¿Cómo estar sin ti?

By Estela2610

1.5M 114K 21.5K

¡A la venta! Disponible solo los primeros 17 capítulos. "Dicen que el primer amor siempre duele, pero nunca... More

Prólogo
Capítulo 1.
Capítulo 2
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11:
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36
Capítulo 37:
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Epílogo.

Capítulo 18.

32.9K 2.4K 603
By Estela2610

Estimado lector ¿Cómo estar sin ti? Estará de forma temporal en Wattpad ya que está a la venta en versión digital y física por Amazon . Será retirada nuevamente en un par de días. (25 DE DICIEMBRE)


Los gritos de las personas escandalizadas no me ayudan nada a tranquilizarme. Becca me mira preocupada. ¿Por qué no se levanta? José me asegura que lo hará. Los segundos siguen pasando y Adam no reacciona, se queda en el suelo y la cuenta regresiva inicia. Lo miro sin parpadear siquiera y no sucede nada. La gente corea los números y quiero pedirles que se callen. Creo que Becca y yo vamos a lastimarnos las manos de lo fuerte que nos estamos sosteniendo una de la otra.

El número tres sale de la boca del árbitro, aunque en realidad no lo es, aquí no hay reglas. "La muerte" cree que ha ganado y se relaja, mientras Adam continúa tirado en el suelo y ahora mismo quiero que todo se acabe para asegurarme de que esté respirando. El número uno llega y entonces pasa lo inesperado. Adam se levanta como si todo este tiempo hubiera estado fingiendo, como si no le doliera nada y el otro tipo, al estar distraído, no se espera lo que ocurre a continuación.

Adam lo golpea con furia. "La muerte" no reacciona lo suficientemente rápido y mi chico parece una máquina de golpes, no se detiene hasta que la sangre comienza a salir del rostro del otro tipo y lo termina noqueando. Las personas gritan eufóricas. Yo tardo en reaccionar, no soy muy partidaria de los golpes, si me lo preguntan preferiría que Adam se dedicara a hacer otro tipo de actividad, sin embargo, me siento extasiada. No ha perdido y ha molido a golpes al otro tipo. Me uno a la celebración general y termino abrazando a José.

—Te dije que se levantaría —me dice en el oído.

Interrumpo el abrazo y hago una locura, la cual no me sorprende; el solo hecho de estar con Adam ya es una completa locura. Camino en medio de las personas hasta llegar al cuadrilátero y subo sin importarme que las jodidas luces me enfoquen como la última vez que estuve aquí. Corro a su lado y me le tiro prácticamente encima, olvidándome por completo de que está lastimado. Sus manos me envuelven de inmediato y aunque se queja por la forma agresiva en la que lo estoy abrazando, no me suelta.

—Así que estás marcando territorio. —Suelto una carcajada.

—¿Eso quiere decir que hay muchas chicas que te siguen aquí?

—No lo sé y no me importa. La única chica que me gusta la tengo justo en mis brazos.

Suspiro como una tonta ante su comentario. No tengo que ver hacia todos lados para darme cuenta de cuántas mujeres lo están asechando con la mirada; mujeres que sí tienen su edad, mucha más experiencia y madurez que yo... y él; él me prefiere a mí. Bajamos del cuadrilátero y caminamos al mismo cuarto al que entramos la última vez que estuve aquí. Me siento en el sillón y él se toma una botella con agua sin hacer pausa alguna.

—Me asustaste mucho. —No puedo apartar mis ojos de él.

—Lo siento, fue algo que se le ocurrió a José. Ese tipo es el mejor boxeador clandestino en todo San Francisco y no estaba seguro de poder vencerlo, así que a José se le ocurrió que lo hiciera creer que había ganado y entonces atacara. ¿Lo conociste?

—Sí, me has puesto un niñero. Puedo cuidarme sola —le recuerdo—. Entonces, te has dejado golpear —afirmo y niego con mi cabeza—. Pudiste informarme, ¿sabes? Casi muero mirándote tirado en el suelo.

—No quería preocuparte, de verdad lo siento.

Me pongo de pie para mirar mejor sus golpes. La barbilla está realmente lastimada, sangra un poco. Sin decirle una palabra rápidamente ubico el pequeño botiquín que hay en el cuarto, tomo alcohol y algodón para limpiar sus golpes y sus heridas. Sé que está observándome de una forma que me provoca tirar los paños y besarlo de una vez. Consigo continuar con lo mío y disfruto de sus ojos clavados en mí.

