CAPITULO 73

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Lágrimas de Azufre.

A la mañana siguiente.

Rachel.

—¿Cómo entraron al edificio? —le pregunto a Dalton.

—Se hicieron pasar por el personal de seguridad, violentaron la cerradura e infiltraron un mercenario.

Me mantengo sentada en la cama escuchando la versión de los hechos.

—La teniente tuvo buenos reflejos, de no actuar a tiempo la hubiese matado en mientras dormía con su madre —extiende la nota que dejaron para Christopher.

"Morgan a la tumba, muerte a ti, tu mujer a tus hijos y a los hijos de tus hijos"

Esta escrito con sangre y como si no fuera suficiente se tomaron la molestia de dejar el corazón de no sé quién con un puñal enterrado en la mitad.

—Ningún sitio es seguro ahora mi teniente, si pide mi opinión diría que solo me confió de esta casa y el comando.

Asiento soltando el aire. Gema tiene un par de centinelas alrededor de la casa y tal cosa no basta ahora que el mundo la ve como la futura prometida. No se anuncia todavía sin embargo la mayoría ya lo presiente.

—En la tarde me reuniré con el ministro y sabremos como proceder —contesto — Al igual debo hablarle de otro tema.

— Si mi teniente.

Viendo cómo van las cosas tome la decisión de ponerlo al tanto de lo que pasa con Phillippe, al igual el sospecha de casos internos desde que estuvo en París y lo mejor es que unamos fuerzas para esto. Alex puede ser lo que sea, pero se deja hablar de vez en cuando.

Dejo que se lleven el paquete y me encamino a buscar a Gema. Miranda me indica que está en la habitación del coronel y procuro centrar las ideas antes de avanzar. Se supone que fui entrenada para no mezclar lo personal con lo laboral, pero ahora la rabia no me deja pensar.

Antes lo tenía todo claro, ahora no sé nada. Siento que, aunque me esfuerce y sea la mejor no estaré completa

Bratt tenía misiones donde había contacto, acercamientos y lo asimilaba, lo tomaba bien porque posesiva no era y ahora... Ahora solo quiero eliminar a Gema de mi camino.

Detengo el paso cuando la oigo llorando en la alcoba, la puerta está entreabierta y él está sentado en la cama mientras ella se pasea de aquí para allá con lágrimas en los ojos.

—Por poco y no vuelvo abrir los ojos, estuve a nada de ser víctima de una tragedia —solloza— Y mi madre también, porque si me mataban a mí también la iban a matar a ella.

—Pero no pasó —contesta Christopher.

—¡Pero ¿Qué tal sí?! —se altera— Tengo miedo de esto y ya no estoy segura de querer continuar...

Se levanto tomándola de los hombros.

—Primero que todo tranquilízate —le dice— Porque si no ganamos de igual forma nos van a matar...

—No me voy a perdonar que le pase algo a mi madre por culpa de esto... Si ella me pierde a mí se va a quedar sola porque es lo único que tiene y ella siempre ha sido una mujer sin apoyo de nadie.

Se pasa las manos por la cara

—Yo tengo mucho miedo —se arroja sobre su pecho— ¿Qué tal te pase algo a ti? Eso es algo que tampoco no voy a soportar.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora