Esclavos de la noche.

Από xobriendrauhl

195K 8K 191

Todo iba vien en la vida de ___, hasta que Justin Bieber se cruzó en su camino. Desmoronando sus esquemas, ca... Περισσότερα

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Epílogo

Capitulo 15

3.9K 165 2
Από xobriendrauhl

 “Estas preciosa. A Justin se le van a caer los pantalones”

“Así que, tú y Justin...”

“No, yo y Justin nada.”

“Pero va a pasar...”

“Danna, no me rayes mas la cabeza que ya tengo demasiado.” Danna comenzó a reir.

Las primeras horas del día habían pasado con mucha pesadez, pero al menos ya sólo nos quedaba una hora más para irnos. Y entonces...

“¿Sabes que te vas a poner? Yo personalmente, te recomendaría ese vestido morado que tienes.” Hizo un gesto pasando su manos desde su pecho hasta su cintura lentamente. “Ya sabes, el ajustado” susurró guiñándome un ojo poco después. Reí negando con la cabeza.

“Eso sería demasiado para una primera cita y yo no soy Katy.” Respondí sonriendo.

“No, tú eres ___ y estás mas buena que esa zorra” puso cara de asco mientras hablaba de esa idiota y continuó después con una sonrisa. “Pero ese vestido, con unos taconazo, uf... Me pones hasta a mí, guapa.”

La dí un codazo mientras reíamos las dos. Desde el lunes, Justin no había vuelto a pisar el instituto y en cierto modo eso me preocupaba. Habíamos hablado unas cuantas veces por teléfono, con algún 'Hola, ¿qué tal?' y algunos otros 'Te echo de menos por aquí' pero nada mucho más allá. Desde el día de la pelea no habíamos vuelto a vernos. No sabía que hacía, con quien estaba o si volvería a parecer y eso me mataba por dentro. Es decir, después de los besos y las palabras, ¿desaparecería? Le echaba de menos, cierto, pero otra parte de mí tenía ganas de patearle el trasero por no aparecer por ninguna parte. Dios, hasta echaba de menos sus estúpidos 'gatita'. Agh.

Pero ayer llamó de nuevo. Ayer volví a escuchar su voz. Habíamos quedado para esta tarde. Los dos solos. Iríamos a Torna, la discoteca. Jamás había pisado un sitio así, pero según Danna no era mucho más distinto que las fiestas a las que habíamos ido. Asique solo habría humo, música, sudor y mucha, mucha gente. Pero estaba contenta. Se tomaba en serio eso de nuestra “cita”. Vendría a recogerme a las diez. Estaba nerviosa. Para ser sinceros, acojonada. Y por esa misma razón Danna se venía a casa conmigo.

El plan era el siguiente: yo le diría a mi madre que me quedaba con Danna a dormir, ya que Eric nos había invitado a una pequeña fiesta. Eso quitaría las sospechas de la ropa y me permitiría quedarme mas tarde con Justin. Pero al final iría a dormir a casa de Danna, ya que sus padres no estaban y ella me dejaría pasar. Chris y Monica se habían ido de fin de semana romántico, o alguna cosa así según me había dicho Danna. El plan no podía fallar. Pero aún así yo olía que algo no iba a cuadrar del todo y nos hundiríamos como el Titanic. Yo, ella y el resto de la tripulación. Mi madre al menos había dejado pasar el castigo de la otra noche. Hacer las tareas y ser mejor hija habían surtido efecto esta vez. Pero si me pillaba esta noche, no vería la luz del sol de nuevo.

Llegamos a mi casa. Mi madre ya estaba ahí con mi hermano. Esta noche tenía turno nocturno. En una media hora la tocaría irse. Pasillo libre. Se encontraba en la cocina arreglando unas cuantas cosas de su cena para esta noche. Ya vestía su traje habitual de enfermera. Siempre perfecta. Siempre dispuesta a ayudar a los demás.

“Hola, mamá.” Sonreí dándola un pequeño beso en la mejilla. Ella me lo devolvió a la vez.

“Hola, chicas. ¿Vais a ir a cambiaros?” Las dos asentimos. “Pasároslo bien y no lleguéis muy tarde, ¿de acuerdo?”

“La tengo controlada, señora Sanders.” Danna sonrió como las niñas buenas de la televisión. Pero de las buenas de verdad, no de esas que cuando se dan la vuelta son un putón de las buenas.

“Mas os vale a las dos...” Se giró volviéndose hacia la nevera, observando lo que había dentro. “Tendré que dejarle algo de dinero a tu hermano. ¡Jake!” Llamó. “¡Esta noch, pizza!”

Se oyó un 'siiiiiiiii' feliz por toda la casa. Esa fue nuestra señal y mi amiga y yo subimos a mi cuarto antes de que mi madre me entretuviera con algo más. Los nervios empezaban a afectarme de verdad. Abrí la puerta de mi cuarto y ambas dejamos caer las mochilas a un lado del escritorio. Danna fue veloz hacia el armario y comenzó a rebuscar en él. Me encantaba verla de esta manera. En mis anteriores citas con Matt había estado comportándose igual. Y cuando era ella la de la cita no os podéis imaginar el caos que montaba ella sola. Por esa razón veía como llevaba en la sangre lo de ser diseñadora. Le encantaba la moda, las ultimas tendencias y ,sobre todo, jugar a que todo el mundo eran sus modelos. Yo me senté en mi cama observando como sacaba todos aquellos vestidos que le parecían adecuados para la ocasión. Colocó uno a uno al lado mio, sobre la cama, y los miró. Su mirada iba de uno a otro y su expresión era igual de seria y concentrada. Sus ojos azules se deban cuenta de cada uno de los detalles. Cogió el blanco. El vestido palabra de honor con un pequeño cinturón marrón alrededor del pecho y que caía hasta las rodillas en una suave onda que lo hacía libre y ligero. Lo apoyó sobre mí frunciendo el ceño. La miré y puse una cara rara sacándola la lengua.

“No es gracioso, ___. No sé que demonios ponerte.” Dijo mirándome de arriba a bajo de la misma forma seria con la que miraba los vestidos.

“Oh vamos, el blanco está bien. Déjame probármelo.” Dije con una sonrisa. Ella negó con la cabeza y cogió el vestido morado. El ajustado. El que me llegaba por encima del muslo. El que dejaba ver gran parte de mi espalda con su caída en V y unas cuantas tiras negras en forma de X en la parte alta de ella. El que me dejaba el hombro al descubierto. El vestido que aún no me había puesto porque no tenía el valor suficiente como para poder hacerlo.

“Este. Este es el perfecto.” Se formó una gran sonrisa en su cara.

“¨No sé, yo...” Me cortó tapándome la boca con la mano.

“Este. Es. Perfecto.” Su sonrisa no desaparecía. Mordí mis labios cuando quitó su mano de mi boca y asentí. Esperaba que al menos le gustara a Justin y no pensara que era una cualquiera. No quería ser como las otras, no lo era.

“Vamos a ponerte más guapa aún.”

El resto de la tarde pasó rápida. Mi madre se despidió de nosotras con un simple 'pasároslo bien' y mi hermano se había ido a casa de un amigo a echar unas partidas a la Play. Mas tarde volvería a casa. Danna para entonces ya me había peinado y maquillado. Pero fue un maquillaje normal, es decir, solo me echó un poco de eyeliner, mascara y me había pintado los labios con un poco de brillo, no muy cantoso. Había echado espuma a mi pelo, dejándolo suelto y ondulado, más marcado que habitualmente. Me metió en el vestido y me puso los tacones negros. Me miré en el espejo. No iba nada mal. Sonreí. Sonreí ante mi reflejo. Sobraba maquillaje. Pero me veía guapa y eso no sucedía muy a menudo. Yo era de las típicas que llevan camisetas anchas dos tallas mas grandes que ellas, de las que siempre llevan calzado cómodo y pocas veces llevaba vestido o falda. Aunque tenía millones. A mi padre le encantaba que me las pusiera alguna vez. Por eso seguían en el armario. No tengo la autoestima por las nubes, nunca me ha gustado que me echen piropos, yo no me veo como ellos dicen. No me veo guapa o bonita. Pero esta vez me veía así. Me veía como siempre he pensado que se veían a si mismas las modelos. Como aquellas personas que sonríen ante su imagen, que aceptan cumplidos y realmente se lo creen. Por primera vez no me sentía agusto con mi ropa ancha. Esta del espejo era yo. Esta del espejo era cómo quería ser todos los días de mi vida.

Danna sonrió cuando yo lo hice.

“Estas preciosa. A Justin se le van a caer los pantalones” comentó riendo y yo la seguí poco después. Pero aquel pensamiento hizo que un escalofrío recorriera toda mi espalda y me pusiera en situación. Nervios. Piel de gallina. La hora se acercaba poco a poco.

A las nueve y media Danna se fue, no sin antes decirme que la llamara si pasaba cualquier cosa y que me esperaba en su casa. También insinuó que acabaría acostada con Justin. Eso no iba a pasar. Mis nervios aumentaron. Quedaba media hora. Media hora para verle. Media hora para ver sus ojos, su sonrisa.

Me quité los zapatos y me acerqué al espejo. Pasé mi mano por mis mejillas quitando un poco de máscara y por mis labios después. No quería brillo. Eso no era para nada mi estilo. Me arreglé un poco más el pelo para que tuviera un poco mas de volumen. Lista. Ahora tocaba esperar y yo no podía mas.

Anduve de arriba abajo por todo mi cuarto pensando en una reacción buena para cuando le viera. ¿Debería abrazarle? ¿Besarle? ¿Pegarle un puñetazo? Suspiré y coloqué mis manos en jarras mirando hacia el techo. ¿Desde cuando me ponía tan nerviosa por un chico? ____ estas cambiando. Y no sé si empieza a gustarme. Miré el reloj. 15 minutos más. Un mensaje. Bip, bip. Fui hasta mi mesilla y agarré el móvil. Mi sonrisa iluminó mi cara al ver el nombre de la persona que me enviaba el mensaje. Pero cuando lo abrí, mi cara cambió a confusión.

De: Justin

Gatita, abre la ventana.

¿La ventana? Espera, ¿iba a entrar por ahí? Pero si hay una puerta enorme en la entrada... Me dirigí con rapidez a la puerta y la abrí mirando hacia abajo. Nada. No había nadie. Me giré cogiendo mi móvil entre mis manos. Respondí con rapidez.

Para: Justin

Hay una puerta bien grande, ¿por qué no la usas?

Bip, bip. El sonido de otro móvil sonó detrás de mí.

“¿Qué gracia tendría eso entonces?” Su voz sonó con un toque de diversión.

Me volteé viendo como Justin estaba en frente de mí. Con sus manos mentidas en sus bolsillos. Me miraba de arriba a bajo. Parecía inocente. Iba con unos vaqueros negros junto con sus supra del mismo color y llevaba camisa, camisa blanca por fuera de los pantalones, remangada hasta los codos dejando ver sus tatuajes. Dios, estaba increíble. El pelo, su sonrisa al verme, todo él. Mordí mi labio ruborizada bajo sus ojos que no se apartaban.

“Idiota, esto no hacía falta.”

“Me gusta sorprender” dijo encogiéndose de hombros. Dio un paso hacia mí. Nervios. Respiración agitada. “Estas increíble, ___”

“Tú también lo estas” respondí con rapidez. Mi voz estaba nerviosa igual que el resto de mi cuerpo.

Sonrió al escucharme y sacó sus manos de sus bolsillos colocándolas esta vez sobre mis caderas. Otro paso.

“¿Cuándo no me veo así?” Rió ante su comentario. Otro paso. Centímetros. Estaba paralizada. No podía moverme. Tenerle aquí, en mi cuarto, vestido así. Todo esto era por esta noche. Por mí. Mi cerebro no respondía. Sus labios se acercaron a mi oreja. “El morado es mi color preferido...” Susurró con voz ronca.

Me debilité. Las piernas me empezaban a fallar. Si hubiera estado con los tacones puestos me hubiera caído. Mordí mi labio e intenté seguirle el juego. Muy lentamente me acerqué y rocé mis labios contra mandíbula, arañando poco después con mis dientes esa parte, con cuidado. “Y a mi me gusta eso de que te hayas vestido así por una chica”

Una risa retumbó en su pecho. “Gatita, tu no eres una simple chica.”

Mis defensas comenzaban a caer y la noche no había hecho nada mas que empezar.

Συνέχεια Ανάγνωσης

Θα σας αρέσει επίσης

189K 22.5K 52
Elladora Black es la hija menor de Orion y Walburga criada para ser una sangre pura perfecta, sin embargo no es lo que planearon. Narcisista, egoíst...
Te Quiero a Ti Από fatima

Γενικό Φαντασίας

1.9K 121 22
Te quiero, no importa lo que diga el resto. Te quiero a ti porqué me enseñas a no rendirme. Prohibido plagiar, no copies. Aprende a crear a imagin...
2.2K 203 8
Samuel Godoy no es el futbolista más destacado de Argentina, tampoco es el más conocido de sus hermanos, pero hace sus más grandes intentos por ocupa...
502K 69K 43
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!