La muerte se llama... Eleanor...

By Mrs-Write_

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¿Y si tres días antes de tu boda, te enteras que tu pareja ha sufrido un accidente? Descubre la historia... More

Prólogo
|Noticia|
|Blanco|
|Se cancela|
|Frío|
|Confió en Ti|
|Silencio|
|Escondidas|
|Desprecio|
|Piezas|
|El Sueño|
|Ella|
|Lluvia|
|De esos días|
|CentralParck|
|Samy|
|Semana difícil |
|Bungee|
|La verdad|
|¡Vamos!|
|Lago Champlain|
|De Nuevo|
|Virtudes que no tenemos|
|Yosemite = Everest|
|¡Cumbre!|
|Tacoma|
|Cálido|
|Nudillos|
|Aquarium|
|Cansada|
|Disputa|
|Energía nivel 4|
|Secretos de las Vegas|
|Cualidades|
|La duda|
|Casual|
|¡No es lo mío!|
|Votos|
|Rumbo|
|Con sabor a Italia|
|Tiempo|
|US BANK TOWER|
|Torpes|
|El frió significa el fin|
| ¡Cobarde! |
|New York|
|Miércoles|
|Energía nivel: 20%|
|Peligro|
|Pijamada|
|Buenos días|
|Verdadera relación|
|Háblame de ella|
|Eleanor|
|Hermanos|
|Insignificante verdad|
|Tal vez...|
|"Shine"|
|Adictos|
|¡Advertencia!|
|Ataduras|
|Traición|
|Sin rodeos|
|La número 10|
|De norte a sur|
|Nacer y morir|
|Piezas|
|Baúl|
|¡Desde cero!|
|Negro.|
|¡Te amo!|
|La muerte se llama...|
Epílogo.
|¡BONO!|

|Energía nivel 1|

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By Mrs-Write_

Eleanor.

-Es lo que trataba de decirte-mencioné una vez que la puerta se cerro.

-Ya veo...-respondió con voz extraña Nathan, mientras continuaba con la mirada sobre la puerta-bueno, si quieres yo me puedo ir a otra habitación-en el momento que lo vi tratar de ponerse de pie, creí que soltaría un bufido al verlo hacer un esfuerzo sobrehumano, de más estaba decir que no podía ni mover un dedo.

-Ni siquiera puedes respirar- solté con amargura al regresarlo a la cama-olvídalo, si a ti no te molesta a mi tampoco-mencioné con desgané. Me senté en el filo de la cama para quitarme los zapatos y desabrocharme el cinturón; estaba por desvestirme cuando la mano de Nathan me tomó por sorpresa.

-¡¿Qué mierda haces?!- preguntó el chico con sofoco.

-¡Por favor!-exclamé- como si no me hubieras visto en el lago.

-Eso fue diferente ¿Acaso no tienes pudor?- sus mejillas habían adquirido un tono rosa y sus ojos bailaban mirando hacia todos lados- hay un baño en aquella puerta, ve y cámbiate- ordenó con torpeza.

No podía entender cuál era su obsesión por no ver a una persona desnuda, era algo natural. Aún así Nathan parecía renuente a verme de esa forma; coloqué mi pijama sobre el lavabo mientras miraba mi reflejo en aquel gran espejo. El sentimiento que aquello provocaba era de escalofrío, la imagen frente a mi no era más que una mentira—No es real, esa no soy yo—me repetía cual mantra, nadie más que yo sabía perfectamente que todo lo que hasta ahora había hecho, sólo eran ilusiones; ni siquiera existía. Comencé a quitarme la ropa dejando desnudo mi cuerpo, era quizás obvio que no tuviera vergüenza de estar en este estado, ya que para alguien o algo que no sabía lo que era moverse o sentir, esto sin duda era como una especie de milagro.


Encontraba curioso cada lunar que tenía, las pecas sobre mis hombros y encontraba gracioso mi ombligo, no entendía realmente su función, pero estaba ahí. Comencé a vestirme y a cepillarme el cabello el cual sin saber cómo, crecía todos los días, era claro que se encontraba más largo de cuando desperté aquel día en el hospital.

Dado que llevaba un pijama de Rebecca y ella era mucho más alta que yo, me quedaba cual carpa de circo. Cuando salí del baño vi a Nathan sentado, haciendo un gran esfuerzo por quitarse la camiseta, lo que provoco que me acercara rápidamente hasta él.

-¿Se puede saber que haces?-regañé una vez que logré tomar la playera- deja que te ayude.

-No, yo puedo solo- respondió imprudente alejándose de mí.

-Nathan, no seas cabeza dura-insistí, aquello era como luchar con un niño- vamos, estira los brazos.

-¡Dije que puedo solo!- gritó con ahínco-basta Eleanor.

-Sólo quiero...-sin embargo se apartó de mis manos con rudeza.

-¡Maldición! Dije que no- gruñó. Pero al momento que se alejó de mí, provocó que se fuera de espaldas a la cama, con los brazos atrapados en las mangas y envuelto en un quejido-Mierda...

