23 - MIEDO A LA OSCURIDAD

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Con la total imposibilidad de reaccionar, los amantes fueron separados

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Con la total imposibilidad de reaccionar, los amantes fueron separados. El grito de la criatura, que solo tuvo efecto sobre el muchacho, lo atrajo hasta sus hambrientas fauces. En un abrir y cerrar de ojos ya lo tenía retenido entre sus brazos, pegado a ella, cientos de tintineos sonaban debido a los dientes chocando contra el metal de la armadura del cazador.

El "torso" abierto de la neredi envolvía a Jol, pero la coraza le impedía devorarlo.

—¡Esto es asqueroso! —trató de zafarse, aunque el agarre era muy fuerte y sus brazos estaban apresados con los del monstruo.

—¡Aguanta! —Diadema sacó sus tijeras del zurrón y se cortó la palma— Por favor... funciona... —con la mano sana conjuró sobre la herida, unas pocas gotas de sangre reaccionaron, flotaron en el aire y tomaron la forma de agujas que la chica intentó usar como proyectiles, pero el poder era muy débil— ¡Por favor! —puso todo su empeño en una segunda tentativa, aunque los resultados fueron los mismos— ¡Mierda! ¡¿Por qué no puedo hacer algo bien?!

Corrió hasta el monstruo con las tijeras en la mano y las enterró en uno de los brazos. En medio de un gruñido de molestia golpeó a la bruja para quitársela de encima, esto sirvió para que Jol pudiera liberar su arma y con un contundente ataque cortar la extremidad de la bestia.

Esta lo soltó del todo y se alejó un poco. Entre aullidos desaforados pidió ayuda a tres neredis más que emergieron del agua para rodearlos. Una de ellas fue atravesada inmediatamente por Colmillo de Obsidiana. Diadema solo estaba armada con sus tijeras. Las demás se disputaron al muchacho con tres ruidosos gritos, Jol voló de un lado a otro. Cuando la neredi que ganó la disputa lo atajó lo suficiente quiso encerrarlo con sus brazos, pero el cazador puso su lanza en frente y el "torso" fue atravesado antes de que los cuerpos impacten. La criatura se quejó y con un poderoso puñetazo en la cabeza del joven lo apartó.

Este rodó por el suelo unos metros y trató de incorporarse rápidamente, los brazos le temblaron un poco antes de flaquear, hizo aún más esfuerzo y se puso de pie con unas piernas temblorosas.

—Di... —del cráneo de Jol bajó un notoria hemorragia que cubrió el lado derecho de su rostro— Di, no me siento muy bien... —tambaleó un segundo y se desplomó contra la tierra.

—¡Jol! —ante las neredis que se abalanzaron sobre el desmayado la bruja conjuró rápidamente un ventaval con movimientos ágiles que impactó en las tres, aunque por el gran tamaño de las aletas solo las movió unos centímetros. Inmediatamente recibieron un segundo impacto, y hasta un tercero. Los monstruos, frente a la molestía, se giraron y lanzaron varios gritos, pero su habilidad no tiene efecto sobre las hembras— Lo siento, querido... —el cuarto ventaval fue contra el muchacho inconsciente que voló hasta detrás de unas plantas. Las neredis quisieron ir tras él— ¡No se acerquen a mi hombre! —sin darles tiempo para reaccionar cubrió la zona con un iluzu, cientos de frondosos arbustos y árboles surgieron del suelo, además el interior de la ilusión lo rellenó con oscuridad como si la noche se hubiera adelantado.

UN SECRETO EN EL BOSQUETempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang