CAPÍTULO 54

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360 Grados.

Rachel.

Me hubiese gustado que el alcohol lo borrara todo, se supone que para eso me embriague y ahora... Ahora estoy peor porque tengo ira mezclada con resaca.

Me muevo en la cama mientras Brenda se arregla frente al espejo.

—¿No participaras en los eventos?

Es lo que menos me importa ahora "Los eventos" Para que voy amargarme viéndole la cara a esa maldita lambiscona. Es que en verdad no creo poder detestar más a esa perra.

Me levanto con la gastritis carcomiéndome el estómago y tomo una ducha mientras Brenda se termina de arreglar.

—¿Quieres desayunar con nosotros? —se ve feliz y radiante.

Sacudo la cabeza.

—Lo supuse y pedí que te subieran una bandeja —se alisa el vestido— ¿Cómo me veo?

—Hermosa —me lanza un beso— Llámame cuando estés abajo.

Parker pasa por ella y me quedo sentada en el balcón viendo como podan los jardines.

Christopher me exaspera es imposible tener un poco de paz con ese hombre. Parece que mi felicidad dependiera de él y las jodidas horas que pasamos juntos me lo entierran tanto que empiezo a cuestionarme el estado de mi cordura.

«Calma Rachel» Gema es solo una distracción. Distracción que hace el papel de mojigata y no desaprovecha oportunidad para colgársele encima y el otro idiota no sé a qué juega siguiendome y quitandome las bragas.

Me traen el desayuno, me empino el jugo de naranja e inhalo el aire mañanero tratando de no saltar por el balcón, mis planes se fueron a la mierda.

El IPhone me vibra en el bolsillo, enciendo la pantalla y el jugo se convierte en ácido cuando reparo el mensaje que me acaban de enviar es de Liz con una estúpida foto de desayuno familiar.

Liz: "Buenos días, bellaquita" 

En la foto están Sara, Regina, Christopher y Gema. La última tomando la selfie con una sonrisa de oreja a oreja.

Los oídos me zumban e inmediatamente me llega otro mensaje.

"No te sorprendas cuando te envié la invitación a la boda"

Enloquezco, no tengo idea de en qué me transformo, solo sé que ya estoy harta de esta mierda y cuando menos lo creo estoy escalera arriba sintiendo que el cabello se me convierte en llamas.

Subo al piso de la suite presidencial,  Tyler está cuidando la puerta, intenta saludarme y lo aparto entrando a las malas.

La alcoba se compone de dos partes divididas entre vestíbulo y alcoba. Hay un comedor en el balcón y avanzo segura mientras cuatro pares de ojos se fijan en mí cuando cruzo el umbral.

No me detengo a mirar la cara de nadie, solo poso los ojos en el coronel que me mira como si estuviera loca.

—¡Me harté! —le ladro furiosa— De tu arrogancia, estupidez y delirios de depravado.

Tyler intenta tomarme y alzo la mano para que se aleje.

—No te atrevas —advierto concentrándome en su jefe— ¡Vete a la mierda Christopher! Me sigues, me buscas, me rechazas y luego te me robas las bragas y vienes a desayunar con esta estupida—señalo a Gema— ¿Que diablos te pasa? ¡Yo no soy tu puto juguete!

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora