Diana Cavendish Pov
Amanda...tengo que llegar a donde esta, pero, hay enemigos aun que me impiden el paso; ¡son un estorbo!. Mire a mi alrededor y quedan muy poco de ellos, pero, solo queda un caballero, contra diez, podemos lograrlo. Me acerque corriendo a los primeros cinco, con mi espada en mano me enfrente, agarre a uno por la camisa y lo arroje contra el otro enemigo, clave mi espada en esos dos y ataque de inmediato a los otros, tome un escudo del suelo y bloquee las flechas, al estar suficientemente cerca de mi enemigo, le lance el escudo, el se cubrió pero al momento de recomponerse le corte la cabeza.
Otra cortada en mi espalda me tomo por sorpresa, caí de rodillas pero, me di la vuelta rápidamente y patee a mi oponente alejándolo, me levante con esfuerzo, un calambre se apodero de mi pierna derecha; duele mucho. Mire el suelo y agarre tres navajas, alce mi cabeza mirando al contrincante que tengo al frente, luego examine mi alrededor y no hay absolutamente nadie, solo el y yo...; ¿que paso con los demás?
Con las tres navajas en mi mano derecha, le lance dos, el las esquivo y se acerco agresivamente, al momento de alzar su espada lo frente con mi brazo, para después darle un golpe en las costillas, con la navaja aun sobrante, la hundí en su pecho y antes que el cayera al suelo, tomo su espada fuertemente causando una herida en mi hombro, cuando murió, alce la mirada mientras respiro con dificultad por mi boca.
No hay nadie, soy el único caballero en pie y tengo unas heridas muy graves, espera, Amanda. Me acerque nuevamente arrastrando mi pierna derecha y sujetando mi brazo izquierdo, al llegar me arrodille frente su cuerpo, la cortada en su abdomen es demasiado profunda...ella...no, tiene que haber una manera de salvarla, ¿que puedo hacer?
—D-diana...
¡Esta viva!
— ¡Aquí estoy! —agarro su mano— ¿puedes moverte? —quito un mechón pequeño de su rostro—necesito parar el sangrado—rasgo la manga de mi camisa—espera un poco.
—Abre un poco sus ojos—o-oye...
—La miro—
—Sonríe—m-me a-alegra v-verte—aprieta un poco mi mano—D-diana—se queja—p-puedes ¿p-prometerme una c-cosa?
— ¡No vas a morir! —enrollo la manga de mi camisa en su abdomen— ¡y no desperdicies fuerza hablando! r-resiste...p-por favor—dije lo ultimo rogando en un tono bajo.
No me dejes...
—D-diana...
Escuche unos pasos acercarse, mire de reojo como los ciudadanos, reyes y princesas caminan hacia acá; ellos podrán ayudarla.
—Aprieta mi mano—c-cuida a m-mama por m-mi.
Mis ojos se llenaron de lagrimas, la mire atentamente y hice presión sobre su herida con mi mano libre. Aguanta, por favor...aguanta.
— ¡L-la cuidaremos juntas! —dije con mi voz rota.
Necesito...necesito...
—L-lamento h-haberte d-decepcionado, n-no s-soy f-fuerte—comienza a llorar—e-eres l-la m-mejor...a-amiga y h-hermana—coloca su mano en mi mejilla—g-gracias p-por estar a m-mi l-lado.
No...por favor..no...
—A-amanda—pongo mi mano encima de la suya—n-no me d-dejes—muerdo mi labio.
Por favor...no quiero que te vayas, no quiero perderte a ti también, quédate a mi lado...p-prometo q-que te protegeré.
—T-te q-quiero m-mucho D-diana...n-no llores...e-estaré b-bien, e-eres la c-cerebrito y e-el mejor c-caballero—se queja nuevamente—d-dile a H-hanna que l-lo siento—comienza a cerrar los ojos lentamente—s-siempre...e-est..are...c-cont..igo...—deja de respirar.
...Amanda...no...despierta... ¡DESPIERTA! ¡AMANDA!
...
—Para solo tener seis años sabes mucho—sonríe.
—Tenemos la misma edad, pero diferente mentalidad—la miro con burla.
—Me devuelve la mirada— eres el cerebrito y pronto serás... ¡El mejor caballero de todos los reinos!
—Rió— Por fin tienes razón en algo Amanda.
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Crecí a tu lado, desde que eramos unas niñas, siempre estuvimos juntas, en todo.
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—Hoy te invito un dulce de la panadería, por tu esfuerzo, ¿quieres? — Sonríe.
—Seria grandioso— me tiro aire con mi mano en mi cuello.
—¡Va!, cuando salgamos de aquí iremos a la panadería mas cercana, mi mama me dio mi mesada, ¡así que comeremos muy bien!
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Tu sonrisa, tus esfuerzo, tus berrinches al no poder lograr algo.
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— ¿Labios hermosos?, ¿le viste hasta los labios?
—Visualice lo que pude con el poco tiempo que tenia antes de que me golpeara la rama.
—Uf, visualizaste muy bien, cuando seas más grande podrás visualizar otras cosas—me mira pervertida mente.
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Tus bromas...
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—Es muy peligroso— comienza a empujar y lo amarra de un árbol— ¿así está bien?
—Esta perfecto, ahora vamos con los otros cinco—sonrió.
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En cada momento que te necesite...ahí estuviste.
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—Vuelve apoyar su codo en mi hombro—
— ¿Que tienes con mi hombro? — la miro molesta.
— Es cómodo— sonríe con burla.
— Ya quítate— le doy un empujón suave.
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Nunca me hacia falta tu presencia, ni tus juegos tontos.
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—Pone su mano derecha en mi hombro— me lo contaras después, si te sientes mal avísame— me da pequeñas palmadas en la espalda— vamos.
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Te preocupaste por mi y me cuidaste.
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—Deja de jugar— la aparto y rió— nunca nos vamos a gustar, somos hermanas, ¿Lo olvidaste?
— Pero no de sangre, aunque nos queremos como de una, apartando un poco eso— mete sus manos en sus bolsillos— eres mi mejor amiga y mi acompañante para las batallas que vendrán, nos apoyaremos mutuamente—me mira a los ojos— nunca nos separemos— alza su mano derecha en forma de puño— ¿promesa?.
—Choco su puño con mi mano cerrada— prometido.
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L-lo siento, no pude cumplir la promesa, me separe de tu lado...ojala nunca lo hubiera e-echo y estarías c-conmigo...
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—Vamos al pueblo mama—se levanta de la silla— iremos a comprar comida y ropa nueva, mi esfuerzo no ha sido en vano y de ahora en adelante yo le enviare dinero a usted, no quiero que se esfuerce, soy tu hija y estoy viva—pone su dedo pulgar en su pecho orgullosamente.
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E-eres una buena persona, l-la mejor de t-todas.
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—Lo que quiero decir— agarra su espada— es que esa es tu mujer y cuídala— la mira— se que darías la vida por ella y por mi, para que estemos bien, pero, tienes que pensar en ti también— se quita la camisa— en conclusión, solo has lo que mejor sabes hacer, no lo veas difícil, tómalo como un reto.
— Esta bien, gracias Amanda— sonrió— me voy, suerte en tu nuevo puesto.
— Me devuelve la sonrisa— igualmente, no te tropieces...
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En esas ultimas palabras...te imagine subiendo a un tren, pero sin mi, me mirabas con una sonrisa de esas que contagian a cualquiera, luego te diste la vuelta y el tren comenzó a andar, alejándote completamente de mi lado.
Te quiero hermana.
Ten un lindo viaje...
...
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Abrace su cuerpo con fuerza y golpee varias veces el suelo.
— ¡Maldición! ¡Maldición! —grite.
Maldije lo que te hicieron...grite de enojo, furia, dolor, arrepentimiento...ellos te alejaron de mi lado, el cual cuidábamos muy bien de la otra...jamas te olvidare—arrugo su uniforme—fuiste ese apoyo que necesite en mi vida...lamento no haberte devuelto esa gran ayuda que me diste, pero...
—C-cumpliré t-tu petición, cuidare m-muy bien de tu m-mama...y le d-diré l-lo grandiosa que t-te viste...e-ella estará orgullosa de ti...l-lo p-prometo...
Levante mi cabeza limpiando mis lagrimas, escuche un llanto provenir de la multitud, mire de reojo de quien se trata; Hannah... Muchos pasos se comenzaron a acercar, voltee mi cabeza y vi a diez hombres, dos con ballesta, tres con arcos, uno con un mazo y los otros tienen espadas. Aun quedan...y soy el único caballero con vida...el rey no podrá luchar hasta que yo muera.
—Bueno, bueno.
Esa voz...
—Es un gusto verte otra vez, Diana.
Andrew...
