LUJURIA - (Ya en librerías)

By EvaMuozBenitez

183M 8.7M 57.4M

El mundo ardió volviendo cenizas a una mujer hecha para pecar. Ahora la lascivia le ha dado paso a una latent... More

YA EN LIBRERÍAS
ADVERTENCIA
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CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPITULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPITULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPITULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
EL LEGADO PREVALECE.
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 37 II
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPITULO 41
CAPITULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 52
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
CAPÍTULO 61
CAPITULO 62
JAQUE MATE
CAPÍTULO 63
CAPÍTULO 64
CAPÍTULO 65
CAPÍTULO 66
CAPÍTULO 67
QUERIDA RACHEL.
CAPÍTULO 68
MINISTRO
CAPITULO 69
CAPITULO 70
CAPITULO 71
CAPITULO 72
CAPITULO 73
CAPITULO 74
CAPÍTULO 75
EN OTRO LADO
CAPITULO 76
CAPITULO 77
CAPITULO 78
CAPITULO 79
CAPITULO 80
OPERACION RESCATE
CAPÍTULO 81
CAPÍTULO 82
GOODBYE.
CAPÍTULO 83
CAPÍTULO 84
CAPÍTULO 85
CAPITULO 86
CAPITULO 87
KARMA PARTE 2
KARMA PARTE 3
Extra: Felices fiestas.
CAPITULO 88
CAPITULO 89
¡NO ES UN CAPITULO, ES UN EXTRA!
CAPITULO 90
CAPITULO 91
CAPITULO 92
EPILOGO

CAPÍTULO 40

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By EvaMuozBenitez

La otra cara de la moneda.

Philippe.

Apoyo los brazos en las barras de metal que adornan la camilla, la ira me posee y las lágrimas se me asoman al ver el deplorable aspecto de mi hermano.

«Mátalo, mátalo, mátalo» Es lo único que repite mi cerebro, Christopher Morgan acaba de firmar su sentencia de muerte.

—Tiene cuatro costillas rotas, la mandíbula partida, y tres molares fragmentados —explica el médico— Las contusiones del tórax y abdomen no se ven bien y a mi parecer tendrá que entrar como mínimo dos veces al quirófano.

Asiento probando el sabor salado de las lágrimas.

—Hago lo que tenga que hacer.

Carraspea metiéndose la mano en el bolsillo, Ivana entiende la indirecta, saca un fajo de billetes y se lo da a modo de pago.

—Lo quiero tal cual como estaba —advierto.

—Cuente con ello —sonríe el médico— Sé que es un mal momento, pero deben irse o el personal del hospital empezará a sospechar.

—Necesito más tiempo.

Se mueve incómodo.

—Cinco minutos —advierte antes de retirarse.

Aprieto la mano de mi hermano, esta irreconocible con la cara amoratada y el tabique partido.

—Oye —Ivana posa la mano en mi hombro— Va a mejorar ya lo veras, se necesita más que una golpiza para derribarlo.

Me limpio los ojos, para que no me vean en un estado tan patético.

Antoni es el único hermano que me queda, no puedo hacerme el ciego con este tipo de cosas, tenemos la misma sangre y el que le hagan esto es como si me lo hicieran a mí y más sabiendo todo lo que ha hecho por la familia, es quien ha puesto el pecho por todos.

Se queja cuando se mueve y me acerco más para que sepa que estoy aquí.

—Lucían... —jadea— Damon...

Vuelvo apretarle la mano, que mencione a mis sobrinos me demuestra que en verdad se siente vulnerable. Debe creer que las fuerzas no le van alcanzar para verlos.

—Los veras cuando te recuperes —le aparto el cabello de la frente— Porque vas ponerte bien ¿lo entiendes?

Asiente.

—Sácame de aquí —jadea— Tengo que...

—Lo hare, te juro que lo haré, pero necesito que te recuperes primero.

Niega.

—¡Ya! Puedes hacerlo ya.

—Tío —se acerca Ivana— Lo haremos, pero primero tienes que ponerte bien.

—Pagará —susurro en su oído— Te juro que ese maldito se lamentará por dejarte así.

Vuelve a quejarse y la enfermera entra con una jeringa.

—El doctor dice que la visita termino —avisa.

Ivana me toma de la mano y le da un beso a Antoni antes de arrastrarme afuera.

—No puedo irme y dejarlo así —me suelto cuando salimos al pasillo.

—Estamos dañando el plan —habla despacio— ¿Tiene idea de lo que pensaran si nos ven aquí?

—No me importa, lo único que quiero es matar a ese hijo de puta —golpeo la pared— Lo odio tanto...

Ivana me toma la cara para que la mire.

—¿Y crees que yo no? Mató a mi papá —las lágrimas se le asoman en el borde de los ojos— A Emily, al tío Alejandro y como si no fuera poco también abandonó a Lucían.

—¿Entonces qué nos detiene?

—El que la muerte a veces no sea castigo suficiente —dice— Hemos tenido que soportar sus malos tratos y humillaciones, su régimen cargado de superioridad e insultos a cada nada, por eso merece más que una muerte dolorosa.

Respiro hondo, tiene razón. Por mucho que lo odie no puedo ponérsela tan fácil, tiene que pasar por todo lo que pasamos nosotros. Sería demasiado misericordioso si lo elimino ahora.

—Vámonos —vuelve a tomarme de la mano y agradezco que esté aquí para apoyarme.

Lo hecho siempre, en mi infancia aquí y en la central. Ha sacrificado tanto como yo.

El hospital está dentro de la prisión y hay que tener un gran número de contactos para entrar y salir sin ser vistos, de esto nos hemos ocupados los dos. De meter el gusano de la discordia y corromper mentes para que jueguen de nuestro lado.

Los aliados son gracias al esposo de Ivana, que se encarga de suplir todas las necesidades de mi hermano. De que nadie lo toque y tenga la mejor atención.

Aunque el pago lo haga yo, él trata de que esté lo mejor posible.

Salgo por la parte de atrás mientras Ivana se asegura de que nuestra visita no quede captada en cámaras.

—¿Estas mejor? —pregunta cuando abordamos mi auto.

—¿Qué crees? —sigo con el peso que me da el saber que debo dejarlo en semejante estado.

—Te entiendo —aprieta mi mano— A mí también me duele, pero hay un mundo afuera que necesita nuestra atención, mientras él no esté el líder eres tú y debes hacerle frente a eso.

Recuesto la cabeza en la silla.

—Esto se veía venir, contamos con suerte de que no lo hicieran antes —continua Ivana— Mi tío tentó su suerte al enviarle obsequios a Rachel...

—Es su mujer...

—Y el capricho del coronel —me interrumpe— ¿Que te hace creer que la rescato por nada? Estuve indagando y resulta que es una de sus putas.

—Hace mucho que lo sé.

—¿Y no me lo dijiste? ¿Tuve que enterarme por boca de otro?

—Eso no importa ahora.

—Ella no es idiota, Phillippe. Dudo que quiera volver al lado de Antoni después de lo que vivió con el HACOC y al verse presionada ¿a los brazos de quien crees que correrá?

Se me escapa una sonrisa, no es que quiera es que simplemente no tendrá alternativa.

—Al nuestro, no olvides que sin querer también está trabajando para nosotros. Cuando quiera refugiarse en los brazos de su amante este la odiará y tendrá que ponerse del lado que más le conviene.

—Eso sí el coronel no la mata porque si lo hace ¿qué le daremos a mi tío? —inquiere Ivana—No podemos subestimar los alcances de Christopher, hoy demostró que con rabia es capaz de hacer cualquier cosa.

No había considerado esa idea.

—¿Qué crees que hará cuando se meta con una de las cosas que más le importa? Es rencoroso y me atrevo a jurar que no temblara a la hora de volarle la cabeza con un tiro.

—No es una amante cualquiera —doy fe de eso, soy testigo de todos sus conflictos— Y ella estará más de nuestro lado cuando sepa que lo perdió para siempre.

—Pueda que tengas razón, pero te aseguro que no la perdonara y algo me dice que esa traición terminará en muerte.

—Es un riesgo que debemos correr.

Enciendo el motor y me aventuro a la carretera.

—¿Cómo vas con lo de Gema?

—Estoy en eso, mi plan es sencillo y no tardara en dar resultados.

—Trata de que sea rápido, nos conviene que Rachel lo odie, porque si intenta matarla, ella tendrá motivos para defenderse.

****

Dalila.

Paso los dedos por la llama de la vela que decora el comedor. La melodía del piano deleita mis oídos con los dedos de Lucían paseándose por las teclas.

Alzo la vista y noto que mi visita no esta tan a gusto como yo. Todos lucen incomodos, incluyendo a la pequeña Naomi que tiene las manos empuñadas sobre sus muslos. Pobre, es porque el congresista no le quita los ojos de encima.

—¿Está en el estante de compra? —sonríe y su asistente rueda los ojos asqueada.

—Es la mascota de la familia.

—¿Puedo retirarme signorina Dalila? —pregunta asustada y Drew se burla de su acento.

—No, eres la atracción del caballero —señalo a Drew— Y en esta casa nos agrada satisfacer a los invitados.

La gran mesa está rodeada de los principales aliados de Philippe: Por un lado, tenemos a Ilenko Romanov, representante de la mafia rusa, a mi querido cuñado y próximo ministro, y a Drew que vino con su asistente española.

El otro lado de la mesa muestra un escenario totalmente diferente, lo fino contra lo corriente. Están Danna y Mauricio líderes del cártel de México, socios de Philippe y administradores de los clubes Óculos en américa.

A mi lado está mi primo de tres años junto a Naomi y la empleada que le da cucharadas de sopa, mientras Damon raspa la madera del comedor con un cuchillo de mesa.

—Es un prodigio con el cuchillo —lo repara Ilenko.

«Su acento me asquea»

—Cuida tus palabras —inquiere el marido de Ivana— No olvides que en un futuro Damon será el jefe de tus hijos.

Alza su copa de vino sin dejar de mirar a mi primo.

—¿Alguien quiere explicarme porque Dalila está sentando en el puesto de Philippe? —pregunta Danna.

—Alguien debe llenar el puesto del líder cuando no está.

Ilenko suelta a reír.

—Phillipe no es un líder, solo está haciendo el papel de idiota mientras Antoni se pudre en la cárcel.

Los Romanov pertenece a una de las familias más poderosas de Rusia, el bisabuelo de Ilenko fue líder antes que mi abuelo y gozan de un gran prestigio en el mundo criminal.

Se puede decir que después de los Mascherano son los que siguen en la escala de poder.

—¿Dónde están tus modales Ilenko? —habla Drew— Es de mala educación insultar a la anfitriona.

—También es de mala educaciónb  hacernos esperar.

—Ya te expliqué el porqué de su demora...

—Visitando no hará que el cadáver reviva.

—Mi tío no está muerto —trato de no perder los estribos.

—No falta mucho para eso —se burla Mauricio.

Callo, Mauricio y Dana son un par de palurdos arrastrados que consiguieron dinero gracias al negocio de la coca. El que los ve no cree que son marido y mujer, ella es alta voluptuosa y llamativa, él es bajo, delgado y con un pésimo gusto a la hora de vestirse.

Los tolero porque son socios importantes de Phillippe y al igual que Ilenko cuentan con buenas influencias. con Antoni en la cárcel y Phillipe ausente estamos expuestos a cualquier tipo de complot.

—Damon —habla la empleada cuando el pequeño apuñala la madera.

—No hagas eso —intento quitárselo y esquiva mi mano.

Alcanzo su muñeca y la clavo en la mesa para que se detenga.

—¡Dije que no! —me escupe la comida que mastica y me levanto abofetearlo.

—Yo me encargo —Lucían se atraviesa mirándome Naomi— Lo llevaremos a su habitación.

La pequeña no duda en levantarse y aferrarse a la excusa de mi primo.

Damon es un aborto del demonio que no hace otra cosa que dar problemas, tenía la esperanza de que la prueba de ADN saliera negativa, pero no. El engendro esta predestinado hacer el próximo líder solo porque Phillippe no es capaz de asumir el control y Lucían ya es odiado por todos por el simple hecho de llevar la sangre del coronel.

Naomi toma a Damon de la mano y se despide con un leve murmullo de buenas noches.

—Descansa muñeca —le dice Drew y la niña sale casi corriendo.

Lucían no lo mira bien, pero tiene la educación de acercarse al congresista con la mano estirada.

—El bastardito tiene modales —se burla Drew.

—Mi nombre no es bastardito —aclara— Me llamo Lucían y me acerco a rogarle que no intimide a Naomi, lo que hizo se llama pedofilia y no está permitido en este país.

La asistenta alza las cejas sorprendida, Drew no contesta, mi primo suelta su mano y se despide de Maricarmen con la mejor de las sonrisas.

Estrecha la mano de los caballeros reluciendo lo bien que lo educaron las monjas del orfanato donde se crió.

—¿Para cuándo el ego Morgan? —le pregunta Danna.

—¿Conoce a mi padre? —se le iluminan los ojos.

—A tu padre no, pero a tu abuelo sí. Mató a cuatro de mis tíos —le acaricia la mejilla— Pero descuida, tres de ellos eran ratas traicioneras, así que me alegró que lo hiciera.

—¿Quieres conocerlo? —Ilenko empieza con las indirectas malintencionadas y mi primo me mira sin saber qué responder.

—No —responde— Mis tíos hacen un buen papel de papá.

—Alguien está mintiendo —se burla Ilenko— Que no te avergüence, si fuera tú también me gustaría conocer al hijo de puta que tiene a mi familia al borde de la extinción.

—No es mi caso —Lucían sonríe y se inclina a besar la mano de Danna— En el orfanato te enseñan a conformarte con lo que tienes.

—Excelente respuesta —aplaude Drew pidiéndole a su secretaria que le sirva otra copa de vino.

—Que su velada sea provechosa —se despide con una leve inclinación.

Damon y Naomi lo esperan en la entrada del comedor, el pequeño se aferra a su brazo mirándome con rabia. Es una combinación de mi Isabel, Antoni y mi papá, quien lo ve piensa que solo es un niño tonto que necesita atención, pero yo sé que es otra cosa.

Nadie carga una mirada tan sombría con tan solo tres años y el menor de los Mascherano asusta e intimida demasiado. Las empleadas dejan que hagan lo que se le dé la gana con tal de no enfrentarlo.

Nuestra familia no es muy común, pero que yo sepa ninguno a ahorcado a su hámster, como lo hizo Damon hace tres días.

«Si es así ahora no me quiero imaginar cómo será en un par de años» Desde ya huelo la sangre de las víctimas que matará.

—El señor Phillippe está aquí —avisa la empleada y me levanto a recibirlo.

Como líder tiene que tomar puesto en la cabeza de mesa, Ivana lo acompaña y me araño los puños cuando la veo colgada de su brazo.

«No le basta con verla todos los días»

—Bienvenido estrella —Ilenko continúa con la burla.

Danna y Mauricio se levantan a saludarlo.

Ivana lo suelta y se arroja a los brazos de su marido.

—Es nuestro —el coronel le besa la frente— Con lo de hoy serás mi mano derecha en la FEMF.

—Gracias por lo de mi tío —Ivana le besa las manos.

Phillipe no me mira, solo se sienta y deja que me ubique a su lado.

—¿Qué hacen aquí? —mira Ilenko.

—¿Tu secretaria no te aviso? —se recuesta en el espaldar de la silla— Fin de trimestre, hora de paga.

Phillippe sacude la cabeza como si no creyera lo que acaba de escuchar.

—¿Viajan de tan lejos por unos cuantos maletines?

—Por la plata baila el perro —habla Mauricio— Y no estamos solo por el dinero, no sé si lo olvidaste, pero pasado mañana nos llevaremos tres lotes de mujeres al otro lado.

—Al líder se le olvidaron los tratos.

—Philippe —habla Danna— No solo se te olvidan los tratos, nos estas dejando sin protección y las emboscadas de la FEMF están matando a nuestra gente.

—Esa era tiene los días contados...

—No vivimos de falsas promesas —se queja Drew— Entre más gente desmantelen, más me ponen en riesgo y si caigo yo, caen todos —nos señala— Sobre todo tú Ilenko, sería una pena que la red caiga y pierdas a tus principales proveedores en el centro religioso.

Maricarmen le sirve otro trago.

—Y ustedes —mira a Ivana— Morirán en la cárcel con Antoni y Bernardo.

—Todo eso se puede evitar si contamos con un verdadero líder —Ilenko se enfoca en Phillippe...

—Deja de escupir veneno....

—¡Deja de opinar maldita perra! —me grita.

—¡Ojo como me hablas...! —trato de defenderme.

— El que estés a la derecha de tu tío no te da voz ni voto aquí...

—Soy una Mascherano...

—¡¿Y?! —se burla— Puedes ser la mismísima hija de Brandon, pero en nuestra sociedad solo hablan las damas y tú no eres una ¿o sí?

Callo cuando mira a Philippe y no hace nada.

—Tampoco eres la esposa de nadie importante —continúa Ilenko.

Me trago las lágrimas «No lo soy, pero lo seré»

—Las niñas callan mientras los adultos hablan —dice Mauricio.

Danna alza la cara con orgullo e Ivana me mira con compasión, lo hacen porque sabe que Ilenko tiene razón.

Danna no tiene el poder de una dama de la mafia, pero es la esposa de uno de los narcos más buscados y mi hermana está casada con el futuro ministro.

Phillippe no se mueve y sigue sin mirarme, sabe que si lo hace estallare y nadie quiere eso, nadie debe enterarse que si me apetece arraso con todos los que están aquí.

—No tengo nada contra ti, Phillippe —le habla Ilenko— Pero ya va siendo hora de que le tomes tu cargo y te instales en Italia o en Rusia.

—Le estoy haciendo frente.

—No, mi gente necesita ver a su líder y escabulléndote en la FEMF solo logras que dudemos de tus capacidades.

—Cuando Antoni salga...

—Antoni no puede salir todavía —replica el esposo de Ivana— Si huye Christopher se pondrá a la cabeza y la FEMF lo eligiera como ministro, porque saben que es el único que puede atraparlo.

—¿Tan mala fe inspiras que no pueden verte a ti como lo ven a él?

—¡No soy el que ha liderado una guerra por más de tres años! —replica— ¡Y no estoy arriesgando el culo teniéndolo como un príncipe como para que me traiciones!

—¡No lo entiendes porque no es a tu hermano el que yace en una cama!

—Deja tanto pretexto y ponte los pantalones —agrega Danna y por primera vez en la noche ruego porque haga caso—Antoni es un excelente líder, pero coincido con el futuro ministro de que no es momento para salir.

—Lo mejor es que te posesiones en Italia —sugiere Drew— El Óculos está dando buena ganancia aprovéchala y úsala para tu beneficio.

Niega.

—El dinero es lo de menos, si fallo en esto estaría decepcionando la memoria de mi padre.

«¿Y eso que importa ahora?»

—Entonces cédele el puesto a alguien más —pide Ilenko.

—No voy a regalar el trono de mi hermano, la mafia nos eligió, el poder es y seguirá siendo de Antoni.

Ilenko alza las manos dándose por vencido.

—Entiendo su molestia —Philippe mira a Ivana y esta se levanta perdiéndose en el despacho del pasillo— Por eso quise enviarles una ofrenda de paz, pero ya que están aquí...

Las empleadas vuelven con maletines plateados ¿porque no sabía de eso? Le dan uno a Ilenko, uno a Drew y uno a Danna.

Ilenko abre portafolio y saca un pequeño frasco plateado.

—También es un recordatorio de que el HACOC pertenece a mi familia y si lo retiran del negocio no tendrán con que controlar a sus putas.

Arroja una bolsa de pastillas blancas en la mesa. «El medicamento que provoca los infartos»

—Creen que me la pasó de manos cruzadas, pero mientras ustedes difaman mis hombres trabajan en las fórmulas que creo mi hermano —Mauricio toma la bolsa— Hermano al que intentan desbancar.

Se miran entre sí, Ilenko se ve dudoso y sigue sin convencerme.

Mi familia no está en su mejor momento y el que Philippe se niegue a asumir el poder nos está poniendo en riesgo.

—Creo que eres un incompetente —habla Ilenko— Sin embargo, respeto tu lealtad y espero que asumas las consecuencias de ser un conformista.

—¿Me amenazas en mi propia casa? —se defiende Philippe.

Ivana le suplica con los ojos, es otra consciente del peligro que conlleva los Romanov.

—Cuestiono que te escudes en la palabra de un muerto para no asumir tu papel.

—Sigo las tradiciones de mi familia...

—Una familia que está a nada de hundirse en la mierda si no haces algo.

—Basta de alegatos y hablemos del tema importante —replica el esposo de Ivana— De la candidatura y la mercancía que pasaremos en dos días.

—De la candidatura no hay mucho que decir —se mete Danna— Con la caída del coronel tendrás vía libre para hacer lo que se te plazca.

—Falta un todavía, los generales están callados porque temen por su vida, pero el otro coronel no, y Christopher no es mi única competencia.

—Jodele a la familia y veras como se retira solo —sugiere Mauricio— De hecho, deberíamos joder a todo el mundo para ahorrar tiempo, puedo planear una masacre simultánea si quieres...

—Hay excepciones —habla Phillippe...

—Por favor —se queja el marido de Ivana— Hace unas semanas estabas dispuesto arrasar con todos.

—Y lo estoy, sin embargo, no puedo dejar que toques a ciertos soldados, al menos no por ahora.

—¿Quiénes están en la lista? —indaga el esposo de Ivana— Gema ¿tal vez?

—No la puedes matar hasta que no se reproduzca...

—¿Por qué no los matamos a todos y ya? —indaga Drew— No sé quién es Gema, pero si muere ahora o después no creo que haga mucha diferencia.

—La hay cuando planeas las cosas con cautela —dice Phillippe— No me sirve desencadenar olas de sangre cuando lo que quiero es ver el dolor que sintió mi padre cuando ellos mataron a mis hermanos...

—Que dramatico...

—Fino, no somos como los demás —explica— Yo no les estoy ofreciendo cosas a medias, les estoy dando la posibilidad de que puedan delinquir libres y sin miedo, saben que con la FEMF de nuestro lado nadie los tocara.

Empiezan a relajarse, Phillippe no se equivoca. La FEMF rige el FBI, la DEA y la interpol, tienen tanto poder que prefieren mantenerse en el anonimato. El mundo no los conoce porque se integran a la entidad que mejor les convenga.

Los grandes criminales tienen claro que son, dicen que son famoso en el mundo criminal cuando las centrales los ponen bajo el lente. Están en todo lado y tienen mucho que ver en las decisiones de los mandatarios que rigen cada país.

El mundo criminal haría magia si logra una alianza que los deje delinquir sin ningún tipo de problema.

Hablan de los próximos planes y Philippe vuelve a recalcar que no pueden tocar a la famosa teniente, por lo que entiendo pasaran un lote de prostitutas a Florencia y Bulgaria.. 

«Extranjeros» La mafia tiene palabra y para ganar seguidores la mayoría de veces promete no atentar contra su propia gente, Antoni, Phillippe e Ilenko se han regido a esa palabra por años y así como mi familia es intocable en Italia, Ilenko lo es en Rusia. Por eso trafican con gente de afuera.

Obviamente las personas saben lo que pasa si vendes o juega en el equipo que no le conviene a la mafia.

Dana y Mauricio son caso aparte, ellos ganan adulaciones con miedo. Los narcos reprimen a su pueblo y no les importa matar al que sea con tal de que los vean como los líderes.

Miro a Phillippe cuando mencionan a las nórdicas, Ilenko y Drew quieren que les den un espectáculo a los socios que faltan.

Se mira con mi hermana y asiente dándole gusto, se acuerdan cifras e idean cómo se llevará a cabo cada caso. Maricarmen elabora el contrato y hace que Drew firme los permisos portuarios que le darán vía libre a los Romanov y a los Petrova.

Drew y Mauricio son los primeros en despedirse, seguidos de Ivana que le pide tiempo a Philippe ya que su esposo quiere hablar a solas con él.

Los veo levantarse concentrandome en mi hermana, fue creada para esto, aunque el matrimonio fue un truco de mi abuelo supo conquistar al coronel.

Aún recuerdo como Braulio la sentaba en sus piernas diciéndole que era hermosa y esa belleza dejaría el apellido en alto.

Mamá siempre supo lo que seríamos, porque cuando creces en la mafia sabes que los hijos son para servir al legado. Tal vez por eso fue tan desapegada y siempre prefirió vernos de lejos para tener la excusa de no asistir a nuestro funeral.

Se alejó más cuando supo que Isabel mato a mi abuela para quedarse con Braulio y luego hizo lo mismo con Amelia para quedarse con Antoni.

—Reconozco esa mirada —habla Ilenko a mi lado.

—¿Cual mirada?

—La de envidiar la suerte ajena —se mete un habano a la boca— Brandon lo hacía cada que veía a Antoni, todos sabíamos que quería su puesto.

Mi padre odiaba a mi tío tanto como odio a Ilenko, fue uno de los que más trabas puso cuando se postuló a líder. Lo reparo y siento el mismo asco, y no es por su aspecto es por su aire altivo que te pone a desconfiar de su lealtad.

A sus treinta y cinco años no está mal conservado, es rubio de cabello largo y con una barba bien definida, el porte y el acento lo hace lucir como un vikingo conquistador de mares.

—Son una familia muy rara —suelta una bocanada de humo...

—La inteligencia no tiene rareza.

—Pero la locura si y tú eres una demente que desea lo que jamás podrá conseguir.

—Te gusta subestimar...

—Me gusta detallar las capacidades de la gente y tu no llegaras a nada —vuelve a burlarse— Solo tienes un buen apellido.

«Y a Phillippe»

—Y no cuentes a tu tío, su relación incestuosa tampoco te dará muchos resultados.

Curvo los labios fingiendo que me causa gracia.

—La buena información es la mejor arma a la hora de manipular Dalila —se pega el cigarrillo a los labios— Y no sabes lo que soy capaz de dar para conseguirla.

Guardo silencio.

—Dile a tu novio que no se cohíba y se lo diga al hermano —continua— Te asegura que será el primero en entenderlo.

—El loco es otro...

—No niñita, ¿a los socios hay que buscarles el punto débil y que crees que encontré cuando investigué a Phillippe? Visitas clandestina y cartas que fueron muy fáciles de comprar.

Callo.

—Pierdes tu tiempo si crees que tu amado va a dar la cara como líder, cosa que es una lástima ya que para mí concepto no tiene malas ideas.

Me trago la rabia, no me gusta darles la razón a otros.

—Tú quieres reinar y él quiere tener la certeza de que te tendrá lejos y a salvo de todos para que nadie note lo repulsivo que son.

—A todos nos llega nuestro momento...

—¿Cuándo llegará el tuyo? ¿Cuándo le sirvas a la mujer de tu tío? ¿O viviendo a la sombra de tu hermana? —hunde el cigarro en el cenicero— No tienes oportunidad aquí, Dalila...

—Antoni no es eterno.

—No, pero tiene un sucesor que estar por encima de ti y de los asquerosos engendros que tendrás con Phillippe.

Llamo a su escolta y este se acerca con un abrigo extendido.

—Siento un poco de pena por ti, también me sentiría mal si soy el último en el escalón.

—Lucían... —no sé porque digo su nombre, pero mi subconsciente me grita que aquí tiene menos poder que yo.

Él sonríe y sacude la cabeza con una sonrisa en los labios.

—Créeme —se acerca— Lucían está mucho más arriba que tú, quieras o no estas designada a ver como tu hermana se vuelve la mujer más importante de la FEMF y como una aparecida se queda con lo que tanto sueñas.

Se aleja dejándome con el duro peso de la derrota.

Me veo como mi padre y sus estúpidos intentos de tomar el puesto de mi tío.

Tomo asiento en el puesto de Philippe, cierro los ojos e imagino lo bien que me vería controlando y mandando a mi antojo, siendo lo que merezco y no la tonta que se larga a vivir lejos conformándose con una vida llena de hijos.

—Dalí —Ivana se asoma en el comedor— Nos vamos ya.

Me da un beso en la frente y toma la mano de su esposo. Se ven bien no es que Ivana se vea más que él como Danna con Mauricio, el coronel no carece de atractivo.

Se marchan tomados de la mano, miro la puerta del despacho considerando la idea de compartir un tiempo a solas con Philippe, pero no estoy lo suficiente calmada para hacerlo y si doy un paso en falso puedo hundirme hasta quedarme sin nada.

Subo a la segunda planta, hay murmullos en la puerta de Lucían así que me detengo a mirar que pasa, no me confió de Naomi, es una zorrita que se la pasa detrás de mi primo.

Giro la perilla y aferro la mano al pomo cuando Lucían intenta esconder a Damon bajo su manta «Odio que no lo trate como el engendro que es»

Naomi esta con un títere en la mano y huye fuera de la cama cuando me ve.

—Damon no quería dormir solo —habla Lucían.

—Es la misma excusa de todas las noches...

El pequeño se aferra a las sabanas de su primo.

—¿Y tú? —miro a Naomi— ¿Tampoco quieres dormir sola?

—No, signorina —aún no maneja muy bien el inglés...

« signorina: Señorita»

—Solo estábamos jugando—explica Lucían— Pero ya Naomi se iba.

—Y Damon también...

—No me molesta...

—Pero a mi si —lo saco a las malas ignorando la pataleta que arma.

—Puede dormir conmigo —sugiere Naomi.

—¿Si sabes que su madre mato a la tuya con treinta puñaladas en el vientre?

Palidece y agacha la cabeza.

—¡Lárgate a dormir con la servidumbre! —le exijo.

Huye a su alcoba, Damon me aruña y me muerde, pero no desisto.

—¡No! —patea la puerta de su alcoba en medio de sollozos.

La empleada asoma la cabeza preocupada.

—Le encenderé la lámpara —trata de entrar— No le gusta la oscuridad...

—Que se acostumbre —la aparto quitándole las llaves.

«Su pequeño ataúd no es que vaya a tener mucha iluminación»

Detesto a ese niño, así como detestaba a su madre cada que se encerraba con mi abuelo mientras mi pobre abuela agonizaba en una cama, manipulo a Braulio a su antojo tanto como para convencerlo de darle el poder a mi tío y no a mi papá.

—Si Phillippe pregunta dile que siempre hace esto antes de dormir.

«A lo mejor lo ignora como me ignoro a mi toda la noche»

La empleada asiente, le pongo seguro a la alcoba de Damon y me voy a mi alcoba.

Me coloco una bata de dormir, y tomo asiento frente al tocador soltando las pinzas que me atan el cabello. Miro mi reflejo convenciéndome de que no soy un simple apellido.

«No servimos, nos sirven» Ese siempre fue el lema de Brandon, me lo repitió días antes de su muerte.

Abren mi puerta y mantengo la vista en el espejo cuando me encuentro con los ojos negros de Phillippe.

No volteo, solo dejo que se acerque.

—Lo siento, cariño —acaricia mis hombros— Te juro que quise matar a Ilenko, pero no podía exponerme con Ivana.

Philippe tiene dos caras, una tierna y perseverante que me ama como a ninguna y otra fiel y vengativa que está dispuesta a todo por su familia, con ambas siempre saldré victoriosa.

—Dime algo, no me gusta verte indiferente.

—No lo estoy.

Mi enojo con él pasa rápido. Creo que lo ame antes de existir y porque lo amo y conozco estoy segura de que podemos ser el 1 y no el 2.

—La mía bella cameriera —acaricia mi nuca.

«La mía bella cameriera: mi bella doncella»

Hace mucho que no me hablaba en italiano, ha estado tanto tiempo por fuera que el acento ya es algo nulo en su voz.

Reparo sus ojos convenciéndome de lo mucho que lo quiero, Phillippe tiene un atractivo sencillo, pero imposible de ignorar. Los Mascheranos no tienen genes malos y aunque sea el menos parecido a Braulio conserva rasgos elegantes y encantadores.

Tampoco es que sea tan único, si lo reparas bien te encontrarás con los ojos enigmáticos de Antoni y la sonrisa traviesa de Alejandro.

Hunde la nariz en mi cabello deleitándose con mi olor, sus manos aprietan mis caderas y cierro los ojos disfrutando de su cercanía, va despacio sabe que esto está mal y aunque haya pasado el tiempo nuestros encuentros siguen siendo castos y prohibidos. Él lo sigue viendo como una aberración y me trata como si fuera un fruto prohibido que lamentara tocar.

Aún recuerdo los líos y batallas morales a los que se enfrentó antes de asumir que me amaba, lo sabía, lo sentía, pero se alejó lo más que pudo, tanto que tuve que ser yo la que tuvo que tomar la iniciativa al momento de dar el primer paso.

Fui yo la que tuvo el coraje de enfrentarlo y besarlo en medio de su crisis existencial y batalla por alejarme y aunque haya pasado el tiempo sigo sintiendo su culpa a la hora de tocarme.

Hace dos años y me hizo mujer, de ahí para allá solo hemos estado cinco veces. Somos la demostración de que el sexo pasa a segundo plano cuando amas realmente.

Acaricia mi abdomen y sube la tela de mi bata, la respiración se le agita y aprieta los ojos conteniendo la culpa, fijo la vista en el espejo y reparo lo bien que nos vemos juntos y mientras él prefiere la oscuridad yo solo contemplo como sube la tela poco a poco hasta dejarla a la altura de mi cadera, en cómo sus dedos largos y diestros se hunden en la tela de mis bragas allanando ese punto sensible que tanto me pone a temblar.

Separó las piernas y dejo que me toque mientras muerde el lóbulo de mi oreja, deleitándome con el sonido acelerado de su respiración, la erección empieza a levantarse y aprieto sus brazos cuando me masajea con suavidad, su cintura me echa hacia adelante y por inercia apoyó los brazos en el espejo cuando se esconde detrás de mi cuerpo, escucho el sonido de la bragueta cuando se suelta el pantalón y baja mis bragas con suavidad.

La cabeza de su miembro roza mi sexo, nota que estoy más que lista y se desliza dentro entreabriendo la boca y apretando la piel de mis hombros, es paciente y me permite disfrutar del tamaño y grosor de su masculinidad, de la dureza y exquisitas sensaciones que desencadenan su invasión, echo las caderas hacia atrás haciéndole saber que quiero disfrutar de los martilleos y embestidas de la última vez, lo hace aprieta mi cintura e inicia un leve balanceo cargado de erotismo, agacha la cara y noto las lágrimas que le recorren el rostro mientras lo hace.

—Amore —susurro entrelazando nuestros dedos— No tiene nada de malo...

« Amore: Amor»

Apoyo la cabeza en su pecho.

—No tiene nada de malo, yo te amo y tú me amas.

Niega y le suplico a Dios que lo haga entender el hecho de que el amor es amor, aunque sea oscuro, sucio y este mal nos amamos y ninguno de los dos tiene la culpa de sentir lo que sentimos uno por el otro.

—Te amo —le recuerdo y vuelvo a sujetarme con fuerza, suda y me complace entrando y saliendo mientras aparta la cara sintiéndose sucio y despreciable, lo sé porque lo conozco y he sido testigo de sus ataques de moral cada que estamos juntos.

Pero su miedo no me afecta a mí, yo lo quiero y lo disfruto. Mi cuerpo lo sabe y se corre con su miembro adentro. El no tarda en llegar, lo percibo y lo siento cuando su esencia se derrama en la entrada de mi sexo.

Suspira y sale despacio, su brazo rodea mi abdomen cuando besa mi cuello y carga conmigo hasta la cama.

Le lleno la cara de besos cuando se acuesta conmigo.

—Lo siento —se disculpa.

No contesto para no darle más largas al asunto, sé que es cuestión de tiempo para que lo vea como algo normal.

Apoyo la cabeza en su abdomen quedándome en silencio mientras juega con mi cabello, en el fondo me da un poco de rabia tantos perjuicios y el que quiera contenerse tanto.

Ha logrado tanto que este tipo de cosas no deberían afligirlo, siendo un Mascherano millonario y dueño de los clubes de profanación más famosos del momento.

Algo me dice que es por el cariño que le tiene a Ivana, ella es como su hermana, conmigo vivió su infancia, pero cuando nos separamos afianzo más los lazos con ella, se han dado la mano todo el tiempo y eso es lo que le duele, que Ivana o Antoni le den la espalda cuando lo sepan.

—¿Qué pasa? —pregunta cuando el silencio se extiende demasiado.

—Estoy dejando que lo asimiles.

Respira hondo, no le gusta que deje al descubierto su lado vulnerable.

Vuelve a quedarse en silencio e ideo la forma de hacerlo despertar un poco.

—Tengo miedo —miento.

—¿De qué?

—Ilenko, Dana, Drew todos son unos carroñeros hambrientos de poder y temo a que su presión te haga perder el control.

—Sé lo que hago, cariño.

Sacudo la cabeza en señal de negación.

—Le entregaste uno de nuestros mejores atractivos —le sujeto el rostro para que me mire— Sabes cómo es Drew y si algo le pasa a una de las nórdicas cualquiera de sus maridos vendrá atacarnos y ahora no nos conviene tener más enemigos.

Me dedica una sonrisa torcida.

—Peligran más ellos que ellas —explica y no logro entender— Las nórdicas solo harán lo que por ética no pude hacer esta noche...

Arrugó las cejas, sigue siendo confuso.

—No tienes que entenderlo —me besa la frente— Solo confía en mí, Ivana y yo tenemos todo planeado.

—Puedes contármelo...

—No quiero que te metas en esta guerra, no es tuya...

—Entonces que hago ¿me quedo de brazos cruzados haciendo nada?

—Solo espera —acaricia mi rostro— Espera que todo esto pase y podamos estar juntos.

Mi querido Philippe tiene una idea tan equivocada de lo que realmente quiero.

—Cuando Antoni salga nos iremos a vivir la vida que nos merecemos.

—¿Y cuál es esa vida?

—Lejos, juntos tu cuidando de mis hijos...

—¿Y porque no vivirla aquí? —trato de convencerlo— No hay que estar lejos para ser felices, si te atrevieras a tomar el control.

—¿De qué? ¿De la mafia? —sacude la cabeza— No es lo que quiero ni está bien...

—Tienes todas las capacidades.

—Si, pero estaría pasando por encima de mi hermano —me toma el mentón para que lo mire— Dalila, cada cosa tiene su tiempo y su curso, por algo Antoni está vivo...

—No lo sabes si no lo intentas... Si solo te atrevieras a...

Vuelve a negar.

—No voy a saborear el poder —me interrumpe— Solo soy un remplazo y si me meto de lleno me absorberá, conozco a mi familia y sé que tenemos sangre ambiciosa... Te tengo a ti y el dinero que necesito para que vivamos bien y con eso debe bastarnos.

—Eres más inteligente que él —insisto— Mi tío esta donde está por pensar con la polla y arriesgar toda por una mujer.

—Harías lo mismo si la conocieras —el comentario me molesta— La teniente es más que una cara bonita, es inteligente y puede manipular a muchos cuando llegue la hora de tomar el control.

Tira de mí hasta dejarme a la altura de su cara.

—Nosotros podemos hacer lo mismo.

—Pero yo no quiero nada de eso, mi único anhelo es tenerte conmigo para siempre.

Lástima que sea no tan conformista como él, yo solo quiero tener hijos sí sé que tendrán importancia en esta escalera de poder.

Durante años he sido la chiquilla que no es más que un cero a la izquierda en la familia Mascherano y a si como Phillippe quiere honrar a su padre yo quiero honrar al mío convirtiéndome en lo que quiso ser él.

Soy consciente del camino que busco y si para esto tengo que romper los pilares de Antoni lo hare con gusto, esta familia necesita cambio y seré la primera en hacerlos.

Tengo que trazar mi propio plan y lograr que Philippe sea quien asuma el papel de líder, como su mano podré hacer lo que se me antoje y controlarlo si se me da la gana.

—Te amo —Phillippe me acuna en sus brazos.

No tarda en quedarse dormido, así como no tardo en ponerme de pie y visitar la alcoba de mi pequeño primo.

Ya entiendo porque Isabel quiso mantenerlo alejado, sabía que en esta vida los hijos son un tributo a la muerte y más en una familia que se mueve en un juego de ajedrez.

Me siento en el borde de la cama y lo veo dormir. A veces hay que forzar un poco las cosas para que suceden a tu modo, la vida me lo está reiterando dándome a entender que para conseguir mi cometido tengo que lograr que Antoni renuncie a su título como líder.

Él está preso y yo tengo a su hijo, ahora solo tengo que seguir el consejo de Ilenko y buscar información que me ayuden apartarlo y algo me dice que esa información está en mis propias narices. porque ahora que lo pienso creo que algo quiso decirme el ruso al mencionar que Lucían estaba por encima de mí.

Mi cabeza máquina y se pregunta por qué Lucían se parece más a mi tío que a su padre. Somos familia, pero es raro que mi primo cargue la marca Mascherano y no se parezca en nada al supuesto coronel. 


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