CAPÍTULO 60

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«Tres horas, 180 minutos con HACOC»

Juguemos.

Meredith.

Mantengo la espalda recta y el mentón en alto mientras espero frente al escritorio del despacho. Admito que tengo miedo, que tal vez esta sea una de las peores decisiones que he tomado y me pesa porque la culpa recayó con el mismo impacto de mis palabras.

Pero alguien tenía que hacerlo, alguien tenía que encargarse del trabajo sucio o de lo contrario entraríamos al mismo ciclo sin fin.

Fue un impulso estúpido e improvisado, no pensé, actúe al verla bailar como si nada mientras a mí el dolor me cortaba las entrañas. Mis oídos evocan una y otra vez los gemidos que oí y eso es una puñalada que entra y sale sacándome las lágrimas.

Juego con el anillo que tengo en la mano. La sortija que me dio Wolfgang la última vez que nos vimos.

Lo puse al tanto de la misión y me lo entregó a modo de prevención, pero yo lo usé para mi beneficio. Él quería que lo tuviera por si algo no iba bien. (Los mafiosos son cautelosos con aquellos que hacen parte de la pirámide)

Me sentí tan empoderada arriba, con el anillo que usan los grandes y con ella siendo presa fácil entre un montón de depredadores.

Fui una granada que explotó en mal momento llamándola por su nombre, recalcando lo que es y mintiendo cuando exclame que estaba ahí para entregarla sabiendo que no era así.

No hice uso de mi razonamiento, pensé en mí y en lo que vendrá, desde el mediodía busque y busque diferentes formas y por último lo más coherente era esto; Matarla con el fin de que todos crean que cayó por su propio peso.

Con mi traje de nórdica espero la decisión de los mafiosos que discuten en la puerta de al lado. La noticia del cautiverio de la dama de la mafia pone a muchos en duda y según oí varios se marcharon con miedo a las consecuencias que esto puede llegar a desencadenar.

Daniel el socio principal del hipnosis entra con Dante. (Son los dueños del club) El rubio toma asiento en su puesto, el ruso se le posa al lado mientras que la puerta principal vuelve abrirse dándole paso a Wolfgang que se queda de pie a mi derecha.

A él también lo dañé de manera indirecta, lo hice traicionar a su clan. (Wolfgang le sirve al clan italiano y Rachel es la dama de ese grupo)

—Wolfgang —habla Daniel— Vaya sorpresa tú en territorio enemigo.

—Solo vengo por mi chica —me acaricia el cabello con calma.

Tenemos historia juntos y es el tipo de persona que nunca demuestra lo enojado que esta.

—¿A qué hora es él deceso? —me atrevo a preguntar.

—¿Deceso? —inquiere Dante.

—Rachel...

Suelta una sonora carcajada que contagia al primo de Ilenko Romanov. No hablan, pero no me gusta la respuesta que me estan dando y a Wolfgang tampoco, tensa el cuerpo y eso solo empeora mi ánimo.

—Si la dejas viva habrá un montón de gente que querrá buscarla...

—Irónico que no pensaras en eso antes de dármela en bandeja de plata.

Abro la boca para hablar y Wolfgang me hace señas para que me calle.

—No seas cabezota y pégale un tiro antes de que el clan Mascherano se te venga encima por retener a su mujer, tampoco obviemos lo que hizo la FEMF años atrás.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora