Esclavos de la noche.

By xobriendrauhl

195K 8K 191

Todo iba vien en la vida de ___, hasta que Justin Bieber se cruzó en su camino. Desmoronando sus esquemas, ca... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Epílogo

Capitulo 40

2.6K 113 0
By xobriendrauhl

“Justin está en algo muy malo ____. Está metido hasta el fondo.”

Abrí los ojos cuando el rayo de luz incidió de lleno contra nosotros. Justin soltó un gruñido y metió la cabeza bajo la almohada, tapándose. Sonreí cuando le vi hacer aquello y salí de la cama con cuidado. Me acerqué a la ventana y corrí las cortinas apagando la luz que había entrado en la habitación.

Miré el reloj. Eran las 10 de la mañana del domingo y no tenía muchas ganas de volver a la cama. Justin todavía seguía bajo la almohada cubriéndose de todo aquello que pudiera molestarle. Fui hasta el armario y saqué unos pantalones cortos de basket que le había visto alguna vez y me los puse. Había dormido con una de sus camisetas anchas y la verdad, me encantaba.

Salí en silencio de la habitación y me dirigí a la cocina. Mi intención era hacer un buen desayuno para los dos, pero no sabía que era exactamente lo que te apetecía teniendo encima una buena resaca. Y la de Justin pintaba bastante fea. Abrí los armarios buscando qué poder hacer. Tenía suficiente para unas cuantas tortitas, y además, esperaba que no se me quemaran. Demasiado al menos. Agarré los ingredientes. Harina, sal, huevo… Uno a uno los fui sacando. Acerqué el bol de encima de la mesa y me puse a ello. Espera que al menos le gustaran.

Casqué los huevos, mezclé la masa e hice unas cuantas tortitas. La mayoría habían sobrevivido y no estaban negras. Bueno, mejor, no muy negras. Podían comerse. Preparé una bandeja con un par de vasos (un café y un colacao) y los siropes. Tal vez un desayuno en la cama no estaría nada mal…

Eché el último poco que quedaba de masa y preparé la última tortita. Esta iba a salirme perfecta. Le di la vuelta cuando ya estaba hecha y justo cuando iba a sacarla una voz me sobresaltó, haciendo que la tortita cayera sobre un lado de la sartén y se desmoronara.

“¿Tenemos tortitas para desayunar?”

Casi pegué un grito cuando oí su voz. Me alegré de haberme puesto los pantalones.

“Aun que la verdad… Están un poco quemadas, creo que mejor paso.”

Recogí la tortita que se había roto y la tiré a la basura. Algunos cachos habían caído sobre la encimera y no era plan de comérsela. Una vez todo limpio me giré y le miré a los ojos con una ceja levantada.

“¿Quién ha dicho que vaya a compartir contigo, Ryan?” Pregunté cruzándome de brazos.

Él levantó los brazos sonriendo.

“¿Nos hemos levantado con el pie izquierdo?”

“Estoy bien, gracias.” Sonreí irónicamente y cogí el plato donde había colocado todas las tortitas y lo puse sobre la bandeja.

“Deberías mejorar tus dotes culinarias…” Dijo a la vez que agarraba un tenedor.

Ryan estiró el brazo dispuesto a coger la tortita mas alta del montón. Levanté la bandeja antes de que pudiera llegar a ella y le guiñé un ojo.

“Oh vamos, ____. Tengo una resaca que no me aguanto en pie.” Suspiró dejándose caer sobre una de las sillas de la cocina.

“Tienes razón, no te gustaría mi comida medio quemada.” Solté sacándole la lengua.

Él intentó poner cara de niño bueno, pero al ver que no funcionaba y solo me hacía reír, se rindió y se levantó de la mesa hasta la nevera, de donde sacó una cerveza.

“¿Te apetece eso a esta hora?” Pregunté perpleja.

“La verdad es que no, pero es lo que realmente quita la resaca, así que…” Abrió la lata y tomó un largo trago.

Negué con la cabeza. “Bueno, voy a ver si tu amigo se despierta…”

“Espera.” Me detuvo unos pasos antes de llegar al salón. Dejó la cerveza sobre la mesa y me miró serio. “Tengo que hablar contigo de una cosa.”

Fruncí el ceño con curiosidad y algo de miedo. Ryan no era del tipo serio. Es mas, incluso las cosas serias se las tomaba a cachondeo. Y que ahora estuviera así me ponía los pelos de punta.

“Dime” incité.

“Verás…” Se rascó la nuca buscando las palabras adecuadas. “No es asunto mío, ¿vale? Y no puedo contarte todo, pero creo que necesitas saberlo.”

Tragué saliva. “¿Qué pasa, Ryan?”

Cogió aire y lo soltó. “Justin está en algo muy malo ____. Está metido hasta el fondo.”

“¿Cómo de malo?”

Ryan miró hacia la puerta de la habitación de Justin y se acercó a mí.

“La clase de malo que no le gusta a nadie. Y es peligroso. Necesito que me ayudes a sacarle de ello.” Susurró. Su cara mostraba preocupación y ¿miedo? Oh Dios mío.

“¿Qué es?”

“No puedo decírtelo, no puedo.” Agachó la cabeza desviando la mirada de mí. “Sólo prométeme que esto quedará entre nosotros. Cuando pueda decirte mas te lo diré, confía en mí.” Levantó la vista encontrándose con mis ojos. Me agarró por los hombros. “¿Prometido?”

Asentí. No era capaz de decir nada. ¿En qué estaba metido Justin? ¿Por qué no me había dicho nada? ¿Por qué Ryan decía que era peligroso? ¿Le hacían daño? No, no… Justin es fuerte. Es el chico mas fuerte que conozco y no dejarían que le hicieran nada. Nadie. Si él no le había dicho nada seguro que podía solucionarlo. Pero, entonces, ¿por qué Ryan me lo cuenta de esta forma? ¿Por qué siente miedo por su amigo? Él sabe como es Justin. Yo también lo sé. Y ambos sabemos que no es invencible.

Ryan me soltó y volvió a la cocina, tragando esa cerveza de una sola vez. Yo tomé tres profundas respiraciones antes de volver a la habitación.

“¿Justin?” Susurré cerrando  la puerta detrás de mi con el pie, con cuidado de que nada de la bandeja se derramara. Mi cuerpo temblaba todavía. La conversación anterior no había sido demasiado buena para un domingo por la mañana. Hice caso a lo que mi corazón me decía. Olvídate de eso en este momento, disfruta. Estas con él, lo demás importará luego. Y además, el único que puede contarte algo de verdad es Justin. Tiene que decírtelo él.

Por lo tanto, dejé la bandeja sobre la mesilla y me subí a la cama. “¿Justin?”

Al no recibir respuesta no me quedó alternativa. Me coloqué en mi lado y empecé a pegar saltos sobre la cama intentando no pisarle.

“¡Buenos días!” Grité mientras no dejaba de saltar y reír. En este momento me sentía como una niña el día de navidad. Sabía que me la estaba jugando pero no me importaba. Me lo debía por la noche anterior.

Seguí saltando oyendo de vez en cuando los muelles aguantar mi peso.

“Es hora de levantarse.”

Entonces pasó muy rápido. Una mano agarró mi pie tirando hacia abajo haciendo que tropezara y cayera sobre la cama al tiempo que un cuerpo se colocaba poco después sobre mí, con una sonrisa sumamente seductora.

“¿Te parece una buena idea despertar así a tu novio?” Preguntó con una sonrisa.

“Bueno, si le llamo varias veces y no responde, ¿qué podía hacer?”

“¿Tal vez un beso de ‘buenos días’?” Dijo inclinándose sobre mí para unir nuestros labios. Pero yo fui mas rápida y giré mi cara haciendo que besara mi mejilla. Cuando se hubo dado cuenta se apartó y frunció el ceño pero todavía había diversión en su rostro.

Negué con la cabeza. “Eso sería demasiado común. Mejor saltar.”

“¿Esto es una venganza o algo así?” Se inclinó de nuevo esta vez mordiendo mi mejilla.

“Debería serlo por todo lo de anoche.”

Soltó un gruñido y dejó caer su cabeza sobre mi hombro. “Dios, no me acuerdo de nada.”

“¿De nada?” Mordí mi labio con nerviosismo.

“Bueno… Recuerdo beber, beber mucho. Y a una chica… Se acercó y quiso que la invitara a algunos tragos pero yo solo quería ir al baño a mear.” Esa parte me hizo sonreír. Me imagina a Cath arrascándose por una invitación mientras él intentaba librarse de ella. Luego viniste tu… Y nos besamos. Tenías los pezones duros, por cierto.”

Abrí los ojos de par en par y le golpeé el pecho varias veces. “Eres. Un. Idiota.” Dije separando bien las palabras mientras mi rostro se volvía completamente rojo.

Justin rió con ganas y atrapó mis manos colocándolas encima de mi cabeza. Lamió sus labios y sonrió de manera lasciva.

“No me niegues que no estuviste dispuesta a mas.”

“No Justin, el beso fue horrible, estabas completamente borracho.”

“Solo un poco… Además tu me cuidaste, estaba en buenas manos.” Susurró inclinándose sobre mi para besar mi cuello. Lento, dulce, derritiéndome. Joder.

“Para, Justin… He traído el desayuno.” Comenté como pude.

Levantó la cabeza y rió. “Primero mi beso de ‘buenos días’”

“¿Y si no quiero?” Levanté las cejas haciéndome la rebelde. La verdad es que tenía muchas ganas de besarle. Lento, rápido, fuerte, suave. Como fuera. Pero quería besarle.

“Eres una pésima mentirosa, gatita.” Mierda. “Quiero mi beso, o sino no te levantarás de aquí nunca.”

No era tan mala idea. “¿Es un chantaje?” Me moví intentando librar mis manos de su agarre. Misión fallida.

“Es una amenaza.” Susurró contra mis labios. “Ahora bésame.”

“Idiota.”

“Fea.”

“Pesado.”

“Orgullosa.”

“Yo no so-“ Sus labios se unieron a los míos antes de que pudiera murmurar algún otro insulto.

Este fue del tipo de beso que sólo existen en los cuentos.

Continue Reading

You'll Also Like

163K 7.7K 33
Ambos viven en la masía. Desde que se conocen Héctor siempre la ha molestado. Y ella no piensa nada bueno del él. Pero todo cambiará tras un trabajo...
303K 25.3K 121
A veces conocemos a la persona adecuada en el momento equivocado. Tercera temporada de Teenage Dream. Fecha de inicio: 27 de octubre de 2018.
22.9K 1.1K 16
Alguna vez me habían comentado que en mi barrio hacían carreras de coches a altas horas de la madrugada, pero nunca les creí hasta aquella noche. Reg...
2.3M 239K 132
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...