—¿Por qué te has vestido así? —habla curioso. Sí, Becca había llevado algo de ropa. Se tomó muy en serio lo de vestirme como la chica de "La Bestia". También me ayudó a fingir que se quedaría en casa durmiendo y nos hemos escapado en cuanto mamá se ha dormido.

—¿No te gusta? —Me aparto de él y le muestro mejor mi atuendo. Becca me ha obligado a ponerme una falda de mezclilla, bastante corta, una camisa de tirantes y una chaqueta de cuero por el frío, como si las piernas no se me estuvieran congelando.

—El problema, Maya... —dice acercándose a mí hasta arrinconarme en el mueble del espejo—. Es que me gusta demasiado y estoy intentando no enloquecer ahora mismo.

La sola elección de palabras me desequilibra.

—Puedes enloquecer... un poco —las palabras salen de mi boca antes de poder detenerlas y parecen el botón que activa al Adam seductor. Su sonrisa aparece y su mirada se oscurece en varias tonalidades. Da un paso más antes de tomar mi cintura y atraerme hacia él.

Me levanta en el aire y me sienta en el mueble del espejo. Sus labios presionan los míos y esta vez no hay delicadeza, su beso es casi agresivo y me pierdo por completo. Algo dentro de mí quiere explotar al sentir sus manos dentro de mi falda y desesperada paso mis dedos por su pecho y su abdomen. Subo hasta enterrar mis dedos en su cabello un poco húmedo y su lengua no me da tregua alguna, se mueve rápido y termina de enloquecerme a altos niveles cuando aparta mis rizos y su lengua recorre con lentitud parte de mi clavícula y mi cuello. Lo atrapo con mis piernas, quiero sentirlo lo más cerca que pueda.

Sus manos salen de mi falda y me recorren el torso hasta llegar a mis pechos. Contengo la respiración ante sus caricias suaves, delicadas, precisas. Las palmas de sus manos se acoplan al contorno de mis senos y a pesar de que está la camisa y el sostén de por medio y no es piel con piel, algo ocurre en mi vientre, como si quisiera hacer pis. No lo entiendo, no sé qué demonios estoy experimentando y mucho menos comprendo lo que le sucede a mi cuerpo. Poco a poco me derrito y quiero que no pare. Puedo oír cómo los latidos de mi corazón explotan en mis oídos y mi rostro parece querer quemarse. Me coge de las caderas y me lleva al sillón.

—Si quieres que pare, solo dilo —musita y me quita la camisa. Mi pecho sube y baja alterado. Asiento y vuelve a besarme. Baja hasta mi quijada y continúa bajando en línea recta depositando pequeños besos.

Cuando llega a mi ombligo, muevo inquieta las piernas. ¡Joder! No puedo controlarlo, es como si todo mi cuerpo tuviera vida propia y no me hiciera caso. Mi cerebro está bloqueado por un sin número de sensaciones y está dejando que mi cuerpo actúe.

—Eres hermosa —susurra y vuelve a subir. Su cuerpo se roza con el mío y el deseo se apodera de mí.

—Adam, quiero tocarte y no sé cómo hacerlo —confieso nerviosa. Él me hace vibrar cuando sus manos me acarician y yo no sé si lo estoy haciendo bien.

—Me gusta como lo haces, no te sientas nerviosa. Es natural, Maya. Todo lo que sientes es natural. —Acaricia mis mejillas de una forma tan tierna que me tranquilizo y paso mis manos por su espalda, cierra los ojos y sigo tocándolo hasta regresar a su abdomen. Deja caer su rostro en mi cuello. Me atrevo a hacer algo más, bajo hasta su miembro y esta vez su dureza no me toma por sorpresa. Lo acaricio y la sensación es completamente nueva.

Adam gruñe y ese gesto me excita. Sigo moviendo mi mano y su miembro se endurece cada vez más, tomo confianza e intento meter mi mano en su short, pero me detiene.

—No hagas eso —es casi una súplica. Está afectado, sus pupilas están dilatadas y me mira como si quisiera comerme ahora mismo.

—¿Por qué? —balbuceo

—Te deseo como un loco, quiero hacerte mía y si me tocas de esa forma voy a perder el poco control que me queda. Quiero respetarte, Maya. Quiero que suceda cuando te sientas completamente segura, ir paso a paso contigo. Eres hermosa y quiero tocarte todo el tiempo, no sabes lo difícil que me lo pones. Iremos despacio, ¿de acuerdo?

—Gracias —digo de inmediato—. Y también te deseo —hablo avergonzada—. Cuando me tocas siento ganas de hacer pis —le confieso y se ríe un poco.

—No son ganas de hacer pis, es tu cuerpo pidiendo más, desahogándose —me explica.

—Oh, gracias por la explicación, profesor —bromeo.

—Es mejor que salgamos antes de que me olvide de que quiero ser un caballero y todo eso.

Besa mi frente y nos vestimos, no me cubro los ojos cuando se quita todo, excepto el bóxer. Me muerdo los labios al verlo y él me sonríe comprendiendo que estoy disfrutando mucho del momento. ¿Quién no?

—¿Disfrutas las vistas?

—No te imaginas cuánto —respondo y lo imito guiñando un ojo.

Regresamos donde se aglomeran las demás personas y no dejamos de caminar de un lado a otro hasta que encontramos a Becca. Al parecer no me ha extrañado nada, pues está en la barra tomándose un par de tragos con José.

—José dice que es tu amigo, creí que no hacías amigos —grito para que pueda escucharme.

—Sí, me estás cambiando, hobbit. —Sube los hombros como signo de rendición y nos acercamos a ellos. Intento establecer conversación con Becca, pero para ella solo existe José en estos momentos. Adam y yo somos ignorados monumentalmente por ambos. Bien, supongo que han hecho clic o algo así.

Adam pide una cerveza para él y una botella con agua para mí, lo miro con el ceño fruncido y le arrebato la cerveza de las manos. La llevo a mi boca antes de que pueda quitármela y bebo hasta la mitad. Pide otra para él y brindamos por su triunfo. Al principio la idea de que beba más que una no le parece nada, poco a poco se relaja y finalmente termino bebiendo cinco y me siento bastante mareada.

Tiro de él hasta la pista de baile e imito a los demás brincando y moviendo sus cuerpos como poseídos. Adam se ríe todo el tiempo de mí y no me importa. Es la primera vez que siento que tengo una vida; una en donde no todo se resume en cuidar a mis hermanos, una en donde me estoy enamorando de alguien que no estaba incluido en mis planes.

He bailado muy pocas veces en mi vida y ésta es otra ocasión en la que Adam se adueña de otra primera vez. Jamás había bailado con un chico y menos de la forma tan descarada en la que lo estoy haciendo. Becca se ríe a carcajadas desde la barra al ver la forma en la que estoy moviendo mi trasero sobre el miembro de Adam. A él no parece importarle, al contrario, pone sus manos muy cerca de la parte más íntima de mi ser y me atrae aún más hacia él. Baja su rostro hasta que queda oculto por mis rizos y besa mi cuello de una forma no tan decente. Muchas chicas están mirándome y tengo ganas de gritarles a todas que es mío. Adam White es mi novio y es la cosa más emocionante que me ha pasado en diecisiete años.

Giro y lo beso intensamente. No quiero que queden dudas de que está conmigo. De pronto siento que alguien toma mi cintura y me aparta de él. Por un momento creo que se trata de Becca y que se ha unido al gran grupo de personas que bailan. Pero las manos que me sujetan lo hacen demasiado fuerte para ser de una chica como ella. El ceño fruncido de Adam me indica que la persona que me tiene tomada de la cintura no es una mujer y gracias a la ebriedad me tardo en darme cuenta de que las manos que me sujetan y acarician mi torso son de un chico. Todo pasa tan rápido que no tengo tiempo de pensar.

Adam tira de mí y me aparta del tipo al que no reconozco. Lo empuja y sé que esto no va a terminar bien. El desconocido se ríe de la reacción de Adam y la gente a nuestro alrededor se percata de la escena, dejan de bailar y hacen un círculo. Busco desesperada entre la multitud a José y a Becca y encuentro a Tyler disfrutando de lo que está ocurriendo. Mi mareo aumenta.

Adam y el desconocido están discutiendo y trato de prestar atención para escuchar lo que dicen. No escucho nada por la maldita música. El desconocido le lanza un puñetazo a Adam y grito asustada.

—Adam, vámonos. Por favor no inicies una pelea. —Me mira furioso—. Por favor —repito más nerviosa que nunca. Estoy iniciando a pensar que tiene problemas de ira, porque ahora mismo no se parece en nada al Adam al que estoy acostumbrada. Hay tanta rabia en sus ojos que da miedo.

—Entonces, mariquita ¿te domina una niña? —Las palabras de inmediato me hacen relacionar a Tyler con ese tipo, son las mismas palabras que él utilizó.

Puedo ver cómo las venas del cuello de Adam se resaltan y las de su brazo están por explotar. Le tomo la mano y se suelta sin importarle la agresividad con la que lo ha hecho. Gira hacia el otro hombre y lo toma de la camisa, le da un golpe con la cabeza y estoy segura de que también le ha dolido a él. ¿Por qué lo ha hecho? ¡Dios! ¿Dónde está Becca?

Cada golpe que Adam lanza, juro que se escucha por todo el lugar y el tipo que lo ha provocado no hace nada por defenderse, permitiendo que Adam lo muela a golpes a propósito.

—Adam, por favor. ¡Cálmate! —grito—. Vas a matarlo, ¡detente! —insisto.

José aparece entre la multitud y lo coge por la espalda con otros dos chicos más. Adam está irreconocible, respira como si no pudiera controlarse y cuando intento acercarme, alguien toma mi mano. Es Tyler.

—Suéltame —le exijo.

—La policía está aquí —me grita—. Tengo que sacarte de aquí.

—¡Suéltala o te juro que te mato ahora mismo! —vocifera Adam y todo el cuerpo me tiembla.

—Imbécil, la policía está aquí —contesta Tyler.

¿Por qué siempre viene la policía cuando yo estoy en este lugar? Becca también aparece en mi campo visual y la gente comienza a correr, puedo ver a algunos policías acercarse a nosotros y ninguno se mueve. Ya es demasiado tarde. No podríamos escapar, aunque corriéramos.

—Lo siento, Maya. Creí que si llamaba a la policía entenderías que este tipo no te conviene —me dice Tyler antes de soltarme y correr como el cobarde que es.

Un oficial llega hasta mí y el resto pasa en cámara lenta. Me esposan como si fuera un delincuente, hacen lo mismo con Becca, Adam, José y sé que estamos metidos en muchos problemas. Mamá va a matarme y a Adam lo acusarán por daños físicos, mamá también odiará a Adam por siempre y estoy tan confundida que comienzo a llorar. En la calle soy llevada a una patrulla y lloro todo el trayecto hacia la comisaría.

En la estación de policía toman nuestros datos. A los menores de edad nos piden el número de nuestros padres y me tardo una eternidad en dar el de mamá. Becca se acerca como puede y trata de calmarme. Es imposible. Nos encierran en una celda. Hay tantas personas que no sé si Adam está en la misma celda que yo o en la de enfrente.

—Maya —alguien me llama y sé que es él. Al menos está bien y en efecto está en la celda de enfrente.

—Ahora no, Adam —contesto. No pienso hablar sobre lo que ha pasado con cincuenta testigos más.

—Perdóname —me pide y algunos se ríen.

—Ahora no —repito.

Tres horas después un oficial dice mi nombre y el de Becca. Sé que afuera está mamá y que pasaré el resto de mi vida castigada. Becca ahora está más nerviosa y antes de salir nos damos un apretón de mano para transmitirnos fuerza. Sus padres son de mente abierta, y aún así no quiere decir que le harán una fiesta por su primera vez en prisión.

Abren la puerta y el rostro decepcionado y muy enojado de mamá es lo primero que miro. Mis ojos se llenan de lágrimas y me las trago porque sé que ni un mar entero de ellas me van a salvar de lo que viene. Mamá me mira un segundo antes de enfocar sus ojos en la pequeña ventanilla en donde se realizan las denuncias. Con pasos apresurados se apoya en el vidrio y me paralizo.

—Quiero hacer una denuncia, ahí dentro tienen encerrado a Adam White, está acosando a mi hija, tiene diecisiete años.

************************************************

Chan Chan Chan Chan.... ¿Qué pasará ahora?

❤️

Continue Reading

You'll Also Like

824K 50.1K 42
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
3M 177K 105
Libro uno de la Duología [Dominantes] Damon. Un hombre frío, amante de los retos, calculador... decidido. Se adentra en un mundo desconocido, donde l...
400K 48.1K 66
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...