—Al parecer no quedan mas de tu bando, que desgracia. Eso nos concede la victoria rey Alcides, tus otros caballeros no están y antes de que lleguen, aunque dudo que lo hagan. Los matare a cada uno de ustedes—los apunta con la espada y saca una botella de vidrio.
Akko...y las demás personas...niños, como niñas, jóvenes, adultos, reyes y reinas, tienen miedo...aunque los reyes no lo demuestran, se puede ver en sus ojos, aun quedan de esas pociones, usaran las armas con magia.
—Diana, como te ves terrible con esas cortadas e heridas, y por ser mi amiga de la infancia, te haré una propuesta.
¿Propuesta? ¿De que esta hablando?
—Únete a mi y vivirás, si te niegas morirás, estos hombres de aquí—abre sus brazos mostrándomelos—se encargaran de matarte, pero tranquila, me encargare de que no sufras, sera rápido, ni lo sentirás.
Unirme...a las personas que comenzaron esta masacre...que mataron a mi mejor amiga y compañera del alma...y quienes asesinaran a mi única luz de esperanza. Prefiero luchar, enfrentando a cada uno de ellos, vengare la muerte de Amanda...tengo mucha ira y enojo recorriendo por mis venas...los degollare y les haré pagar por lo que hicieron.
— ¿Cuantos tiempos necesitas para pensarlo? no tengo todo el día.
El y sus hombres, mataron a mi madre y padre, solo para conseguir... ¡esto!, ¡Las pociones y la magia no se deben usar para este tipo de cosas! ¡Estos hombres que ven las cosas como un juego! ¡No merecen el regalo de la vida!
—Bueno, por mientras que ella lo piensa, ¿Quieren decir algo al respecto reyes y reinas? o ¿Princesas?
—Te aprovechas porque no tengo a mi ejercito.
— ¿Y necesitas de un ejercito para vencerme?—sonríe—rey Alcides.
—Cruza los brazos— ¿Y tu necesitas usar magia para derribar a mis hombres? solo eres un estúpido cobarde.
—Tsk—escupe el suelo—como sea, yo gane y ustedes perdieron—guarda su espada—me encargare de desposar a su hermosa hija, no matare a tan bella dama.
—Pone su mano al frente de Akko—no te atrevas a tocarla—dijo enojado—tu pelea es conmigo—se quita la capa roja.
—Ríe—no lo creo, aun tiene un caballero, pero, parece que esta agonizando—pone su mano en el mentón—no la veo en un buen estado, ademas, ¿Porque aceptaron que las mujeres fueran caballeros? son débiles—me apunta con su dedo indice—ella es débil, al igual que su madre, Bernadett Cavendish.
Ha cometido un gran error...acaba...de decir el nombre de mi madre con esa sucia boca, se la romperé.
—Diana, ¿Ya pensaste en tu decisión?
Nadie tocara a estas personas, como el ultimo caballero que queda del reino Bernicia, los enorgulleceré, el rey confía en sus caballeros...l-les mostrare—apoyo mi pierna izquierda y agarro mi espada—de lo que soy capaz. Entierro mi espada en el suelo y trato de levantarme, pero, mi cuerpo callo de rodillas otra vez; estoy temblando y pierdo sangre, pero, si sigo respiración, daré todo lo que pueda y aun... ¡Estoy viva!
—L-lo siento A-amanda—susurro para después rasgar su manga del uniforme y enrollarlo en mi pierna derecha.
Me pare con esfuerzo, respirando aun por la boca, le di la espalda a los reyes, princesas y ciudadanos, dejando a la vista de todos, mis cortadas de la espalda y la sangre que baja por mis brazos.
—Entonces ¿Que decides? Hija de una bruja—me mira con firmeza, demostrando su superioridad.
No le respondí y rasgue la otra manga de mi camisa, la enrolle en mi abdomen haciendo un nudo y así lograr que el sangrado pare un poco. Tengo que mantenerme lo mayor posible, no dejare que el rey tome una espada, si el muere, seria un desastre para su reino y no quiero que Akko sufra...lo mismo que estoy sintiendo.
Tome mi espada sacándola de la tierra, la mire por unos segundos y sonreí de lado; siento aun mucho enojo y dolor, tanto físico como sentimental, me arrebataron a mi familia y a mi mejor amiga, mataron a muchos inocentes y ¿Ahora quiere desposar a mi amada?
—Levanto mi espada apuntándolo—
¡¡LO MATARE!!
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Fin del Cap. 35
La pelea entre Andrew y Diana, por fin comenzara.