Capítulo 5

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-Harry, ¡son las ocho!- exclamó Kenny mientras despertaba a Harry.

-¿Qué?, no puede ser, ¡nos quedamos dormidos!- le contestó mientras se levantaba.

 (....)

-¿No vas a desayunar?- le preguntó cuando vio que ella recogía sus cosas.

-No, ya no me da tiempo, pero no te preocupes comeré algo allá- entonces ella se dirigió hacia él- pero siempre habrá tiempo para esto- puso los brazos en su cuello y lo besó.

-Hoy no podré darles los buenos días a mis niñas- le dijo sonriendo. Entonces ella miró su reloj, veinte para las nueve, y sin pensarlo se desabrochó la blusa y el brasier, Harry sonrió y se inclinoó a besar los senos de Kenny rápidamente, entonces tomó el broche que estaba entre las copas y lo abrochó, después hizo lo mismo con la blusa-No se si pueda ir por ti a tu trabajo-

 -No te preocupes amor, lo entiendo- entonces Kenny se dirigió a su coche y se fue, al poco tiempo Harry hizo lo mismo.

(.... )

 Eran 4:20 p.m. cuando Kenny llegó a su casa después de un gran día de trabajo, notó que el coche de Harry no estaba, así que decidió prepararle la comida para darle una gran sorpresa al hombre que más amaba. Cuando Harry regresó la encontró terminándola y se dispusieron a comer. Después mientras Kenny lavaba los trastes una conversación la emocionó.

 -Oye Kenny, ¡creo que ya es hora de que otra persona entre en nuestra vida!- le dijo Harry demasiado serio.

-¿Cómo?- preguntó Kenny sin entender nada.

-Sí, nos hace falta otra persona, alguien más…-

 -Harry, ¿De que me estas hablando?, si quieres separarte…-

 -¡No tontita, nada de eso!- le dijo con una gran sonrisa, dándole un beso en la frente.

  -¿Entonces?- la voz de Kenny era un poco más calmada.

  -Yo me refería a otro tipo de persona, o más bien “personita”-le contestó Harry al momento que acariciaba el vientre de Kenny, por lo que ella entendió.

 -Hazza, te refieres a…-

-A que quiero un bebe- la interrumpió- Un bebe de los dos. Fruto de nuestro gran amor -

 -¡Claro!, si tú también estas de acuerdo- añadió Harry al ver que ella no contestaba.

-¡Por supuesto que estoy de acuerdo!-le contestó abrazándolo llena de alegría –Me encantaría tener un hijo tuyo, un hijo nuestro-

-Entonces tendremos que hacer cita con Jenny para que nos ayude- Kenny asintió.

Esa noche decidieron salir a cenar, y después se fueron a bailar hasta más no poder.

 (...)

 El día siguiente sucedió casi igual a los demás, Harry llevó a Kenny a su trabajo, pasó un rato a la disquera y después regresó a su casa. Después de  un rato, una serie de regalos llegaron a su casa, todos eran para Kenny, entre ellos, otro ramo de rosas rojas, aun más grande que el primero que había recibido antes. Harry estaba más que enojado, pero esta vez no iba a dejar que los celos se apoderaran de él, no lo iba a permitir.

 Varios días pasaron, y no había un solo día en el que Kenny no recibiera un regalo de su admirador, pero Harry siempre los tiraba y no le decía nada, pero era mentir el no decir que cada día se desesperaba más y sus celos se apoderaban de él como una bestia enjaulada que hacia lo posible por salir.

 También fueron a ver a Jenny, la ginecóloga y gran amiga de Kenny desde la universidad, para que empezara con un tratamiento con ella para que cuando se embarazase, todo estuviera bien, Jenny estaba casada con Liam, otro integrante de la banda a la que pertenecía Harry.

La gran mentira (Harry Styles y Kenny)  EDITANDOWhere stories live. Discover now