------ESCUCHEN LA CANCIÓN------
Harry buscaba a Kenny con la mirada, le habían dicho que se encontraba en la sala de juntas pero quería asegurarse.
Entró con paso firme, y allí se encontraba ella; de espaldas, escribiendo en un pizarrón.
-¿¡Acaso crees que puedes utilizarme cuando quieres!?- Kenny se sobresaltó por el grito y se dio la vuelta asustada.
-No sé que sea lo que te pase, pero por favor, baja el tono de tu voz- le dijo lo más calmada que pudo.
-¿¡Qué no sabes que es lo que me pasa!?- le preguntó con tono irónico- ¡Tú eres lo que me pasa!- la señaló con el dedo.
-Baja la voz- le repitió entre dientes ella. ¿Qué no entendía que se encontraba en una empresa?
-¡No voy a bajar nada!- le volvió a gritar. Kenny sentía que la sangre le hervía por dentro.
-Harry, por última vez, deja de gritar o lárgate de aquí- su tono de voz era duro.
-¡No me voy a largar a ningún lado!- la tomó fuertemente de la muñeca. Kenny se dobló por un momento debido al dolor.
-¡Suéltame!- ella le daba manotazos inútiles con su mano libre.
-No hasta que me escuches- dijo de manera fría. Lo miró a los ojos. Su mirada demostraba dureza, coraje y rabia. Era incluso más obscura de lo habitual.
Kenny se siguió jalando hasta que Harry la soltó, haciendo que ella retrocediera unos pasos debido a la fuerza que habían estado ejerciendo. Se talló la muñeca y lo vio con coraje.
-¿Qué es lo que quieres?- Kenny estaba completamente enojada.
-Solo vengo a decirte un par de verdades- le dijo tan bruscamente que Kenny se encogió por dentro.
-Me has estado viendo la cara de estúpido. Y lo peor de todo es que yo lo sabía, y no quería aceptarlo. Pero ya no. Ya no, ingeniero Mendoza. Por mí puedes irte al demonio- Kenny lo miró sorprendida- Me he quedado sin amor por ti, y no sabes cuanto maldigo el haberte hecho mía, maldigo la hora en la que te conocí, maldigo la hora en la que te pedí que te casaras conmigo, maldigo la hora en la que regresaste a Inglaterra.
Me has dejado como un estúpido por la madrugada, te has ido como una ladrona. Pero eso me sirvió para saber el tipo de bazofia que eres- Harry sacó los anillos de su bolsillo y los tiró al piso- Aquí están tus anillos- le gritó- Toma está basura de las cuales no quiero saber nada-
-Harry puedo explicarlo-
-No necesito tus estúpidas explicaciones- le dijo con voz ronca- Ésta mañana me he levantado y con lo único con lo que me he encontrado es con una cama vacía y este par de anillos frente a mi-
-Ibas demasiado rápido- trató de explicarse ella referente a los anillos- No fue mi intención abandonarte, tenía que irme…-
-¿Y por qué no me despertaste?- le volvió a gritar.
-Vi que estabas durmiendo plácidamente y no tuve el corazón…-
-Te equivocas, tú de por si no tienes corazón- Kenny cerró los ojos con desesperación.
-Tenía que irme- le repitió en un susurro- No podía dejar solos a…-
-Lo sé- la volvió a interrumpir con coraje- No podías dejar solos a tu par de bastardos- ¿Qué había dicho?
Harry sintió como la mano de Kenny chocaba contra su mejilla, para después proporcionarle un revés en la otra.
-¡No vuelvas a hablar así de mis hijos!- la voz de Kenny se estaba quebrando. ¿Cómo había podido Harry decir algo así?
-¿Me escuchaste?- le gritó mientras lo tomaba del cuello de la camisa y a la vez lo azotaba contra la pared. Harry no opuso la menor resistencia. Sabía que había actuado mal, los niños no tenían ninguna culpa, pero estaba tan dolido como para pensar lo que decía, pero estaba aún más dolido como para pedirle perdón.
-¿Qué creías Styles?- continúo ella sin soltarlo ni un momento. Harry tenía la mirada pérdida- ¿Qué los iba a abandonar a ellos para correr a tus brazos?-ella soltó una falsa carcajada- Que engañado has vivido, jamás, escúchame bien, jamás te preferiría sobre ellos. De hecho, jamás te preferiría sobre nada. Tú no vales nada, no vales ni la saliva que estoy gastando ahorita- Harry miró a Kenny a los ojos, ella seguía sujetándolo fuertemente. En su mirada encontró tristeza, coraje, rencor, rabia… pero pudo encontrar algo más, en sus ojos encontró decepción.
-Lárgate y no vuelvas a pisar la empresa- le dijo al momento que lo soltaba violentamente- ¡Y mucho menos te vuelvas a acercar a mis hijos! Vas a lamentar muy caro el haberlos ofendido- Kenny salió a paso rápido, pero en la puerta se topó con Louis. Ella no le dirigió la palabra, simplemente se pasó derecho.
-¿Qué ha pasado?- preguntó desconcertado. Harry tampoco le contestó y salió echando rayos de allí.
Louis se quedo un momento estupefacto. Entonces clavó su mirada en alguna parte del suelo.
(…)
La puerta de la oficina comenzó a abrirse.
-Dije que no quería recibir a nadie- decía Kenny mientras se limpiaba las lágrimas del rostro.
-¿Ni siquiera a mí?- ella levantó el rostro y pudo ver que su amiga se encontraba parada a un lado de la puerta. Kenny se levantó hacia ella y la abrazó.
-¡Cat!-
-¿Qué es lo que ha sucedido?- Kenny le contó cada detalle de lo que había discutido con Harry, la manera en la que la había insultado, y la manera en la que había insultado a sus hijos.
-Hace mucho tiempo que no te veía llorar- Kenny volvió a limpiarse el rostro.
-No lloro por él. Lloro por la maldita impotencia, por toda la rabia que traigo por dentro- Cat torció la boca indicándole que no le creía.
-Pero no me voy a quedar así-
-¿Qué piensas hacer?-
-No creo que a Mónica le importe tener que llevar un caso-
-No estarás pensando hacer…-
-Yo se lo advertí a Anee-
(…)
-Muchas gracias por dejarme pasar la mañana con mis nietos-
-Tienes derecho, ¡eres su abuela!- le decía Kenny cariñosamente. Los niños habían pasado toda la mañana con Anee, Kenny había salido a comer pero antes había decidido pasar por ellos.
-¡Ya llegué!- Kenny se puso en tensión cuando escuchó la voz de Harry. Ninguno de los dos se dirigió la palabra.
-Yo me voy Anee- Kenny se levantó y llamó a sus hijos.
-¿Tan rápido?-
-Sí, debemos ir a otro lugar- Anee asintió, pero rápidamente se percató de que el ambiente se notaba turbio.
Kenny se despidió de Anee y salió rápidamente mientras apretaba hacia si a los niños.
-¿Qué ha pasado?- preguntó
-¿De qué?- contestó Harry fingiendo no saber nada.
-¿Qué ha pasado entre tú y Kenny?-
-No ha pasado nada- le dijo con un cambio de humor.
-¿Ah, sí? ¿Y por qué no te pegaste a ella como una mosca, como acostumbras a hacerlo?-
-¡Porque peleamos! ¿Contenta?-
-¿Y ahora por qué discutieron?- preguntó Anee desesperada.
-Problemas que tuvimos, y luego yo...- Harry se pasó las manos por el cabello- yo insulté a sus hijos-
-¿Qué hiciste que?- preguntó ella alterada. Harry rodó los ojos y le contó parte de la historia. Un pensamiento pasó por su cabeza.
-¿Pero que tienes en la cabeza? ¿Por qué lo hiciste?- Anee daba vueltas de un lado a otro desesperada. No, Kenny no sería capaz de… ¿O sí?
-¿Puedes tranquilizarte?-
-¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de insultar a dos criaturas?-
-No lo estoy. Pero les pediré perdón después-
-¡Es que no entiendes!-
-¿Qué es lo que no entiendo?- todo ese asunto comenzaba a desesperarlo.
-¡Harry! ¡Estás hablando de tus hijos!- le gritó
-¿De qué estás hablando?-
-¡De lo tonto que eres como para no haberte dado cuenta antes que los dos niños a los que insultaste son tus hijos!- la voz de Anee era de enojo y de preocupación. Por su parte Harry palideció al instante, se llevó las manos al rostro y se sentó.
***Chicas aquí termina el maratón, por fis diganme que les pareció. Queridas lectoras fantasma: Aparezcan por fa! Necesito saber sus opiniones no saben lo que significan para mí.
Nos estamos leyendo, un besote y las adoro!