LUJURIA - (Ya en librerías)

By EvaMuozBenitez

183M 8.7M 57.4M

El mundo ardió volviendo cenizas a una mujer hecha para pecar. Ahora la lascivia le ha dado paso a una latent... More

YA EN LIBRERÍAS
ADVERTENCIA
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CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPITULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPITULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPITULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
EL LEGADO PREVALECE.
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 37 II
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
CAPÍTULO 61
CAPITULO 62
JAQUE MATE
CAPÍTULO 63
CAPÍTULO 64
CAPÍTULO 65
CAPÍTULO 66
CAPÍTULO 67
QUERIDA RACHEL.
CAPÍTULO 68
MINISTRO
CAPITULO 69
CAPITULO 70
CAPITULO 71
CAPITULO 72
CAPITULO 73
CAPITULO 74
CAPÍTULO 75
EN OTRO LADO
CAPITULO 77
CAPITULO 78
CAPITULO 79
CAPITULO 80
OPERACION RESCATE
CAPÍTULO 81
CAPÍTULO 82
GOODBYE.
CAPÍTULO 83
CAPÍTULO 84
CAPÍTULO 85
CAPITULO 86
CAPITULO 87
KARMA PARTE 2
KARMA PARTE 3
Extra: Felices fiestas.
CAPITULO 88
CAPITULO 89
¡NO ES UN CAPITULO, ES UN EXTRA!
CAPITULO 90
CAPITULO 91
CAPITULO 92
EPILOGO

CAPITULO 76

1.6M 82.9K 389K
By EvaMuozBenitez

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Animal.

Kírov- Rusia.

Phillippe.

Desde la cima observo lo que yace abajo, el niño encadenado en medio del aguacero, los ladridos aterradores que lo rodean, el miedo en los ojos de Damon.

Los representantes de la mafia se mantienen a mi izquierda incluyendo a Ilenko que no deja de inspeccionar la cara que pongo viendo a mi sobrino, esto es demasiado incluso para mí.

Damon Mascherano permanece encadenado a una viga que se ancla a la tierra siendo víctima del anacrónico mecanismo de la bratva, estrategias de la antonegra que te matan o convierten en el peor de los ejecutores.

—¡Tu padre es un asesino, tu madre es una asesina y tu gen está programado para matar! —vociferan— ¡Esto es el infierno y tú serás el más cruel de los sicarios!

Liberan la cadena de un dóberman el cual sale disparado en dirección al niño, Damon se arrastra corriendo al pie de la pequeña colina, en vano. El grillete del cuello lo devuelve.

—¡Salvami! —grita en su idioma natal extendiendo la mano— ¡Salvami!

El perro se aferra al pantalón revolcándolo en el lodo.

—¡Defiéndete asesino! —le gritan y el pequeño patalea llorando — ¡Defiéndete!

Bajo los parpados ante el llanto ensordecedor, un niño contra un can. Se lleva los brazos a la cara cuando el dóberman planta las patas en su pecho mostrándole los dientes.

Me doy la vuelta tomando el camino del castillo, soy parte de la realeza de la mafia uno de los dos favoritos de mi padre y gracias a mi madre nunca hicimos parte de este tipo de preparación.

Ilenko y sus hijos si, Antoni y yo, no.

"La sangre llama" Se dice, la sangre duele y Damon me acaba de golpear. Los súbditos inclinan la cabeza al momento de entrar en el castillo ruso. La mafia es una monarquía donde el líder es como un rey.

Tomo las escaleras de piedra, estoy en uno de los castillos que conquisto mi padre junto con el Boss de la bratva (El padre de Ilenko) los Romanov viven aquí y me topo con los hijos del ruso antes de entrar al despacho.

—Mi señor, buenos días —Wolfgang se pone de pie cuando entro al despacho— ¿Como se encuentra?

Paul está a un lado con las manos en la espalda. Escogió mi bando en busca de un buen puesto, pero al ponerse en evidencia tuvo que huir conmigo.

Maricarmen está acomodando documentos con un collar de esclava en el cuello, es prisionera de Ilenko para él es una pieza clave a la hora de saber secretos de estado.

Rodeo la mesa ocupando mi lugar. Salir de la FEMF no era parte de mi estrategia, pero Rachel me dio una bofetada cargada de suspicacia.

Estaba tan afanado por eliminar las pruebas que no note que veía todo lo que hacía desde su teléfono y termine siendo víctima de mi propia trampa.

Evoco la cara de Laurens, el terror en sus ojos cuando me desenmascararon.

—¿Que tiene el líder? —entra Ilenko— Creí que te alegraría estar de lleno en tu cargo.

—Me alegra —contesto.

—No parece ¿Es que eres más soldado que mafioso?

—¡No vuelvas a mencionar eso! —asevero — ¡Estas hablando con la máxima figura de la mafia!

—Hechos, no palabras Phillippe.

Planto los codos en la mesa. Rachel es una maldita ramera, yo tenía que seguir en Londres en vez de estar huyendo en Rusia.

—Vamos a lanzar todo lo que tenemos en las semanas que quedan para la campaña —dispongo— Ivana sigue adentro, el 30% del ejercito ingles esta de nuestro lado.

En el tiempo que estuve logre que muchos me juraran lealtad.

—Tengo malas noticias —habla Wolfgang — Una fuente confiable me confirmó que el concejo está sopesando no llevar a cabo las elecciones.

Ilenko se pone de pie inclinándose sobre la mesa.

—¿A que no te lo esperabas? —me mira con odio— La pirámide está temblando, mi esfuerzo se está yendo a la caneca...

—Tengo todo bajo control.

—No te creo, Phillippe tú no tienes madera para esto ratoncillo —asegura— Tu nobleza, el encanto de Emily también lo tienes tú y en las guerras la crueldad es la que vence. La crueldad y el sadismo que ves en mí, Antoni y el coronel, por eso somos lo que somos.

—¿Qué clase de mafioso pone a un miembro de la justicia en su misma regla?

—Un mafioso que observa para aprender.

Pone distancia paseándose frente a mi escritorio.

—Ese que ves con uniforme de coronel. Ese que se sienta en su despacho a dar órdenes es peligroso, Phillippe yo doy fe de ellos porque sé todo sobre él —confiesa — Todos le conocen en el bando de la milicia, pero son pocos los que lo han visto siendo un criminal.

—Es un niño de papi, Boss —habla Wolfgang —Yo lo voy a matar, cobrare la sangre de mi amada.

«Boss: jefe de la mafia rusa (Ilenko)»

El esloveno se acerca a mi puesto.

—No quiero estar en asuntos internos —aclara— Alex Morgan está siendo silencioso, camina despacio porque quiere atraparme sin sospechar que yo ya conozco sus intenciones.

Me hundo en la silla, con un Morgan en el trono de la rama judicial nunca lograre nada.

—¿Es oficial lo de Alex? —le pregunto a Wolfgang.

—Aun no, pero es lo más probable.

«Oh padre, nunca dijiste que tan difícil seria ocupar tus zapatos»

—Si pasa sabes el conducto regular —entrelazo los dedos sobre mi pecho— Alienta el motín, aviva a la gente y no temas, déjate arrestar que yo te sacaré y te traeré nuevamente a mi lado.

—No temo —asegura— Confió en sus capacidades mi señor.

—Señor, vuelvo a pedirle benevolencia con mi amigo Stefan —me pide Paul y Maricarmen nos mira— Es una buena persona.

—Lo sé...

—Pero la benevolencia no existe en el diccionario de la mafia —se mete Ilenko.

No lo contradigo, solo me levanto a darle la mano Wolfgang, soy agradecido con los que están en esto y el esloveno es una carta de valor en esta baraja.

—Vuelve a Londres —busco en el bolsillo de mi abrigo el sobre que arme esta mañana— Y entrégale esto a Laurens, hazle saber que velare por ella y por Maggie.

—Como ordene.

Le palmeo la cara y se marcha seguido de Maricarmen, Laurens es una buena chica y de seguro está sufriendo las consecuencias del haber estado conmigo.

—¿Los hermanos siempre se enamoran de sus víctimas? —inquiere Ilenko.

—Mis asuntos personales no te competen

—Consigue la cabeza de Ali Mahala y mata Antoni —insiste con lo mismo— puedes ser muy lider, pero soy más viejo que tú y sé porque te digo las cosas.

—¡No puedo matar a mi hermano! —me defiendo— Es mi sangre y mi madre nunca me lo perdonaría. Dalila le está dando de baja a los Halcones, así que no te preocupes por eso.

Mi sobrina entra al despacho como si la mera mención de su nombre la trajera por obra y gracia, ensancha los labios sonriéndome satisfecha e Ilenko la mira con asco.

—Muchacho ven conmigo —le ordena a Paul— Vamos a sobrar aquí.

—Haces bien ruso —lo felicita Dalila dejando que se vaya.

Poso las manos en la madera de la silla dejando que me abrace la espalda.

—Espere tanto esto —busca la manera de tenerme frente a frente— Tú y yo como los reyes de la mafia.

Los labios delgados chocan contra los míos en un beso fugaz.

—Solo mío, solo tuya

Dejo que me vuelva a besar, pero el asco me corroe al recordar la memoria de mi hermano. Si eso no me importaba antes ¿Porque ahora sí? Rechazo el contacto de su lengua y separo nuestras bocas.

—¿Estas bien?

Paseo la nariz por su cuello buscando la fragancia de la que me enamore, pero mis fosas nasales evocan un olor diferente... «Jazmín» Loción de agua fresca combinada con el tierno olor de talco para niñas. Miro al techo, a eso huele Lau.

Dalila vuelve a besarme, pero la pienso a ella. Ella y sus rizos cobrizos, ella siendo tímida, ella mirándome como si fuera lo mejor que se le hubiese cruzado en la vida.

Tomo distancia lejos de mi sobrina.

—¿Qué tienes?

—Nada.

◆ ▬▬▬▬▬▬ ❴✪❵ ▬▬▬▬▬▬ ◆

Christopher.

Tengo el miembro duro y dolorido, parece que enfrento una crisis de pirexia mientras mi cuerpo transpira ansiedad envuelta en morbo combinado con desespero.

No conozco el término "Descanso" Desperté a las dos de la mañana y me fue imposible retomar el sueño, de hecho, ni reposé, simplemente me metí al pantano de la misma asquerosa pesadilla.

La respiración me hace eco en los oídos cada que aparece. La sangre, la muerte, el impacto...

Posan la palma de la mano en el centro de mi espalda subiendo con cuidado, el sol matutino sirve de luz natural e inhalo preparándome para el toque de la aguja que penetra mis poros, la maquina zumba y mi tatuadora se concentra en la tarea marcando el inicio de mi espalda, justo en la parte donde termina el cuello.

Ya no me duele, creo que ya nada lo hace, solo tengo hambre de sexo, furia de grandeza. Ganas de liberar la vehemencia que me quema las venas.

— ¿Significa algo especial? —pregunta la tatuadora.

Sacudo la cabeza dejando que siga, no es especial mi piel lo quiere como quise los otros y ya está, no le busco lógica a las cosas que quiero. Sigue con lo suyo limpiando la tinta sin perder de vista la tarea.

Se toma su tiempo, la conocí cuando tenía 17 y el arte que hace en las calles le queda estupendo en la piel.

Cierro los ojos cuando el desespero me golpea <Rachel> El movimiento violento de sus caderas abierta de piernas sobre mí, el calor de su boca alrededor de mi miembro, la sensación viril que desata cada que se corre a chorros mientras me la follo a lo salvaje.

Tenso las extremidades dejando que la chica termine.

—Está hecho.

Ubica un espejo en mi espalda para que pueda detallarlo con el que cuelga en la pared.

Mediano y conciso, asiento dejando que unte la crema antes de ponerme la película autoadhesiva.

No agradezco simplemente busco el dinero, ella recoge sus cosas mientras me coloco la camisa blanca, el ardor pasa desapercibido si se tiene la cabeza en otro lado.

La erección no merma y paso la mano tratando de que el vaquero no me maltrate, pero es inútil.

—Lárgate —le pago.

—Gracias —recibe el dinero sin decir más.

Suelto la pretina cuando se cierra la puerta. Demasiada abstinencia, saco el falo duro respirando rápido ¡Maldita sea! El pecho me sube y baja acelerado mientras sudo con la boca seca.

Nunca me había sentido tan mal, no puedo concentrarme ni hacer mi trabajo porque su ausencia me pesa en todos los sentidos.

Mi mano busca el derrame, pero no cede, aunque pude un par de veces con el cuadro, no lo logro con ella cerca, me frustra saber que está a un par de pasos.

Acaricio los testículos recostándola contra mi abdomen. Esto es mucho más fuerte que yo y presiento que mi compostura ya no hace parte de mi ser. Espero que la dureza baje, aunque sea un poco, pero el observar la pintura frente a mí tampoco me ayuda.

