CAPÍTULO 31

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¿Amigas?

Rachel.

—A escasez de princesas hay que echarle mano a la puta—comentan a mi lado.

Me paso el trago amargo de mi propia saliva, Gema está en las piernas de Christopher y Gauna no para de hablar.

—Te quedas callada porque sabes que tengo razón —insiste Meredith en voz baja.

Agradezco que Stefan se haya ido hablar con Patrick y que la mayoría esté concentrado en sus propios asuntos.

—Di algo —murmura entre dientes— Calienta braguetas.

—¿Me estás hablando a mí? —me vuelvo hacia ella.

—¿A quién más?

—Pensé que te auto aconsejabas —mantengo el mismo tono de voz—" A escasez de princesas hay que echarle mano a la puta" Tengo entendido que Bratt te busco cuando me fui, no cuando estaba.

Me toma del brazo cuando intento marcharme.

—Te vi anoche —susurra.

Bratt se acerca por detrás, es el único testigo de la discreta disputa, Meredith me suelta cuando se la come con los ojos.

Me vuelvo hacia mi ex que aparta la cara avergonzado. Opto por callar y dejar las cosas como están, con la rabia que tengo soy capaz de cometer una estupidez.

Salgo y me voy a mi habitación conteniendo las lágrimas en el camino, me duele el pecho y el corazón. Quiera o no tengo que aceptar que la noticia fue una cortada en el pecho. Duele ver como hacen lo que nunca hicieron por ti. Voltearle la torta a Meredith no quita que tenga razón.

Me cambio recojo mis cosas y le escribo a Alan avisandole a Parker que volveré mañana.

Saco las llaves y abordo mi auto, no soy tan masoquista como para quedarme a ver lo feliz que se ven Christopher y Gema. Y no es envidia es rabia conmigo misma por predicar y no aplicar, por no tener la puta valentía de arrancármelo del pecho.

Siento que en vez de mejorar empeoro aislandome a lo mismo. Su maldita mera presencia me esta deteriorando a un punto que me estanca su maldito juego. Conduzco cargada de veneno y estaciono frente al edificio de medicina especializada de la FEMF.

Hoy es mi cita con ginecóloga y tengo diez minutos de retraso. Me echo un vistazo en el espejo disimulando las lágrimas, por suerte es la última cita del dia y me hacen seguir rapido. 

Mi ginecóloga es una nigeriana morena que lleva mi vida sexual desde que la empece. 

—Cuéntame en qué puedo ayudarte —toma asiento.

—Quiero volver a mi anterior método anticonceptivo.

Asiente tecleando en su laptop. 

—Tenías el dispositivo anticonceptivo  en el brazo izquierdo —medita— ¿Hace cuánto lo dejaste de usar?

—Tres años.

—¿Por qué?

Obviamente no le puede decir que me lo arranco Brandon Mascherano para que su que su hermano me embarazara.

—Quería descansar un tiempo del método hormonal.

—Vale.

Me pregunta si uso algún tipo de medicamento y si tengo vida sexual activa siguiendo con el procedimiento de rutina mandándome hacer una de prueba de embarazo por medio de la orina.  

—Llevas mucho tiempo sin usar un método hormonal —me dice cuando le entrego la prueba— No puedo colocarte el dispositivo sin la certeza de que tu cuerpo lo aceptara de la misma manera.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora