¿Cómo estar sin ti?

By Estela2610

1.5M 114K 21.5K

¡A la venta! Disponible solo los primeros 17 capítulos. "Dicen que el primer amor siempre duele, pero nunca... More

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11:
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17
Capítulo 18.
Capítulo 19
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36
Capítulo 37:
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Epílogo.

Capítulo 28.

28.9K 2.3K 291
By Estela2610

Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)


A pesar de tener a mi madre enfrente y estar desesperada por escuchar que esta vez me cree, que a pesar de la condición de su novio lo echará de casa y me ayudará a levantarme no solo del suelo, también de este fango en el que estoy ahora mismo; lo único que pasa por mi cabeza es la misma oración una y otra vez.

<<No te empujó a propósito, no te empujó a propósito, no te empujó a propósito>>

Adam prometió no hacerme daño y es justo lo que ha hecho. Me ha empujado y ahora tengo las manos heridas. ¡No lo ha hecho a propósito!, pero lo ha hecho. Da otro paso hacia mí mientras mamá corre hacia Bob. Escucho a Virginia decirle a Héctor que lleve a Sarah a su habitación y no salgan. Se acerca a mí y mira mis manos llenas de sangre.

—Maya —me llama nerviosa—. ¿Qué ha pasado? —Está más blanca que un papel.

—Maya, perdóname —dice Adam en medio de toda esta confusión que me corroe. Yo no puedo hablar. Se me ha olvidado cómo hacerlo—. Lo siento tanto, no pensé que fueras tú.

—¿Tú le hiciste esto? —Nunca había escuchado a Virginia tan alterada e intimidante, solo tiene catorce.

—Bob la atacó —explica Adam—. Juro que no quería hacerle daño a Maya.

Virginia me abraza con cautela y yo sigo sin reaccionar. Mi noche perfecta se ha ido al carajo.

—No eres más que un mentiroso, cómo te atreves a decir que la ha atacado —grita mi madre.

—Mamá —intenta intervenir Virginia.

—Llama a la policía Virginia, y Maya llama a una ambulancia.

"Llama a una ambulancia". Ni siquiera ha preguntado por mí o mis manos que evidentemente están lastimadas. Solamente le importa Bob, estoy perdida.

—¿Cómo puede ser tan ciega? —alza la voz Adam—. Ese infeliz estuvo a nada de abusar de su hija y usted me acusa por defenderla.

—No puedo creer que le digas a la gente que Bob intenta hacerte daño. Me tienes harta Maya, ¿lo escuchas? Harta —repite.

Adam vuelve puños sus manos y da un paso hacia mi madre como si fuera a golpearla y entonces un grito desgarrador sale de mi garganta.

—¡Ya basta Adam! —Se detiene completamente y voltea a verme.

—Mamá —vuelve a intentarlo Virginia.

—¿No entendiste lo que te pedí? Llama a la policía —le contesta mi madre mientras llora junto al cuerpo de Bob.

—Él... la verdad, Bob se estaba comportando extraño con Maya. Tiene muchas fotos de ella en su celular, ¿te parece normal? Abre los ojos mamá —le suplica mi hermana.

Mamá niega con su cabeza y me mira fijamente. Me parece por un segundo que nos cree y que éste es el momento en el que me pedirá perdón y todo volverá lo humanamente posible a la normalidad. Sé que también lo que ha ocurrido con Adam se resolverá, prefiero creer que sí. Sin embargo, cuando se acerca hasta mí y me hace sentir el mismo demonio, mi corazón se destroza.

—No puedo creer que también hayas involucrado a Virginia en esto. Es una niña Maya, ¿por qué me haces esto? Bob ha sido bueno. ¿Por qué inventas esto? Mira nada más como lo ha dejado este monstruo. Ni siquiera sé si respira —empieza a sollozar.

—Adam —balbuceo y creo que no me ha escuchado, pero si lo ha hecho, en menos de un segundo lo tengo a mi lado—. Sácame de aquí —le pido y asiente dudoso. Me ayuda a ponerme de pie y frunce mucho el entrecejo al mirarme las manos.

—¿Adónde crees que van? La policía se llevará a este delincuente —vuelve a gritar mi madre. Estoy cansada de gritos.

—Pierdes tu tiempo mamá. Adam saldrá de prisión en menos de dos horas. Sus padres son uno de los matrimonios más millonarios del país. Lleva a Bob a un hospital, sigue con tu vida, pero, cuando descubras la verdad no me busques —las palabras me saben a hiel, duelen, queman, son insoportables.

—¿Qué no te busque? Te irás de la casa... ¿Adónde?

—Conmigo —responde Adam.

No pienso quedarme con Adam, no después de lo que pasó. Es demasiado, son muchas cosas que procesar en una sola noche. A mamá parece no importarle y finalmente se dedica a llamar a una ambulancia. Virginia sube a mi habitación y trae algunos de mis objetos personales, como las cosas de la escuela y algo de ropa. No puedo creerlo, me estoy marchando de casa. No tengo un solo centavo, no soy alguien adulto que entienda lo que viene después de que te quedas sola en el mundo.

Adam me toma entre sus brazos y a pesar de que trato de poner resistencia, es una obviedad que su fuerza es tres mil millones de veces más grande que la mía. Me carga el pequeño trayecto que separa su casa de la mía y algunos vecinos regresan a sus hogares hasta que estamos adentro. Me lleva hasta su habitación y en cuanto me baja, guardo distancia. Esto es difícil, no porque Adam haya explotado; lo es porque yo he sido quien lo ha provocado y me siento terriblemente culpable. Odia más que nada en el mundo esa parte de él, me lo ha dicho, se considera un monstruo y yo... ¡Joder! Me suelto a llorar como una condenada. Tiro de mi cabello con las manos lastimadas y gruño cuando el ardor ataca.

—¡Cómo pudo pasar esto! —me quejo. Adam intenta abrazarme y no se lo permito. Su rostro se transforma en preocupación pura. No voy a negarlo, tengo cierto temor. Estaba tan descontrolado que no le ha importado tirarme por los aires.

—Maya.

—¿Qué va a pasar ahora? ¿Qué haré? Ese hombre casi... casi... —chillo con agotamiento.

—Por favor Maya, déjame abrazarte —me suplica con la voz afectada.

—Me he quedado sola, sin hogar, sin familia y tú...

—Yo estoy aquí, me tienes a mí y sé que te has asustado muchísimo y que no podré llenar jamás el lugar que ocupa tu madre y tus hermanos. Yo haré lo que esté en mis manos para que regresen a tu vida. No estás sola, soy un monstruo, pero uno que te quiere y que le duele verte así. Por favor déjame abrazarte. No me tengas miedo.

—Es que no lo entiendo, no puedo. Siento que mi mundo se vino abajo —sollozo. Trata de acercarse una vez más y me alejo—. Tengo frío —digo disimulando lo que en realidad pasa.

Busca otra manta y la pone sobre mis hombros. Sus nudillos están destrozados y creo que necesita ir a un hospital, de hecho, yo también lo necesito.

—Maya, sé que no quieres escucharme. Yo te juro que no sabía que eras tú. No quise empujarte de esa forma. Yo jamás te haría daño adrede. Mírame por favor —me suplica y lo hago—. Yo no le haría daño a la única persona que ha logrado sacarme del agujero en el que estaba. Sé que ahora estás muy confundida y todo lo que acaba de pasar no ayuda, pero por favor, permíteme demostrarte que no te haré daño.

—Sé que ha sido un accidente, eso lo tengo claro, Adam. Lo que pasa es que ahora no quiero hablar de eso. Por favor, te lo suplico.

Asiente contrariado.

—¿Me dejas ver tus manos? —Dejo que las mire y que las toque. Me duelen mucho y no puedo fingir—. ¿Me dejas curarte? —pregunta con cautela.

—Tus nudillos están...

—Yo no importo Maya, importas tú... por favor.

Accedo y en menos de un minuto consigue todo lo que necesita para limpiar mis heridas. El alcohol escuece mi piel y tengo heridas bastante grandes. Todo el tiempo miro por la ventana, no sé si mamá se haya tomado en serio lo que dije respecto a los padres de Adam. Todo se ha complicado de un momento a otro. Unas luces que se filtran por la ventana llaman mi atención y me tenso al creer que es la policía, no lo es; es la ambulancia.

Bob no merece ni un poco de mi piedad, y no puedo evitar tener la esperanza de que esté vivo. Muerto servirá para hundir a Adam.

Me sobresalto cuando presiona con un poco más de algodón una de las heridas y lo miro unos minutos, observo la delicadeza con la que me cura y envuelve en gasas mis manos para evitar cualquier infección. Lo detengo porque ha hecho varios gestos de dolor al usar sus manos, es un secreto a voces que están muy lastimadas.

—Voy a curarte —intento tomar el alcohol y me lo impide.

—Ya lo hago yo.

Se toma su tiempo para limpiar sus manos. Sería más fácil si me permitiera ayudarlo. No sé si sea buena idea quedarme aquí, es evidente que las cosas no están bien entre nosotros. Lo miro con incertidumbre antes de hablar, ahora me parece que cualquier cosa va a alterarlo.

—¿Crees que podrías llevarme a casa de Becca?

—Es muy tarde, ¿por qué quieres ir ahora?

—No voy a quedarme aquí, Adam.

—Maya no te quise hacer daño —habla desesperado.

—No es por eso. No es bueno que me quede aquí, no hoy. Además, Katherine está aquí y no quiero involucrarla en todo esto.

—Katherine se está quedando en un hotel y aunque estuviera aquí, no importa. Quédate por favor —me implora.

—Yo no puedo, Adam. Es demasiado, no he parado de pensar en que si tú no existieras ese hombre me hubiera...

—No lo digas, por favor. —Me estrecha en su pecho y esta vez no me resisto—. No pienses en eso, estoy aquí y no voy a irme a ningún lado, no vas a irte a ningún lado. Yo voy a protegerte de todos y de todo Maya, incluso de mí mismo. Lo que pasó hoy no volverá a ocurrir, te lo prometo. No te marches. Si te marchas voy a creer que lo único bueno que he tenido durante tres años se ha terminado, no quiero sentirme solo otra vez, no quiero sentir que lo he arruinado de nuevo. Lo siento, sé que no debí reaccionar así.

La voz se le quiebra por completo y si aún quedaban algunos trozos de mi corazón intactos, se han desbaratado en su totalidad.

—No voy a irme —lo tranquilizo. Apenas y besa mi mejilla. Me concentro totalmente en el hecho de que no es otro hombre más que Adam y que él jamás me tomaría a la fuerza. Es muy complicado no experimentar incomodidad y hago un esfuerzo más allá de humano para no pedirle que se aparte. No quiero que por ningún motivo crea que se debe a su reacción.

El abrazo no dura tanto, él tampoco lo ha prolongado. Casi me suplica que intente dormir, aunque sea unas horas. Después de todo no hay mucho qué hacer. Busco entre mis cosas y encuentro mi teléfono, gracias al cielo Virginia no lo ha olvidado porque, si quiero dormir, primero necesito saber qué ha ocurrido con los gemelos.

Llamo a Virginia con la esperanza de que aún esté en casa o que al menos esté un poco alejada de mamá. Contesta casi enseguida y antes de que lo pregunte me explica la situación de los gemelos, sabe que no me quedaría tranquila. Se han caído misteriosamente por las escaleras, se suponía que Bob estaba jugando con ellos y ahora Tom tiene el brazo izquierdo fracturado y Marco el tobillo lesionado. No necesito atar muchos cabos para entender lo que pasó. Todo lo había planeado Bob, ¡qué clase de enfermo es!

—Mamá está furiosa, dijo que mañana te irá a traer a rastras si es necesario. ¿Estás bien?, no te hizo nada, ¿cierto?

—No, Vir. Adam me ha salvado.

—¿Qué va a pasar ahora Maya? Tengo miedo de que nos haga daño.

—No les hará nada, yo me voy a encargar de todo. No te separes de mamá por favor y cuida a Sarah.

Colgamos y un poco de alivio aparece. Mis hermanos están bien, por ahora. Regreso a la cama y Adam está sentado en una de las orillas. Me recuesto del otro lado y no sé exactamente por qué estoy guardando tanta distancia.

—Tu miedo me destroza...

Y a mí me destroza estar lejos de él cuando más lo necesito. Es increíble lo que Adam representa en mi vida. Es un hombre. Después de una experiencia tan traumática como la que acabo de vivir lo normal sería que la cercanía de cualquier persona del sexo opuesto me provoque repulsión. Si apenas puedo ignorar las imágenes que se repiten sin parar en mi mente de Bob tocándome y, sin embargo, Adam es más que mi simple novio, más que el tipo por el cual me derrito. Hay algo más entre nosotros que ni siquiera puedo definir con una palabra o con varias y eso es lo que me hace verlo de un modo diferente, eso es lo que me hace no tener miedo de él, ni de su cercanía, ni de sus caricias y mucho menos sus cuidados.

Quizás no todos reaccionamos igual ante las adversidades, tal vez algunos llevamos dentro una fortaleza que desconocemos hasta que enfrentamos nuestros peores miedos y ciertamente yo no me puedo derrumbar. No con cinco pequeños dependiendo de mis acciones para alejar a ese hombre de nuestras vidas para siempre.

Miro de reojo al chico que espera paciente una respuesta, algún gesto, algo de mi parte que lo haga sentir menos despreciable. ¿Han escuchado eso de, a veces la misma persona que te rompe el corazón, es quien tiene el poder de juntar tus pedazos? Pues, aunque no haya sido precisamente Adam quien ha roto mi pequeño mundo de perfección, es él quien puede sacarme del pozo oscuro y sin fondo en el que siento que caigo desde hace una hora.

—No te tengo miedo —digo fuerte y claro para convencerme también de lo mismo. Rompo con la distancia y me acurruco en su pecho. Las manos siguen doliendo mucho, pero estar a su lado disminuye todo. Es como magia. Me abraza de una forma tan protectora que me dan ganas de llorar sin parar nunca—. ¿Qué haré mañana? —pregunto decepcionada.

—Sé que lo miras todo oscuro, que crees que no hay soluciones ahora mismo, pero yo las encontraré por ti. Estoy contigo.

—Me asustaste mucho —balbuceo confesándolo de una vez.

—Lo siento. Lo siento mucho, niña mía. No volverá a ocurrir, te lo prometo.

—No tenías que hacer eso Adam, no puedes resolver todo a golpes. Sé que no depende únicamente de ti, pero tú eres más que un padecimiento, eres más que golpes y gritos, eres el ser más especial que alguna vez he conocido.

—¿Cómo puedes estar intentando convencerme de algo que no soy? Recién viviste un infierno, yo no importo. No levantes mi ánimo, soy yo quien desea animarte a ti. —Mi llanto regresa como una cascada furiosa. En medio de tanto dolor acumulado en mi pecho me siento afortunada por tenerlo. No respondo nada, no importa lo que diga, él está muy encerrado en conceptos y diagnósticos y yo tengo el alma herida. Somos un desastre.

Acaricia mi cabello y me quedo dormida. No abro más los ojos hasta que los golpes en la puerta principal de la casa nos despiertan a ambos. La realidad cae sobre mí y el dolor vuelve a instalarse en mi pecho. Adam me pide que espere en la habitación e igualmente me paso los dedos por el cabello y lo sigo. La persona que toca la puerta lo hace con mayor urgencia y temo que sea mi madre. Para mi sorpresa no es ella, es la policía y se me cae el alma al piso. Mamá no se ha creído lo de los padres de Adam.

—¿Se encuentra Adam White? —El oficial mira directo hacia mí a pesar de que tiene a Adam en sus narices.

—Soy yo —responde.

—Tendrá que acompañarnos, queda arrestado por agresión en propiedad privada.

—No —susurro.

—Tranquila Maya.

—¿Cómo voy a estar tranquila? —me altero.

—No te preocupes, lo solucionaré. Espera aquí —me pide.

Me quedo inerte mientras se lo llevan. No tengo ni la menor idea de qué hacer. Subo nuevamente a la habitación y llamo a Becca desesperada, seguro está dormida, son solo las ocho de la mañana y no dejo de intentarlo hasta que responde.

—Maya, es sábado —se queja con la voz ronca.

—¿Tienes el número de Katherine? —casi grito.

—Sí, ¿qué pasa?

—Necesito el número, ha pasado de todo Becca. Te necesito —lloro y mi amiga se termina de despertar.

Me facilita el número y me promete que estará aquí en menos de media hora. Llamo de inmediato a Katherine y llega a casa casi al mismo tiempo que Becca. No quisiera contarle algo tan privado a la prima de Adam. Es la única opción que tengo. Su rostro de comprensión me hace sentir menos avergonzada. Becca maldice tantas veces como puede.

—Llamaré a sus padres. ¿Sabes en qué estado está ese hombre? —su tono de alarma me preocupa aún más.

—No lo sé, puedo averiguarlo —me lamento.

—Maya, no tienes la culpa de esto. Adam te defendió. Me preocupa porque ya tiene un antecedente igual, reincidir es cárcel. Si Bob muere, esta vez no saldrá.

Antes de que llame a los White, hablo con Virginia. Bob sigue inconsciente y vivo. Le pido a Katherine que no les diga toda la verdad a los White. No sé qué vaya a pasar entre nosotros. No deseo que los papás de Adam me odien por estar provocando que su hijo pise la cárcel cada dos días.

—Tranquila, ¿por qué no desayunan algo? Yo conozco muy bien a mis tíos, sé cómo darles este tipo de noticias y qué detalles ocultar. Todo estará bien —me asegura Katherine.

No puedo ingerir alimento alguno mientras ignoro si Adam está bien o no. Katherine y Becca me convencen de tomar una ducha. Cuando me quito toda la ropa recuerdo lo que había ocurrido. Continúo sin poder creer que me haya logrado salvar de un momento atroz como el que Bob estuvo a punto de hacerme vivir.

Dejo que el agua recorra mi cuerpo por más de media hora y paso la esponja de baño con rabia por mi piel, tanto, que me lastimo algunas partes. Quiero borrar cualquier rastro, olor o recuerdo de Bob. También lloro hasta el punto de creer que me secaré en cualquier momento.

Pasan muchas horas antes de que los White aparezcan. El timbre suena y sé que son ellos. Me lleno de nervios. Katherine me mira como si se apiadara de mí y eso no me da ninguna buena vibra. Abre la puerta y la mujer que había visto la otra vez entra con un abrigo de piel negro que le llega hasta los pies. Se quita los guantes molesta y no se ha percatado de que Becca y yo estamos aquí.

—No puedo creerlo, otra vez en prisión. ¿Qué pasó? ¿Por qué golpeó a ese don nadie? Voy a hundir a esa familia. Mi hijo no estará en prisión por esas personas que no valen ni medio centavo —suelta la madre de Adam. El papá se aclara la garganta al vernos y Katherine mira el piso incómoda—. ¿Quiénes son ustedes? —Al parecer no me recuerda en absoluto.

***************************************************************************

¿Qué creen que pase entre los White y Maya?

Capítulo un sábado porque ayer se me hizo imposible subirlo :)

Continue Reading

You'll Also Like

63.8K 2.1K 40
en esta historia seras Mia 🔞
21K 4.4K 37
Marcus juró que nunca volvería a amar. Luego de regresar a Nueva York por petición de su padre, Marcus intenta retomar su vida, intentando ignorar la...
557K 49K 54
"El día que empecé a extrañarla, ella dejó de quererme" Jeon Jungkook es un padre soltero, en busca de su propio bienestar, no parece estar preocupa...
80.2K 6.9K 65
Sus métodos de espantar a los hombres han mantenido a Melanie Grey a salvo de cualquier traición o decepción. Una estrategia que ha funcionado exitos...