11 - PREÁMBULOS DE CAMBIOS

392 68 7
                                    


Las bisagras estropeadas rechinaron un poco cuando entró en el cuarto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las bisagras estropeadas rechinaron un poco cuando entró en el cuarto. Apartó las cortinas en la ventana dejando que el sol espíe dentro. Con un toque suave sobre el hombro, pero firme, desprendió unos quejidos de la durmiente. Volvió a intentar y abrió los ojos, escapando de las tierras de los sueños.

—Hola, hija.

—Hola, mamá —Diadema se enderezó quedando sentada en su colchón de heno.

—¿Has podido descansar?

—Sí.

—Me alegra. Toma, te traje el desayuno —Lahri apoyó sobre las piernas de la joven una bandeja, en ella había un cuenco de madera con algunos trozos de manzanas, y una jarra con jugo.

La bruja comió hasta quedar satisfecha y entregó los restos. Su madre la había recibido la noche anterior con mucha emoción, entre mimos y caricias la mujer pidió perdón por su comportamiento y prometió ser mejor. Para Diadema fue un cambio un tanto repentino, pero sumamente agradable.

De repente entró a la habitación un canario que revoloteó en círculos cerca del techo y pió animosamente.

—¡Muy buenos días, bella durmiente! —saludó Trisha al asomarse por el marco de la puerta. Y detrás de ella apareció Lu. La recién despierta respondió con cariño.

—He venido a felicitar a mi sobrina —Diadema aún sin despabilar puso cara de confusión—. Así es, Trisha nos contó todo está mañana. Que durante el tiempo que estuviste desaparecida te dedicaste a rastrear a la latrodectus y cómo lograste ejecutar de manera magistral los tres conjuros del examen. Felicitaciones, querida —la tía le besó la frente.

—Yo tenía mucho miedo de que no regresaras, y mira, has vuelto convertida en una bruja nueva —dijo la madre.

Se dio cuenta de que las dos mujeres no tenían todos los detalles de la historia, la parte del joven cazador fue omitida cuando recibieron las noticias. Miró a Trisha, que se dio cuenta enseguida lo que estaba pensando la chica y le guiñó un ojo, como símbolo de complicidad. Diadema le devolvió una sonrisa.

—Tengo que ir a hablar con Antina, para hacer de nuevo la prueba —anunció ya de pie mientras se ponía su vestido rojo. Las dos adultas se miraron entre sí con semblante preocupado.

—Hija... tienes que comprender que el aquelarre solo puede ser realizado en tres intentos. Y sabes cómo es esa anciana con lo que respecta a leyes.

—Tengo que intentarlo.

La casa de Antina era la más grande del pueblo. La rodeaba un alto enrejado, y el edificio de madera con ventanas grandes y tejado puntiagudo de losa negra. En el jardín delantero hay algunas lápidas de brujas destacadas, consideradas "elegidas", que tienen el privilegio de la sepultura. Pues cuando una bruja muere su cuerpo simplemente es desechado, y a veces incluso es devorado por la comunidad para no desperdiciar la carne. Aunque no todas participan de esta costumbre.

UN SECRETO EN EL BOSQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora