Capítulo 75

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Al día siguiente Kenny se dirigía a donde le había indicado Harry. Le había dicho que se trataba de una situación de vida o muerte y que con eso se arreglarían muchas cosas.

Un mesero la llevó a donde él la esperaría, un salón sólo para ellos dos. Era inmensamente hermoso. No estaba del todo iluminado, pero si lo suficiente para observar cada elaborado detalle. Desde las hermosas flores que adornaban las paredes, la bien arreglada mesa y el ambiente romántico que se tornaba. Una melodía comenzó a sonar en el salón al momento que alguien la tomaba por la cintura. Era Harry, quien la abrazaba a sus espaldas y susurraba una canción en su oído mientras se mecía junto con ella. Kenny se aferró a sus brazos mientras cerraba los ojos y se dejó llevar por la letra de la canción. Él la hizo girar cuando la canción cambió su ritmo y el “don´t let me” de sus labios se hizo más fuerte mientras bailaba abrazado a ella y la miraba directamente a los ojos.

Era hermoso, todo era absolutamente hermoso. Harry bailaba y cantaba al mismo tiempo, la hacia girar una y otra vez al compás de la música. En sus ojos había una ternura que Kenny jamás había visto en su vida, era como en la película de La Bella y la bestia, con la diferencia de que Harry siempre había sido el apuesto príncipe. Su príncipe de ojos verde esmeralda, cuerpo de Dios Griego y una sensualidad prohibida. Aquel traje lo hacía ver realmente bien y Kenny lo sabía. “Don´t let me go”… Kenny derramó un par de lágrimas y soltó un pequeño sollozo mientras seguía bailando con él, entonces otro giro por su parte llegó y esta vez Harry se hincó frente a ella para finalizar con un “Cause i'm tired of Sleeping Alone” que se escuchó profundamente sincero.

-Comencemos de nuevo- le susurró suavemente mientras besaba sus manos- Volvamos a ser todo lo que algún día fuimos… seamos una familia- fue como si una ventisca pasara por los pensamientos de Kenny, trayendo consigo imágenes de todo lo que perdería y ganaría ella si aceptaba aquella propuesta. Imágenes de su pasado inundaron su mente, Harry gritándole, enojado y completamente fastidiado. Esas imágenes se borraron para que apareciera en gigante el recuerdo de él besándose con Sonia. Kenny cerró sus ojos para alejar aquella imagen de su cabeza. Otra ventisca pasó y ahora en sus recuerdos estaba ella, sus jefes le gritaban y exigían demasiado para que pudiera seguir trabajando en Torreslanda. Recuerdos de ella llorando por la desesperación de no poder acabar un trabajo la invadieron, sentimientos de inferioridad se volvieron a apoderar de ella haciendo que un escalofrío la recorriera. ¿Por qué aquellas personas la habían odiado tanto? No sólo había cumplido con su trabajo en Torreslanda, también había cumplido por algún tiempo con el de sus abusivos jefes, hasta que Maximino y Claudio se enteraron. Después fue ascendiendo de puesto, y ahora tenía el cargo principal y más importante.

Sólo era cosa de dar un paso hacia atrás y ver su mundo de otra manera, ¿Merecía volver a el?

Era como si sus recuerdos le jugaran una broma, trayendo hacia ella los recuerdos más tormentosos de todo lo que tuvo superar y ahora le daba orgullo de contarlo. Merecía el puesto que tenía, se lo había ganado con creces.

-Kenny- rogaba Harry- Ya no estemos separados, quiero estar contigo… no me lo impidas por favor- unas lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Kenny. Una parte de ella quería gritarle que lo amaba y que aceptaba una segunda oportunidad a su lado. Pero los recuerdos no la dejaban en paz, seguían atormentándola cada vez más.

Retrocedió unos pasos y a Harry el mundo se le cayó encima. Ella se llevó las manos a la cabeza y se dio la vuelta dispuesta a marcharse, pero Harry la detuvo por el hombro sin girarla. “Un ultimátum” le había dicho Mónica.

-Esta es la última vez que te lo pido- Kenny se llevó un dedo a la boca y comenzó a mordérselo mientras cerraba los ojos- Si decides irte ahora, no volveré a insistir en este tema, ya no. Te olvidaré Kenny, y sólo me dedicaré a mis hijos… A ti no volveré a molestarte- ella se zafó de su agarre y huyó de allí. Harry comenzó a golpear la pared con los puños hasta lastimarse. Todo había acabado, Mónica le había dicho que le diera un ultimátum… pero también le había dicho que si ella no accedía, él tenía que aceptarlo. Pero Harry no sabía si podría cumplir su palabra, él no podía olvidarla, no podía dejarla de amar, no podía perderla. Se sentó en el piso y se llevó las manos al rostro mientras comenzaba a llorar.

La gran mentira (Harry Styles y Kenny)  EDITANDOWhere stories live. Discover now