Atsuko Kagari Pov
Han pasado tres días de lo sucedido, faltan dos para que Diana despierte, mi padre le ofreció una de las habitaciones del castillo, la numero treinta, tengo en mente atrasar la coronación, quiero que Diana se recupere por completo y piense bien lo que le voy a proponer, pero, es necesario hablar con mi padre sobre ese ''asunto'' antes, ya que ella no es un príncipe y pasare todas las complicaciones posibles, para poder estar con Diana.
Mi madre esta al tanto del tema y como no me ha dicho algo al respecto, pienso que ella acepta mi relación. Estoy caminando directo a la habitación de mis padres, hablare con la reina primero, después iré con mi padre. Los cuerpos de los dos caballeros reales y el de Amanda fueron enterrados en el cementerio del reino, la madre de Amanda vino a verla y pregunto por Diana, le conté absolutamente todo lo que ocurrió y como se encuentra, ella dijo que vendría cuando Diana despierte. Las personas que asistieron al entierro, fueron muchas, pero, solo una llamo mi atención, era una mujer con una capucha cubriendo su rostro.
Ese día fue muy triste, lastimosamente Diana no pudo asistir y no podíamos mantener los cuerpos sin enterrarlos por mucho tiempo, todas las noches me escapo de mi habitación para ir a verla, la cuido y me aseguro de que siga respiración, espero estar cuando despierte, le llevare comida y quiero que ella me hable...la extraño.
Diana tiene aun heridas, las mas graves fueron curadas por las hadas y las otras están aun en proceso, incluyendo el golpe y las cortadas que tiene en su rostro, una en su mejilla izquierda y otro en la frente, posiblemente comience a cojear cuando intente caminar, su pierna derecha fue la que mas sufrió y casi pierde esa extremidad de su cuerpo.
Mis amigas se retiraron del castillo, volviendo a sus reinos y Sucy se quedo con Lotte, note los celos de Barbara por esa decisión, pero, no me quise meter y tan solo me aparte. En el día del funeral, estuve alado de Hannah en cada momento, ella no lloro como antes, algunas lagrimas se escaparon, pero, no mas de ahí, lo único que pude escuchar de ella fue un ''adiós'' que se escapo de sus labios.
Las personas y los demás reinos se enteraron de la guerra que hubo, la reina explico con detalle lo sucedido, incluyendo a la bruja; mi Diana, quien nos salvo a todos, las niñas del pueblo que estuvieron en esa guerra, se emocionaron y algunas están inspiradas por ese momento que apreciaron, queriendo ser caballeros igual que Diana, pero, también hay malas personas que ven a la bruja como una amenaza...comenzando a hacer protestas contra ella, son unos malditos malagradecidos y cuando sea la reina, no dejare que tengan malos pensamientos de Diana, ella tendrá que ganarse la confianza del pueblo.
Al llegar a la habitación de mis padres, escuche unos gritos provenientes dentro del cuarto; están discutiendo... ¿porque razón?, toque la puerta y mi madre me dio el permiso de pasar, entre nerviosa viendo como mi padre se cambia de camisa; el esta aquí, pensé que la reina estaría sola.
— ¿Que sucede Akko? —pregunta mi madre con un cierto tono de molestia.
—Solo quería hablar contigo.
— ¿Es sobre tu coronación?
—Si—cierro la puerta—y lo otro...—miro a mi padre—me gustaría hablarlo a solas—me acerco a la reina.
—Suspira calmando su expresión—esta bien, deja que tu padre se vaya.
—Las estoy escuchando—dice molesto y se da vuelta viéndonos a las dos.
—No me interesa Alcides—cruza sus brazos.
—Sigo indeciso, pensare en lo que haré con ella después.
¿Que? espera, ¿estaban discutiendo por Diana?
—Padre, ¿De que indecisión hablas?
—Mi pueblo y los demás reinos están protestando sobre la existencia de la bruja, es peligrosa.
— ¡Ella nos salvo Alcides! —grita mi madre.
— ¿¡Y como sabremos que no se revelara contra nosotros después!?, ¡muchas personas la ven como un arma!
Diana no es un arma, ¿porque piensan así de ella después de lo que hizo por nosotros?
—Mi rey, es una persona, que sea una bruja no la hace diferentes a nosotras—dije apoyando a la reina.
— ¡Viste lo que esa ''persona''—hace comillas con sus dedos—puede llegar a hacer! ¡mato a mas de trecientos hombres! con tan solo mover ¡las manos!, ¡por ese poder que las brujas poseen fueron extintas!—golpea fuertemente la pared— ¡no se que hacer! ¡es un buen caballero! pero, ¡es un peligro! ¡y las personas le tienen miedo! ¡No quiero que vivan con ese miedo y luego no puedan dormir por las noches!
— ¡Diana es hija de tu mejor amigo! ¿¡Mataras a su única hija!? ¡Aceptaste su relación con la bruja Bernadette! —contraataca mi madre ante sus palabras.
— ¡Esto es diferente! ¡Antes nadie sabia que una bruja vivía con nosotros! ¡Ahora que todos lo saben! ¡Nos amenazan!—pone las manos en su sienes tratando de calmarse—sera mejor que Cavendish se vaya con esa hada, la magia es un pelig-
—No—interrumpo—deja que Diana se quede, ella no es una mala persona y podrá demostrarle al pueblo que su magia es hermosa, se ganara su confianza y no le tendrán miedo.
— ¿Como estas segura de eso? —dijo mirándome con dudas.
—He estado con Diana todo este tiempo, es uno de tus caballeros, no mataras a alguien de tu ''familia'' ¿Verdad? —lo miro amenazante—deberías defenderla de todas esas criticas.
—Mi esposa y mi hija me contraatacan—dijo en un tono cansado—déjenme pensarlo, por favor—me mira—cambiando el tema ¿estas lista para tu coronación?
—Sobre eso, me gustaría atrasarla un mes—dije con cierto temor en mi voz.
— ¿Porque? —pregunta confundido.
—Quiero que Diana se recupere y pueda estar presente ese día.
— ¿Porque? —vuelve a preguntar.
Que preguntón.
—Alcides, creo que es momento de que Akko te cuente algo importante.
¿Que?
—Suspira mirándome con atención esperando mis palabras con sus brazos cruzados—
Mi madre me dio palmadas suaves dándome apoyo, la mire confundida, pero, al ver darme cuenta a lo que se refiere, me puse nerviosa y apreté mis puños, mis mejillas se ruborizaron un poco; le tengo que decir que quiero que Diana sea mi rey...pensaba decírselo después, no ahora, pero, ya no tengo escapatoria, me siento acorralada.
—Trago fuertemente—
—No tengo todo el día Akko, debo ir a hablar con el rey de la Baja Borgoña.
—L-lo siento padre—suspiro calmando un poco mis nervios—y-yo...elegí a mi p-pareja.
— Ya era hora, ¿Quien es? —dijo con interés.
—Muerdo mis labios y comienzo a jugar con mis dedos—eh...b-bueno, y-yo, n-no, e-esto...
—Resopla mi madre frustrada—es Diana, nuestra hija esta enamorada de Cavendish—dice mi madre.
Mi padre me miro sorprendido y impactado, como si le hubieran dicho una noticia de vida o muerte..., pero, luego su reacción fue la que mas me asusto.
— ¡No puedes!—golpea nuevamente la pared— ¡Ella no es un príncipe!—mira a mi madre— ¡Isabelle no puedes aceptar esto!
—Estoy de acuerdo con su relación—pone su mano en mi hombro—es mi hija Alcides y la apoyo en su decisión.
— ¡Con razón estabas en desacuerdo conmigo! —se agarra la cabeza— creo que me va a explotar la cabeza—comienza a caminar por la habitación— ¡Primero los reyes están proclamando la desaparición de la bruja! ¡Las personas del pueblo están asustadas! ¡Y ahora! —voltea a verme deteniendo su andar— ¡Mi hija se enamoro de una mujer! ¡Que es el caballero que los reyes quieren muerto aunque nos haya salvado la vida! ¡Me joden!
— ¿¡Como!? —pregunta mi madre sorprendida.
—La mira asustado—u-ustedes n-no, hablo d-de las otras personas.
—Suspira nuevamente—eres el rey Alcides, estas consiente de las responsabilidades que conllevas y entiendo tu desesperación, tratando de buscar lo mejor para nosotras y tu gente, pero, como ya sabes, Diana no es una amenaza y tu hija quiere que ella se convierta en la persona que estará a su lado, para gobernar este reino cuando sea una reina.
—Isabelle, Cavendish no esta preparada para manejar un reino y es necesario que Akko tenga aun heredero, las dos son mujeres.
—Si esa es su preocupación, mi rey, hay un hechizo que puede solucionarlo—digo entrando a la conversación.
No estoy segura que eso funcione conmigo, no soy ningún ser mágico, cuando la hada lo menciono, pensé en que seria lindo ver a una mini Diana correr por los pasillos, pero, hay que intentarlo, haré todo lo posible para que ese sueño se haga realidad.
—Levanta una ceja—necesitas ser una bruja o hada para que eso funcione, también tuve que estudiar los mismo conocimientos que posees, una vez que me case con tu madre y fui coronado rey de Bernicia.
Mierda, siempre pensé que el no sabia sobre el tema de la magia con tanta profundidad, pero al parecer si, estuve equivocada sobre eso todo este tiempo.
—Podemos preguntarle a Diana, habrá una solución para eso, solo dale una oportunidad de conocerla y tal vez se aclaren tus decisiones—dijo la reina.
—Bien, la invitaremos a cenar una vez que despierte—dice resignado—calmare las cosas afuera—camina hacia la puerta—una cosa mas—se detiene agarrando el plomo de la puerta—espero que Cavendish no cause problemas y el día de tu coronación dependerá de como ella se comporte en la cena, ahí decidiré si se atrasara o seguirá en la fecha acordada—sale de la habitación.
¿Eso significa que lo acepto? esas palabras no me lo aseguran, estoy nerviosa y con miedo.
—Estarás bien—sonríe—tu padre puede ser muy terco y grosero—recoge su cabello—pero, aceptara las cosas, solo dale tiempo.
—G-gracias mama—hago una pausa pequeña—por defenderme y apoyarme.
—Me mira—eres mi hija y me interesa mas tu felicidad que la mía.
¿Que quiere decir con eso? sonó algo deprimente, preguntare algo que tal vez no consiga una respuesta a cambio, pero, lo intentare.
—Madre, tengo una pregunta.
—Adelante.
— ¿Te sentiste atraída por Sir. Kay?
Vuelve a sonreír y se acerca a mi oreja, susurrando la respuesta, quede sorprendida, porque fue positiva, pero, también dijo que por respeto a mi padre se aparto de el y que aunque gustara de ese caballero, que tiene familia y una linda esposa, nunca dejo de amar al rey; los sentimientos aveces te hacen una mala jugada, por esa soledad que sintió cuando mi padre no estuvo con ella, en varios meses, pero, nunca hay que olvidar quien es la persona que amas con todo tu corazón.
—Cuando tu padre volvió, recompenso su ausencia conmigo—camina al baño—es un buen hombre, aparte de amargado, pero tiene un lindo corazón—entra—ve a almorzar y por favor Akko, comete los vegetales, no los apartes—dice estando dentro de baño.
Odio los vegetales, suspire y salí del cuarto despidiéndome de mi madre, camine por los pasillos pensando en muchas cosas, en una parte mi padre tiene razón, Diana no esta preparada para gobernar un reino, cuando los príncipes nacen, los preparan para ese momento, pero, puedo ayudarla y enseñarle muchas cosas. Ahora me pregunto, si Diana aceptara estar conmigo dirigiendo este reino, mi corazón se calienta al imaginarla con su corona y vestimenta, siento un cosquilleo en mi estomago, seria muy hermoso, deseo que eso suceda y no me gusta que todo dependa de esa cena.
Llegue al comedor donde vi a mi padre comer con el rey de la Baja Borgoña, salude cordialmente y me senté en una de las sillas un poco alejada de ellos, la sirvienta del castillo trajo mi plato, comencé a comer apartando las verduras, una persona se sentó en la silla de alado, mire de reojo y mis ánimos se esfumaron como pez en el agua.
— ¿Como estas?
— ¿Que haces aquí? —dije con molestia.
—Me entere sobre la guerra que ocurrió en el reino de la Baja Borgoña, vine lo mas rápido que pude para saber si te encontrabas bien.
—Agradezco tu preocupación príncipe Felix—sigo comiendo.
—Oye—toma mi mano deteniendo mi cuchara con el arroz— ¿Has elegido a tu príncipe?
—Si—quito su mano—y no eres tu—aclaro.
— ¿Es Thomas?
—Levanto mis hombros sin mirarlo—
— ¿Puedes decirme?
—Ven a mi coronación y lo averiguaras—sonrió con burla.
—Frunce el ceño—esta bien—se levanta—fue un gusto hablar contigo.
—Y espero sea la ultima vez que lo hagas.
—Eres muy rencorosa, ¿lo sabes no?
—Lo miro de reojo— ¿Algún problema con eso?
—Agarra mi brazo derecho con fuerza mirándome con enojo—mi amor por ti es fuerte mi princesa, si sigues así conmigo, tendrás consecuencias—susurra.
— ¿Me estas amenazando príncipe Felix? —dejo la comida aun lado y me levanto.
—Tu pueblo pagara tus errores si no me eliges como tu rey, el día de tu coronación—suelta mi brazo.
—No lo creo—dijo mi padre llegando a mi lado.
Llego el rey a defenderme y eso es nuevo y extraño, pero, me alegra que por fin se diera cuenta del comportamiento del príncipe Felix.
—Mi rey—hace una reverencia.
—No te quiero ver en mi reino, ni el día de su coronación y que sea la ultima vez que tocas a mi hija—dice molesto.
—Hace un chasquido con su boca—como desee—se retira.
—Gracias padre—me vuelvo a sentar.
—Llegue—dijo mi madre tomando asiento en la silla de al frente.
Mi padre volvió a sentarse en su silla, sin decir una sola palabra, la reina lo miro confundida y luego dirigió su mirada en mi.
— ¿De que me perdí?
—Nada importante—sonrió.
—Mira mi plato y frunce el ceño—comete las verduras.
Rayos, si no hubiera sido por el príncipe Felix, terminaría mi comida antes que mi madre llegara, ahora tendré que comerme esto a la fuerza, después que acabe con este plato, iré a ver a Diana, como todos los días, tal vez vaya a su antigua habitación luego de eso, iré a buscar un poco de su ropa. Falta poco para que ella despierte y quiero que ese día llegue rápido.
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Fin del Cap. 38