Diana Cavendish Pov
¿Esto es una broma? No quiero pelear contra un príncipe, ademas no estoy en condiciones para hacerlo, mis heridas se abrirán y tendrán que coserme nuevamente. El rey se ha quedado en silencio pensando en su respuesta, Akko lo mira pensativa y siete de las doce princesas no deja de verme, su expresión me crea incomodidad.
—Mi caballero no esta en condiciones para tener una pelea—dijo el rey en mi defensa.
—En la guerra tampoco lo estuvo—se levanta— ¡pudo luchar con todas esas heridas! —exclamo.
—Es peligroso—dice la reina.
—Su cuerpo lo soporto en ese momento, pero, no significa que lo haga ahora que ha comenzado con su recuperación—dijo Akko.
—Es un caballero, puede soportar cualquiera cosa, quiero que demuestre esa fuerza, teniendo las heridas en su cuerpo.
Las reinas y reyes comenzaron a murmurar, las princesas y los príncipes hablan entre si sobre esa petición, el hombre que esta sentado al frente del rey tiene los ojos cerrados escuchando las palabras de los demás, por ultimo, Akko mira con enojo al rey Alvar con molestia. Ignore su discusión y seguí comiendo; esta delicioso y no dejare de degustar cada bocado. Tome mi bebida continuando mi tarea, mire de reojo a Akko que fijo su mirada en mis acciones, notando como no le tomo importancia al asunto, ella levanto una ceja y sonrió cruzando sus brazos, trague el alimento masticado y agache mi cabeza avergonzada.
—Mi hijo Thomas, es uno de los mejores en mi reino, fue entrenado por el mejor caballero y criado bajo mis enseñas, lo considero digno para tomar la mano de la princesa Atsuko—dijo con orgullo.
¿Disculpa?
—Frunce el ceño—te pido que no emparejes a mi hija.
Estoy comenzando a molestarme, deben ser los celos que causo sus palabras.
—Hablaremos el tema del matrimonio de la princesa Atsuko después de presenciar el enfrentamiento de Sir. Diana y el príncipe Thomas—dijo el hombre sentado al frente del rey— ¿Cuantos a favor? —pregunto mirando a todos en el comedor.
La gran mayoría levanto la mano, agache mi cabeza nuevamente ocultando mi rostro, dejando de comer. Escuche el gran suspirar de molestia del rey y la impotencia al no poder negarse a esa petición.
—Diana.
—Volteo a verlo— ¿Si mi rey?
— ¿Podrás moverte?
Quede unos segundos mirando su serio rostro, luego dirigí mi vista a la reina que tiene una expresión de preocupación y disculpa, suspire y comencé a levantarme con cuidado, pero, por apoyarme mal en mi pierna derecha, sujete la mesa fuertemente para no caer, provocando un sonido algo alto.
Sentí las miradas de lastima, enojo y poder sobre en mi, volví a suspirar poniendo firme sin apoyarme tanto en mi pierna derecha, mire al rey asentí con la cabeza, el volteo mirando al rey Alvar dándole la señal, la persona que es el príncipe Thomas se levanto y camino a la parte amplia del salón, bajando los pequeños escalones, lo seguí sin cojear, demostrando mi fuerza para mantenerme en pie.
—Las reglas son simples, el primero en caer y no poder moverse, perderá de inmediato—dice un caballero real entregándonos las espadas.
Las sillas donde están sentados las personas invitadas a la cena, se movieron, acomodándolas en un mejor lugar, donde puedan ver todos sin estar al frente de otro; pienso, que la fuerza de un príncipe es mayor que la de un caballero, no por nada tienen el derecho de tomar la mano de una princesa y escuche que sus entrenamientos son para proteger a su futura esposa y al reino que tendrán bajo su mando, es algo obvio, pero ¿estará el a mi nivel?
—Escucha Diana—alza su espada—no me contendré solo porque estas lastimada, espero, estés preparada.
El príncipe hizo una pose... ¿extraña? Su cabello es de color negro y tiene una apariencia bastante elegante, admito que es bonito y sus color miel le dan un toque mas a su belleza natural. Me quede mirándolo con mi postura firme sujetando mi arma, mi expresión es neutra y espero pacientemente a que den la señal para comenzar. Dejare que el haga el primer movimiento y así aprender como sera su movilidad.
—No puedes usar magia—dice el caballero—nada de incrustar la punta de la espada en el cuerpo y no cuenta hacer cortadas profundas—nos mira—si uno de ustedes dos comete esa falta, estarán fuera de la pelea.
Tengo vendas que enrollan la palma de mi mano, cocidas en mi abdomen, hombros y pierna derecha, aparte de los moretones que poseo en diferentes partes del cuerpo, sera difícil poder moverme, pero, si contengo la respiración para disminuir un poco el dolor, tal vez pueda derrotarlo.
— ¡Comiencen!
Thomas se comencé a mover dando pasos de lado en lado, lo mire extrañada, notando una mirada rápida que le hizo a mis piernas; eso fue muy obvio. El se acerco corriendo y gritando a la vez que sostiene su espada con las dos manos, de un movimiento fácil y ágil esquive su ataque, seguí observándolo con extrañes; sus modo de pelea es muy sencillo y fácil de predecir.
El se movió de izquierda a derecha rápidamente, pero, mis reflejos lo vieron como si estuviera caminando en cámara lenta, mirando con detalles cada movimiento. Nuevamente lo esquive con facilidad, vi su rostro de frustración y enojo, dando un fuerte grito queriendo cortar mi costado izquierdo, choque mi espada contra la suya y la levante con fuerza, creando un sonido sonoro muy alto; ¿esto es todo lo que puede hacer el príncipe?
— ¿Porque solo esquivas? —pregunta.
Abrí la boca para contestar pero la cerré de inmediato poniendo mi mano izquierda en el mentón y agachando mi cabeza; la forma en que se mueve, es normal, siento que estoy luchando contra un principiante, creo...que puedo divertirme un poco y humillarlo, pero, no bajare la guardián, tal vez solo este mostrando un poco de su... ¿fuerza? y tenga una carta bajo la manga.
Sin necesidad de levantar mi cabeza choque mi espada con la suya, gracias a mi reflejos pude ver con claridad como se acerco, mire de reojo a los espectadores y algunos rostros demuestran asombro, otros confundidos y los reyes de Bernicia, me miran con confianza, pero, también con preocupación por mis heridas, por ultimo vi el rostro molesto de Akko, puedo sentir su impotencia a través de sus ojos resplandecientes, esa mirada...tan penetrante y esos ojos color rubíes...hace calentar mi corazon.
— ¡Nunca me vencerás si no atacas!
Alce mi cabeza mirándolo con atención, solté un suspiro y me acerque a pasos lentos, el frunció el ceño y sonrió de lado, para después empuñar su espada y volver a atacarme, sin mirarlo choque mi espada y sujete su mano, gire su muñeca haciendo que suelte su arma. La agarre del suelo cuando el retrocedió sujetando su mano, mire el filo de su espada y camine en dirección contraria, dejándola apartada donde no la podrá recuperar.
—Te quedaste sin tu espada—volteo a verlo— ¿Que harás? —pregunto en un tono seco y lleno de superioridad por la gran ventaja que conseguí.
—Se queda en silencio—
— ¿No vas a intentar quitarme la mía? o ¿Te quedaras parado observándome?
—Dices tonterías—recupera su postura firme— ¿Como lograste adivinar mis movimientos?
—No tuve la necesidad ni de pensar donde te moverías, fuiste muy obvio—sonrió y me acerco.
En un intento de querer quitarme la espada se lanzo queriendo tumbarme al suelo, pero, al momento de abrazar mi cuerpo, me moví aun lado quedando el en piso frió. Por ver tal movimiento absurdo, comencé a reír en voz alta burlándome completamente de su estatus como príncipe.
Le di la espalda y camine a la mesa, dejando mi espada recostada en la silla, después me devolví al área de ''batalla'' bajando las escaleras y para mi sorpresa, sigue en el suelo.
—Levántate—arreglo la manga de mi camisa.
—Si eres mas fuerte ¿Porque no acabas con esto?
—Mis motivos son mas que obvios, puedes adivinarlos pensando un poco—cruzo mis brazos.
—Sonríe y se levanta apoyándose de su rodilla—me sorprendes Diana, eres un caballero fuerte, pero—pone sus brazos en su espalda—, si quiero que utilices toda esa fuerza que guardas, tendré que provocarte.
¿Provocarme? Eso es jugar sucio.
—Levanto una ceja—
—Luchaste en una guerra, mataste miles de hombres—comienza a caminar a mi alrededor—pero, no pudiste salvarla a ella.
¿Ella? ¿Habla de Amanda?
—Si esa mejor amiga de la que mencionaste, era fuerte ¿Porque murió? ¿Porque no sobrevivió como tu lo hiciste? o acaso... ¿Fue tu culpa que muriera?
Mi culpa...en ese momento...
¡Amanda!
Necesito...necesito...
. . .
L-lamento h-haberte d-decepcionado, n-no s-soy f-fuerte
...Amanda...no...despierta... ¡DESPIERTA!
. . .
Me arrepiento tanto de haberla dejado sola, nunca debí separarme de su lado...fui una completa tonta
. . .
Mis recuerdos de la guerra comenzaron a bagar por mi mente, gracias a sus palabras, contuve mis lagrimas y agache mi cabeza; me esta afectando...y no puedo llorar al frente de los reyes, jure no culparme mas...y recordarla con una sonrisa, pero, duele...aun lo hace.
—Así que...fue tu culpa, como se siente... ¿Cargar con la muerte de un ser preciado?
Detente...Apreté el agarre de mis brazos y oculte mas mi rostro. Un caballero, nunca baja la guardia ante cualquiera situación...no importa cuanto hayas sufrido, lastimado o golpeado, siempre tienes que levantarte y dar la cabeza en alto por el reino que proteges.
Escuche el filo de una navaja, pude ver de reojo como fue lanzada en dirección a mi cabeza, con mis brazos aun cruzados y mi mirada en el arma, moví mi cabeza hacia un lado, esquivando la navaja, pero, creando una cortadura pequeña en mi mejilla.
—Tu talento es manipular a los demás con tus palabras y así hacer que pierdan en tus manos—rió entredientes—y te haces llamar príncipe—doy la vuelta pasando mi dedo pulgar por mi mejilla cortada—déjame decirte que si estuviéramos luchando por el titulo el cual te corresponde por nacimiento—me acerco nuevamente—lo obtendría sin problemas.
Por partes de los espectadores se escucho un sonido de sorpresa, acelere mis pasos y de un movimiento fácil esquive su golpe, agarre rápidamente el cuello de su camisa alzándolo lentamente, hasta que sus pies, dejaron de tocar el suelo.
—Pero, eso no me interesa—levanto mi cabeza para verlo mejor—te recomiendo que mejores tus errores en la hora de batallar y no dejes que otros lo hagan por ti.
Solté el agarre y le di la espalda, mirando encima de mi hombro como trata de recomponerse, al momento de atacarme otra vez, apoye mi pierna derecha en el suelo con fuerza y con la izquierda la impacte fuertemente en su costado, sacando completamente el aire de sus pulmones y lanzando su cuerpo bruscamente a las pequeñas escaleras que nos separan del comedor.
El soltó un grito de dolor cuando su espalda choco con los escalones, un caballero se acerco, pero, rechazo su ayuda e intento incorporarse nuevamente, cayo un vez y a la segunda, lo logro. Al querer moverme y acabar con esta pelea, sentí unos puntos romperse en mi pierna...; maldición...no debí hacer movimientos bruscos.
Thomas noto mi pequeño gesto de dolor y sonrió, limpiando la poca sangre que sale de sus labios, para después volverse a acerca. Mis brazos aun sigues cruzando y veo con atención como corre en mi dirección. Cuando estuvo cerca volví a esquivarlo, hundiendo mi puño izquierdo en su estomago, pero, antes que se inclinara por completo, lo alce en peso arrojándolo al suelo y cubrí su cabeza con la palma de mi mano al impactar, para que este, no quedara inconsciente por el golpe, causando que la herida en la palma de mi mano derecha se abriera y la venda comenzara a llenarse de sangre.
Este detalle fue visto por los reyes, concluyendo en si la pelea y poniéndome como la ganadora, escondí mi expresión de dolor al volver sentir unos puntos romperse, pero, esta vez, en mi hombro izquierdo.
— ¡Príncipe! —grita un caballero entrando al salón.
El hombre se acerco a pasos rápidos sacando su espada, los reyes y caballeros trataron de detenerlo, pero, hizo oídos sordos, atacándome por ver al príncipe tumbando en el suelo bajo mis manos.
— ¡No! —grito el príncipe.
Di la vuelta y golpee su brazo fuertemente quitando su espada, el contraataco impactando su puño en mi abdomen, no logre esquivarlo por el dolor soportado en mi pierna y hombro. De mi boca salio sangre y los puntos cosidos en mi abdomen se soltaron creándome una comparación del sufrimiento que sentí en la guerra, lo separe pateándolo en la mano con mi pierna izquierda, rápidamente me levante exhalando profundamente y el caballero volvió a atacarme, lanzando puños al aire, moví mi cuerpo con agilidad esquivándolo y bloqueando algunos con mis brazos y manos, levante mi rodilla fuertemente golpeando su pierna, el hizo un gesto de dolor y retrocedió sacando un cuchillo de su espalda, para después volver a atacar, lo esquive y agarre su mano con fuerza poniéndola detrás de su espalda, acumule mi peso en una parte de mi cuerpo tumbando el suyo al suelo y dejándolo inmovilizado por completo.
—Increíble...—susurro una princesa.
— ¡Eso fue asombro! —grita un príncipe.
Los caballeros reales llegaron y me levante con mi respiración agitada; esa fue una pelea intensa, tenia mas movilidad que el príncipe, me recuerda a los caballeros de la Alta Borgoña. Incorpore mi postura escuchando los aplausos de las personas del comedor, agache mi mirada y desabroche los botones de mi camisa con cuidado, dejando a la vista de todos la sangre que baja lentamente y los puntos sueltos de mis heridas.
Rayos...
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Fin del Cap. 44
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