuando abrió nos quedamos paralizadas las tres.

- ¡Ya no sé que hacer Pau! - Isabelle se lanzaba a los brazos de mi madre -
- ¿Qué sucede? - preguntó mi madre asombrada -
- Alessa me vio con Fiorella y se puso malísimo, Josué ahora me la quiere quitar y yo no puedo estar sin ella - dijo en medio del llanto -

Gin agarró mi mano pero lo que necesitaba agarrar era a cachetada a quien tenía frente a mí llorando por sus desdichas, sí, a la pelirroja que tanto me mata y me revive, suspiré pesadamente y salí de casa.

Mi vecina de al frente Where stories live. Discover now