Capítulo 31: Guerra.

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| Narra ______  |

Me había despertado al sentir  como me pegaba la luz del sol que entraba por la ventana en mis ojos, froté ambos con los puños de las manos y bostece levantándome de donde me encontraba. ¿Donde estaba? No me acordaba, me quede pensando por unos minutos hasta darme cuenta que estaba en una cabaña porque ayer había escapado, seguramente me estaban buscando mi papá y Carol así que tenia que irme rápido de acá si no quería provocar más problemas. 

Me levante lo más rápido que pude, agarre todas las armas que traía conmigo y comencé a correr en dirección al Reino, después volvería acá, pero ahora tenia que regresar si o si.

Al cabo de un tiempo, después de varias direcciones erróneas, conseguí llegar a casa. Lo primero que vi fue a Daryl saliendo por la muralla con cara de enojado, y yendo hacia mí. Oh, oh.

— ¿Dónde estabas? ¡¿Cómo vas hacer esto?! Soy tu padre,  no podes escaparte así.

— Perdón, necesitaba tomarme un tiempo.

Me abrazó fuertemente —No lo vuelvas hacer porque me preocupo. 

Asentí con la cabeza y le devolví el abrazo, ya se que tendría que haber avisado, fue un acto egoísta de mi parte.

— Tenemos que ir con Carol a que siga curando tus nudillos por la pelea contra Luna — me dijo Daryl comenzando a caminar hacia la entrada y viendo como todos me miraban despreocupados al saber que estaba viva y bien.

***

— Estás en serios problemas, jovencita —me miró decepcionada Carol mientras me vendaba las manos.

Suspiré asintiendo con la cabeza.

— ¡Por supuesto que no! —Escuché hablar a mi padre—. Hizo lo correcto, Luna se lo busco. Te felicito, hija.

Levanté mi vista hacia mi padre y le observé sin entender la situación. ¿Acaso no iba a decirme nada más? ¿No iba a enojarse conmigo por lo que hice? Mi rostro tenía una simple y figurativa mueca de desconfianza y confusión. ¿Eso quiere decir que está bien lo que hice? Carol fulminó con la mirada a su pareja, y Daryl se encogió de hombros con una sonrisa en su rostro.

— ¿Cómo puedes decir eso? —atacó Carol.

— ¿Por qué no lo diría?

Mi vista iba entre mi padre y Carol, estaban discutiendo por la moralidad de mis hechos. Ella mientras seguía curándome las heridas, mientras que Daryl simplemente decía que mis actos habían sido convenientes. Sinceramente, no pensaba que tenía un padre tan loco y desquiciado.

— ¿Seguro? —cuestioné hablando por primera vez desde que había llegado junto a ellos, mi voz salió prácticamente en un susurro, no quería que me discutieran y me regañaran.

Ambos fijaron su vista en mí, y tragué saliva sintiéndome incomoda.

— Esta mal —rodó los ojos e hizo un movimiento con la mano, significando que no le diera importancia—, pero ella se lo merecía. No quiero ver sufrir a mi pequeña Dixon, así que yo te apoyo en esta.

Al diferenciar que Carol ya había terminado con mis nudillos, me levanté tirándome sobre mi padre en un abrazo, demostrando una gran sonrisa —Gracias —susurré en su oído al notar que me estaba abrazando también y dejando unas leves caricias en mi espalda.

— Son un caso perdido —dijo en tono burlón Carol rendida, cruzándose de brazos. Daryl la agarró con una mano, y la atrajo hacia nosotros, haciendo que ella también se metiera en el abrazo.

La pequeña Dixon. ~Chandler Riggs.Where stories live. Discover now