CAPÍTULO 83

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173 motivos.

Rachel.

La tarde se está tomando la ciudad y en los jardines reposan los restos de nieve que dejó la tormenta de ayer. Es el día, el olor a loción y fijador invaden la alcoba mientras Lulú termina de prepararme.

El moño bajo con tocado permite detallar todas las facciones de mi cara y el rímel alarga más mis pestañas con un elegante maquillaje el cual me hace ver radiante.

—Terminado —Lulú deja de lado las brochas girando la silla para que vea el vestido que reposa en el maniquí. Un diseño exclusivo mandado a hacer por Luisa el cual me deslumbra cada vez que lo veo.

Me levanto dándole un último vistazo antes de ponérmelo, es bello por donde se le mire, pero esta experiencia tiene un sabor agridulce.

No es lo mismo, tengas a los que tengas, una boda no es lo mismo sin tu madre. Siento que falta algo, aparte de que los nervios no me abandonan desde que concluyó la unión civil donde Luisa y Simón fueron mis testigos.

Christopher tampoco me ayuda estando discutiendo con Alex cada cinco segundos, el único consuelo es que logré que descansara y comiera antes de darle inicio a todo. No hemos tenido sexo y eso es algo que tampoco le agrada, desde esta mañana no lo veo ya que el coronel es la manzana de la discordia y mientras a mí me llenan de adulaciones a él de culpas.

Me coloco los tacones que me dejan nueve centímetros más alta y suelto la bata de seda que me cubre.

—Te ayudo —se ofrece Lulú.

Es más de lo que pedí, todo es más de lo que pude imaginar y es la consecuencia de que tus mejores amigas te conozcan más de lo que te conoces tú, como Luisa con el vestido, Laila con los zapatos, Brenda con la iglesia.

Entro al vestido y el blanco diamante abraza mi piel con un corset entallado de encaje y pedrería el cual suelta la tela de organza y el tul que destaca el corte princesa.

La cola de tres  metros con bordado cubre el piso y mi espalda luce un escote en U que me añade el aire sensual que nunca me abandona, resalta mis senos y las mangas caídas le dan un toque delicado.

¿Luzco como una novia bella? No, luzco como una jodida diosa la cual parece que se va a casar en el olimpo con esto.

Me vuelvo hacia el espejo y las lágrimas se me salen de inmediato, pensé que nunca me vería así, que este sueño se había sepultado con el exilio. La ausencia de mi madre me pone peor.

—Cariño mío, las potras que se casan con millonarios vergones no lloran  —me regaña Lulú— No chingues el día.

—Estoy muy hormonal —respiro hondo.

Lulu me señala el collar y no quiero hacerlo, pero es necesario ya que la atención debe estar en el vestido y no en los accesorios. Al igual Christopher siempre tiene las cosas bajo control.

Lulú se apresura a abrir con los toques en la puerta y es Harry con su traje de pajecito.

—¿Me mandaste a llamar? —entra como un hombresote con el traje de pajarita hecho a la medida.

El recuerdo de Luisa, Scott, Harry y yo jugando a que nos casábamos me encoge por dentro.

—Quiero saber si te gusta cómo me veo —le digo.

—Pareces una princesa —toca la cola del vestido maravillado — Una muy bonita.

Me agacho a su altura, Lulú me pasa lo que sabe que le voy a entregar y es la cadena que le regaló Brenda a su padre, la cual le quité a Jared en Italia.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora