La gran mentira (Harry Styles y Kenny) EDITANDO

Capítulo 60 (Maratón 3/4)

Hoy era el gran día. Apenas la noche pasada Harry había estado con Kenny, aún recordaba cada uno de los momentos en los que había recorrido su piel. ¡Maldita sea! Tenía que dejar de pensar en eso sino quería recibirla con una gran carpa en los pantalones.

La había invitado a cenar, debido que la cena anterior se había arruinado por la lluvia; y a él le había costado mucho que ella accediera.

Ahora solo faltaba que ella llegara y siguiera el plan.

-Señor Styles, la dama ya se encuentra donde indicó- le informó un mesero. Harry asintió y se dirigió hacia donde Kenny lo esperaba.

A Harry casi se le cae la mandíbula cuando la vio con ese vestido azul que estaba seguro le causaría un infarto. Tenía vendados los ojos y en las manos llevaba una caja que él le había dicho, no abriera.

 (…)

 Harry la había invitado a cenar y le había dicho que pasaría por ella a las ocho. Cuando llegó la hora, Kenny se llevó una gran sorpresa cuando se dio cuenta que no era él quien la había ido a recoger, en su lugar, había una elegante limusina esperando por ella.

Un atento chofer la recibió y le entregó una pequeña caja junto con una delicada pañoleta que le había mandado Harry diciéndole que no la abriera y que por favor se colocara la pañoleta una vez subiendo. Kenny asintió y le dio las gracias, el chofer la había ayudado a subir y ella se había vendado los ojos.

Cuando llegaron a su destino, el mismo chofer la ayudó a bajar y la dirigió a donde la esperaría su esposo.

 (…)

 Harry se dirigió a ella y le dio un suave beso en los labios.

-¡Te vez hermosa!- le dijo cerca de la boca. Kenny sonrió.

Harry la tomó por los hombros y la ayudó a caminar. Cuando llegaron, él le desamarró la pañoleta. Ella pudo observar la hermosa mesa, donde la esperaba su cena.

Toda la cena transcurrió en armonía. Ellos platicaban y reían, Harry de vez en cuando la tomaba de la mano y besaba sus nudillos. Una velada perfecta. Harry era tan atento, tan romántico, tan…perfecto.

Cuando acabaron de cenar Harry le volvió a vendar los ojos. La ayudó a levantarse y la dirigió a un destino desconocido.

A mitad del camino, él la detuvo. Kenny pensó que habían llegado, pero lo que él hizo fue besarla tiernamente, después la abrazó por la espalda y ambos siguieron caminando.

Kenny sintió que algo comenzaba a moverse bajo sus pies, estaban en un elevador, Harry la abrazó protectoramente y ella colocó su rostro en el pecho de él. Cuando el elevador se detuvo, la siguió guiando sin rumbo, hasta que ella escuchó como algo se abría.

Cuando le quitó la venda, ella pudo notar que estaban en la habitación de un hotel, un detalle más de Harry. La habitación estaba alumbrada por algunas velas aromáticas, las sabanas eran de un color rojo pasión. A Kenny se le cristalizaron los ojos cuando un proyector comenzó a pasar por toda la habitación imágenes de ellos dos juntos, y de fondo sonaba la canción contigo en la distancia.

-Para ti, con todo mi amor- le dijo al oído. A Kenny le bajaron unas lágrimas por las mejillas, se regresó a verlo, y se aferró a su cuerpo mientras se soltaba a llorar. Harry le sonrió tiernamente mientras le limpiaba la cara, entonces se la tomó entre las manos y la besó apasionadamente sin perder su toque de dulzura.

Poco a poco la llevó hacia la cama y la fue recostando sobre ella. Kenny enredó sus dedos en el cabello de él y comenzó a acariciarlo. Eran caricias profundas, sentimientos encontrados y una pasión desbordante.

-¿Traes un preservativo?- le preguntó a ella en broma.

-¿Me creerías si te dijera que Jenny colocó uno en todos mis bolsos?- Harry soltó una pequeña carcajada y se levantó para dirigirse hacia el bolso de ella. Lo abrió y sacó el condón mientras lo levantaba para mostrárselo. Kenny le dedicó una hermosa sonrisa mientras él se volvió a colocar sobre ella, en ese momento ambos se dedicaron a deshacerse de su ropa.

Harry entró en ella suavemente mientras Kenny se abrazaba lo más que podía a él; enredó sus piernas alrededor de su cintura consiguiendo un gran gemido por parte de Harry.

Cuando ambos llegaron al éxtasis se abrazaron románticamente mientras se volvían a besar. Aún no saciaban la sed que sentían por el otro, jamás lo harían.

Harry se levantó suavemente de ella y tomó la curiosa caja que ella había traído todo el tiempo en sus manos. Kenny lo observó curiosa. La abrió y sacó su contenido para guardarlo en su mano, se dirigió a Kenny y la volvió a besar mientras colocaba algo en su dedo, cuando ella pudo observar de que se trataba, se dio cuenta que le había puesto sus anillos de boda y compromiso.

-Harry- intentó decir algo ella, pero él no la dejó. Kenny no podía concentrarse en lo que debía hacer y se dejó llevar por Harry, él cual, le volvió a hacer el amor.

 (…)

 Algunos rayos de sol comenzaron a colarse por las rendijas de las ventanas. Harry comenzó a abrir poco a poco los ojos y se dio cuenta que algo brillaba frente a él. Eran los anillos que por la noche le había entregado a Kenny, se había ido, lo había dejado.

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