Letras hasta ti. (L.s.) (a/b...

By DrugBlue

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"Un alma retumbante vacila en mi interior, juega con los sombríos deseos de volar entre las letras para decir... More

OMEGAVERSE.
prólogo.
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ALL THE LOVE
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meteoro
meteoro

Epílogo

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By DrugBlue

Podría decir que se sentía orgulloso de lo que había logrado, porque vamos llegó a ser el escritor que siempre había soñado. Sí, Louis sacó varios libros pero el que más ganancia y éxito le llevo fue sobre la historia que tuvo con Harry.

Era una historia desgarradora, emblemática y algo significativa.

Significativa tanto para él como para muchos omegas, porque Louis comenzó a generar una revolución en su pueblo y ciudad mediante aquel libro, pues fue el primer omega del pueblo que se dedicó a algo que cualquier alfa podía acceder, pero no un omega como tal.

Fue un ejemplo y orgullo de su familia, al menos de su madre, hermano y hermana. Porque su padre seguía creyendo que aquello era algo solo para alfas, sin embargo lo apoyaba de todas formas dentro de las cuatro paredes de su hogar.

Louis por su parte, construyó una casa cerca del lago del pueblo cuando comenzó a ganar mucho dinero luego de las ventas de sus libros, allí llegó con Sun su pequeña alfa que había nacido hace más de siete años.

Siete años en donde Harry hizo falta, porque el alfa luego de aquel altercado en la facultad en donde murió Tim a manos del alfa, este tuvo que viajar al extranjero para poder evitar no irse detenido por la muerte.

Fueron años difíciles para Louis, estuvo con la salud delicada producto de la falta de su alfa, pero aún así Sun le dió la fuerza que este necesitaba para poder sobrevivir.

La pequeña de ojos verdes y rizos era un fiel reflejo de Harry. Era igual a él, aún cuando tenía ciertos rasgos propios de los Tomlinson, Louis sabía que al verla a ella Harry estaría allí con él.

Lo seguía amando, pero sabía que el rizado estaba continuando con su vida y él igual. Se hablan por cartas una vez a la semana, Sun le enviaba a su padre algunas fotografías y escribía ciertos deseos que ella anhelaba realizar con él y Harry le respondía haciéndole saber lo mucho que deseaba conocerla. El contacto era necesario, pero a Louis lo limitaba a conocer a alguien nuevo, porque sentía que Harry lo amaba tal cual como cuando eran unos adolescentes rebeldes deseosos de poder amar.

Amar sin restricciones y sin pensar en las consecuencias.

Joder, Louis aún siente vivo ese latir en su pecho cuando lee que el alfa está haciendo lo que siempre quiso hacer, porque notaba su entusiasmo en cada carta que éste le escribía.

Harry continúo escribiendo, ahora estaba en Francia y se dedicaba a escribir para los periódicos más prestigiosos de Paris. Louis estaba orgulloso de él, pero sentía que el alfa al igual que él no eran felices por completo.

Todas las cartas tenían fragmentos de amor, de dolor y de necesidad. Deseaban verse y recordarse que se sentía tocar al otro, verlo, olerlo o simplemente sentir aquella electricidad en el aire cuando ambos compartían una habitación.

Mierda, Louis mentiría si dijese que no lo extrañaba porque lo hacía y cada jodido libro era una representación de cada día sin su compañía. Eran sus secretos.

"Un alma retumbante vacila en mi interior, juega con los sombríos deseos de volar entre las letras para decirte cuanto amor siento por ti y cuanto anhelo hacerte feliz hasta la eternidad... "

Le escribió Harry aquella tarde y lloró cuando sintió su piel erizarse por imaginarse el susurro del rizado diciéndole aquello. Eran palabras dulces, mágicas y que lo hacían sentir vivo.

-¿Papá? -preguntó Sun desde la puerta, el ojiazul seco sus lágrimas de forma disimulada para luego mirar a su pequeña no tan pequeña.

-¿Qué ocurre cariño? -cuestionó y Sun se le acercó con un papel en la mano.

-mi padre me dijo que vendría a visitarnos. -el ojiazul le miró detenidamente y negó.

-¿Qué? -preguntó él y Sun suspiró.

-en mi carta sale. -se la entrego a Louis y efectivamente decía aquello- Nos vendrá a ver... Podré conocerlo.

-cariño, tu padre quizás venga pero no te ilusiones. -dijo consciente de que cualquier cosa podía pasar y que quizás no lo hiciese nunca porque habían varias cartas de años anteriores que le aseguraba lo mismo a Louis pero nunca ocurrió.- ¿Vale?

-vale. -le susurró algo apenada- ¿Crees que pueda venir? Quiero conocerlo.

-puede que venga. -dijo algo dubitativo- Pero no quiero que sufras decepciones, tu padre quizás no pueda venir por problemas externos a él.

-¿Lo extrañas? -preguntó Sun y Louis sonrió para después abrazar a su pequeña, le besó su frente y le miró los ojos.

-s-si. -le confirmó- Claro que lo extraño, él fue mi alfa sigue existiendo un lazo entre ambos. ¿sabes porque?

-no, ¿Por qué padre? -preguntó curiosamente y Louis jugó con su dedo en el pequeño mentón de Sun.

-por que te tuve, tú nos unes eternamente, incluso más que el lazo que él y yo tuvimos. -la pequeña alfa sonrió y Louis supo que la hizo feliz en ese momento.- Nunca lo olvides.

-jamás. -le aseguró ella.

Louis estaba cocinando con un entusiasmo desconocido, intentó hacer una nueva receta con las verduras y parecía que todo estaba llendo bien aquella tarde. Es por eso que apenas la puerta sonó Louis llamo a Sun desde la cocina.

-¡Sun ve a ver quién es! -exclamó él— Quizás sea Fizzy, dijo que vendría. —murmuró y la pequeña apareció en el pasillo para luego acercarse a la puerta principal, por su parte Louis seguía cocinando.

Escucho un pequeño grito de Sun y su cuerpo se alarmó, pensó lo peor por lo que se asomó levemente a la puerta de la cocina para ver que había sucedido y nunca imaginó que aquel día iba a llegar realmente.

Por lo que se quedó congelado al verlo allí algo diferente con el cabello largo y con una mirada agotada, mientras que abrazaba fuerte a Sun los ojos de Louis seguían estáticos y rogando para que aquella imagen sea guardada en el baúl de sus mejores recuerdos, porque eso era épico.

—eres hermosa. —le murmuró el alfa mirándole para luego acariciar sus rizos.—  Tienes mis rizos.

-Papá siempre me lo dice. -admitió y Harry sonrió.

—eres la mejor versión de nosotros. —le aseguró y Sun sonrió alejándose.—  Estoy muy feliz de conocerte Sun, yo hubiese deseado estar acá antes pero no podía volver tenía unos problemas.

—papá siempre dijo que tú eres un gran padre, él sabía que volverías. —dijo Sun y Harry se alejó un poco para mirar al omega que estaba mirándolo desde el marco de la puerta de la cocina.

Cuando sus miradas se encontraron Louis sintió que su corazón retomó el latido que lo hacía sentir vivo, sintió su piel erizarse y el alfa también lo sintió en su pecho. Aquella electricidad entre ambos volvió a aparecer y se sentía en el ambiente.

—el único gran padre es Louis... —le aseguró el alfa mientras que seguía mirando a omega— Te ha dado todo lo que tienes ahora.

Sun sonrió ante el comentario de su padre, Louis por su parte además de sonreír se sonrojo, porque su corazón sintió aquel cumplido.

—Es mi deber darle lo mejor a nuestra pequeña. —le admitió Louis y Harry sonrió asintiendo.

—¿Te quedarás? —preguntó Sun— Papá está cocinando, él hace cosas ricas.

—no, no quiero incomodar. —le habló a la pequeña— Vine a verlos, pero si quieres salimos otro día cariño.

—no incómodas. —le dijo Louis y Sun sonrió ampliamente.

—¡quédate papá! —le rogó y Harry sonrió ante el comentario.— Podremos pasarla bien, papá se aburre de jugar conmigo.

—vale, me quedaré a comer. —le comentó y Sun se le lanzó a los brazos  haciendo que el rizado la tome.

Ambos rieron, se abrazaron y la pequeña le regaló un beso en la mejilla para luego bajarse de sus brazos y tomar el brazo del alfa para guiarlo por la casa. Le hizo un pequeño tour que provocó una risa en ambos padres. Pero Louis se dirigió a la cocina, para seguir cocinando pues quería darle tiempo a solas a ambos.

Sun se había dormido exhausta y  agotada luego de haber jugado prácticamente toda la tarde con Harry. El alfa le había contado unas historias cuando lo arropó aquella noche y Louis lo había visto desde la puerta para luego irse hasta la sala donde comenzó a pensar en todas las cosas que habían pasado esta tarde.

Por un momento recordó que era la felicidad, pues luego de haber jugado los tres tal como una familia perfecta su sonrisa melancólica apareció en su rostro, ya que sabía que todo esto acabaría al final del día. Harry se iría y él con su pequeña volverían a estar solos.

Cuando el alfa apareció le vió sentado en el sofá, se le acercó para sentarse a su lado y Louis no dijo nada solo miró sus manos algo aturdido con su aroma. Harry le miró y suspiró.

—gracias por haberla criado así... —comentó el alfa y Louis le miró— Es perfecta, eres un gran hombre.

—no tienes que agradecerme, ella es mi hija y lo hice porque la amo. —el ojiverde asintió. — La hiciste muy feliz hoy, gracias por haber venido...

—siempre quise venir. —le admitió y Louis le miró algo dubitativo— Pero surgían problemas con el trabajo.

—lo importante es que ya la conoces, y ella a ti. —le calmó y el alfa asintió— Siempre me decía que quería conocerte.

—y yo a ella. —le confesó— No sé cómo agradecerte que no le hayas hablado mal de mi... No lo sé, cualquier persona lo hubiese hecho.

—yo no soy cualquier persona. —le recordó y Harry asintió viendo sus ojos.

Mierda, sus ojos. Habían olvidado la profundidad de los ojos del otro. Ambos guardaron silencio en ese momento mientras recordaban sus sentimientos. 

—lo sé... por eso te había elegido como mi omega. —le comentó el rizado y Louis sintió algo en su pecho, se puso de pie al ver como ambos estaban actuando.

—deberías irte. —le dijo algo incómodo y Harry se puso de pie.

—el último tren salía a las siete, son las nueve. —le comentó el rizado— no tengo donde ir, llegar donde mi madre es un viaje de una hora.

—puedes dormir en el sofá. —le dijo calmado intentando conciliar la tranquilidad. Harry sólo le miró sin decir nada.

—estos años en Paris no fueron lo mismo sin tenerte a mi lado. —el más bajo le miró sabiendo que era cierto, para él tampoco fue lo mismo seguir viviendo sin su compañía pero guardó silencio mientras que intentaba razonar. El alfa por su parte aspiro aire para continuar hablando.— No puedo retroceder el tiempo pero quiero que sepas que me arrepiento de haber sido tan imbécil cuan...

—no es necesario... —le interrumpió el ojiazul y Harry vió las manos nerviosas de Louis.

—si, lo es. —admitió— Debí haberte escuchado pero era un alfa sin experiencia, no entendía lo que estaba causando. —Louis se alejó un poco del rizado para luego mirar una fotografía de Sun de bebé.— Me perdí la oportunidad de ser padre, de compartir aquello contigo.

—ambos nos equivocamos. —le contestó el ojiazul para luego mirarle son una sonrisa melancólica.— Éramos jóvenes y algo alocados.

—estoy de acuerdo. —rió el rizado y Louis sonrió— Aún así me enamoré de ti.

—debería irme a dormir. —le dijo Louis algo evasivo. El alfa negó antes de que el omega caminase hasta el pasillo de las habitaciones.

—deberíamos hablar de nosotros. —el ojiazul se detuvo y negó antes de mirarlo— sí, debemos hacerlo.

—ya no existe un nosotros. —le argumento y  el alfa guardó silencio— Lo nuestro acabo cuando te fuiste de Inglaterra sin aviso, cuando en un año no me enviaste ninguna carta.

—no tenía como hacerlo. —le dijo— La policía me buscaba por la muerte de Tim, lo sabes... —el ojiazul rodó los ojos— Tuve que escapar, y allá en Francia no tenía como enviarte correo no tenía hogar ni conocidos, menos trabajo.

—te esperé, joder. —le bramó el ojiazul con un nudo en la garganta— Para mí fue difícil poder tener a Sun, creeme.

—lo sé. —Louis negó.

—no lo sabes... ¡Tú no estabas acá! —le bramó dolido empujándolo y el rizado acepto su molestia, lo entendía y sabía que para el omega había Sido difícil— ¡No supiste nada! No viste a Sun llorar las noches, ni escucharle decir sus primeras palabras, ni cuidaste de sus primeras enfermedades... No lo sabes.

Dijo Louis chillando antes de que Harry le abrazará. El ojiazul sintió su aroma en su nariz y supo que estaba en su hogar, el más alto lo aferró a él, intentó calmarlo.

Louis luego de un tiempo llorando en su pecho le rodeó el cuerpo con sus brazos y se aferró a él. Harry calmó su propio latir y beso la frente del más bajo.

—yo no sabía que hacer. —le admitió el ojiverde aún con sus labios sobre la frente del más bajo— Perdóname bebé.

Louis le miró cuando Harry unió sus miradas y guardó silencio mientras que el más alto le acariciaba las mejillas que estaban húmedas por sus lágrimas.

Recordó ese tono de voz susurrándole bebé y su piel se erizó al saber que esta vez se lo había dicho a un par de centímetros de distancia. En donde sus ojos verdes le estaban rogando por qué lo besara en ese momento, Louis vió sus labios y vió sus ojos verdes por última vez para luego acercarse al más alto.

Lo besaría, lo anhelaba hacer pero se detuvo sobre sus labios para sentir su aliento aspirar sus suspiros y rozar sus labios con los suyos. El alfa ahogo un gemido en ese momento, porque una chispa nació en su interior, una que solo se encendía con el ojiazul.

—te amo... —le susurró el ojiverde cuando los ojos azules de Louis se habían fundido en los del rizado.

Y nada más se dijo, pues Louis lo besó como había querido hacerlo estos largos siete años. Todo pareció idéntico a los mismo besos de adolescentes, está vez ambos más maduros y con más vivencias en sus cuerpos. Harry tomó a Louis como pudo entre sus brazos mientras que se besaban y lo guió por el pasillo.

Louis guió sus manos por la camisa del rizado y comenzo a quitársela mientras que este lo llevaba a su habitación, pero se alejaron de los labios cuando vio que Harry iba a entrar en otro sitio.

—esta es la sala de lectura. —le detuvo y Harry rió— Mi habitación es esa.

Le apuntó y Harry lo llevo hacia allá, cerró la puerta tras ellos y lo bajo de sus brazos. El más bajo continuo quitándole la camisa cuando sus labios se unieron y el más alto lo aferró a su cuerpo.

Los labios del más bajo calmaron los besos húmedos del más alto para bajar a su cuello, juego con ellos en esa zona para bajar por el hasta llegar a su clavícula, sus manos se pasearon en su torso hasta llegar al borde del pantalón en donde comenzó a mirarle a los ojos.

Las manos del rizado le quitaron la playera antes de que continuase haciendo lo que pretendía. Louis quitó el abroche del pantalón del alfa, luego se lo bajo mirando sus ojos. El más alto gimió sintiendo su alfa desesperado.

Los labios del más bajo se acercaron a su piel y beso su pecho, lo beso humedamente para luego bajar por su torso, llevando al borde del pantalón con sus labios. Se arrodilló frente a Harry y bajo su ropa interior, vió su entre pierna y sonrió entre dientes para luego mirar al rizado cuando su pequeña mano tocaba su pene para luego lamer la punta.

—mierda... —gimió el rizado antes de sentir como Louis comenzaba a hacerle una mamada.

Una de esas que siempre solía darle cuando eran jóvenes, gimió viéndole pensando que quizás era un sueño, que probablemente nada era real pero no fue hasta que una de las manos de Louis jugó con sus vellos púbicos y subió su mano hasta el torso del más alto que el alfa salió de su trance.

Lo vió allí arrodillado frente a él, dándole placer y gimió ante cada pequeña caricia, estaba viendo estrellas y al mismo cielo frente a él. Su erecto miembro estaba tan duro que Louis se detuvo para ponerse de pie cuando él pre-semen comenzó a salir y Harry comenzaba a ser muy ruidoso.

—esta Sun. Recuérdalo. —le murmuró el más bajo cuando se puso de pie para luego sentir los labios del más alto besarlo, lo acerco de su cintura y lo aferró a su cuerpo.

Las grandes manos del rizado lo estiraron en la cama y lo dejaron allí mientras que sus ansiosas manos comenzaron a quitarle los pantalones, Louis gemía entre los besos pues el rizado estaba intentando calmarse pero no podía, Louis lo notaba.

Es por eso que cuando acabó desnudo bajo el cuerpo del alfa sonrió viéndole y lo giro en su cuerpo para subirse sobre él, el más alto le miró sobre su cuerpo.

—estoy húmedo. —gimió Louis cuando sintió como el miembro del más alto rozaba su entrada.

El aroma de la habitación tenía al alfa con las pupilas dilatadas, con su corazón desenfrenado y con sus manos ardiendo.

El más bajo sintió como las manos del más alto tocaban sus muslos, subían por ellos para tocar su cadera, había un silenció sordecedor que guardaba sus miradas y sus respiraciones agitadas para luego sentir una mano de Harry en su zona pélvica, para luego ascender hasta sus costillas.

Louis estaba mirando sus ojos mientras que sus manos lo tocaban, gimió levemente cuando sus dedos tocaron su aureola para luego apretar su tetilla. Sus caderas se accionaron en ese momento comenzando a rozar sus cuerpos, el más alto gimió mirándole y sintió como de pronto comenzó a entrar en Louis.

El más bajo gimió fuerte al sentirlo dentro, estuvo tanto tiempo vacío sin sentirlo allí con él, que recién comenzaba a entender aquel lado que jamás rompieron. Su piel del cuello comenzó a arder y Harry lo sintió por lo que acercó sus labios a aquella zona para lamerla mientras que Louis se movía sobre su cuerpo.

—ha-harry. —gimió tomando sus rizos enredando sus dedos en ellos— dios, Harry.

El más alto seguía lamiendo y besando su cuello mientras que sus almas volvían a unirse allí. En esas cuatro paredes que antes parecían estar solas, abandonadas y frías.

Ahora sus corazones retomaron el latir del otro, se sincronizaron en un solo ritmo y su aliento comenzó a llenar los pulmones de ambos. Ambos estaban sudando y gimiendo como hace ya mucho tiempo no lo hacian.

Harry decidió girarlo en un momento y abrió sus piernas acomodándose entre ellas, ingreso lento y profundo mirando los ojos del más bajo y el omega paseo sus manos por su pecho para luego aferrarse a su cuerpo.

—te amo Harry. —le gimió antes de besarle los labios.

El rizado comenzó a moverse dentro de él de una forma que hizo a Louis sentirlo con él, ahora y siempre.

Ambos estaban gimiendo fuerte mientras que sus corazones se unían y danzaban esa noche como nunca antes. Louis aprovecho aquel momento para atesorarlo hasta la eternidad, pues sabía que luego volvería a la realidad.

Y probablemente aquella realidad no estaba contemplada estar con Harry, porque ambos tenían realidades distintas actualmente y ninguno sabía que era capaz de hacer el uno por el otro. Solo sabían que su amor era único, fuerte y sincero pero quizás no era para estar juntos.

El papel y el lápiz era el único canal de unión romántica entre ambos, medio en donde las palabras eran lo único que podía transmitir su amor.

Su real y sincero amor.











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