Esclavos de la noche.

By xobriendrauhl

195K 8K 191

Todo iba vien en la vida de ___, hasta que Justin Bieber se cruzó en su camino. Desmoronando sus esquemas, ca... More

Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45
Capitulo 46
Capitulo 47
Capitulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capitulo 52
Capitulo 53
Epílogo

Capitulo 10

4.3K 189 12
By xobriendrauhl

Las otras solo intentan sustituir algo que solo tú consigues llenar.”

Me dirigí por fin a casa. La imagen de Justin sufriendo no se iba de mí.

**

Desde aquel día no volvimos hablar. Desde ese instante nuestros caminos se separaron. La semana había pasado rápida, o al menos lo suficiente para no hacer pensar en otra cosa. Había visto a Justin un par de veces, iba con alguna morena, alguna rubia, tal vez dos. Pero no me importaba, dolía pero lo dejaba pasar. El dolor iba desapareciendo y eso es lo que quería. Su vida no era asunto mío. Nada de lo que hiciera o con quien debía importarme, pero había veces en que lo pensaba, me preocupaba. ¿Y si llegaba alguien y se quedaba? ¿Y si fui demasiado dura con él? No, no. Hice lo correcto, no podía tener a nadie como él a mi alrededor. Era peligroso, muy peligroso.

Las dos veces que se sentó a mi lado en Historia no habíamos avanzado mas del “buenos días” de cortesía. Puede que le tuviera miedo. No lo sé, pero no me atrevía a ir más allá. El vivía en su mundo de peleas, alcohol y chicas. Yo no pertenecía ahí. Nadie lo hacía. Bueno, Katy sí. Durante estos dos días no se despegaba del culo de Bieber. Tal vez quería darme celos, tal vez lo hacía porque sabía que me molestaba. No lo sé. Solo sé que era viernes por la noche y mis planes no iban más allá de quedarme en casa.

“Cariño, tu hermano y yo nos vamos a ir al cine” mi madre dijo detrás de la puerta entreabierta de mi cuarto. “¿Quieres venirte?”

“¿Qué vais a ver?”

“Oh, eh... Asalto al poder, creo. Sale el actor ese que tanto te gusta, deberías venir.”

En este punto ni siquiera Channing Tatum podía levantarme el ánimo.

“Creo que voy a pasar. Me quedaré leyendo.” Sonreí a mi madre mientras ella asentía y cerraba la puerta dejándome de nuevo con mis pensamientos.

Suspiré y agarré mi teléfono de encima de la cómoda. Había otro Whatsapp de Danna.

-Aburrida, si quieres venir hemos quedado a las 8 en el pinar ;D-

-Ponte sexy si vienes, ordenes del Buenorro Bieber-

Me reí y negué con la cabeza. Danna y Eric iban a ver pelear a Justin. Estaba preocupada por ellos, pero según Danna el sitio al que iban era completamente distinto al que yo fui. Allí si boxeaban en serio. Había cuadriláteros. Con eso ya me convenció y no la dije nada. Danna estuvo insistiendo bastante con que fuera, porque no entendía mi postura. Le había dicho que me daba miedo el boxeo. Es decir, no le iba a decir que era por que no quería ver a Justin, ella no podía saber nada. Pero me preocupaba aún porque lo que le hubiera dicho fuera mentira y Justin les hubiera llevado al mismo sitio al que fui yo.

Abrí mi libro. Obsidian. Daemon me había enamorado completamente aunque a veces fuera demasiado borde y esquivo. Quería saber el secreto que guardaba. Puse mis cascos y la música empezó llevándome a mi mundo. Allí no hay dolor, no hay pensamientos. Solo estamos mis libros, mi música y yo. Someone Else de Miley Cyrus atacó mis oídos. Adoraba su voz. Todo ayudó a olvidarme del tiempo, del mundo de mi alrededor.

Pasado lo que fueron unas cuantas horas oí mi teléfono sonar. Aparté el libro dejando a Katy con la palabra en la boca (si, la del libro se llama como la perra esa). Respondí con un susurro que fue borrado por la voz gritona de Danna.

“____, ERIC HA TENIDO UN ACCIDENTE. NECESITO QUE VENGAS A BUSCARNOS POR FAVOR.” La voz sonaba desesperada.

Sin decir palabra me levanté de la cama a toda prisa y coloqué mis vans negras y agarré mi chaqueta junto con las llaves de mi coche.

“¿Dónde, Danna? Respira y cuéntame todo. Voy para allá.”

“Avenida Whistle número 8. Por favor no tardes, está sangrando y la ambulancia no aparece...” Su voz empezó a quebrarse.

No hubo tiempo para más. Corté la llamada y salí corriendo de mi casa cerrando todo tras de mí. Agarré las llaves del bolsillo mientras me acerqué a mi coche y arranqué sin pensármelo dos veces. A la mierda la L, a la mierda mirar y colocar los espejos, a la mierda el cinturón. Mi amigo estaba mal y no había tiempo para nada de esas gilipolleces. Metí primera y salí de allí lo mas rápido que pude. Las lagrimas empezaron emborronar mis ojos. Eric aguanta, Eric por favor, por mi... Eso se repetía en mi mente una y otra vez. Rezaba por él, rezaba porque no fuera demasiado grave. No podía perderle, a él también no. Las lagrimas ya caían por mis mejillas pero no me permití limpiarlas. Grité. 100 kilómetros por hora. Podía matarme pero tenía que llegar.

Justo cuando giré por última vez empecé a divisar a un montón de gente. Reían, gritaban, iban entrando por una puerta a Dios sabe donde. No los encontraba. Mi mirada iba de un lugar a otro pero no los veía por ninguna parte. Decidí aparcar y salir a buscarles.

“¡DANNA!” Grité por cada lugar por el que pasaba. Me chocaba contra le gente pero yo solo miraba hacia delante buscándolos.

La divisé apoyada en un árbol. Sonriendo. Hablando con Eric. ¿QUÉ COJONES?

“¡VOSOTROS!” Les grité a ambos lo que hizo que se dieran la vuelta mirándome mientras sonreían.

“Viniste” dijo animadamente Eric mientrás pegaba un pequeño saltito y se acercaba a mi para abrazarme. Cuando me vio la cara de odio total que tenía paró en seco.

“Uh-uh” hizo una sonrisa avergonzada y prosiguió. “Danna, creo que estamos muertos...”

“¿Os parece gracioso?” Limpié las lagrimas de mis mejillas y les miré a los dos. No podía creer nada de esto. Podían simplemente haber llamado, haberme venido a buscar pero no, tenían que montar toda esta mierda para que viniera. Pero, ¿venir a donde? Oh no. Joder, joder. “Sois un par de gilipollas. Yo me largo.”

“No, ___. Por favor, no lo hicimos para que te pusieras así. Joder solo queríamos que vinieras.” Danna se intentó acercar un poco mas a mí. “Te necesitamos aquí. No puedes encerrarte en casa un viernes por un chico.”

“¿Qué-” me cortó antes de terminar.

“Justin nos lo contó. Y sí, es un auténtico gilipollas, pero pensábamos que éramos tus mejores amigos, no unos desconocidos a los que no les cuentas nada.” Ahí estaba.

“No os lo conté porque no tenía absoluta importancia para mí.”

“No nos lo contaste porque te ha jodido.” Dijo esta vez Eric. “Estamos contigo y vamos a ayudarte pero no puedes simplemente evitarlo.”

“Yo, no...”

“___, siempre hemos estado para ti, como tú para nosotros. Puedes contarnos lo que sea, ¿de acuerdo?” Danna agachó la cabeza y susurró de nuevo. “Siento haberte llamado así pero no se nos ocurría otra forma de que vinieras antes de que empezara la pelea.”

“Chicos, no voy a quedarme.” Hice que ambos me miraran sorprendidos. “Siento mucho no habéroslo contado pero no estaba orgullosa de mí. No fue porque no confiara en los dos. Pero no voy a enfrentarme a él. Me vuelvo a casa.”

“____, hazlo por nosotros.” Los dos se acercaron a mi mientras Eric hablaba.

“No puedo...” Nos abrazamos los tres pidiéndonos perdón. No necesitábamos mucho más, los tres no aguantamos sin los otros.

“Quédate. Solo mira la pelea y luego vete, no te obligaremos a hablar con Justin.” Danna se separó de nosotros y me sonrió. “Por favor...”

Suspiré y asentí. “Sólo la pelea, pero me debéis una.” Afirmé. Los dos sonrieron como tontos de felicidad al ver que su plan había salido casi como ellos querían.

“¡Helado de brownie para todos!” Canturreó Eric.

**

Nos sentamos a unos pocos metros del cuadrilátero. El presentador y el árbitro acababan de dar su aparición dándonos las gracias por venir y pidiéndonos que disfrutáramos de la pelea. Todo el mundo murmuraba y reía a la vez que aplaudía una vez que ambos oponentes subieron con sus respectivos entrenadores. Esta vez Justin no iba sin camiseta, llevaba una de tirantes blanca y unos pantalones de baloncestos blancos con una raya negra al final de estos. Llevaba protector en la boca y sus guantes. Todo era completamente distinto a la otra vez. Me pregunté si esto si era lo que realmente le gustaba y no las peleas en esos lugares. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal al acordarme de la sensación de allí dentro. Le miré. Estaba concentrado escuchando lo que su entrenador le decía. Esta vez su oponente no le sacaba un cuerpo, eran de la misma estatura y peso. Una pelea equilibrada.

El combate dio comienzo y todos animaban a su campeón. Danna y Eric no dejaban de hacer fotos y gritar “vamos Justin” cada vez que tenían oportunidad. Todo el mundo estaba de pie. Nadie aguantaba los nervios. Yo sólo le miraba a él, mordiéndome el labio cuando el puño de su contrincante pasaba lo suficientemente cerca como para poder darle. Iba a ganar, sabía que lo haría. La otra noche fue espectacular, se notaba que le gustaba este tipo de adrenalina. Uno, dos, otro más. No podía esquivarlos y Justin al fin se hizo con la victoria.

Danna y Eric se abrazaban felices mientras yo sonreía en su dirección. Volví mis ojos al cuadrado del centro de la sala y caí en sus ojos. Su vista cayó en la mía y sonrió. Sonrió como la vez en que le dije sí, sonrió de verdad. Me sonrojé y por primera vez en la noche agaché la mirada. Tenía que irme ya. Él me había visto y eso era exactamente lo que no quería.

Me despedí de mis amigos entre sus caras de tristeza y salí de allí como pude. El aire rozó mi cara y me vino bien, dentro hacía calor. Caminé hacia mi coche y miré el móvil por si mi madre me había llamado. Nada. Volví a guardarlo y levanté la mirada, encontrándome cara a cara con él.

“Justin...” murmuré sorprendida.

“Hola, ___. Volvemos a encontrarnos como la primera vez” Hizo una mueca con lo que parecía una sonrisa.

“Tengo que irme, perdona” incité a que se apartara, pero no pareció captarlo.

“Te he visto dentro. Nunca pensé que el boxeo pudiera gustarte tanto, ¿o soy yo?” Sonrió esta vez claramente, con su sonrisa arrogante.

“Tú no, hazme caso.” Pasé a su lado golpeando mi hombro con el suyo.

“Agh, siempre la cago.” Tomó un segundo que siguiera. “Por favor espera, quiero aclarar algo contigo.”

Suspiré. Venga ___, esta conversación en algún momento tenía que pasar.

Me giré mirando sus ojos miel. “¿El qué?”

“Tú y yo.”

“No hay de eso, Justin.”

“Quiero que seamos amigos, ___”

Amigos. Los amigos no se besan, los amigos no se miran como nos miramos, los amigos no se comportan así.

“No podemos hacer eso.” Me giré y eché a caminar a mi coche. Saqué las llaves y abrí la puerta cuando una mano la agarró cerrándola de nuevo.

“¿Por qué no?” Su mirada estaba fija hacia delante, dolida.

“Porque no quiero ser eso contigo.” Suspiré con resignación soltando la puerta cruzando mis brazos sobre mi pecho. Él dejó caer su cuerpo contra ella y me miró.

“¿Entonces que quieres ser?” Preguntó mirando mis labios, subiendo poco a poco a mis ojos.

“Nada Justin, yo...” tragué saliva. “No quiero que seamos nada.” Desvié mi mirada de él dejando caer mis manos.

Él agarró mi cintura con su manos acercándome a él con cuidado. Agachó su cabeza buscando mis ojos.

“___, dímelo.” Susurró. Eso me hizo girarme hacia él con la mirada fija en sus labios.

No podía, no iba hacerlo. Le odiaba, tenía que hacerlo. Que mi corazón se aceleraba no significaba nada. Ese calor que notaba donde me tocaba no era nada, mi imaginación. Sí, eso, mi imaginación. No era que me faltara el aire cuando le tenía cerca. No me ponía celosa cuando alguien que no era yo se le acercaba. No me enfadaba cuando cualquier chica le besaba y él se dejaba. No te mientas a ti misma. No quería ser nada de él. Quería serlo todo y eso dolía porque nunca lo sería.

Negué con la cabeza y mis ojos alcanzaron los suyos. Marrones contra verdes. La electricidad estaba ahí, se notaba, al menos yo la notaba.

“Es eso Justin, no quiero estar cerca de ti.” Mentí. Mentí porque yo no soy de su mundo. No soy lo suficientemente buena, no soy lo que él quiere y necesita.

“Eso no me dice tu cuerpo.” Se inclinó un poco sobre mí. “Me gustas ___, no sé por qué pero es así. Y creo que yo también te gusto aunque no niegues.” Sus labios comenzaron a rozar los míos.

Negué lentamente y lamí mis labios haciendo que mi lengua tocara su labio inferior sin quererlo.

“Tienes a las otras...” El oxígeno comenzaba a acabarse.

“Las otras solo intentan sustituir algo que solo tú consigues llenar.” Mi corazón dio un vuelco. “Te voy a besar gatita, te voy a besar hasta cansarme de ti y no creo que sea pronto.”

“Justin...”

Pero no había mas timpo para hablar. No había mas tiempo para decir nada. Las palabras se acabaron y nuestras respiraciones se fundieron como nuestros labios. Mis manos subieron por sus brazos lentamente hasta apoyarse en su pecho. Nos besábamos necesitando del otro. Sus labios me llevaban lejos de aquí, lejos de este mundo y del mío. Al nuestro. Nuestras respiraciones iban aumentando pero ninguno pararía. Sus manos apretaban mi cintura acercándome más aún. Su lengua se encontró con la mía y jugaron. Jugaron rápido, lento, suave como el beso. No queríamos descansar del otro. No queríamos nada que no fuera esto. Mordiscos pequeños en su labio, en el mio. Nos separamos un poco para coger aire pero lo suficiente como para volver a unir nuestras bocas en un instante. Esta vez un beso delicado, sin tanto deseo. Esto no tenía que acabar. Él y yo. Su lengua pasó lentamente por mi labio inferior mandándome aún más descargar al cuerpo. Nos separamos despacio, volviendo a nuestra respiración habitual.

Su frente se apoyó en la mía.

“No podemos ser amigos. Quiero ser más que eso para tí.” Concluyó

Continue Reading

You'll Also Like

456K 73.4K 32
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
20.9K 2.3K 14
Alexby ya no podía soportar tantos desastres y problemas causados por sus compañeros, quienes eran los supuestos guardianes de la paz y también los p...
Gen D [#1] By CR

Teen Fiction

84.9K 4.3K 58
"Se descubrió que todas estas personas con poderes, presentaban un gen que no todos tienen, le denominaron, el "Gen D" y a las personas que lo presen...
1.3K 140 5
Pareja: Ojiro Mashirao y Hagakure Toru -Ojiro y Hagakure salen a pasear pero por azares del destino conocerán a Carolina, una señora que les ha...