Es como si estuviera atrapado en un hechizo, en una obsesión sin cura. Me encierro en el baño y abro el grifo mojándome las manos y la cara dejando que la tensión merme hasta que puedo abotonar la pretina sin maltratarme.

Salgo a cubrir el cuadro, saco un blazer del closet y acomodo los puños en el pasillo mientras camino.

— El señor Morgan lo espera en el comedor —avisa la empleada al pie de la escalera.

Bajo yéndome a la puerta principal y Rob el jefe de la guardia de Alex se me atraviesa.

—El ministro lo está esperando —señala el vestíbulo que le da paso al comedor.

—¿Te apetece tener la cara llena de golpes?

Se mantiene erguido, si hay alguien fiel a las órdenes de Alex es este sujeto, lleva años cuidándole la espalda encargándose de cumplir todas las peticiones del ministro.

— ¿Quiere que lo acompañe?

Una pelea con alguien ahora terminaría en muerte, así que me devuelvo buscando el comedor. Alex está en la cabeza de la mesa con Rachel a su izquierda, Stefan está al lado de la teniente y Cho en el puesto que sigue.

— Que tengan buen provecho... —el soldado se levanta cuando me ve.

— Pero te acaban de servir el desayuno — le dice Cho.

— Comeré en la cocina — se lleva el plato buscando la salida de la puerta corrediza.

Sara no está, Alex luce de mal humor y jalo la silla sentándome a la derecha del ministro dejando que mis ojos se encuentren con la mujer que yace al otro lado de la mesa. Le sostengo la mirada y el azul se torna turbio.

La polla se me vuelve a engordar con el rojo que le decora los labios, el cabello azabache le cubre los hombros desnudos haciendo contraste con la blusa de encaje color vino tinto. No sé si esa mierda pueda llamarse blusa porque ni sostén tiene y las tiras delgadas se esfuerzan por sostenerle las tetas.

—Respeta la mesa —murmura el ministro molesto sacándome de la hipnosis.

Espabilo notando que ni disimular puedo.

—¿Qué tan orgulloso te hace sentir eso? —sigue Alex— Infundir miedo, expandir pánico en Stefan.

—Si no tiene la osadía de enfrentarme no es mi problema.

Llevo la espalda contra la silla queriendo apaciguar el arranque que emerge. La empleada deja el plato y ni lo miro, solo observo la sonrisa torcida de Rachel.

—Tu menos precias sin percatarte de que es mil veces mejor persona que tú.

—Para ti el mundo entero es mejor que yo...

—¡Porque lo es! —me interrumpe — ¡Deja de pisotearlo, de inyectar miedo, a quien tú ves como un inútil yo lo veo como un apoyo y no es justo, Christopher! No es justo que vuelvas un infierno la vida de alguien solo porque está conmigo.

—¿Está contigo?

Observo el mantel con la ira bailándome en las venas

—Ya déjalo pasar, si se acabó está bien —no me gusta que diga eso— Tenemos que avanzar por el bien de los dos.

La idea me detiene los latidos, yo no puedo dar ni un puto paso.

—Por el bien de los dos —repito — Nos alejamos, tomamos distancia, pero si se te da la gana de reaparecer no me queda más alternativa que aceptarlo. Si tus estúpidas decisiones te ponen en peligro yo tengo que estar ahí para ti, tengo que mover el puto mundo para ponerte a salvo ya que Stefan, Bratt o quien tengas no es suficiente ni puede hacerlo.

—No lo hagas y...

—¡Claro que tengo que hacerlo! —el impulso arrasa con los platos que tengo en frente poniéndome de pie— ¡Es mi obligación porque eres el puto oxigeno que necesito para sobrevivir!

Es un cáncer el cual me está deteriorando, he perdido la batalla conmigo mismo y he aquí el resultado.

—Vamos hablar afuera —procuro calmarme...

—Yo no tengo nada que hablar contigo, ya dije lo que pensaba.

Alex no deja que se levante, le entrega el tenedor para que siga comiendo.

—Termina con eso —demanda.

Sinceramente no puedo, no creí llegar a tal estado.

— No te quiero en High Garden hasta nueva orden — me dice Alex— Esta casa se respeta y mientras no aprendas a comportarte no te voy a dejar entrar.

Mantiene la postura como un rey que solo abre la boca para dar órdenes.

— No más insultos a tu madre, ni a Stefan a Cho y mi persona en este techo. No más conflictos con Rachel —exige — Tampoco te quiero ebrio, agresivo y causando problemas. Eres mi hijo, pero no más... En tu casa haz lo que quieras, pero en la mía no.

Se hace silencio total.

— ¿Terminaste?

— Rachel va a vivir aquí y Stefan también...

— No me lo expliques, a mí no me importa tu trastorno de que querer armar la familia que la vida te robo — le aclaro — Con la única persona que cuento es conmigo mismo. El término "familiar" murió con Reece...

—¡Tú papá siempre he sido yo, no él! —se enfurece— ¡Pueda que no te guste, pero solo nos tenemos uno al otro!

— ¡Kilos y kilos de estiércol es lo único que tenemos!

Me levanto.

—No he terminado, Christopher.

—Yo sí.

Abandono la casa dejando que Dalton se ponga al volante cuando subo a la camioneta. Son pocos los que entienden que ser coherente y acertado es una ley de la vida, pierden porque son corderos en una manada de hienas y como en la naturaleza solo el más fuerte sobrevive.

Yo dando amor no voy a lograr nada, siendo Bratt o Stefan menos. No deseo nada a medias. No soy una buena persona, no me interesa serlo.

Los deseos que tengo me lo ratifican, observo a través del vidrio polarizado. Irme no fue porque se ausentará mi madre, lo que pretendía ser una rebelión terminó siendo una cualidad de cuna.

Llegamos Leonel y Kazuki tienen su ejército élite de "Visita" No subo a mi alcoba me cambio como un soldado cualquiera en los casilleros de las duchas.

Con el uniforme puesto las cosas son diferentes, lo de Philippe está presente, la amenaza latente y yo tengo que recordar quien soy y porque he llegado hasta aquí y para ello tengo que tomar medidas.

Salgo al campo abierto haciéndole frente al pulmón del ejército, más de mil hombres, soldados oficiales que le hacen frente a la labor con el gran detalle que si se me tuercen caigo en picada.

Los soldados de la elite están en una línea aparte aquellos que los méritos le dan para acompañarme en las misiones que merecen mi total empeño, en el juego las fichas que conocen de cerca mi mandato.

Saben porqué están aquí, están para depurar la basura que entorpece. Todos se alinean dedicándome un saludo militar.

—Se dice que la mafia marcha en mis filas —hablo para todos— Débiles en un mandato diseñado para los mejores.

Mantienen la posición.

—¡Débiles, ratas, mierda porque los fuerte no se venden, no mendigan! —les grito— ¡Si sabes lo que vale ve y busca lo que mereces, yo fui por ello y ¿Que gané?!

Pregunto y nadie contesta.

— Me gane el orgullo de decir que soy el coronel Christopher Morgan Harts; Economista, piloto, poliglota. Francotirador con título en administración militar —empiezo— Mi pecho reluce medalla de: Combate, tiro, audacia, estrategia. Servicio en guerra internacional, fuerza área, fuerza naval, fuerza terrestre, estrella de oro, operaciones especiales, supervivencia, lazo azul por narcotráfico, lazo negro por la lucha contra la pedofilia, lazo rojo por trata de blancas.

Mantengo mi posición.

—Número uno en capturas, número uno en medallas obtenidas vs tiempo de servicio, sobreviví a Afganistán, Siria, Somalia, Yemen, la bratva y a la mafia italiana.

Rompo posición.

—¡Mi mérito es propio y como se lo que valgo, siempre voy por lo que merezco y es no trabajar con basura! —espeto.

Me acerco a la primera fila.

—No soy un héroe de guerra, soy el ejecutor que acaba con aquellos que van contra las leyes que me rigen —espeto — ¡Y el que no me sirva se va!

Palidecen.

—¡Me van a demostrar ya mismo porque están aquí, él que flaquee se larga porque si es débil físicamente su cabeza es un nido de bazofia! —manifiesto— ¡Si sobrevives y aun así te quieres vender eres un completo marica porque el entrenamiento no es nada comparado con el castigo!

Se preparan y los de la elite se esparcen por las filas.

—¡Que su madre rece por ustedes perras desagradecidas! —Gauna toma la vocería— ¡Aquí solo sobreviven los que sirven!

—¡A la pista todo el mundo! —ordeno.

—¡A depurar se dijo! —me uno a Gauna.

El miedo se siente en el aire y todo el mundo corre al campo abierto más cruel del comando; 147 pruebas las cuales se deben pasar sin flaquear.

