24 - UN RITUAL EN EL ESTANQUE

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Cuando Jol abrió los ojos se encontró recostado en el regazo de Diadema, con una mano acariciaba el cabello del muchacho y con la otra sostenía la guía sangrienta

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Cuando Jol abrió los ojos se encontró recostado en el regazo de Diadema, con una mano acariciaba el cabello del muchacho y con la otra sostenía la guía sangrienta. Muy entusiasmada por sus nuevas habilidades deseó devorar el libro entero.

—Hola...

—Hola, bonito... —sonrió al hallarlo despierto.

—Que hechizo más poderoso que tiene mi bruja —dijo él al encontrar la sonrisa de Diadema.

—¿Cómo te sientes?

—Enamorado... —Jol hundió el rostro en la panza de ella.

—¡Hablo de tu cabeza! —la chica parecía un tomate.

—¿Mi cabeza? Me duele un poco... —entonces espabiló y se incorporó rápidamente— ¡Esas cosas! ¡¿Qué pasó con esos monstruos?! —la sorpresa fue inmediata al descubrir los cadáveres de las neredis esparcidos en la escena— ¿Qué ocurrió aquí? ¿Tú hiciste esto?

—Sí, con tu ayuda —confesó Diadema al dejarle un beso en la mejilla y levantarse para ponerse a trabajar.

—No entiendo...

—No te preocupes. Solo digamos que me fue sumamente fácil derrotarlas. Ahora hagamos los preparativos para mejorar a Colmillo de Obsidiana —los piecitos subieron por una de las aletas hasta el "torso", era la primera que había derrotado Jol, porque los demás cadáveres se encontraban casi irreconocibles.

—Recuérdame no hacerte enojar —pronunció el cazador al ver la brutalidad con la que habían muerto—. ¿Cómo lo lograste?

—Eso... —Diadema tenía las manos metidas dentro de la boca de la neredi, se oía un sonido viscoso mientras hurgaba dentro— Fue con tu sangre, al parecer tiene un efecto potenciador sobre mi magia.

—¿Como hace rato con los duendes?

—Sí, básicamente, mientr... —hizo fuerza y arrancó un trozo de carne con ayuda de sus tijeras— Mientras estemos juntos somos invencibles.

—¿Qué es eso? —mirando la extracción.

—Son sus cuerdas vocales. A ver, necesitamos un mechón del pelo de la bestia... —con la misma herramienta cortó el cabello al cadáver para atarlo en un nudo alrededor del bulto carnoso, luego se pinchó el dedo— Un poco de sangre pagana y... —al ser envuelto en el líquido vital el amasijo destelló un segundo— ¡Listo! —con un saltito se bajó de la criatura muerta para acercarse hasta Jol y sonriente extender la mano— ¡Trágatelo!

—¡¿Qué?! ¡Estas loca! Eso se ve asqueroso...

—¿Asqueroso? —se sorprendió la bruja acostumbrada a comer animales aun respirando.

—¡Sí! Está lleno de pelos de esas cosas y es carne cruda, no voy a comerme eso.

—Hemos venido hasta aquí para esto...

UN SECRETO EN EL BOSQUEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora