Capítulo 58 (Maratón 1/4)

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Kenny llegó a la casa de Harry, no tenía ni idea de lo que estaba tramando. Había cometido un error al decirle que le daba el resto de la semana para convencerla. ¿Convencerla de qué? Harry no pensaba que ella sería capaz de dejar su trabajo; ¿O sí?

Con lo que le había costado conseguir ese puesto. Con lo que le había costado ganarse la confianza de sus jefes, como para abandonar todo a la primera.

Kenny tocó el timbre e instantes después Harry le abrió la cochera. Ella entró y su estómago comenzó a revolverse. Tenía que decirle la verdad a Harry. ¿Pero como decírselo cuando él apenas y la dejaba hablar? Algo muy común en él.

-Tenía miedo de que no vinieras- le dijo él cuando ella bajó del coche.

-¡Pues ya no temas!-

-Eso quisiera- le dijo dando un suspiro

-Pues bien, ya estoy aquí- le dijo ella después de un silencioso momento.

Harry la tomó de la mano y la dirigió hacia el jardín trasero.

Kenny se llevó una grata sorpresa cuando vio un hermoso mantel tirado en el pasto, y sobre éste, una linda canasta entre abierta con una botella de vino descansando sobre hielos al lado.

Ya estaba oscureciendo, y a lo lejos se podía ver una enorme luna que comenzaba a asomarse. Todo indicaba que esa noche iba a estar más brillante que nunca.

Kenny observó todo maravillada. Cada detalle era absolutamente hermoso; desde el ramo de rosas rojas que por un momento le dieron un pinchazo al corazón, hasta los pétalos regados alrededor.

-¿Por qué rosas?- preguntó ella con un nudo en la garganta. Harry la abrazó por detrás.

-Porque ya es hora de que perdones a tus flores favoritas- Kenny ahogó un sollozo.

-No es por eso…-

-No nos mintamos por una vez- le dijo cerca del oído. Ella asintió y volvió a contemplar todo.

-Es hermoso- le dijo en voz baja.

-Me alegra que te guste, lo hice pensando en ti- Harry la ayudó a sentarse sobre el mantel, después destapó la botella.

Estuvieron platicando unos instantes cuando comenzaron a sentir como unas gotas comenzaban a caer sobre ellos. Ambos miraron al cielo y se dieron cuenta que este se quería caer en pedazos. El clima había cambiado de un momento a otro. Rápidamente esas gotas se convirtieron en una torrencial lluvia y Harry maldijo en ese momento. Ellos levantaron las cosas como pudieron y entraron corriendo a la casa.

Kenny reía a carcajadas al ver el estado en el que se encontraban, estaban todos empapados.

Harry se acercó a ella y la hizo callar con un beso. Kenny no dudó un momento en responderle

Poco a poco Harry comenzó a quitarle la ropa. Primero la chaqueta, para que después siguiera la blusa. Ella no quiso quedarse atrás y comenzó a desabrocharle la camisa mientras no dejaban de besarse.

Él la hizo caminar de espaldas hasta que ella se topó con algo duro, era la pared de la cocina. Harry la empujó dentro. ¿No harían el amor en la cocina? ¿O sí? Rápidamente la subió sobre la barra y comenzó a acariciarle las piernas descaradamente. Le desabrochó el pantalón, pero cuando iba a quitárselo Kenny lo detuvo.

-Espera…- le dijo entre jadeos- ¿Tienes un preservativo?- él la observó dudoso.

-¿Un condón? ¿Para qué?-. Kenny lo observó burlona.

-¿Para qué sirven los condones?-. él soltó un bufido.

-Sé para que sirven. Y no, no tengo. Hace tiempo que dejé de usarlos, ¿recuerdas?- Harry volvió a bajar a su cuello pero Kenny lo volvió a alejar.

-Sin globito, no hay fiesta. Recuérdalo- Harry la observó sorprendido.

-¡Las otras veces no nos hemos cuidado!- Replicó- Además, se supone que tienes un dispositivo-

-Sí, pero no pienso correr riesgos, y tampoco pienso seguir tomando pastillas del día siguiente- Harry dio un soplido más fuerte.

-No tengo- le dijo al momento que habría los brazos. Ella se sonrojó rápidamente y Harry la miró con una sonrisa.

-Yo traigo- dijo en un tono de voz bajo.

-¿Qué tú que?-

-Que yo traigo condones- le dijo a la cara roja como un tomate. Harry sonrió victorioso y la besó.

-Vamos por ellos- Kenny enredó sus piernas a la cintura de él y se dirigieron hacia donde estaba su ropa tirada. Él la sentó en el piso sin dejar de besarse, Kenny estiró su brazo y alcanzó su bolsa. Harry la miró lobunamente cuando la vio sacar una tira completa.

-¿Tanto quieres cariño?- ella le dio un golpe en el brazo mientras se volvía a sonrojar.

-Me era más rápido y barato comprar la tira-

-Mejor para mí, porque me están dando ganas de utilizarlos todos- Kenny le sonrió, él se inclinó sobre ella y la tomó allí mismo.

Cuando se dieron cuenta ya estaban en la sala. Kenny estaba sobre él, pasaba su lengua por todo el torso de Harry, y él solo soltaba suspiros y gemidos. La penetró y comenzó a moverse rápidamente al momento que enredaba su lengua en los pezones de ella, después los tomó entre los dedos y comenzó a tirar de ellos suavemente provocando que una descarga recorriera todo el cuerpo de ella. La mordió no tan suavemente, la hizo gritar, gemir, llorar y pedir más. Después le dio la vuelta y volvió a entrar en ella.

Kenny estiró sus brazos hacia atrás y comenzó a jalar los cabellos de él suavemente.

Después de descansar por unos instantes, Harry la levantó en brazos y la llevó escaleras arriba. Kenny no podía creer que aún le quedaran fuerzas a ese hombre. La recostó sobre la cama e inmediatamente se colocó entre sus piernas. Aún ambos desbordaban mucha pasión. Kenny comenzó a arrastrarse sobre la cama, mientras Harry que aún estaba sobre ella trataba de detenerla. Era el juego del gato y el ratón, ¡atrápame! Harry sonreía mientras seguía besando su cuerpo y al mismo tiempo intentaba detenerla, cuando de pronto ambos cayeron de la cama. Kenny soltó una carcajada y Harry rápidamente se colocó sobre ella mientras la sujetaba por las muñecas. Esa noche Kenny era de él, y nadie podía hacer nada al respecto, nadie evitaría que ella estuviera a su lado, nadie lograría separarlo de ella. Kenny mordió su cuello suavemente y él entendió, entonces, le volvió a hacer el amor.

 (...)

Horas más tarde de aquel agotador encuentro Kenny se incorporó rápidamente de la cama, todo había sido una pesadilla.

-Tranquila, solo fue un sueño- le dijo Harry al momento que la abrazaba, entonces ella reaccionó, ¿Qué hora era? Giró su rostro para ver el reloj. Ahogó un gritó, eran las 9:30. ¿Cómo había tardado tanto tiempo?

-Tengo que irme- le dijo mientras se levantaba rápidamente.

-No- le rogaba.

 -Lo siento, pero tengo que hacerlo-

*** Hola wapas, aquí el primer capí del maratón, espero y les guste, y recuerden si no hay comentarios no hay capí!!! Besos wapas, mil gracias por leer mi nove y comentar, no saben cuanto me alegran haciéndolo.

La gran mentira (Harry Styles y Kenny)  EDITANDOWhere stories live. Discover now