—¡¿Son soldados o zorras lloronas?! —empiezo — ¡Con gallinas no cargo!

El evento atrae la atención del resto del comando cadetes de primera línea, miembros del concejo, agentes de casos internos.

—¡Tu no sirves lárgate! —espeta Parker por un lado — ¡732 se larga también!

Caen los primeros.

—¡Ve a llorarle a la perra de tu madre! —saca a uno de la pista— ¡Largo!

Es psicología los que sufren de miedo son los primeros en venderse.

—¿Número? —le pregunto a uno al azar.

—163.

—163 flexiones de codo con doble palmada recordándome los putos pilares que les inculcaron —escojo a 20— ¡Al suelo!

Apoyan las manos en el césped.

—¡Aguerridos, audaces!

—¡¿No tienen bolas? ¿Porque me murmuran como niñatas?! —inquiero — ¡Más fuerte!

—¡Rectitud, compromiso!

—¡Más fuerte!

—¡Abnegación, lealtad!

Los dejo con Laila.

—¡Con una sola mano!

Stefan y Liz están a prueba con Gauna, viví esto cientos de veces en nueva guinea y así es como se labra el carácter, en la guerra no queda vivo el que se cae a la mitad de la prueba.

El que se va a negar a venderse es quien llega al final con la espalda ensangrentada porque si le cuesta quedarse va a valorar el puesto todos los días ya que le costó sudor y sangre.

—¡Cinco minutos para la segunda secuencia! —dispongo — ¡El que no está en la línea amarilla, se larga!

Me meto a los fosos terrestres, canales donde te llueve arena por todo lado mientras la claustrofobia te ataca haciéndote creer que vas a morir.

—¡No los estoy oyendo partida de imbéciles!

Arma de doble filo, porque el pánico no se disfraza y sale en la voz a la hora de cantar. Muchos cierran los ojos gritando:

"Te voy a enseñar a más que a disparar, te voy a enseñar como me place al enemigo aniquilar. Vas a sentir el placer de destruir a aquellos que ponen a inocentes a sufrir"

—¡Más fuerte!

—¡Vamos tropa! —alienta Patrick.

"Soy frió como el hielo, me rio del dolor, no tengo compasión porque soy un militante que marcha con honor"

—¡De nuevo!

"Prepara tu maleta, tu explosivo y tu fusil y entra al infierno disparando antes de que ellos atenten contra a ti"

Se quedan diez y avanzo con el siguiente grupo montándome al avión que me espera.

—¡A morir como soldados!

Las aeronaves se alzan en el aire poniéndolos cara a cara con el vértigo con las maniobras, simulacros de ataque que te ponen entre la espada y la pared.

Se lanzan el primero y desde abajo se desencadenan los disparos de prueba, el sonido y la velocidad es para infundir miedo. En la guerra te lanzan balas de verdad y debes tener un control del paracaídas.

Los que quedan pasan a la prueba de explosivos.

—¡Dos minutos es mucho tiempo para armar un fusil de aquí a que los armes ya habrán matado a cuatro de tus camaradas! —impone Bratt.

—Señor, si señor.

—¡Tienes 20 segundos!

Sincroniza el tiempo.

—¡No sirves, quedas fuera!

Liz se mantiene con Stefan, las horas se alargan y las lágrimas quedan en el campo, con la presión, el maltrato lleno de crueldad. Hasta los que no están llora con el sollozo de los que piden una segunda oportunidad.

—¡La fortaleza se basa en cuanto aguantas y que estás dispuesto hacer para conseguir lo que quieres! —dispongo— ¡Si quieren estar aquí tienen que ganárselo!

Las mangueras de agua golpean en plena prueba, los explosivos estallan en el terreno devolviendo gente, hay quemaduras, golpes, arañazos. Cojos trepando negándose a caer, personas con la ropa deshecha.

—¡Lo fácil no vale la pena!

Los soldados de la élite mantienen su papel metiendo presión pese a las suplicas, pese a las condiciones precarias.

—¡Es aguantar y seguir! —anima Simón— ¡Hay que seguir y seguir siempre es lo que nos hace los mejores!

Lo que queda no es ni la sombra de lo que entro, muchos se limpian el rostro alzando con los harapos que les queda como ropa.

—Ya no son negros, latinos, asiáticos, indígenas o donde sea que vengan —hablo— ¡Son soldados, mi ejército, su único color es el negro que tienen en el uniforme y el único objetivo es cumplir con lo que se les ordena ¿Entendido?!

