Capítulo 87

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El miércoles por la mañana Kenny se levantó temprano. Observó la habitación en la que dormiría de ese día en adelante, su antigua habitación. El aroma era fresco y discreto, era el aroma de Harry. Había cambiado su loción por una más adecuada a su madurez y su cuarto estaba repleto de ella. Se dirigió al baño y se dio una ducha disfrutando en todo momento de las pertenencias de su esposo mientras pensaba detalladamente un plan contra Penélope.

La empleada quería a su esposo, y ella no iba a permitir que se le acercara. ¿Que por qué no la corría? Tenía que dejarle muy en claro que Harry era suyo, y después correrla. Lo cierto era, que no iba a ser la última mujer que quisiera quitarle a Harry, seguramente habría más lagartonas en el camino pero Kenny se encargaría de ellas. Ni que Harry estuviera tan guapo. Ella sola se corrigió, Harry estaba guapísimo y lo amaba.

Después de su relajante baño, Kenny se cambió. Un vestido negro arriba de la rodilla, no muy pegado no muy suelto con un escote en V. Un hermoso cinturón de cadena dorado a su cintura y como últimos accesorios, un collar y su reloj. Soltó su cabello dejándolo en ondas y se colocó unas zapatillas negras de suela roja igual al tono de sus labios. Tal vez a Harry no le haría mucha gracia verla así pero… él no estaba en ese momento.

Kenny fue a despertar a sus hijos y todos bajaron a desayunar incluyendo a Juanita.

-El desayuno ya casi está listo señora-

-Gracias Rita- contestó Kenny al momento que entraba a la cocina cantoneando su cadera.

-La niñera comerá en la cocina con nosotros- entró diciendo Penélope. Kenny se giró a verla.

-Juanita desayunará conmigo-

-Disculpe, pero aquí los empleados del señor…-

-Los empleados del señor has dicho- la cortó- Juanita es mi empleada, por lo tanto desayuna donde yo digo- a Kenny le pareció ver que Rita sonreía de satisfacción. Penélope contuvo la respiración unos segundos y después habló altanera.

-Lo siento, pero tengo que dejar en claro las reglas del señor. Los empleados siempre comen en la cocina, así son las cosas- Kenny se acercó a ella con estilo.

-Ya que estamos dejando las cosas en claro aprovecharé. De ahora en adelante yo soy la señora de la casa y no me gusta que cuestionen mis órdenes. Así que si yo digo que la niñera de mis hijos desayunará conmigo en esa mesa, desayunará conmigo en esa mesa. Ahora retírate a limpiar la casa-

-Yo soy ama de llaves-

-Puesto que te quitaré si no desapareces de mi vista en este momento- Penélope no tuvo otra opción más que apretar los puños y retirarse.

-¿Siempre es así?- le preguntó a la mujer mayor que seguía preparando el desayuno mientras se sentaba en un taburete.

-No siempre, algunas veces es peor- Kenny la miró sorprendida.

-Vaya, pues tendrá que cambiar esa actitud- Rita asintió.

-¿Entonces usted es la nueva señora de la casa?-

-¿Nueva?-

-Bueno, en realidad desde que llegué no hay una señora aquí a eso me refería como nueva. Aunque no sé por qué se me hace conocida- Kenny sonrió abiertamente y ladeó su cabeza para que la pudiera observar mejor.

-Hace tiempo también fui la señora de la casa- aquella mujer abrió los ojos completamente.

-Entonces usted es…-

-Soy la esposa del señor y los pequeños son sus hijos-

-Vaya, cuando Penélope se entere…-

-No, no le diga-

-Está bien como usted diga-

***Hola chicas sé que el capí es pequeño y lo siento, pero es que he tenido algunos problemas y no he podido escribir. Disculpenme. 

La gran mentira (Harry Styles y Kenny)  EDITANDOWhere stories live. Discover now