Al caer la noche decidimos ir a un club en la playa, en cuanto llegamos me arrepiento de no haberme traído el bikini, a pesar de que la entrada ha sido cara merece la pena, es un lugar increíble y además podemos cenar aquí conclusión: de aquí no nos movemos hasta las siete de la mañana.
-Quiero vivir aquí. -dice Marie tumbándose en una de las "camas" que hay.
-Y yo. -dice Taylor sentándose a sus pies.
Lo miro, esta más moreno por lo que el color de sus ojos resalta mucho más, el pelo le ha crecido una barbaridad y sigue llevando sus dichosas bandanas, que por cierto, debo devolverle todas las que tengo suyas que no son pocas.
-Oye tú. -dice Adele tirándose encima de Marie. -¿Qué tal con tú novio?
-¡Es verdad! -exclamo. -Se me ha olvidado preguntarte. -digo tirándome a su lado.
-Pues estamos genial. -dice sonriendo como una tonta. -La verdad es que no me puedo quejar de él. -ríe.
-Que bonito es el amor. -digo sonriendo.
-Y que lo digas. -ríe Adele.
-Chicas. -nos llama Cameron, las tres lo miramos. -Nos vamos a pillar un poco de comida, ahora venimos. -dice y nosotras asentimos.
-Ahora que se han ido. -me mira Marie. -¿Tú y Taylor ya no estáis verdad?
-No, hace ya un mes que lo dejamos. -sonrío.
-¿Y estas bien? -hace una mueca.
-La verdad es que sí, supongo que me lo esperaba y bueno, ahora estoy aún lamiéndome las heridas pero tardarn poco en curarse. -sonrío.
-¿Algún nuevo chico? -pregunto Marie alzando las cejas.
-Jonah. -canturrea Adele y le doy un golpe en el culo.
-¿Jonah? -pregunta Marie abriendo mucho los ojos.
-Noooo. -niego riendo. -Jonah y yo solo somos amigos. -río. -Pero Adele tiene cierta obsesión con que tenga algo con él.
-No es que tenga obsesión es que se que vas a tener algo con él, mi sexto sentido me lo dice. -ríe mi amiga. -Además se nota que al chaval le gustas, os pasáis el día hablando y quieres ir a Australia a visitar a su madre porque él le ha hablado mucho de ti, no se yo.
-Oh dios mío. -dice Marie. -¿Vas a ir?
-Me gustaría. -sonrío. -Pero ahora no ando muy bien de dinero, aunque la exposición esta teniendo bastante salida me han dicho que podría ponerme a trabajar como profesora mientrás sigo haciendo mis pinturas. -hago una mueca. -Y me han ofrecido el puesto de profesora en la academia de Londres, pero voy a tener que estar viajando constantemente porque vamos a hacer una estudio de arte en Nueva York y va a ser todo una locura. -río.
-¿Y tú madre no te ayuda con el dinero?
-Ella quiere pero yo no, no quiero que me preste dinero la verdad. -hago una mueca.
Dejamos de hablar al ver como los chicos se aproximan con bandejitas con comida.
-Que camareros más guapos. -bromea Marie.
-Muchas gracias señorita. -dice Cameron sonriendo.
-¿No habían camareros o qué? -pregunto.
-Sí, pero hemos preferido traerlo nosotros. -dice Taylor y yo asiento.
Nos terminamos todo lo que hay en las bandejas y pedimos la primera ronda de copas. Espero no acabar demasiado borracha, al menos no tanto como ayer. Empezamos a beber mientrás hablamos de cosas triviales. Taylor cada vez va peor y no para de beber, casi les pega a Carter y a Cameron así que me han suplicado que me lo lleve al hotel, como estoy cansada accedo para no amargarles la fiesta a mis amigos.
-Taylor. -lo llamo.
-¿Qué? -balbucea.
-Vamos. -digo tendiéndole la mano.
Él me la coge y se levanta casi cayéndose, por suerte estaba Cameron detrás, lo cojo pasándole un brazo por encima de mi hombro y pasando yo el mío por su cintura, me despido de los demás con un movimiento y a duras penas consigo sacarlo del club. Una vez en la calle tengo que parar porque pesa bastante. Con suerte llegamos al hotel, subimos al ascensor y él me mira.
-Gracias. -dice y yo me limito a rodar los ojos.
Las puertas del ascensor se abren y lo llevo hasta la puerta de su habitación, se apoya en la pared mientrás busco su llave en sus bolsillos. Tras un rato consigo encontrarla y abrir, lo entro y lo tumbo en la cama, le quito las zapatillas, la camiseta y los pantalones.
-Buenas noches. -digo dejando sus cosas en la mesita.
Noto como me coge de la muñeca y me tira encima de él dejando nuestros labios muy cerca.