LUJURIA - (Ya en librerías)

Af EvaMuozBenitez

183M 8.7M 57.4M

El mundo ardió volviendo cenizas a una mujer hecha para pecar. Ahora la lascivia le ha dado paso a una latent... Mere

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CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPITULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPITULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPITULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
EL LEGADO PREVALECE.
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 37 II
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
CAPÍTULO 61
CAPITULO 62
JAQUE MATE
CAPÍTULO 63
CAPÍTULO 64
CAPÍTULO 65
CAPÍTULO 66
CAPÍTULO 67
QUERIDA RACHEL.
CAPÍTULO 68
MINISTRO
CAPITULO 69
CAPITULO 70
CAPITULO 71
CAPITULO 72
CAPITULO 73
CAPITULO 74
CAPÍTULO 75
EN OTRO LADO
CAPITULO 76
CAPITULO 77
CAPITULO 78
CAPITULO 79
CAPITULO 80
OPERACION RESCATE
CAPÍTULO 81
CAPÍTULO 82
GOODBYE.
CAPÍTULO 83
CAPÍTULO 84
CAPÍTULO 85
CAPITULO 86
CAPITULO 87
KARMA PARTE 2
KARMA PARTE 3
Extra: Felices fiestas.
CAPITULO 88
CAPITULO 89
¡NO ES UN CAPITULO, ES UN EXTRA!
CAPITULO 90
CAPITULO 91
CAPITULO 92
EPILOGO

CAPÍTULO 52

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Af EvaMuozBenitez

════ ⋆★⋆ ════

El peso de los inocentes.

Rachel.

El dolor de no tener a alguien nunca será más grande que el miedo y la angustia de saber que puedes perderlo en cualquier momento. Si se va, duele, pero te acostumbras al dolor mientras que el desespero de saber si vive o muere te carcome el alma quitándote la paz.

Miriam no deja de aferrarse a su hermano mientras él no deja de pedirle a sus antepasados que lo dejen vivir y ahora no me queda duda de que los Gelcem están condenados a vivir el calvario en tierra.

Quiero hacer algo más que quedarme sentada, tener el remedio para la angustia que cargan los dos seres que solo se tienen uno al otro, pero ya hice lo que estaba en mis manos. Hasta pague una cifra más alta para que la cirugía sea hecha por el mejor equipo de médicos.

Me desperezo en la silla contando los minutos, ya llevan diez horas adentro y no han dado noticias.

—Familiares de Ernesto Valverde —llama uno de los cirujanos.

—Aquí —Miriam se acerca con ojos llorosos y el hombre se baja el tapabocas sacudiendo la cabeza.

—Lo siento mucho señora Valverde.

Tomo aire tratando de aliviar la presión que se me acaba de formar en el pecho.

—Hicimos todo lo posible, pero el tumor estaba avanzado, en zona profunda y funcional, fue imposible evitar la hemorragia, tuvo muerte cerebral su corazón no resistió y lastimosamente falleció.

El dolor es inevitable, me comprime el puto peso de querer darlo todo y aun así no haya funcionado. No tengo palabras que decir ni ánimos que dar cuando Miriam entra en negación dejándose caer en el piso. Su lamento es fuerte y profundo, de esos que te desgarran las cuerdas vocales contagiando el dolor de saber que la persona que amas ya no está.

—¡Por favor! —se aferra a las solapas de mi chaqueta— Pide que hagan un último intento —suplica cayendo a mis pies— ¡Un último intento, puedo trabajar para ti toda la vida! —toma mi mano— ¡Por los ángeles, por mi madre por todos los que ahora yacen en el cielo te suplico que me ayudes a traerlo de vuelta!

—¡Lo siento yo...! —trato de levantarla viéndome tres años atrás con la misma agonía. Su hermano trata de consolarla, se descontrola y las enfermeras se ven obligadas a llevársela.

El llanto de Stefan me ensordece cuando me abraza con fuerza y entiendo tanto su dolor, ese tumulto de emociones acumuladas en tu pecho que amenaza con ahogarte.

—Lo siento tanto —es lo único que logró articular.

Su hermana me recuerda a Brenda con la muerte de mi amigo. A mí me dolió porque era mi hermano, pero no quiero imaginarme lo que se siente perder a la persona con la que compartes los mejores años de tu vida.

Vuelvo a darles mi apoyo, aunque la cirugía me haya dejado escasa de dinero hago lo posible por que nos entreguen el cuerpo lo antes posible y pago el traslado de este a París. Stefan está hecho polvo, su hermana ni se diga y en pocas palabras debo llevarlos como si fueran dos víctimas de guerra.

Horas después estamos en Francia con el féretro en el orfanato, una mujer que raya a los cuarenta. Nos recibe y Stefan me la presenta como una prima lejana de su madre que se estuvo haciendo cargo del orfanato en la ausencia de Miriam.

—Cayetana —me saluda con dos besos en la mejilla.

—Rachel.

Me besa las manos en gesto de agradecimiento.

—Que todos los ángeles multipliquen lo que has hecho por nosotros.

—Gracias.

La velación atrae a los amigos de la familia y lo que más me rompe es el grupo de niños llorando alrededor del ataúd. Miriam se desmaya varias veces, Stefan esta ido y con Cayetana debemos lidiar con todos los presentes.

El funeral es un día después bajo el árbol donde hicimos la parrillada la primera vez que vine, la comunidad de Stefan sigue sus costumbres al pie de la letra realizando una pequeña misa llenando el ataúd de flores blancas. Entre todos recogieron para ponerle una lápida digna de todo lo que se merecía.

La imagen de Step me mata, esa mirada perdida, sin afeitar y contestando por inercia. Le insisto en que coma algo, pero se niega. Pasan dos días sigue igual y casi siempre me pide que lo deje solo.

Miriam esta igual, no prueba la comida y solo reacciona a las atenciones de su hermano, el que acceda ir a caminar a los campos nos da un rayo de esperanza a Cayetana y a mí.

—Siempre se han curado entre ellos —me dice Cayetana mientras los veo perderse en los girasoles— Desde niños han sabido consolarse el uno al otro y ya pasaron por esto cuando murió su madre y su abuela.

Apoya la mano en mi espalda invitándome a la mesa.

—Debes entender su dolor, tú también has perdido seres queridos.

Arrugo las cejas confundida, siempre hablamos de los quehaceres y no creo que Stefan este de ánimos para hablarle sobre mí.

—Me gano la vida aseando casas y leyendo las cartas en los barrios altos—explica—Los dones se heredan y la mayoría de las mujeres de la familia saben interpretar el mensaje de los ángeles.

No me burlo, no soy incrédula, de hecho, me parece una buena cualidad. Mientras unos somos buenos matando y dando golpes hay otros que cargan dones celestiales.

—¿Quieres que te lea las cartas?

—No quiero incomodarla.

—No me molesta —se ríe— Solo deja que haga un poco de café y me asegure de que a los niños no le falte nada.

—Vale.

Es muy empática.

Ya llevo varios días y el pesar de la muerte de Ernesto está siendo remplazado por la molestia causada por los constantes rechazos de Christopher. No me contesta, no responde mis mensajes y las redes sociales estan infestadas con las obras caritativas de Gema.

El lanzamiento de su campaña fue ayer en la noche "Éxito total" Así lo nombro la prensa se lució en el discurso, Alex reitero que su hijo es el mejor para el cargo y se les vio muy unidos en todo el festejo.

Gema otra vez se robó el protagonismo con todo el mundo, ahora es "La cara amable del ejército inglés" Se mostró súper cercana al coronel, los periodistas no dejan de halagarla y están con el sinsabor de que su prometida todavía sea un misterio.

Entro al canal de la FEMF desde mi móvil viendo los videos y hay uno de Christopher al lado de Alex.

—¿Coronel, cuando tendremos el gusto de verlo frente al altar?

Noto la tensión entre él y Alex cuando le deja caer la mano en el hombro.

—Antes de que se acabe el año —responde serio con Gema a su lado.

—¿Y quién es la afortunada? ¿Usted teniente Lancaster?

Ella suelta a reír acariciándole el brazo.

—Nos vamos a reservar los comentarios —contesta Alex— Queremos que sea una sorpresa.

—¿Sorpresa? Todos sabemos que la teniente Lancaster es la mejor opción en estos momentos —dice la periodista— Es admirable su compromiso con la campaña. Tuvo un excelente papel en New york y muchos coincide en que puede ser un buen complemento para el coronel...

No sigo viendo, me hartan estas tonterías.  

Soy sincera conmigo misma, Gema lo está haciendo bien y con partir le puse a Christopher en bandeja de plata y lo peor es que ella no es Sabrina, puede lograr que Christopher se enamore primeramente porque tienen historia de pequeños y no es una mala persona, así como yo estuve a un punto de enamorarme de Stefan con Gema puede pasar lo mismo.

La idea me enferma, avanzo un paso y retrocedo cuatro. En pocas palabras puso fecha y detesto saber con quién será porque casados... Casados pueden crear lazos, uniones que tal vez no pueda romper y... No puedo dejar que se case con esa estúpida.

La gitana sirve dos tazas de café y procuro ocultar el enojo evitando ser grosera. Me pregunta uno que otro dato curioso mientras pone las cartas en la mesa.

—Apetecida —enarca las cejas cuando sale una carta con una ninfa desnuda frente a una cascada— ¿Sabías que las ninfas tenían la habilidad de doblegar hombres poderosos? Era una cualidad de su magia y tú tienes mucho de eso. Se dice que las esposas de los reyes, brujos y grandes demonios siempre eran ninfas.

Es inevitable pensar en Christopher, Antoni y Bratt cada uno tiene poder a su modo. Unos más que otro.

—Me gusta, pero me asusta —trato de tomarlo con calma. Esto es aterrador si esos demonios como ellas los llama son como Christopher y Antoni.

—Los ángeles te auguran mucho poder, guerras y dolor.

Ya empezamos, ni el futuro depara buenas cosas.

—Veo una batalla de... —frunce el cejo— Monstruos...

Me asusta su cara y ya no soy tan creyente cuando va transformando el rostro, prefiero perder la fe a tener tanto miedo como ella.

—¡Por Dios! —dice— No se sabe cuál es peor, son como bestias inhumanas y tú... — me mira— Portaras el trofeo de los que luchan en la sombra.

La jadeíta se me viene a la mente. Tengo claro que más de una quiere portar esa maldita cosa y más de un mafioso quiere obsequiarla. En la mafia es un símbolo de poder. Poder que se ha mantenido con los Mascherano.

Recuerdo la promesa que hice y trago grueso de solo imaginarme en el circulo que tanto quise evitar.

—Mejor déjalo así —digo.

Le doy un sorbo a mi café, ninguna carta me gusta, no entiendo el lenguaje esotérico, pero solo me salieron calaveras, perros rabiosos y un montón de sombras.

—Tu felicidad será tu peor maldición —sigue— Tiempos oscuros te acechan...

Se me eriza la piel...

—No...

Alza la mano.

—Los ángeles quieren hablarte... Pero el mensaje no es muy claro —se concentra en las cartas— Es como un nombre o una advertencia, pero...

—¿Que? —miro como si pudiera entender — ¿Que nombre?

—MM —habla incrédula— Lo siento no es muy claro... Puede ser que la advertencia o el nombre lleve las dos letras.

—¿Que es MM? ¿Meme? ¿Emmo? ¿Emma? —se me detiene el corazón de solo pensar que sea algo referente a mi hermana.

Antoni no deja de rondarme, él ya fue capaz de meterse con mis hermanas.

—No es claro, pero prepárate porque sea un nombre o una advertencia viene con sangre, dolor y lágrimas.

—Pero el destino no es literalmente predecible.

—Siempre podemos cambiar nuestro destino tomando decisiones buenas o malas —explica— Como también hay cosas que están escrita en las estrellas y tales llegan tarde o temprano, pero son inevitables.

Respiro hondo, tengo la esperanza de que mi ángel guardián haga las paces conmigo y deje de joderme.

—No me gustan las malas predicciones —me dice— Y entre líneas veo momentos muy efusivos que te harán sobrellevar los dolorosos, tienes que cuidarte la espalda —me aprieta la mano— Eres como una de esas viejas historias donde la belleza se convertía en maldición... Las mujeres hermosas conquistaban dioses y ángeles, pero las bestias y demonios también caían en las redes y créeme cuando te digo que no hay cosa peor que una bestia enamorada, ellos eran capaces de quemar el mundo.

Solo termina de revolverme los ácidos estomacales.

—Gracias.

— ¿Quieres saber algo más?

—Prefiero vivir en la ignorancia.

Trato de apagar la rabia y el miedo navegando en las redes, si me pongo a darle cuerda a la ansiedad que causa Antoni terminare en el psiquiátrico.

Hoy es el lanzamiento de Kazuki y por lo que veo ya todos van para allá, hay fotos de todos menos de Parker. El masoquismo me gana entrando a las redes, ya hay imágenes de los que están entrando y Gema vuelve y juega presentándose con Sara y los Morgan.

Me caga esta maldita. Los celos me encienden el pecho con cada foto y me asusta esa otra yo que se torna demente cuando la rabia la posee. Es algo que aún no controlo, con Bratt nunca me sentí así, varias veces sentí celos, pero nunca me sentí tan posesiva tanto como para querer ahogarla en una cubeta.

Suelto el móvil y lleno la bañera del segundo piso tratando de que el agua apague la rabia que me consume. Tengo que volver a Londres, lo siento por Stefan, pero tengo asuntos que no puedo posponer y tal asunto tiene ojos grises y un genio de los mil demonios.

Me gustaría volver a los planes pasados donde pretendía dejarlo con Gema mientras lo condenaba a vivir pensando en mí, pero ahora tengo un no sé qué me rehúsa a dejarlo. Por primera vez lo quiero para mí siempre, quiero más momentos como el viaje y la tregua y no voy a dejar que Gema me quite eso.

Me desprendo de la ropa y me quedo en la bañera hasta que el agua se enfría, salgo y con la maleta abierta trato de buscar algo ligero para ponerme, pero dicha acción queda a medias cuando siento las manos que se posan sobre mis hombros.

Los labios secos se posan en el borde de mi cuello a medida que su tacto va bajando por mis brazos. Volteo quedando frente a frente y ni siquiera tengo tiempo de hablar antes de que los labios de Stefan se apoderen de mi boca.

—Hey... —pongo las manos sobre su pecho.

—Por favor... —empieza a repartir besos por mi cuello empujándome a la cama, cae sobre mí y por un momento mi mente quiere probar si soy capaz de ser como Christopher, porque estoy segura que ya tuvo que pasar algo entre él y Gema.

El cabreo de las imágenes, nuestras batallas campales y el montón de gente que tenemos en contra cuestionan mis sentimientos hacia él, es como si quisiera probar la paz de otro quedando en medio de lo bueno y lo malo.

Stefan separa la tela que entorpece sin soltarme la boca en tanto siento su palpita erección contra mi ombligo, nos abre un poco de espacio para quitarse la playera y vuelve a mi boca.

Por un segundo me dejo llevar de los ojos castaños que me miran con adoración. Stefan es atractivo y es innegable decir que no excita apreciar el cuerpo bien formado por el ejercicio.

Procuro concentrarme en eso, pero mi cerebro se niega. Puede ser lindo, pero no es Christopher. El instinto salvaje y arrebatador surge solo con él y siento que con otros jamás tendré el impulso que tuve en la selva. Ese estado de locura donde no te importa lo que pase.

—Step no —aparto la cara.

—Déjame —trata de apoderarse de mis pechos y lo evito poniéndome de pie envolviéndome en la toalla.

—No puedo darte alas estando enamorado de otro.

Se queda sentando en la cama.

—Sal, por favor.

—Te respeto, pero no puedes decirme que quieres serle fiel sabiendo que esta con otra.

Trato de no tambalearme con el golpe de realidad.

— Gema solo se está comiendo mis sobras.

Sacude la cabeza.

—¿Tus sobras? Ángel, no quiero hacerte sentir mal, pero eres tú la intrusa en la vida de ellos.

—No, ella quiso creer que podría olvidarme curándolo con sus idioteces.

—Idiota ¿Por qué? ¿Por estar enamorada igual que tú?

Se pone en pie.

—Rachel no mereces ser marcada como vaca —toca mi collar— No tienes que fundirte en algo tan toxico, ángel.

Me parte la forma en lo que dice, esa voz cargada de nostalgia que a diferencia de Bratt a él no se le oye posesiva ni manipuladora, si no con ganas de salvarme.

—Si tan solo pensaras un poco y trataras de conocerlo ¿Sabías que intento matar a Bratt? —dice— Derek alcanzo a enterarse antes de que Patrick borrara la evidencia y no tengo nada contra el capitán Linguini, sé que solo lo cubre porque es su amigo, pero que pretendes encontrar a un hombre que es capaz de matar inocentes.

Bajo la cara reconociendo lo feo que se oye.

—Solo tienes que dejar de adorarlo para que te des cuenta. Investiga, mató gente con solo diecisiete años en peleas callejeras —sigue— A golpes y sin piedad ¿Qué crees que lo llevo al lado de Antoni?

—Eso no parecía importarte cuando era tu ídolo.

—Estaba ciego igual que tú, pero ahora... —acuna mi cara en su mano— Te quiero demasiado como para dejar que te lastime y no puedes culparme por eso ¿Quién no querría tenerte a su lado? —se le empapan los ojos— Eres mucho más de lo que puede anhelar un tonto pobretón como yo y no sabes lo que daría por ser suficiente para ti.

Este hombre es oro puro.

—Él no te merece y no son palabras de un hombre herido, son palabras de quien solo quiere que seas libre y feliz y eso nunca lo lograras estando en sus cadenas.

Sería maravilloso el que mi lado razonable le hiciera caso a su discurso.

—Nada de lo que te digo te llega ¿Verdad?

Le doy la espalda evitando contestarle.

—Hay que volver a Londres. Reservare pasajes y viajaremos pasado mañana.

Lo siento respirar hondo.

—Se lo diré a mi hermana.

Sale sin decir nada más, lo siento por él, pero esta vez la razón no pudo con todo lo que siento. Creo que se me puede venir el mundo encima y aun así no dejare de tener claro lo que quiero.

◆ ▬▬▬▬▬▬ ❴✪❵ ▬▬▬▬▬▬ ◆

Gema.

Termino con las pocas cosas que tengo pendiente, Thompson es exigente y procuro ser puntual en todo lo que pide.

—Sara te llamó —Liz se deja caer en la silla frente a mí— Dijo que te espera en la pista reservada de los Morgan.

—Si, termino con esto y parto para allá.

—Quiero que me cuentes detalles sin tener que pedirlos, ¿Hubo o no sexo? 

—Christopher no está bien, me necesita como amiga no con ganas de acosarlo. 

—Pretender ser amigo de tu ex es como tener una gallina de mascota. Sabes que tarde o temprano te la vas a comer.

—Dejare que las cosas tomen el debido camino.

Aun me duelen sus palabras, tengo el resentimiento atascado en la garganta. Desde pequeña he sido tal cual soy ahora y no creí tener la capacidad de detestar a alguien tanto como a Rachel James. Tan falsa, mojigata y calienta braguetas.

Tiene a Christopher mal, se anda cargando un genio que provoca miedo, esta intolerable y violento, hace dos noches lo acompañe a una pelea clandestina en el sur de la ciudad y su contrincante termino inconsciente.

Tengo miedo porque parece no tener un gramo de tolerancia, volvió a desafiar las ordenes de Alex, Cristal me comentó que no respeto el trato que tenían. Cree que puede ganar esto solo, su padre piensa que no y a lo único que lo pudo obligar es a prometer que debe casarse antes de que acabe el año.

Ya me preocupa, hasta sospeche que los cuentos de Liz sean ciertos y esa perra haya sido capaz de hacerle algún tipo de brujería. Estuvo en el amazonas y con ella nadie sabe a qué a tenerse.

—Si no te va a dar el anillo para qué diablos nos esforzamos en la campaña.

—No me esfuerzo por él, hago todo esto porque me gusta y es una forma de agradecerle a los Morgan la ayuda que le han brindado a mi madre y a mí.

—Eso Marie lo tiene más que ganado.

—No todo, Sara le dio empleo estando en la calle y embarazada de mí. Alex pago mi carrera en la FEMF y tener su apoyo ayudo a que muchos superiores quisieran tenerme en sus tropas.

—Cariño, le has dado muchas largas al asunto si solo me dejaras interferir...

—¿Como? Christopher esta tan cabreado que ni siquiera me mira con aires sexuales —recojo lo que tengo en la mesa— Parece que esa tonta lo idiotizo.

—Enculo es la palabra correcta. Es de esas rameras que lo menean bien y enculan con tres o cuatro polvos.

—Sinceramente yo estoy preocupada por él, cada que ella hace algo se aferra a la botella y termina realmente mal —me duele ver eso— Lo quiero tanto que lo prefiero siendo bestia y no humano, porque así sé que nadie lo va a lastimar.

—No te merece.

—Pueda que no, pero el amor es así y yo no tengo el corazón de dejar que otra lo arruine, es algo que nunca me perdonaría —espeto— ¿Cómo vivirías sabiendo que pudiste salvar el amor de tu vida y no fuiste capaz solo porque el orgullo te gano?

—Cariño yo no puedo verte con esa carita y mucho menos por esa zorra —rodea la mesa dándome un beso en la frente— Pero si quieres llevar las cosas con calma te apoyo. Detesto esa puta, pero entiendo el que quieras a Christopher como un hermano y solo quieras apoyarlo por el momento.

La abrazo.

—Y viéndolo bien le estas dando algo que nunca podrá darle ella —me dice— Tranquilidad, a ti no tiene que estar cuidándote el culo.

Su argumento tiene lógica, por momentos le han servido mis bromas el jugueteo evitando que descargue su furia en Laurens y en los soldados. Cuando lo veo demasiado enojado hago piruetas y chistes que lo ponen a respirar hondo y no pierdo el tiempo, cierto día le saque una sonrisa que no pudo disimular.

Evito que tome, así que siempre trato de llegar primero y lo espero con la tele encendida animándolo a ver una película. No lo acecho con fines sexuales, estoy siendo su amiga, la hermana que desayunaba junto a él todas las mañanas y no le da pena mostrarse en su pijama de las chicas super poderosas, a mamá le gusta vernos así, pasa sonriendo todo el tiempo.

Las elecciones serán en diciembre y aunque anhele ser su prometida estoy dejando que todo tome su rumbo.

Rachel ya está descartada. No creo que los alcances le den para volver a tenerla como opción y con lo que hizo supongo que ya no tiene la devoción de Alex. A los Morgan no les gusta que les hieran el orgullo y el ministro por muy hijo de puta que sea su hijo no le conviene tenerlo inestable.

Christopher es el tipo de persona que en modo violento y cabreado nadie puede controlarlo y el ministro sabe que Rachel no hace más que empeorarlo.

—Me voy —me levanto— Sara me está esperando, no quiere dar este paso sola.

—Yo tampoco querría con semejante monstruo.

Salimos juntas mientras Liz comenta lo bien que le fue a Kazuki con su lanzamiento, se llevó un montón de ovaciones al lado de su esposa e hija.

Acompañé a Christopher, pero no nos quedamos en todo el evento.

Cristal me envía un mensaje dándome detalles del retiro de beneficencia al que debemos asistir este fin de semana.

—¿Cuándo vuelve Stefan? —pregunta mi amiga.

—No sé. Adoro a Step, pero si esta con Rachel que se quede y la retenga hasta el fin de los tiempos.

—Lo dudo, no creo que Gauna tolere tantos días de ausencia... —calla y se detiene obligándome apartar la vista del teléfono— ¿Ese es Bratt?

Sigo el trayecto de sus ojos.

—¿Con Milla?

Me aclaro la vista y... Vaya, el respetado capitán Lewis está atravesando el estacionamiento con la portuguesa, vienen hablando como viejos colegas y me pregunto dónde diablos dejo a Meredith. Esa loa acecha cada que lo ve con otra.

Un pelotón sale da la nada dejándonos en shock. Bratt voltea con Milla y por un momento me asusto cuando veo que corren con un hombre a la cabeza atropellándonos y apresurándose al auto que acaba de llegar.

Es Scott que sale y mira a todos lados asustado cuando se ve a tanta gente encima.

—¡¿Qué pasa?! —forcejea cuando lo ponen contra el capo.

—Señor Travis Scott tiene orden de captura por enriquecimiento ilícito y lavado de activos.

¿Que? Muevo los pies y Bratt se me viene atrás.

—Tiene que ser un error — Scott pertenece al grupo elite de Christopher. Todo coronel tiene un grupo especial de su entera confianza.

—¿Dónde está la orden? —pide Bratt y el líder no se inmuta en mirarlo.

—¡Oiga le están hablando! —le grito.

—Se están equivocando —forcejea Scott.

—Milla ve por Gauna.

La rubia sale corriendo y por mucho que alegamos e intervenimos no podemos impedir que se lo lleven.

—¡Identifíquese! —le pide Bratt al hombre que los encabeza.

—Como presidente de casos internos no tengo que identificarme con nadie —contesta— Dígale a su general y al ministro que lo espero en la oficina que el consejo acaba de asignar para mí en el piso 6 de la torre administrativa.

—¡Llamen a mi esposa! —pide el pobre de Scott— ¡O a Luisa, ella puede contactar a mi familia!

Se van y no me creo lo que acaba de pasar ¿Enriquecimiento ilícito y lavado de activos?

—Pondré a Alex al tanto y llamare a Irina de camino —le aviso a Bratt que solo asiente peor de sorprendido que yo— Si tienes novedades avísame ¿Vale?

—Si, veré que puedo hacer desde aquí—se va detrás de Scott.

Abordo el auto con mi amiga, ella conduce mientras le doy las malas noticias a Irina y a Laurens.

Aparte de estar inculpando a alguien que seguramente es inocente están dañando la campaña del equipo apresando a un sargento tan renombrado como Scott.

Le doy aviso al ministro, a Irina, a Chris y hasta la misma Cristal, me da pesar Scott y no me cabe en la cabeza que sea cierto.

Liz se baja cuando llegamos a Londres, continuo a High Garden y Sara es la primera que sale a recibirme.

—Pensé que no llegarías —la pobre parece que fuera a entrar en pánico.

—Lo prometí —la abrazo— ¿Estás lista?

—No.

Tiene un conjunto Chanel, no muy ella, pero sí que le sienta de maravilla.

Yo también compre uno, no quiero que me sigan viendo como la hija de la sirvienta. Saludo a mamá y subo a cambiarme en tiempo récord.

—Voy a hiperventilar —comenta Sara acalorada mientras me pongo los pendientes.

—Todo va a salir bien —la animo antes de salir.

Salimos junto a mamá y atravesamos los extensos jardines que rodean la mansión.

El jet esta sobre volando el área, aterriza en la pista privada y siento que el cuello del traje me pica.

Las puertas se abren y la escalerilla desciende «Calma» Respiro por la boca cuando sale el hombre trajeado ofreciéndole la mano a la mujer que se asoma.

Regina de Morgan es la mujer con los cojones más grande que he conocido en la vida, una de las pocas mujeres que ha hecho historia en la FEMF al convertirse en general con tan solo 24 años. Al uniforme que portaba no le cabían las medallas y es la madre de tres hombres con temple de acero.

Los Morgan son adinerados desde tiempos inmemorables, pero Regina reforzo el patrimonio con las misiones que tuvo al lado de Elliat Morgan. Es que sus méritos fueron de millones y millones que la tienen viviendo en Rusia dándose más lujos que la realeza.

Creo que eso fue lo que encegueció a Martha Lewis en su momento, todos sabemos que gran parte de ese dinero terminara en manos de Christopher al ser el único nieto y una mínima parte volvería rico a cualquiera. De igual forma Chris ya lidia con la herencia de su madre, los reconocimientos monetarios de la FEMF y el patrimonio que ha forjado el ministro.

A sus setenta y siete años, Regina, luce mejor que mi madre con la espalda recta, con arrugas escasas y el andar altivo y elegante. Estupenda, la vejez no le quita la belleza, esta familia parece que tuviera maquinas del tiempo, siempre se ven bellos y sensacionales.

—Regina —Sara es la primera que se acerca a saludar.

Se quita los lentes reparándola de pies a cabeza, no sonríe, solo deja que la salude con un beso en la mejilla.

—¿Y Alex? —pregunta seria.

—Él y Christopher ya vienen para acá.

Sigue de largo como si mamá y yo no existiéramos.

—Tan importante soy que en vez de mi hijo y mi nieto —comenta alzando la voz para que todos la escuchemos— Me recoge la ex nuera fugitiva, una sirvienta y una bastarda. Esta familia cada día se va más a la mierda.

—A mí también me alegra verte Regina —codeo a mamá para que se calle.

—Trágate el sarcasmo Marie que ni me llega ni me ofende.

Viene apoyar la candidatura de su nieto. Alex se rehusó a que viniera, pero ella no le dio tiempo de alegar, simplemente colgó después de avisar la hora de llegada.

Entramos a la mansión y los empleados se apresuran a recibirle las maletas al mayordomo que lleva a todo lado.

—¡Clo trae té, por favor! —le ordeno a la empleada.

Sara no para de abanicarse la cara, parece que le tuviera terror.

Tomamos asiento y procuro hacer uso de todos mis modales para no quedar mal.

—Estas muy bien conservada, Regina —la alago tomando un sorbo de té— Vas a tener que darme el secreto.

—La buena vida —recibe la bebida que le da la empleada— Los lujos tambien embellecen.

—¿Como están Reece y Thomas? —pregunta Sara.

—Reece sigue por Islandia adelantando sus estudios de toxicología y Thomas sigue de nómada por el mundo.

—La FEMF perdió dos excelentes soldados.

Tuerce la boca.

—Les dimos a Alex y a Christopher en recompensa.

Clo se apresura abrir la puerta dándole paso a los dos hombres que entran, Regina se levanta dejando el té sobre la mesa. Alex atraviesa el vestíbulo acercándose a su madre.

—Mamá —le besa la frente y esta clava los ojos en su único nieto.

Sara se mueve incomoda, Christopher fue un dolor de cabeza para la familia, sobre todo para Regina que puso el grito en el cielo cuando supo que se había ido con los Mascherano y lo puso más alto cuando supo lo de Sabrina.

La pobre Sara más de una vez ha tenido que lidiar con los constantes reproches de Regina que siempre le recrimina el no tener los cojones de lidiar con el carácter de Alex y conservar a su familia.

—Pero miren que apuesto esta la oveja negra de la familia —se quita los guantes y se acerca a tomarle el rostro— Morgan por donde se le mire, te pareces tanto a tu abuelo y a tu padre.

Le da un beso en la mejilla.

—Lo único bueno que has hecho en la vida, Sara —se vuelve hacia ella— Plasmar bien el gen de la familia.

Sara le dedica una sonrisa sin ganas.

—Tengo la esperanza de que me enorgullezcan y logren que el poder se mantenga en el apellido —habla como toda una dictadora— Sobre todo tú, Christopher, ya va siendo hora de compensar los dolores de cabeza que me hiciste pasar.

—Yo no le debo nada a nadie —se deja caer en el sofá— Si te di dolores de cabeza lo lógico es que compraras aspirinas y no esperaras que te los compensara con triunfos que pretendo lograr por mí y no por otros.

—A ver muñequito malcriado —se le acercar recogiendo el abanico— Conmigo tienes que meterte el egocentrismo en el culo y aunque te moleste, debes agradecer el que cabalgara en la verga de tu abuelo quedando preñada del que ahora le dices padre. También agradece el haber tenido la fortuna de nacer en una familia con poder, porque esa belleza no hubiese sido nada siendo un zarrapastroso incapaz de darse todos los lujos que te das.

—Regina...

—¡Cállate! —le grita posando la mirada en Alex y Sara— Vergüenza ustedes dos que no supieron agarrarle la rienda a este —señala a Chris— Pero ¿Qué puedo decir? El régimen y la disciplina funcionan cuando la imponen dos, no uno.

Alex rueda los ojos y Sara solo baja la cabeza.

—¿Y saben que es lo que más me molesta? —vuelve la vista hacia su nieto— Que pese a la mierda que eres —respira hondo— Sigas siendo mi Morgan favorito.

Almorzamos en el jardín, Sara preparo un exquisito menú y Regina no para de comentar las estrategias que se necesitan en la campaña. Christopher por su parte no pone mucha atención.

—¿Solucionaste lo de Scott? —hago la pregunta solo para los dos y sacude la cabeza en señal de negación.

—No, y ya está en la primera plana del periódico.

Entiendo su molestia, esto solo le quita ventaja, uno que otro pensara que esta liado en negocios ilícitos.

— ¿Es cierto? —inquiero— Dudo de que Scott tenga necesidad de caer tan bajo.

—No lo sé, por ser un hombre de mi ejército no me dejan meter las manos —explica— Casos internos tiene el caso y al ser la oposición Alex debe ser paciente y esperar el juicio como todos.

Lo conozco tanto como para saber que tal cosa lo enfurece más, no le gusta que le quiten los eslabones fuertes, por eso conserva a Bratt aunque lo deteste.

—¡Me apetece un baño de espuma! —pide Regina.

—Te lo preparo si quieres —me ofrezco.

— Para eso tenemos empleada —dice Alex.

—No es molestia para mí, me sé una combinación de esencia que te pondrán a dormir como un bebé.

Me levanto.

—Si lo logro tendrás que invitarme a tu lujosa mansión.

—Aja.

No dice más en esta familia hay que acostumbrarse a las respuestas cortas.

Dejo a la mujer en la bañera y parto con mamá y Chris al pent-house. No hablamos mucho en el camino, Chris ordena que sólo se llevará el McLaren al evento de Gales, el área estará resguardada y no quiere camionetas de respaldo. Es un auto blindado, Make puede conducirlo y Tyler ira en el copiloto, él y yo estaremos cómodos atrás.

Está harto de tanta gente y dejará que los otros escoltas lo respalden cuando esté de vuelta en la ciudad. En Gales solo lidiara con Tyler y Make.

Mamá se va a dormir y Miranda se pone a preparar la maleta de Chris, ahora que es candidato estará viajando la mayoría del tiempo, mañana tiene una reunión con un diputado y pasado mañana irá a Malta con Kazuki y Leonel.

—Mira lo que tengo aquí—saco la caja de su vieja colección de autos— Sara lo encontró en la mansión la semana pasada.

Dejo la caja en el suelo sacando los autos miniaturas mientras él toma whisky frente a la chimenea.

—Quemaste el pelo de mis muñecas la vez que te pise uno.

Se mantiene serio.

—Eras un cabrón cada que te lo proponías —me poso a su lado.

—Te hice un favor, esas cosas eran horribles.

—No tanto como los muñecos satánicos que tenías cuando cumpliste once —bebo un sorbo de su trago— ¿Recuerdas la vez que quise entrar a tu cuarto y me hiciste la broma con ese estúpido payaso?

Suelta a reír y me alegra ser la causante de esa sonrisa.

—Me partí un diente cuando me fui de bruces con la pared.

—Eso fue lo mejor —se queda mirando como las llamas consumen la leña.

—Sara estaba con nosotros todavía —digo— Éramos felices y no lo sabíamos.

Se queda en silencio, siempre ha sido tan solitario a nivel familiar. Alex se la mantenía por fuera y cuando Sara se marchó se puso más estricto que nunca.

—Oye —le aprieto la rodilla— ¿Quieres que te acompañe a Malta y a la reunión? Tengo todas mis tareas al día, adelante todo previniendo el que necesitaras de mi compañía.

Tarda en contestar.

—Si quieres.

—Claro que sí, ogro gruñón —me pongo en pie— Iré a casa a empacar mi maleta, de Malta partiremos a Gales.

Me despido con un beso y llamo a Liz para que se vaya preparando. Christopher no lo sabe, pero Cristal ya le había conseguido boleta para el evento y yo estoy encantada de que este conmigo, aunque tenga que viajar sola en mi auto.

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