-Serás crió, te dije que podía ayudarte- me coloqué ahorcadas sobre sus muslos e intente nuevamente quitarle la playera; pero este seguía de necio- estas crispándome los nervios. No seas imprudente ¿No te das cuenta que no puedes hacerlo solo?

-¡Claro que puedo!- grito- sólo déjame...- esta vez susurró con pesadez-Sé que puedo,  no me trates como un inútil.

¿Cómo decirlo? La forma en la que me habló o quizás su determinación, por la razón que fuera, verlo tratar de hacer algo aún cuando esto lo lastimara, de cierta manera me conmovía. Conformé se iba quitando la playera, su abdomen iba quedando a la vista, pero no fue ver esa parte de su cuerpo desnudo lo que me dejo sin habla y con el corazón en el estómago, sino los hematomas que tenía por distintas partes, verlo tan golpeado me paralizó. —Aquel hombre ¿Cómo pudo hacer algo así? —sentía punzadas en el pecho, ni siquiera podía mantener la mirada sobre él.

-No hagas eso...- susurró Nathan, quién tenía la camisa enrollada cual bufanda en el cuello, seguramente no podía quitarla a esa altura-no desvíes la mirada como si tuvieras lástima por mí.

"¿Lastima?"

-¿Me puedes ayudar?- preguntó con sonrisa débil en los labios, mientras extendía sus brazos frente a mí- no puedo levantarme-me insinuó con travesura.

-Serás idiota...-en ese momento Nathan soltó una risita un tanto contagiosa; tomé los extremos de la playera y con delicadeza fui levantándolo, a ratos lo escuchaba soltar unos cuantos quejidos pero cuando finalmente lo acomodé frente a mí, le quite la playera-listo.

Al momento que tiré la prenda sobre el suelo de madera, una linda y graciosa imagen de Nathan con el cabello alborotado me hizo sonreír, era como un pequeño de cinco años que recién se acaba de despertar en un domingo. Aún me encontraba sobre sus muslos, fue cuando levanté la mirada que nuestros ojos se encontraron, aquellos expresivos y almendrados.

-Será mejor que te acuestes...- dije para acomodarlo nuevamente sobre la cama. Estar sentada sobre sus muslos me daba una vista un tanto tentadora de Nathan.

-¿Qué tal?- inquirió con una media sonrisa en sus labios. Trataba de apoyarse sobre sus codos, pero nuevamente coloqué mi mano sobre su pecho para regresarlo.

"Es cálido..."

-Debes descan...-las palabras se quedaron pausadas en mis labios. Mi mano continuaba sobre el pecho de Nathan. Podía sentir sus latidos, el subir y bajar de su pecho al respirar, era muy extraño, el cuerpo de Nathan era más grande que el mío.

-¿Qué ocurre?- preguntó con voz baja y extraña.

No sabía exactamente que me estaba sucediendo, pero estaba realmente desconectada. Me incliné sólo un poco para colocar ambas manos sobre el cuerpo de Nathan; pues quería acariciarlo, mis manos se paseaban delicadamente sobre su piel provocando que esté detuviera su respiración por cada roce que daba. Continúe bajando hasta trazar una línea de su ombligo hasta su vientre. Rozando la mezclilla de su pantalón. Mis ojos se paseaban por su cuerpo, continuaba acariciando con mi otra mano su pecho, rozando con las yemas de mis dedos sus hematomas.

-¿Te duele?- susurré con un hilo que resultaba ajeno para mí.

-No...-respondió con los ojos fijos sobre los míos, era extraño pero estos tenían un brillo cautivador y sus labios entre abiertos.

Cual descarga eléctrica algo recorría mi cuerpo, no había tocado a nadie desde que desperté aquel día en el hospital, me daba cuenta que los humanos eran cálidos... Su piel era suave, de alguna forma se sentía adictivo acariciarlos. Ahora podía entender por qué esa necesidad de ellos de tener más cercanía con otra persona, me incliné un poco para colocar mi rostro sobre su pecho, dejando mi oreja en donde se podían sentir los latidos de Nathan; era extraordinario el sonido que este emitía.

-Esta latiendo muy rápido- anuncié fascinada. Me levanté un poco y justo donde se encontraba su corazón sembré un casto beso.

En ese momento las manos de Nathan me separaron abruptamente de su cuerpo, provocando que despertara algo asustada. Nathan tenía el rostro desorientado y algo rojo, sin embargo era claro sus intentos por quitarme de él y alejarme.

-Suficiente...-balbuceó-Debemos descansar, mañana querrás que te lleve al acuario y seguramente nos iremos después de ello.

Su actitud tan evasiva y algo extraña me causaba punzadas confusas en mi interior. El hecho de que me apartara y que ni siquiera me pudiera ver a los ojos, me daba la sensación de que lo había molestado. Intenté acercarme de nuevo una vez que estábamos acostados, pero este se giraba y me daba la espalda. Extrañamente su actitud me hacía sentir rechazada y eso era algo que hasta ahora no había experimentado.

-¿Te hice enojar?- pregunté con tristeza.

-No te preocupes por eso...-respondió evasivo Nathan para luego apagar la luz.

Lo único que me había quedado está noche era la imagen de su espalda, la sensación de mis dedos paseándose por su pecho y aquella descarga eléctrica.

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