—¡Si mi coronel!

—¡Yo no aplico perdón y olvido porque el enemigo nunca tendrá compasión con nosotros y mi ley es mata tú antes de que te maten a ti, mata tú primero porque a él no le va a temblar la mano! —sigo— ¡Los valientes hacemos lo que los cobardes critican!

Llego al corazón del ejército.

—¿Qué dejamos?

—¡El alma en el campo de batalla!

—¡¿Que imponemos?!

—¡Orden!

—¡¿Con quién están?!

—¡Con usted mi coronel!

Leonel y Kazuki observan desde las barandas al igual que casos internos.

—¡Rompan filas!

Tengo ganas de vomitar, la sien me palpita y el pecho se me comprime de golpe.

—Mi coronel —un soldado se me planta enfrente con un saludo militar— El ministro convocó rueda de prensa con carácter urgente, los otros dos candidatos ya se están preparando.

Me apresuro a cambiarme, sin la agitación en el sistema vuelvo a los pensamientos lascivos regidos por la satiriasis, ya hasta siento que el dolor se extiende a todos mis órganos. 

Me baño y salgo encontrándome con Gema en la alcoba, viene de civil con un traje blanco ya las cicatrices de la cara se ven como un mero rastro.

—Buen entrenamiento —comenta cuando empiezo a vestirme dándole la espalda— Liz hizo lo que le pedí y es demostrarte que su fortaleza no le da para ser una traidora.

Es poco lo que escucho, estoy demasiado mal, me acabo de bañar y sin embargo estoy sudando otra vez.

—¿Se sabe quién le entregó la información a casos internos? —pregunto.

—Aun no.

Deja caer un cofre negro en la cama.

— Medalla a la lucha por maltrato infantil y femenino —explica—Me la dieron hace cuatro días y te subió un cuatro por ciento en las encuestas. Dos pasos de ventaja porque Leonel está a nada de alcanzarte.

Me siento cuando se me oscurece la vista con las pulsaciones que lanza mi cerebro.

—¿Que tienes? —indaga Gema— Parece que llevaras una vida sin dormir.

—Llevo una vida sin dormir.

Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que lo hice, cuando fue la última vez que cerré los ojos y no tuve pesadillas.

—Cuéntame que tienes —se preocupa— ¿Qué hago para que te sienta mejor?

Como quisiera que esas palabras salieran de la boca de otra.

—Tengo que irme —busco la chaqueta.

La prensa está a lo largo del salón, el consejo se mantiene en primera fila al igual que Leonel y Kazuki que le guarda luto a su hija vestido de negro.

No doy dos pasos cuando ya tengo a los camarógrafos encima.

—¿coronel cómo están las cosas con su prometida?

—Bien.

—¿su compromiso sigue en pie?

—Si —contesto con sequedad.

Gema se endereza orgullosa.

—¿Lo anunciara en la fecha acordada?

—Si.

—Si es la persona que creemos tendrá usted un pie en el puesto ¿Cómo se siente con eso?

—Bien.

Los micrófonos desaparecen cuando el ministro llega con Rachel.

—¿teniente James como fue su encuentro con el líder de la mafia? —preguntan.

—Explosivo y traumático —contesta airosa— Le dejo claro a la mafia que sus ataques solo me vuelven más fuerte.

—Está en todos los periódicos, generales han manifestado públicamente que la quieren en sus filas ¿Cómo se siente con eso?

—Feliz por la cara que ha de estar poniendo mi padre y mi familia.

— ¿Ha considerado entrar a la rama administrativa? ¿El título de viceministra significan algo para usted?

Se ríe.

—ministro ¿La cercanía y el apoyo a la teniente James se debe a la amistad con el general Rick James?

—No, solo me gusta ser la envidia de todo el mundo.

Todos sueltan a reír y Gema rueda los ojos a mi lado.

—¿No te quedan las cosas claras todavía? —reclama — Pobre Sara, no se lo merece.

Me quedo de pie contra las vigas mientras Alex sube tomando asiento frente a la mesa llena de micrófonos, Olimpia lo acompaña y casos internos se mantiene en su mesa con los oficiales más importantes, Carter y Wolfgang.

Patrick, Bratt, Parker y Simón saludan a los capitanes de otras centrales. Hay agentes de asuntos internos y soldados de la elite de Leonel y Kazuki.

La gente se mantiene expectante y yo sigo sudando sintiéndome como una vil mierda.

—Se las hará raro que convoque este evento de una forma tan repentina —empieza el ministro— Pero es justo y necesario teniendo en cuenta los últimos acontecimientos.

Fijo a Rachel en mi radar, estoy empeorando como si me enfrentara a una abrupta metamorfosis, el sudor me recorre el cuello con la imagen de ella derecha luciendo la falda de cuero que trae.

—Hay una pirámide la cual pone en tela de juicio a los tres candidatos, casos internos está siendo investigado por difamación y nexos con la mafia —continúa Alex— Y esto se ha podrido tanto desconfió hasta de mi propia sombra.
Desencadena una ola de murmullos.

—No fue fácil tomar esta decisión, sabemos que esto atropella el esfuerzo de muchos, que echa a la basura todo lo conseguido hasta ahora—hace una pausa— Pero la vida no es justa para nadie y junto con el consejo he tomado la decisión de alargar mi mandato cuatro años más...

Siento que me arrojan un balde de agua helada con la avalancha de repulsión que me corroe, Kazuki se pone de pie con Leonel mientras...

—¿Se volvió loco? —se queja Gema.

—¡Mi hija murió en esta candidatura! —Kazuki es el primero en alzar la voz— ¡No es justo que hagan esto en un punto tan culminante!

—¡No quieres soltar el poder! —contraataca Leonel— Haces esto porque estoy a nada de ganarle a tu hijo.

Los partidos se levantan y la gente empieza a descontrolarse.

—¡Casos internos tenía razón, estamos frente a una oligarquía! —lo señala Leonel— ¡No más Morgan!

—¡No más Morgan! —lo apoyan atrás uniéndose en un solo coro— ¡No más Morgan!

La prensa enfoca tomando fotos.

—No voy a dar más declaraciones al respecto —dice Alex.

Rob lo cubre, Rachel lo sigue cuando se levanta y no puedo sentirme más estúpido, todo. Todo lo que hecho ha sido una completa pérdida de tiempo.

—Oye...

Aparto el brazo de Gema yéndome detrás de Alex, no baja, toma la puerta que está en la tarima. El concejo lo sigue y la guardia trata de calmar a la gente cuando intenta irse detrás, apresuro el paso empujando a los escoltas.

—Cuando te calmes, hablamos —impone el ministro con Rachel atrás.

—¡¿Que vamos hablar?! —lo empujo— ¡¿Como vas a justificar el que me tomes como una puta marioneta?!

—Déjenlo —le pide a los escoltas que tratan de apartarme— Te lo iba a decir y no me quisiste escuchar.

—¿Me convenciste para qué? ¿Para luego alardear que eres mejor que yo?

— ¡Es por tu bien, Christopher! ¡Lo hago para protegerte!

—¡No, esto es para seguir haciendo lo que te place! —le grito— ¡Para seguir pisoteándome porque no aceptas que tenga el criterio de estar por encima de ti! ¡Eres un maldito avaro!

Retrocedo cuando trata de acercarse.

—Entiende que yo no soy tu jodido enemigo, yo no te odio, no te repudio ni quiero entrar en guerra contigo. Esto es lo mejor para todos...

—Siempre haces lo mismo imponiéndote sobre mí aun sabiendo que soy mejor opción que tú ahora!

—Si tan solo me entendieras una vez en tu vida...

—Qué asco venir de ti.

Me devuelvo, sus palabras no causan más que repulsión y esto no es novedad en alguien como él.

—¡Alex! —reconozco la voz de Rachel— No salgas...

—Escúchame —me sigue el ministro— ¡Christopher!

Alcanza a tomarme de la manga y me suelto entrando en la multitud que no deja de gritar:

—¡No más Morgan!

—¡Es peligroso, ven conmigo!

Los escoltas hacen su trabajo tratando de que el gentío no se nos venga encima, las luces de las cámaras me enceguecen, la pesadilla vuelve teniendo los ojos abiertos mientras batallo por encontrar la puerta.

—¡Por favor!

Me suplica atrás.

—¡Alex! —grita Wolfgang de la nada y...

Dos tiros me paralizan, la gente retrocede asustada y un escalofrió se perpetua a lo largo de mi cuerpo cuando volteo.

—Chris...

El ministro corta el nombre doblando las rodillas en el piso con una mano en el pecho mientras que con la otra trata de alcanzarme...

—¿Papá? —es lo único que inmuto.

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