'Pintor' [ErrorInk] #premiosE...

By Marinagamer27YT

174K 16K 10.5K

La vida de pintor callejero que lleva Ink cambia de un día para otro, cuando el esqueleto del que llevaba ena... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Epílogo
Preguntas y respuestas :D
Aviso
Respuestas
Extra 1| Cumpleaños
Curiosidades de la historia
Extra 2| Halloween
Extra 3| San Valentín
Extra 4| Día de los inocentes

Capítulo 2

8.2K 834 733
By Marinagamer27YT

La gran y lujosa limusina conducía bajo la lluvia, el día no mejoraba y aún faltaba un buen trecho para llegar al pequeño hogar de Error.

Ink estaba siendo atendido por una de las mayordomas, que se había dado cuenta de que ese pintor callejero estaba bastante mal físicamente, estaba muy delgado y tenía notorias ojeras, seguramente provocadas por el llanto, la mala alimentación de Ink y las pocas horas de sueño.

La única manera de recuperar la salud de Ink era estar en un lugar dónde descansar, una casa estable, tener una buena alimentación y bajar su tensión, que no se presione tanto en dibujar, pues eso hacía que su salud disminuyera lentamente pero de manera inevitable a causa de la presión que sentía por no poder conseguir el dinero suficiente.

Gracias a la misma sirvienta antes nombrada, las ropas de Ink fueron cambiadas por unas mas modernas, y para suerte del pintor colorido, era una ropa increíblemente multicolor, un conjunto bastante bonito: una camisa color caramelo, con un bolsillo en la parte superior izquierda. También esa camiseta iba junto unos tirantes tipo monos de color azul marino, que acababa en el pantalón, que eran unos tejanos marinos parecidos a los de los trajes elegantes. También le cambiaron sus zapatos mohosos medio rotos por unos zapatos de cuero relucientes. Como ya dije, en esa limusina había de todo, tanto cómo el dinero que ganaba Error cada semana.

Aún con ese cambio de ropa, el pintor callejero seguía dormido en una de las butacas del gran coche, siendo vigilado por cada una de las sirvientas, por si despertaba o había algún síntoma de enfermedad o cualquier otra cosa relacionada con su salud.

Mientras, el empresario miraba de reojo al pintor durmiente, que dormía como un tronco. Hacía tiempo que no dormía en un lugar tan cómodo cómo una butaca forrada bastante suave. ¿Desde cuando no dormía bien? Desde los diez años, y mira que ahora tenía 21 años. Había pasado mucho desde sus últimas comodidades. Si hubiera sabido sobre su futuro... Nadie imagina que futuro podrá tener, muchos son buenos, otros pésimos, pero cada acción cuenta hacia el futuro. Él, sus acciones, cambiaron bastante su destino. Los sueños de Ink, sus esperanzas, todo arrebatado por las acciones que tomó. Su futuro no fue bueno, el de Error sí, y cada persona tiene el suyo.

El descanso de Ink duraría poco, pues el coche paró en seco: habían llegado a su destino. Habían llegado a la mansión dónde vivía Error, una casa de estilo modernista, impregnada de un olor a flores ya marchitadas y lluvia. La entrada estaba vallada con unos muros blancos decorados con macetas de adonis. Un extenso jardín se podía ver en esa casa, un jardín lleno de árboles fruteros, con una piscina en una zona llana, también había un huerto en el que ya estaban brotando las semillas. La entrada estaba cubierta de una tela para evitar empaparse al abrir la puerta. En una zona alejada de la entrada, había una terraza con una tela parecida a a la de la puerta y habían dos tumbonas para tomar el sol en verano.

Al frenar en seco, Ink despertó de golpe, moviendo la cabeza frenéticamente, sin saber dónde se encontraba. Un sentimiento de temor apareció en él al ver que se encontraba dentro de un coche. Pero era un coche demasiado lujoso para ser el de un secuestrador. Ink se talló los ojos, para después bostezar de una manera tímida. Entonces sus ojos se posaron en la persona que se encontraba delante de él.

Su corazón empezó a latir bastante fuerte, mientras pensaba por qué estaba en el coche del empresario del que se había enamorado. Sentía que iba a estallar en cualquier momento, y notaba como el corazón estaba bastante acelerado. Sus pómulos empezaron a iluminarse de un millón de colores, su característica mas peculiar. Entre que estaba delante de su amado Error y odiaba provocar lástima a las personas no podía estar mas nervioso. Temía que lo hubiese recogido para llevarlo a vender o a ser su criado. Aunque lo del criado no sonaba tan mal.

—Al fin despertaste...— una voz femenina interrumpió la charla mental de Ink, haciendo que el antes nombrado se girase, dejando ver a una lagarta amarilla vestida de sirvienta japonesa. 

En su rostro había una amable sonrisa. Entonces Ink pensó. ¿Por qué Error no le había hecho caso todavía siendo que estaba en el mismo lugar que él? Entonces notó que Error... ¿estaba roncando? Oh bueno, al menos no lo estaba ignorando como había creído desde un principio

—Oh... Sí... Perdón por interrumpir, señorita. ¿Podría decir si usted quiere por qué motivo estoy en esta lujosa limusina? — preguntó con formalidad Ink. 

El pintor, para ser callejero, cuando alguna vez tuvo pasado firme con sus cariñosos padres había sido educado para tener muy buenos modales tanto con mujeres como con hombres. La sirvienta sonrió de nuevo, mientras se sentaba al lado de Ink.

—Nuestro señor te encontró desmayado, bajo la lluvia, mientras tu cubrías unos cuadros. Él no soportó verte en ese estado y nos mandó ayudarte— explicó la sirvienta, que era incluso mas baja que Ink, y mira que éste era bajo, mientras hacía gestos con las manos. 

De pronto una sonrisa maliciosa apareció en sus labios, como si ella supiera algo que nadie más había descubierto todavía, e Ink sintió cómo un rápido escalofrío bajaba por su espalda.

—Y los cuadros que cubrías veo que son bastante especiales...— dijo manteniendo esa peculiar sonrisa.

Eso fue el colmo, eso había delatado a Ink, eso haría que todos lo odiasen, y una vez se recuperase lo echarían a patadas del lugar. ¿Cómo había podido tener tan mala suerte como para que justo una sirvienta revisara cada uno de los cuadros que había creado con sudor y lágrimas?

—Oh no... ¿Todo el mundo los ha visto ?— preguntó nervioso el artista, intentando calmar sus nervios, pero simplemente no podía, habían visto los cuadros en los que retrataba al empresario que le gustaba. 

La sirvienta, al ver el estado de Ink puso una mueca de disgusto y se excusó, tal como si el estado en el que se había puesto ese chico hubiese alterado su calma, haciéndola tartamudear de golpe.

—N-No... T-Tranquilo... Solo los vi yo... Y no... No los mostraré...— aquellas palabras habían sonado convincentes, o bueno, lo sonaban suficiente para Ink. 

Éste suspiró un poco más aliviado, no soportaría la idea de ser odiado por Error antes de si quiera poder explicarse bien y llegar a ser amigo suyo durante un tiempo. O al menos así funcionaba en su fantasiosa mente.

—Oh, muchas gracias, señorita. Le debo una, pues no soportaría la idea de que alguien viera esos cuadros tan privados para mi. ¿Usted lo comprende, cierto? — preguntó el retratista con un nudo en la garganta. Seguía con miedo a que esa sirvienta lo traicionase por gusto propio, como mucha gente solía hacer.

—Sí, comprendo. Pero no se preocupe, guardaré los cuadros en un lugar dónde nadie los vea. Así que no tiene nada de que preocuparse. Ahora, por favor, debemos bajar. Por favor, ven conmigo— ordenó la lagartija mientras observaba cómo el pintor se levantaba de su asiento, sin darse cuenta de su cambio de ropa tan drástico—. Señor Error, ya hemos llegado, por favor, despierte...— murmuró la sirvienta.

Segundos después se dirigió al empresario que había caído en un profundo sueño y no tenía intenciones de despertar. Entonces Ink se volvió a poner nervioso, estaría en frente de Error, pero ésta vez el empresario estaría despierto, y seguramente empezaría a interrogarlo, cosa que no era malo, pues así hablaría con él, pero le daría bastante vergüenza y su timidez saldría a flote.

—Oh... ¿Alphys? ¿Ya hemos llegado? — preguntó Error despertando con un fuerte bostezo, sin darse cuenta de que Ink ya había despertado y lo mirando fijamente. La sirvienta asintió con no sin antes dar una reverencia. Eso era un poco medieval, o eso pensaba Ink, que miraba la escena como si fuera un mal tercio.

—También el joven pintor ha despertado, mi querido señor...— murmuró la sirvienta que resultaba llamarse Alphys. 

El empresario, curioso, desvió la vista, encontrándose con el retratista callejero, que estaba sonriendo de forma involuntaria, no podía dejar de hacerlo, sentía que iba a explotar de emoción en cualquier momento. Su corazón latía sin parar con demasiada fuerza, producto de toda la alegría que estaba experimentando.

—Oh, buenas tardes, joven— dijo Error mientras se levantaba de su asiento y se dirigía a la puerta—. Ya hablaremos dentro, aquí hace frío y mi chófer quiere aparcar. Vamos, Alphys, joven.

Y así, dichas esas palabras los tres salieron de la limusina, no sin antes cargar entre la lagartija y el artista los cuadros del último mencionado.

—Oye, señorita, ¿siempre debes tratar con reverencias al señor Error? — preguntó curioso Ink, necesitaba saberlo, porque no podría lidiar con él sin saber de que forma tenía que tratarlo. La joven examinó a Ink, curiosa, no sabía por qué el pintor preguntaba aquello, pero tenía que responder si quería sonar cortés.

—Sí, bueno, casi siempre que tenemos visitas. Por eso tenemos que tratarlo tan bien, aunque nuestro señor es muy amable en sentido de tener a los sirvientes, ya sabes, nos alimenta y paga muy bien, dormimos en habitaciones bastante grandes y bonitas...— explicó la lagartija mientras se movía torpe con los lienzos de Ink, que cargaba los botes de pintura y algunos de los cuadros que ya estaban acabados. 

Y así con todo ya cargado, salieron de la limusina, encontrándose con una gran tormenta, teniendo que proteger las pinturas y los cuadros hasta llegar a la parte segura: la entrada principal a esa enorme mansión que Error poseía gracias a su gran fortuna.

Entonces, Error sacó un mando parecido a los de la televisión, pero mucho mas pequeño y moderno, para después pulsar un botón blanco y que la puerta se abriera automáticamente. El empresario pasó primero, para después esperar a que el pintor y Alphys entrasen con todas las pinturas, y lo hacían con cuidado, pues no debían dejar ver las pinturas en las que salía Error, o si no, la habrían cagado, pero bastante.

Al entrar, Ink se encontró con una acogedora y moderna entrada, dónde había un bote de color blanco lleno de paraguas, que estaba situado al lado de un mueble lleno de zapatos y flores encima, flores de colores negativos: negros y azules, bastante poco comunes en esa casa de colores llamativos y alegres. En el suelo había una bonita alfombra blanca, que hacía conjunto con las paredes azul claro. Era una entrada bastante sencilla pero preciosa.

Error hizo un gesto a su sirvienta y al pintor para que lo siguieran, y así hicieron, llegando a un trastero de paredes tapizadas de un color marrón con rallas negras, un suelo de piedra de colores azules de todo tipo y con un montón de trastos bastante bien organizados, pues había un rincón para ropa vieja, otro para muebles inservibles, otros para conservar comida y otro para objetos que guardar. Allí, por ordenes de Error, dejaron todas las pinturas, lienzos y cuadros allí, en el rincón de objetos para guardar.

—Seguidme— ordenó Error, mientras Ink y Alphys se apresuraban en guardar los lienzos en su esquina predeterminada para acto seguido ir corriendo detrás de Error, que los guió a una sala de estar, bastante poco decorada, pero la poca decoración que había era bastante bonita: tres sofás colocados en el centro, de un color blanco puro hechos de cuero blanco, con cojines del mismo material bastante suaves, un mueble de madera con tablas de cristal, la televisión encima del mueble antes mencionado y estantes llenos de libros: Error amaba leer.

Error se sentó en uno de los sofás, mientras indicaba a los otros dos que se sentaran en uno distinto, para después empezar a hablar. Ink estaba bastante atento, no quería hacer enojar a es chico que le gustaba, que tenía dos años mas que él, vamos, tenía 23 años. Lo llamaban señor, pero en realidad era aún joven.

—Bueno, tú.—Señaló a Ink—. ¿Cómo te llamas?

Ink se puso nervioso, Error quería saber su nombre, justo el de él, aunque claro, era el invitado de aquella ocasión y el único al que le podía preguntar. Eso aumentó sus nervios, mientras pensaba cómo responder, avergonzado y sintiendo cómo su organismo comenzaba a aumentar de temperatura.

—M-Me lla-llamo Ink, s-señor E-Error...— contestó tartamudeando el mas bajo, sin poder mirar a los ojos al otro esqueleto, que tomó una nota mental del nombre de su invitado. 

—Bueno, Ink. Veo que no tienes hogar, y estás muy mal cuidado, así que si te parece bien, sería un honor poder ofrecerte un hogar aquí— masculló Error mirando a Ink a los ojos, unos ojos bastante bonitos, uno azul y otro con la pupila en forma de estrella, de un color amarillo bastante llamativo. Eso había llamado la atención de mas de uno, pues no había mucha gente con ese defecto en el ojo.

Esas palabras hicieron que Ink se quedara paralizado. La persona que le gusta estaba ofreciéndole vivir en su casa, una casa gigante y bonita, donde no pasaría frío, podría trabajar de manera más cómoda, podría comer como tendría que comer, y lo más importante... vería cada día a Error. 

—¿Y bien? — cuestionó Error, esperando paciente la respuesta del pintor, que ya estaba de acuerdo con lo que diría: sí. Respondería que sí, y mas que por estar con Error era por su salud, dormía bajo el suelo, tapándose con periódicos, comí migas de pan y a veces bebía agua no potable. Aún se preguntaba como aún estaba vivo.

—Sí, acepto. Muchas gracias, señor Error— contestó haciendo una reverencia bastante patosa, cosa que hizo reír a Error, que con una voz divertida dijo:

—No hace falta que hagas reverencias ni que me llames señor Error, tú sólo trátame como un amigo de toda la vida.—Por culpa de esas palabras Ink se avergonzó, pensando en como podía haber hecho el ridículo tan pronto—. Alphys, lleva a Ink a su nueva habitación— ordenó hacia la criada, que asintió con la cabeza y tomó la mano de Ink para arrastrarlo por el pasillo.

Allí, había una gran variedad de puertas de distintas maderas y colores, cada una con carteles con nombres escritos, hasta que llegaron delante de la puerta dónde ponía el nombre Error. Alphys se giró, haciendo girar también a Ink. Y allí, delante de la habitación de Error, había una habitación que todavía no había sido usada, la nueva habitación de Ink.

—Ésta será tu nueva habitación, por favor, registra tus huellas dactilares en ese panel, servirá para que sólo puedas entrar tú y Error— explicó Aphys mientras Ink se acercaba curioso al panel. 

Pero entonces recapacitó. ¿Había dicho que Error también podría entrar?

—Espera, señorita. ¿Como qué Error también puede entrar? — preguntó el artista bastante desconcertado, mientras Alphys reía flojo. Entonces se explicó mejor.

—En cada habitación puede entrar Error, es un sistema que implantó él. Aunque no creo que entre por las noches a las habitaciones de otros, Ink. Bueno, ahora, disfruta de tu nueva habitación, cuando sea la hora de comer una alarma sonará en tu habitación, indicando de que tienes que ir a comer. Pero hoy te acompañaré yo al comedor. Por ahora ve a la habitación. Allí dispondrás de baño, una pequeña cocina por si deseas comer en horas extras del día, un pequeño cuarto dónde guardar cosas, otro cuarto dónde tendrás un ordenador y una gran variedad de estantes— y dichas éstas palabras, Alphys desapareció por el pasillo, dejando a Ink sólo, abriendo esa puerta de abedul.

Entonces al abrir, se sorprendió por la belleza de ese lugar: se encontraba en una sala cuadrada, de paredes tapizadas de todos los colores existentes, con un suelo con motivos de océano. Allí, en una pared había una cama doble con unas sabanas de colores amarillos y verdes. Era una cama bastante mullida, cómoda, suave... También en otro rincón de la habitación había un fogón junto a una nevera de última tecnología y unos estantes, que estaban llenos a rebosar de comida. Habían tres puertas más, que Ink supuso de que eran para ir al baño, al cuarto del ordenador y para el de guardar cosas como objetos valiosos o sus lienzos y pinceles.

—Creo que tendré una buena vida aquí.—Respiró fondo.—¡Así que comencemos nuestra nueva vida con felicidad!— gritó Ink mientras sus ojos brillaban de la emoción. Eso sería una buena vida, una buena vida para Ink después de tanto tiempo.

CONTINUARÁ

Me lo he pasado genial escribiendo esto, creo que esa obra de dedos será mi nuevo símbolo de vida (? Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien escribiendo ♥

¿Qué os ha parecido éste capítulo? Comenten♪ y voten si os ha gustado★ mis pequeños inus y nekos♥

Continue Reading

You'll Also Like

379K 52.7K 58
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...
490K 39K 167
~SINOPSIS DE LA 1ª PARTE~ Anya Forger, la adorable y telepática niña, se ve envuelta en un enredo de rumores junto con Damian Desmond, el hijo del pr...
12.4K 1.4K 9
Kyle es un nerd. Cartman un tonto ¿Verdad...? •Fanfic con ship principal Kyman (pareja de Kyle y Cartman)/South Park. •Fanfic principalmente BoyxBoy...
2.1K 171 5
Tails decide por fin dedicarse una semana para el mismo, después de todo en esos 7 años que concurren salvando y viajando lo tienen un poco exhausto...