42. Soy su novia

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- ¿Me pasas el bloqueador? – dijo John y Sara se lo pasó –
- Las mejores últimas vacaciones – dijo Paco agarrando a Andreina como saco de papas y llevándola hasta el mar mientras nos reíamos de sus gritos –
- ¿Alanys estás bien? – alcé la mirada y parpadee –
- ¿Alanys? – preguntaron a mis espaldas y me levanté de golpe, me sorprendí al verla –
- ¿Daniels? – pregunté sonriente y la ojos azules me sonreía –
- Te encontré de nuevo – dijo y se acercó para darme dos besos –
- Chicos, ella es Daniels, Daniels ellos son mis colegas – dije en presentación general –

Estábamos en playa larga, no estaba muy poblada así que éramos más que todos los del colegio junto con algunos profesores, Daniels se conectó súper rápido con los chicos y luego ella nos presentó a Pini y Marcos dos amigos de ella, Pini era una chica más chiquita que yo, cabello corto color azul y Marcos era del tamaño de Paco, fornido y pelón, se ven que son unos tíos que la molan. Pasaron un buen rato con nosotros, estaba pasándola bien entre barajas, risas y los chistes de los chicos, se me había olvidado el resto o al menos hasta que ella apareció con sus ínfulas de reina.

- ¡Joder! – susurró Pini – Me he enamorado tío – todos reían menos yo –
- ¿Esa diosa es real? – preguntó Marcos embobado –
- Muy real y está ocupada también – dijo Andreina –
- Pero ¿esta el marido aquí? – preguntó Pini –

Todos se quedaron en silencio pero si sé que sentía mil miradas a mis espaldas, allí estaba Isabelle con un vestido playero largo, un sombrero, sus lentes de sol, una cartera y su figura perfecta, hablaba con Víctor y Ana Sofía quienes reían de lo que decía mi pelirroja, cuando se quitó los lentes nuestras miradas se conectaron y sonreí embelesada, me guiñó un ojo y suspiré, ella me tenía a sus pies y lo sabía.

Me fui corriendo hasta entrar al agua de chapuzón, oí risas y mi nombre pero no hice caso, necesitaba entrar en el agua y aclarar mis ideas porque cuando se trataba de Isabelle nada estaba claro o al menos no para mí, quien lleva días escapándose para estar un rato con ella, ya sea para hacer el amor en alguna habitación, ir a pasear por el malecón, agradezco tanto la ayuda de Víctor o incluso la de Ana Sofía quien nos tapa cuando nos escapamos. Me sumergí de nuevo en el agua y salí como sirena, respiro hondo y siento unas manos en las caderas que me hacen sobresaltar, luego escucho esa suave risa y me alejó de golpe.

- Disculpa no pensé asustarte – dijo con esas perlas azul que idiotizan a quien sea y negué –
- No te preocupes, sólo no lo vuelvas a hacer – ella asintió y sonreímos –
- Tus amigos son muy guay – dijo Daniels y asentí orgullosa –
- Los tuyos también – dije luego –
- Vengo a despedirme, pero espero volver a verte – se despidió y se acercó dejándome un beso en la comisura de los labios –
- Claro, seguro que si Dan – dije amablemente y la vi alejarse –

Pase un rato en el mar, entre sumergiéndome y flotando hasta no sentir ni siquiera los dedos de los pies, cuando la voz de Diana me sacó de mi burbuja, avisaba que es hora de volver así que me imagino que son las 6 de la tardes, no quería volver, quería quedarme allí flotando, viendo las formas extrañas que se forman en el cielo, sólo que unas manos largas y delicadas me hicieron volver a la realidad.

- ¿Nos vamos? – preguntó sonriente y suspiré –
- Me quiero quedar aquí – dije con voz infantil y se ríe –
- Suena a gran idea pero ya debemos ir a cenar – dijo en un intento de negociación – si vienes, podemos salir ahora ¿te parece? – me hablaba como si estuviera hablando con Lessa –
- ¿Así convences a Lessa de todo? – pregunté apunto de reírme –
- A veces es más difícil la negociación, ella sacó mi carácter – nos reímos y acepté salir –

Sólo que agarró mi muñeca y me hizo detener, miró hacía al frente y todo el mundo estaba vuelto loco agarrando sus cosas para irse, y cuando volteé a verla fue que la detalle, llevaba un traje de baño completo estampado floral, se veía precioso, en ella todo es precioso, sus curvas figuraban aún más y sonreí embelesada, cuando sentí sus brazos rodear mi cuello y lentamente la abracé por la cintura.

Mi vecina de al frente Where stories live. Discover now