Nathan.
-¿Puede atendernos?-preguntó el señor Alik.
-Si... Claro, tomen asiento por favor-indiqué con cierto nerviosismo. Aquella pareja me hacía sentir un poco aturdido con su simple presencia, pero resultaba obvio que ellos también se encontraban de la misma forma- ¿Gustan tomar algo?
-Estamos bien...-respondió la señora Bohdana.
Me limité a hacerle una seña a Carlota para que nos diera un poco de privacidad, sin embargo en cuanto la chica se retiró, fue muy incomodo el silencio que se impregno entre las paredes. No había iniciativa de ellos para hablar y yo tampoco tenía idea sobre qué decir, después de todo ellos me habían buscado. Por las razones que fuesen ellos estaban incluso un poco más nerviosos que yo; si algo había aprendido en mis años como litigante era que debías hacer que el cliente se sintiera cómodo al hablarte de sus asuntos legales, tenía que tener confianza en ti, así que fue justamente lo que intenté hacer con esta pareja, hacerlos sentir un tanto más cómodos.
-¿Son de Rusia?-interrogué con una sonrisa- ¿Están de vacaciones?
-Algo así, estamos por el mundo celebrando nuestro matrimonio-respondió la señora Bohdana- Llevamos tres años de matrimonio.
-¡Felicidades! es... mucho tiempo-mencioné- ¿Andan por el mundo?
-Hemos estado viajando a ciertos lugares...-contestó esta vez el señor Alik, quién sostenía cariñosamente la mano de su esposa- Inglaterra, París, Machu Pichu, recientemente que disidimos venir a América, visitamos Las Vegas, Canadá, Los Ángeles y... el parque nacional de Yosemite.
"¿Eh?"
-Joven Nathan, nosotros en realidad...-la señora Bohdana parecía buscar las palabras adecuadas para soltar la razón que los había traído hasta aquí, sin embargo sus nervios la traicionaban al darle vuelta al asunto- Vera... nosotros...
-Joven Nathan, queremos saber si de casualidad ¿Usted nos recuerda?-preguntó directamente el señor Alik, por la expresión en su rostro me hacía sentir que todo el asunto era algo serio- díganos, ¿Nos recuerda? o ¿Alguna vez visito el parque nacional de Yosemite?
-¿Yo?-inquirí- Nunca los he visto y tampoco he ido a ese parque.
-¿De verdad?-repitió la señora Bohdana mientras me miraba de forma desesperada y hasta algo preocupada-traté de recordar por favor.
La realidad era que si tenía noción del parque, cómo si algo me atara a ese lugar, pero estaba seguro que nunca había ido y mucho menos en este año. Pero ésta pareja estaba frente a mí, completamente convencidos de que nos habíamos visto alguna vez y que eso era importante esclarecerlo, también parecían seguros de que sus recuerdos sobre mí tenían algo que ver con ese lugar. Aunque yo no podía entrelazar las piezas con facilidad— se siente como lo que dijo Carlota esta mañana, que hay recuerdos que son como memorias falsas en tu mente—. Ahora venían estos dos extraños a preguntarme si acaso los conocía y comenzaba a preguntarme aquello no tenía alguna relación, después de todo no podía resultar ser una simple y mera coincidencia.
-Señores, yo no recuerdo nunca haberlos visto-respondí con seguridad- tampoco he visitado el parque, no suelo ser muy deportista en realidad.
-Vaya por dios...-suspiro la señora Bohdana- usted disculpara, pero desde hace dos meses que nosotros tenemos la sensación de estar fuera de tiempo, ¿nos entiende?
-¿Fuera de tiempo?-repetí. Aquello sin duda captó toda mi atención.
-Es como si lo que estuviéramos viviendo en realidad no fuera lo correcto-respondió esta vez el señor Alik- además de que tenemos la sensación de que alguien ha manipulado nuestros recuerdos, tenemos la idea de que hemos hecho ciertas cosas, como cuando visitamos el parque nacional de Yosemite sin embargo sentíamos que algo estaba fuera de cuadro.
-Una memoria perdida-concluyó la señora Bohdana- entonces por alguna razón podíamos recordar un nombre y era el suyo.
-¿El mío?-comenté confundido- bueno les aseguro que yo no tengo idea de lo que me están hablando.
-Te lo dije... -recriminó la señora Bohdana- todo está en nuestra cabeza.
-Bueno, a veces saber la respuesta simplemente nos limita-mencionó el señor Alik, quién se puso de pie dispuesto a retirarse de mi oficina. Sin embargo aquellas palabras causaron en mi un impacto- lamentamos haberle quitado su tiempo joven Nathan.
-¿Eh? Si, no pasa nada...-balbuceé.
Sin embargo en el instante que extendieron su mano para estrecharla conmigo y así despedirse, de pronto la señora Bohdana tomó de mi escritorio la fotografía que tenía de mis vacaciones en Miami con Eleanor. La forma en la que sus ojos se abrieron cual esferas me sorprendió un poco, pero ambos palidecieron al mismo tiempo, daba la impresión que su mandíbula se desprendería en cualquier momento, ellos me perturbaban un poco, pero nada como lo que soltaron después de eso.
-¿Conoce a Eleanor?- preguntó sorprendido el señor Alik.
-¿Qué dice?-repetí incrédulo.
-¿Qué sí conoce a Eleanor?- volvió a preguntar el señor Alik mientras señalaba a la chica morena de la fotografía, sentía que casi me la restregaba en el rostro- ¿Usted la conoce?
-Ella fue mi prometida...-confesé con cierta inseguridad. No sabía de donde la conocían y si acaso estaba bien revelar el hecho de que había sido mi prometida. Pero me preocupaba más que estos extraños se pusieran a gritar en mi oficina al no tener respuesta- falleció hace dos meses.
-¿Falleció?- susurró la señora Bohdana- Alik... hace dos meses.
-Joven Nathan, nosotros podemos recordar perfectamente a esta mujer...-comentó el señor Alik, su mirada tajante me daba un extraño escalofrió- no sabemos de dónde o como, pero podemos recordar su rostro y su nombre; la relación que posiblemente tenga con usted y con nosotros es lo que nos intriga con exactitud.
-Ya les dije que no los conozco...-repetí con incomodidad. Comenzaba a sentirme muy confundido y asustado, la relación que ésta pareja decía tener conmigo era debido a Eleanor, pero estaba seguro que nunca nos habíamos conocido antes y mucho menos que dicha relación se entrelazara con el parque nacional de Yosemite, pero ellos lucían muy convencidos de todo y lo extraño era que aquel recuerdo de una sombra, justo ahora palpitaba en mi cerebro- quizás ustedes conocieron a Eleanor en ese lugar hace mucho tiempo.
-El recuerdo que nosotros tenemos es desde hace dos meses...-dijo el señor Alik- escuche, no venimos a molestarlo es sólo que llevamos dos meses intentando recordar cosas que parecen más bien mentiras en nuestra cabeza, pero que son un hecho, que sabemos que fueron reales en nuestro corazón. Usted tiene que entender que uno no puede vivir con sus memorias alteradas, sabemos que esta chica nos une a usted y a nosotros. Lamentamos aunque no lo crea su perdida por qué en nuestros recuerdos algo late por ella, quizás no lo entienda pero sólo necesitábamos saber que usted existe.
-Así no terminaremos en el manicomio-soltó bufona la señora Bohdana- ¿Usted no ha sentido nada parecido?
-¡No!-respondí con seguridad. Una parte de mí sabía que era cierto, que yo mismo sentía que algo había entre ellos y yo, pero me negaba a simplemente dejarme llevar por ideas estúpidas y quizás hasta falsas- y si ya no tienen nada que decirme, tengo mucho trabajo.
-Claro, nos vamos...-mencionó el señor Alik tomando del brazo a su esposa- lamentamos la molestia.
Estaba en mi departamento, sin duda el día de hoy había resultado demasiado perturbante. No dejaba de darle vueltas a las cosas que aquella pareja extranjera me había dicho ni mucho menos al sentir que nos unía a Carlota y todos nosotros. Un recuerdo falso de Eleanor, a cada uno de nosotros nos tenía inquietos el hecho de que había ciertas memorias distorsionadas sobre mi ex prometida, pero nada que tuviera una respuesta en concreto. —Después de hoy no tengo duda de que hay algo raro en todo esto —. Aquello no podía ser mera casualidad; mientras ahogaba mis dudas en vino, tomé aquella agenda que desde hace dos meses había comprado y en la cual había estado agregando cosas que aunque al principio no tenían un significado, lentamente comenzaban a tener un lazo.
1) Viajar en autobús
2) Tatuarme
3) Lago champlain
4) Us Bank Tower
5) Parque Nacional de Yosemite
-¿Qué relación tienen todas estas cosas?- pregunté en silencio al mirar aquella hoja- ¿Qué relación hay en todo esto con Eleanor? ¿Por qué no puedo recordar nada? ¿Por qué todas esas personas sienten lo mismo? ¿Por qué me siento fuera de tiempo? ¿Por qué?
Fue cuando un extraño aire frió se coló en mi departamento, el mismo que me erizaba pero que me otorgaba tanta paz, era como si acariciara mi cuello y me relajara. Aquel frío era lo único que podía recordar claramente, una parte de mí sabía que al menos eso en mis recuerdos era cierta sólo que no podía saber exactamente a que iba, o si sólo era una simple emoción ligada a la perdida de Eleanor —sin embargo hay algo más... — Aburrido y completamente desesperado tomé la hoja de papel y la arrugué, no tenía la intención de comerme la cabeza con algo que no tenía una respuesta "Las respuestas usualmente nos limitan", ahora sabía que aquella frase provenía del señor Alik.