CAPÍTULO 59

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Antes de entrar en pánico, de abandonar la lectura y tirar todo a la mierda tómense el tiempo de llegar hasta el final. Cuando acaben con mucho gusto acepto, la crítica el regaño, la arena o lo que me quieran tirar.

Antes NO. Si van a dejar el capítulo a la mitad no me amenacen con irse, no me tiren arena en Facebook, WhatsApp o Wattpad solo porque las cosas no son como ustedes quieren. Yo los adoro y sus opiniones son bienvenidas, pero, a decir verdad, me molestan los comentarios tóxicos donde no hacen más que insultarme reiterando que la novela es esto y aquello.

Evitemos este tipo de conducta y no solo conmigo, con todos los autores que le dan rienda suelta a su imaginación.

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Meredith.

Colisión.

—Lo lamento, pero la práctica se cancela —me confirma Frey la nórdica en el teléfono— Tengo jaqueca y no la quiero empeorar con música alta.

—Pero es necesario. Necesito refuerzo antes de entrar al hipnosis.

—Te enviare los vídeos —avisa antes de colgar—Tengo tu email y adjuntare detalles del papel y el vestuario.

Las nórdicas son un quinteto de caprichosas. No trabajan contigo, tu trabajas para ellas y se hacen las privilegiadas por el mero hecho de ser pieza clave en todo esto.

—Bien —confirmo— Envía todo, yo practicare en casa.

Corto la llamada devolviéndome a mi auto, vine al punto de encuentro para nada.

Al igual para que me preocupo. Parece ser que soy la única interesada ya que Rachel anda en lo del parto de su amiga y Ángela ha estado ausente todo el día.

No es la primera vez que desempeñamos este papel y el baile es lo de menos. Conduzco hasta el centro y hago una pequeña parada para comprar la comida que le prometí a Bratt.

Tomo el teléfono para preguntarle si quiere que le lleve algo en especial, pero desisto de la idea, a lo mejor está dormido y se verá mejor que lo sorprenda con lo que le gusta.

Paso por su restaurante mediterráneo favorito, pido trucha para cenar y me enrumbo al supermercado por una botella de vino. Conozco los gustos de Bratt, los meses me han dado para conocerlo y bueno... Yo ya lo quería desde antes.

Quedé prendada de sus ojos el día que Angela me lo presento en Alemania, tenía pocas semanas de haber terminado con mi ex, sin embargo, no fue impedimento a la hora de sentirme atraída por mi capitán.

Tiene cierto aire galante de película francesa el cual te hace pretenderlo. El que Rachel se fuera me dio el espacio necesario para entrar en su vida y después de 30 meses aquí estamos, juntos y con un futuro lleno de esperanzas.

Conecto el manos libres cuando la pantalla de mi Sony se ilumina con el nombre de Martha Lewis.

—Pláceme saludarte —contesto tomando la calle que lleva a Kensington.

—Lo mismo digo, querida —responde y la imagino en su flamante comedor tomando té—¿Como esta mi hijo? Ese ingrato últimamente no tiene tiempo para compartir.

—Entiéndelo un poco, la central lo absorbe por completo y se está preparando para sustituir al coronel en su periodo de ausencia.

—Lo sé y antes de que asuma tal responsabilidad me agradaría que nos acompañen almorzar, el hospital dejara que Sabrina esté una semana con nosotros.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora