¿Cómo estar sin ti?

Estela2610 által

1.5M 114K 21.5K

¡A la venta! Disponible solo los primeros 17 capítulos. "Dicen que el primer amor siempre duele, pero nunca... Több

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11:
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17
Capítulo 18.
Capítulo 19
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36
Capítulo 37:
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Epílogo.

Capítulo 31.

33.3K 2.2K 590
Estela2610 által

Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)


El resto del domingo tengo pocas noticias de mi familia. Virginia se ha logrado comunicar conmigo desde un teléfono público. Mamá le ha quitado su teléfono para que no estableciera contacto conmigo. Creo que mamá ha enloquecido. No sé si Bob ha hecho alguna clase de embrujo porque solamente eso podría justificar sus decisiones. No solo le ha quitado el teléfono a mi hermana, también se ha estado quedando en casa de Bob. Creí que, al mudarse a nuestra casa, había vendido su apartamento en el centro de la ciudad, pero no. Es justo ahí en donde está mi familia.

Virginia no ha querido transmitirme todas y cada una de las palabras que ha dicho mamá sobre mí, aunque yo las imagino de inicio a fin. Sigo sin comprender cómo mi madre puede comportarse de esa manera. Soy su hija y Bob no es más que un tipo cualquiera. Para bajar un poco el estrés he desobedecido las órdenes estrictas de Adam respecto a no hacer nada. No soy la clase de chica que se la pasa todo el día durmiendo o mirando la televisión, estoy acostumbrada a realizar los deberes del hogar. Lo hago desde muy pequeña. Así que mientras Adam se ha marchado con José a entrenar para su nueva pelea mañana, yo estoy limpiando la casa de arriba hacia abajo como una maniática de la limpieza.

Me imagino su rostro cuando llegue y encuentre el lugar reluciente, no es que él sea poco ordenado, de hecho, lo es bastante. Yo solamente le estoy dando un toque más hogareño al lugar y eso me ayuda a despejar mi mente. Mañana es su primer día en la empresa que tienen los White en San Francisco y por la noche tendrá esa pelea, me es difícil creer que un lunes haya una pelea. Al parecer los retadores y los que apostaban no les prestaban importancia a los días. No sé cómo Adam piensa combinar ambas cosas. Yo tampoco sé cómo combinar mi vida con el hecho de que, a partir de mañana regresaré a la escuela y eso me hace sentir una niña que vive con su novio; un novio que tiene veintitrés años y resultó ser millonario.

Me pregunto si alguna vez su madre me mirará con buenos ojos. Creo que eso no pasará. Termino de doblar la poca ropa que tengo conmigo en uno de los cajones que estaban vacíos y teniendo la plena seguridad de que mamá no estará en casa al menos hasta que Bob se recupere, puedo ir a casa y terminar de traer todas mis cosas. Suspiro frente al espejo y me observo un momento.

¿De verdad harás esto? ¿Vivirás con Adam tan pronto? ¿Estás preparada para todo lo que incluye estar con él? No tengo la menor idea de cuál sea la respuesta para cada una de esas preguntas, solo sé que no tengo más opciones, o me quedo aquí o me voy con Becca y honestamente pasar tiempo con Adam es genial. Estoy tan enamorada de él que me da miedo.

Me hago una coleta y camino a casa. El lugar es un desastre monumental. Y a mi madre parece no importarle que terminen robándose todo lo que en la casa hay. Ha dejado la puerta sin seguro alguno, yo estoy entrando sin llave. No sé dónde demonios las perdí. De pronto siento la inmensa necesidad de limpiar y dejarla como nueva, luego recuerdo que ahora mismo mamá me cree una mentirosa increíble y decido subir a mi habitación y sacar mis cosas lo más rápido posible.

Sé que, en realidad, nada de lo que está aquí es mío. Todo me lo ha comprado ella con horas y horas de trabajo. Ni siquiera la ropa es mía, pero estoy segura de que, si digo eso en voz alta, Adam me compraría una tienda entera y lo último que quiero es que gaste dinero en mí. Tomo una pequeña caja y meto únicamente mi ropa, no me llevo nada más. A pesar de que no es mucho la caja pesa bastante, quizás lo sienta así porque mis brazos son débiles y la caja por muy pequeña que sea, en mis manos se mira gigante. Becca siempre dice que exagero con mi tamaño, aunque por algo Adam me llama: Hobbit.

Al salir de casa no camino más. Hay un auto frente al porche de Adam, es un Audi A8 color plata. Mi adicción a los autos me facilita identificarlo. Dirijo mi mirada hacia el porche ya que el auto está sin conductor y me encuentro con un metro setenta de belleza pura y casi angelical. Es una mujer de pelo rubio oscuro, totalmente lacio y le llega hasta su cintura. Es blanca como la nieve y podría jurar que el rubor en sus mejillas es natural. Tiene unos ojos color miel que hipnotizan y sus largas pestañas te confunden. Sus labios son generosos y viste un traje blanco impecable. Trae un cinturón que deja ver lo diminuta que es precisamente su cintura. Me mira al fin y sonríe un poco. ¿Quién es ella? Me acerco con cautela sintiéndome ridícula y sumamente pequeña e indefensa.

—¿Puedo ayudarte? —intento no sonar intimidada. Ubica su cabello detrás de sus orejas y de cerca es aún más bonita que de lejos.

—¿Conoces a Adam White? —¡Joder! Su voz es tan suave, que te sientes acariciada por ella.

—Sí. Él no se encuentra ahora mismo. ¿Puedo saber quién eres? —pregunto mientras tomo el picaporte y abro la puerta. Sus ojos se abren con sorpresa y me sonríe con amabilidad.

—Oh, supongo que eres la chica que hace la limpieza —suelta y trato de fingir que no he sentido como si me dieran una bofetada—. Soy Miranda Lambert. ¿Puedo esperarlo adentro? No voy a incomodar tu trabajo. Él no ensucia mucho, siempre fue muy ordenado. Lo recuerdo como si fuera ayer —comenta y antes de que pueda responder abre más la puerta y entra.

Me muerdo los labios y cierro la puerta en lo que ella revisa todo el lugar. Trae los tacones más altos que alguna vez he visto. Estoy muy confundida, que me haya dicho su nombre no me dice quién es ella.

—¿Cuál es tu nombre? —quiere saber quién soy después de mirar a detalle la silla en la que se ha sentado.

—Maya —respondo entre dientes.

—¿Te importaría hacerme un té, Maya? Te pediría una copa de vino, pero dudo mucho que Adam consiga vino del bueno en un lugar como éste, sin ofender. Lo siento, es la costumbre —dice como si nada.

Hay un pequeño lapso en el que casi dejo la caja en el suelo para correr a la cocina y prepararle un té. Al menos mi cerebro no está tan oxidado y reacciona. No voy a permitir que me humille de esta forma. ¿Quién se cree que es para ofenderme en mi propia casa? De acuerdo, no es mi casa. Sé que Adam lo diría... nuestra, es nuestra. Tiro la caja y el sonido la alarma. Me acerco a ella importándome poco que ni siquiera sentada puedo emparejar su altura.

—Vamos a dejar algo claro, Miranda. No soy la chica que hace la limpieza y no voy a hacerte un té porque te repito, no soy la chica de la limpieza y si quieres más información soy la novia de Adam, vivo con él, así que si no deseas que te demuestre hasta qué punto no encuentras vino caro en esta zona, será mejor que te marches.

Algún espíritu del mal se ha apoderado de mí, eso seguro.

—¿Disculpa? Si tú eres una niña, ¿qué edad tienes?, ¿dieciséis?

—Mi edad no es de tu interés. Si quieres hablar con Adam puedes buscarlo después.

—Claro que puedo buscarlo después o mañana en la oficina. Dile que vine, te aseguro que recuerda muy bien quién soy.

Camina a la salida y yo me quedo en el mismo punto mirando la puerta no sé cuánto tiempo, hasta que vuelve a abrirse y las risas de Adam y José me regresan a la realidad. Adam nota pronto que no me encuentro bien y le pide a José que aguarde un minuto. Es increíble que no se hayan encontrado en el porche.

—¿Pasa algo? —Me lleva hasta la cocina. Saludo a José con la mano para evitar ser grosera—. Me has hecho mucha falta —susurra antes de besarme. No respondo su beso como lo haría la mayoría del tiempo. Miranda no me ha dicho gran cosa. Sí lo suficiente para alarmarme.

—Y tú a mí. Han venido a buscarte.

—No me digas que ha venido mi madre y te ha hecho sentir mal. ¡Maldita sea! Voy a mandar a la mierda el dichoso trato si sigue haciendo cosas como esas —grita importándole poco que esté José afuera.

—No ha venido tu madre, tranquilo. Ha sido una chica, una muy bonita, llamada Miranda.

—¿Has dicho Miranda? —Abre muchos los ojos y tartamudea al hablar. Creo haberlo dicho lo suficientemente claro.

—Si, Miranda Lambert. Me parece que sabía perfectamente quién era yo y ha fingido todo el tiempo. No lo sé.

—¿Hace cuánto estuvo aquí? —habla muy serio, como si le acabara de dar una terrible noticia o un balde de agua helada le hubiera caído encima.

—Hace poco, no lo sé.

—No es nadie.

—¿Nadie? Dijo que la recordarías muy bien.

—No es nadie —repite. No me convence.

—Bien —me limito a responder. Cierra los ojos un momento y cuando los vuelve a abrir parece ser el Adam de siempre. Se acerca más a mí y me abraza. Pierde su rostro en mi cuello y suspira.

—No es nadie importante, Maya. Te lo prometo. Solo es alguien de mi pasado, alguien que también me dio la espalda cuando más la necesitaba. No entiendo cómo llegó hasta aquí. Por favor quita esa cara. No estoy interesado en hablar con ella de ninguna manera.

Voy a decirle que eso no será fácil porque mañana la verá en la oficina y soy interrumpida por la voz de Becca. ¿Qué hace aquí?

—¿Esa es Becca?

—Sí, hobbit. Pensé que sería buena idea invitarla a comer y a José también. No quiero que te sientas sola.

—No me siento sola estando contigo —le digo abrazándolo muy fuerte.

—Te quiero, Maya.

Salimos de nuestro escondite y Becca me abraza enseguida. Adam los ha invitado a comer y no he hecho nada. Tiene que aprender a ponerme al tanto de sus planes. Cuando me ofrezco a hacer algo rápido vuelve a intervenir.

—No creas que harás algo más, la casa brilla más que un diamante. Te dije que no tenías que hacer nada. —Me da un toquecito en la nariz.

Tampoco cocina él. Toma las llaves de su auto y promete regresar pronto con una cena exquisita. Me da un largo beso frente a nuestros invitados. Su lengua me ha puesto nerviosa y finalmente se marcha dejándome deseosa de más.

—Lo tienes hecho un loco —comenta José mientras Becca se sienta en sus piernas. No les importa mostrarse cariño frente a otros

—Se le nota, ¿cierto? —lo confirma Becca. Yo sigo pensando en Miranda y en quién es realmente o, en este caso, ¿quién fue en la vida pasada de Adam?

—¿Creen que sea una locura total que viva con él? —Quiero escuchar la opinión de alguien más. Sé que Becca está totalmente de acuerdo.

—No lo creo. Llevas dos días aquí y desde que lo conozco nunca lo había visto de tan buen humor, relajado, hablador como hoy —me responde José.

—Seguro porque han tenido sexo salvaje toda la noche —grita Becca y luego niega con su cabeza recordando lo que me ha ocurrido hace tan pocos días—. Lo siento.

—No te preocupes, sé que sonará muy extraño pero con Adam es como si no me ha pasado nada, como si todo se tratara de un mal sueño. Es como magia.

—Estoy iniciando a creer que sí —comenta José—, ¿sabes? Cuando Adam llegó al bar por primera vez, muchos ya sabíamos quién era y estábamos muy ansiosos por conocerlo y él apenas y te regalaba una mirada, jamás hablaba con nadie, nunca saludaba y los rumores decían que si intentabas convertirte en su amigo lo único que recibirías sería un guantazo. El tipo gruñía como respuesta cuando alguien le preguntaba algo hasta que un buen día llegó sonriendo, saludando e invitando la cena y los tragos. Me animé a hablarle y nos hicimos amigos. Dijo que alguien lo tenía muy contento. Ahora sé que ese alguien eres tú.

Sonrío como una idiota, el pecho se me infla de emoción, y hasta cierto punto de orgullo. Adoro escuchar cómo mi Adam ha venido retomando su vida, cómo está avanzando.

—Y, ¿ustedes qué? Van a contarme qué sucede o tendré que adivinarlo.

—Déjame resumirlo, Maya —se apresura a contestar José—. Tu amiga no quiere que seamos novios, se lo he pedido de rodillas como un imbécil y me ha dicho que no. ¿Puedes creerlo?

—No fue así —interrumpe Becca.

—Claro que sí —insiste José.

—Me dijo que acostarse más de dos veces con la misma persona te hacía automáticamente en su chica. ¿Qué clase de propuesta es esa? ¿Me follas dos veces y ya está? —suelta Becca y una carcajada gigante sale de mi boca.

—Eso ha sido demasiada información. Mucha, en realidad. Así que cambiemos el tema.

Puede que Adam esté sacando mi lado perverso, pero sigo sin estar lista para hablar de sexo como si fuera lo más normal del mundo. <<De hecho lo es>> Me responde mi otra <<yo>>

Veinte minutos después Adam regresa con comida china y la velada es todo un éxito. Por momentos me entristezco, no dejo de pensar en mis hermanos. Ni siquiera he podido mirar a los gemelos. Mañana moveré mar y cielo para mirarlos. No me importa lo que tenga que hacer.

He notado que Adam se ha quedado mirando el brazalete en mi mano un par de veces. ¡Demonios! ¿Por qué le llama tanto la atención? No hay nada que indique que sea un regalo de Tyler. Estoy pensando en dejarlo de usar, su curiosidad por la dichosa pulsera rebasa lo normal.

—Oye, Becca, el brazalete que le obsequiaste a Maya es muy bonito —escucho decir a Adam en lo que he venido a la cocina por más comida.

—¿Cuál brazalete? —responde mi amiga con la boca llena. Salgo casi corriendo de la cocina y la miro desesperada.

—Pues éste —intervengo.

—Pero si eso te lo ha dado... ah, claro —parece recordar—. El brazalete, es muy bonito.

—Ahora que están juntas, me llama mucho la atención que en los colgantes haya una "T" y una "M". ¿Qué significa?

El alma se me cae al piso, en todo este tiempo no me había percatado de tal cosa. Mis ojos viajan con rapidez hasta los pequeños corazones y Adam tiene razón. Esto era lo que lo ha mantenido intranquilo.

—Es una cosa de niñas. Un secreto, una broma privada. Solo Maya y yo lo sabemos, ¿cierto Maya? —Me ayuda Becca.

—Sí —apenas y consigo decir algo.

—Pues qué buen gusto tienes —habla Adam con la mandíbula tensa.

A las diez en punto nuestros amigos se marchan y yo estoy muerta, tanto, que no he querido insistir con el tema de Miranda y tampoco he querido indagar más. Antes de que Adam me haga más preguntas, me quito el brazalete y lo dejo sobre la mesa de noche.

—¿Estás enfadado? —investigo dado que no ha dicho una sola palabra después de la cena.

—No.

—Adam...

—De acuerdo, voy a decírtelo, aunque creas que soy un loco de atar. Creí que esa "T" significaba Tyler. Creí que te la había dado él. No quise arruinar tu cumpleaños y después pasó todo lo que ha pasado y no quise ser un celoso de mierda, pero tengo que preguntártelo de frente. ¿Realmente te la ha dado Becca?

—No tendría por qué mentirte.

—Maya, no juegues con mi inteligencia.

—¿Qué habría de malo si realmente me la hubiera dado Ty?

—¿Ty? ¿Que qué habría de malo? Maya, si te la ha dado él no quiero que la uses —me exige.

—Estás exagerando.

—No, no estoy exagerando. Se llaman celos, Maya. Fin de la discusión, no te la pones más.

—No me la ha dado él —soy una mentirosa de primera—. Puedes estar tranquilo.

Me pierdo furiosa en el baño. Siendo honesta no tengo motivos para estarlo. Le he mentido todos estos días y él se ha comportado de una forma estupenda conmigo. Soy quien apaga las luces y la última en acostarse. No he recibido ningún "buenas noches", ni un beso, ni nada. Quiero preguntarle de una vez quién es realmente Miranda. Declino la idea, no más discusiones esta noche. Me cubro con la manta y me quedo dormida casi de inmediato.

La alarma suena exacta, como siempre. Al abrir los ojos descubro que Adam ya está duchado y vestido. Me cuesta respirar al mirarlo. Trae puesto un traje de tres piezas y se ve exageradamente guapo, tanto, que quiero amarrarlo a la cama y tenerlo únicamente para mí. Sonríe como un demonio y antes de que pueda decir algo se abalanza sobre mí y me besa.

—Perdóname por lo de ayer, estaba un poco estresado. Sé que sonará a una excusa patética pero es que me pongo muy alterado cuando pienso en Tyler y en ti... no sé qué me ocurre en realidad, nunca había experimentado algo así.

—No te preocupes por Tyler, todo lo que sentía, o más bien todo lo que creía sentir se esfumó desde que tú apareciste en el camino, me llevó algo de tiempo darme cuenta de eso y finalmente lo hice, solo eres tú, Adam —contesto sabiendo que lo que digo, a pesar de ser cierto, se siente a mentira por ocultar la verdadera procedencia del brazalete—. ¿Debo preocuparme por Miranda? —investigo con la intención de cambiar de tema.

—No, hobbit. ¿Por qué me preguntas eso?

—Dime la verdad —le pido.

—Te estoy diciendo la verdad. No es nadie importante. Ni siquiera quiero verla, no sé por qué cojones ha venido. No te preocupes. Seguro la envió mamá.

—Está bien, no me preocupo. Te miras muy guapo, creo que no podré concentrarme en clases pensando en que habrá mujeres a tu alrededor.

—La buena noticia es que mi total atención está puesta en una chica de rizos alocados —me asegura y quiero creerle.

Me levanto de la cama y tomo una ducha rápida. Me visto y cuando bajo el desayuno ya está hecho. Debo detener a Adam, no puede cocinar por siempre, no es justo. No dejo nada en el plato y él tampoco. No hemos hablado mucho en el desayuno. Lo noto nervioso. En el baño también somos acompañados por el silencio mientras intentamos cepillar nuestros dientes y vernos una vez más en el espejo antes de marcharnos.

—¿Qué pasa?

—Nada, te observo. Observo a la chica que dormirá conmigo todas las noches. No podría sentirme más afortunado —comenta y todos los nervios e inseguridades desaparecen. Él está conmigo, me quiere a mí, esa mujer no es nadie. Por un momento pensé que su silencio era por Miranda.

—Te quiero. ¿Me llevas a la escuela?

—Por supuesto, no tienes que pedirlo.

—Me siento ridícula. Estás vestido como sacado de una revista y yo... bueno, yo soy yo.

—Tú eres hermosa y estoy loco por ti. Por favor deja de ser insegura. ¿No te das cuenta de lo mucho que te quiero, de lo mucho que me gustas y lo mucho que te deseo?

—No hablemos de deseos por favor —le pido. No quiero aceptarlo en voz alta, odio que se haya levantado tan temprano y yo sienta esta necesidad de estar con él—. Olvida lo que he dicho —me avergüenzo.

—Amo que tus mejillas se sonrojen. —Me besa—. No te dejaré dormir esta noche. —Una sensación intensa se instala en mi vientre.

Me lleva hasta la escuela y se despide con un cálido beso. Me quedo en el aparcamiento hasta que pierdo de vista su auto. En cuanto lo siento lejano el rostro perfecto y la sonrisa hipócrita de Miranda regresan a mi memoria. Creo que lo mejor era enfrentarlo de una vez, no fingir que soy fuerte y segura. Niego con mi cabeza. Todo va a salir bien. Confío en él y me es leal, me lo ha demostrado. No tengo razones verdaderas para preocuparme.

Me parece ver a Virginia entrar a la escuela y salgo disparada. La abrazo como si tuviera mil años de no verla y para mi sorpresa, ella hace lo mismo. Puede ser que la pequeña distancia la ha ayudado a darse cuenta de que me quiere más de lo que usualmente acepta. Me mira preocupada y yo me imagino lo peor.

—¿Cómo estás? —es lo primero que me pregunta.

—Estoy bien, triste con todo esto, pero bien. ¿Cómo estás tú y los niños?

—Te extrañan. Solo han pasado dos días y peguntan por ti cada cinco minutos. Bob sigue inconsciente y mamá está perdiendo la cabeza, Maya. No quiero empeorar las cosas, de verdad que no; ayer por la noche me dijo que estabas con Adam porque su familia es millonaria. ¿Es cierto? Digo, eso de que tienen dinero. Sé que no estarías con nadie únicamente por dinero.

Mamá ya ha averiguado que Adam salió de prisión el mismo día que lo arrestaron. Seguramente ya ha investigado quiénes son sus padres y mi corazón se acaba de romper otra vez. ¿En quién se ha convertido mi madre?

—Es una larga historia, Vir. Obviamente no estoy con él por el dinero que tiene su familia. Mamá ha enloquecido. No te preocupes, tarde o temprano todo volverá a la normalidad. Ahora necesito que me ayudes con los niños. Quiero verlos.

—Eso está muy difícil. Mamá ha pedido vacaciones y como Bob es muy amigo del gerente de la empresa en la que trabajan ha accedido al enterarse de lo sucedido.

—Entiendo —me decepciono—. Por favor cuídalos mucho, diles que pronto me verán.

Me despido de mi hermana cuando el timbre suena y doy pasos lentos hasta el salón. Al entrar noto que todos me miran de forma extraña. Quiero pensar que es mi paranoia. Amelia se pone de pie y da dos palmadas sobre la pizarra.

—Miren quién llegó, la zorra de la escuela. ¿Se enteraron de que la encontraron teniendo sexo con su padrastro? Oh Maya, ¿cuánto le cobraste?

Algunos se ríen y otros me miran con repulsión. Comentan cosas ofensivas. ¡Cómo demonios se han enterado! Mi mente trabaja más rápido de lo normal y todas las flechas apuntan a Tyler. Becca sería incapaz de ventilar mi vida privada. Corro fuera del salón de clases ante las burlas recibidas. Escucho unos pasos detrás de mí. Si es Tyler juro que voy a golpearlo. Voy a irme, necesito estar sola y procesar que, aunque con Adam las cosas marchen bien, el resto de mi vida parece caerse a pedazos. Unas manos me atrapan antes de que pise el estacionamiento.

—Maya.

—Ahora no Tyler. He confiado en ti, te he dado oportunidades y siempre terminas arruinándolo todo. ¿Cómo pudiste decirle algo así?

—¡Por Dios Maya! ¿Cómo puedes tú creer que yo haría algo así? Te juro que no he sido yo. Cometí un error de niño desubicado hace algunos años y ahora he accedido a ser tu amigo porque es la única forma de tenerte cerca, créeme que es difícil. Es muy difícil que estés con otro cuando quisiera tenerte conmigo —resalta las últimas palabras.

—No me hagas las cosas más difíciles. ¿No ves que mi vida es patética justo ahora? —grito desesperada y comienzo a llorar.

Antes de que pueda darme cuenta soy rodeada por sus brazos e ignorando su pequeña confesión me derrumbo en su pecho. Lloro todo lo que no he llorado por la situación con mi madre. Ahora no solo piensa que soy una mala hija, mentirosa y malagradecida; ahora también cree que soy una interesada. Lo último que falta es que piense que soy una zorra que se ha involucrado con su pareja.

—Jamás pensé que las cosas se salieran de control —sollozo.

—Tranquila. Vamos, llora, saca todo. —Acaricia mi espalda constantemente.

—Ya no sé qué hacer. Me siento sola.

—No estás sola, Maya. Tienes a Becca, a mí y lo tienes a él... Adam —pronuncia su nombre con cierto tono desagradable.

Después de diez minutos de lloriqueo intenso termino calmándome. Limpio mis lágrimas con el dorso de mi muñeca.

—Siempre traes mi brazalete. Te ha gustado de verdad —comenta y es hasta este momento que me doy cuenta de que me lo he puesto otra vez. ¿En qué demonios estaba pensando?

Alguien detrás de mí se aclara la garganta y oculto mi mano. No, no, no, no... Por favor... Más problemas no. Giro sobre mis pies y el rostro de decepción que miro a continuación me desarma. ¿Por qué cojones me tiene que encontrar con Tyler todo el tiempo? Repaso la escena. Me está abrazando, yo estoy llorando y acaba de decir que el brazalete me lo ha dado él. ¡Joder!

—Adam —balbuceo y me separo de Tyler.

Su rostro pasa de la decepción al enojo en cuestión de segundos. Y ahí está, esa mirada que le había visto la noche en que Bob me atacó, la mirada que me atemorizó. No, no puede armar un escándalo por esto. Es un brazalete, no el fin del mundo.



**************************************************************************
Capítulo nuevo <3

Olvasás folytatása

You'll Also Like

13.1K 821 11
La vida cambiaba de tantas formas, tantas que no alcanzamos a enumerarlas todas, pero siempre tenían que pasar las que nunca parecían ser las correct...
204K 9.7K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
23.9K 2.3K 17
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...
277K 15K 40
Ayla Walker pasó de ser una simple fan de la formula 1, que sólo fue a una carrera gracias a un concurso, a ser la nueva novia de Charles Leclerc, pi...